miércoles, 2 de mayo de 2012

Nacionalización en Argentina: Los pasos que Chile se niega a seguir. Mientras Cristina Fernández lucha por el petróleo en Chile se han cedido los derechos de todos los recursos

Por Susana Frías K.
Tras la decisión de Cristina Fernández de estatizar el 51% de YPF, las alarmas se encendieron en el mundo privado, principalmente por la pérdida que causará en sus empresas. Sin embargo, tanto los argentinos como habitantes de los países vecinos apoyan totalmente la medida. En Chile, piden seguir el ejemplo y recuperar recursos como el agua, el cobre y el litio (éste último que pretenden entregar a los privados).
Desde que la presidenta argentina, Cristina Fernández, decidió rescatar un patrimonio tan importante como lo es el petróleo, con el proyecto de ley que se propone expropiar el 51% de YPF, literalmente comenzó a arder Troya. No sólo en España, no sólo con el presidente del gobierno Mariano Rajoy, ni con el Rey Juan Carlos, sino con el capitalismo global, la banca, Wall Street, los que no aceptan que se ponga límites al libertinaje en los negocios, a la especulación con los commodities, aún cuando éstos vulneren el desarrollo de los países dónde operan. Han afilado garras y dientes para desafiar el derecho soberano de Argentina a utilizar el petróleo para beneficio de sus habitantes y su proyecto de reindustrialización. Los intereses en juego trascienden España. El interés de los negocios globales se enfrenta al interés nacional. Es el gran dilema, y no sólo se refiere a Argentina, sino a América Latina.

Ello explica que el gobierno español realice declaraciones destempladas contra la expropiación del 51% de YPF. Según explican el economista de la Universidad de Chile, Roberto Pizarro y el ingeniero civil, Andrés Pizarro, ex funcionario del Banco Mundial, "no es sólo la protección de la empresa Repsol, sino también de la mexicana Pemex, de las norteamericanas JP Morgan, Merryl Linch y el Bank of America, así como de Barclay y de otros inversionistas ingleses. Todas ellas propietarias del paquete accionario de YPF. Es que el presidente Rajoy se ha puesto al frente de todos los inversionistas que maximizan ganancias a nivel global. Pero ello en Argentina entra en contradicción con el camino de reindustrialización impulsado por el gobierno peronista, que además se ha comprometido asegurar la producción de petróleo y gas para los habitantes de su país. Y este es el centro de la cuestión".

La historia de YPF

Bajo el gobierno de Carlos Menem, la empresa estatal YPF, fue transformada en sociedad anónima y en 1999 Repsol, empresa privada española, adquirió la mayoría del paquete accionario, ejerciendo su control desde entonces. El déficit de hidrocarburos se explica por la estrategia predatoria del recurso, ya que la empresa optó por reducir el nivel de inversión necesario para que la explotación mantuviera su nivel de sustentabilidad. Además, también ha quedado en evidencia los manifiestos pasivos ambientales creados por la empresa, sobre lo cual hay mucho paño que cortar todavía.

El déficit de hidrocarburos y el comportamiento predatorio de Repsol constituyen un ataque directo a la estrategia de reindustrialización argentina. Desde que los españoles controlan YPF la producción de petróleo y gas se redujeron sustancialmente: desde el 42% de la producción nacional de petróleo en 1999 al 34% actualmente; mientras que en la gasífera pasa del 35% al 23%. Por otra parte, las reservas de YPF han bajado más del 50%, lo que revela que no se ha realizado esfuerzo alguno de exploración, en claro desacato de sus obligaciones bajo los contratos de concesión que le permiten explotar los yacimientos. De hecho, este año, cuatro gobiernos provinciales (Chubut, Mendoza, Salta y Santa Cruz), le han quitado las concesiones de varios yacimientos a la YPF por incumplimiento de contratos, en particular por la sub-producción.

Sin embargo, curiosamente la reducción en la producción y reservas no afectaron los ganancias de la empresa. Las ventas de YPF pasaron de US$5.837 millones en 2003 a US$12.425 millones anuales en 2011, mientras sus utilidades que promediaron US$858 millones anuales en el periodo 1997-2002, pasaron a US$1.434 millones anuales en el mismo periodo. Ello arroja rentabilidades de retorno sobre patrimonio neto y retorno sobre activos con crecimiento espectacular: promedios anuales entre 1997 y 2002 de 11,5% y 9,8% respectivamente, mientras que entre 2003 y 2011, estos indicadores son 21,6% y 19,9% respectivamente. Estas rentabilidades son manifiestamente superiores a las de Repsol en el resto del mundo (10% y 6%, respectivamente). A todas luces, YPF era la joya de la corona de Repsol.

En consecuencia, Repsol, y sus socios globales, se ha enriquecido gracias a las ganancias extraordinarias obtenidas en Argentina. Pero lo han hecho como consecuencia de una política de maximización de utilidades a nivel global, que ha entrado en colisión con los objetivos de sostenibilidad, de autoabastecimiento y de desarrollo industrial del dueño de los recursos. Y no se puede discutir la soberanía argentina para definir e implementar su propia estrategia de desarrollo.

La importancia de la nacionalización

A lo largo de nuestra historia, hemos aprendido que los argentinos siempre han sido muy nacionalistas en cualquier materia, ya sea futbolística, artística o televisiva. Defienden a más no poder lo que es suyo y rara vez pierden lo que les pertenece, tal como ocurrió con YPF.

Tras el anunció de Fernandez y la recuperación de la empresa estatal, según una encuesta que realizó a nivel nacional para Página/12 el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), tres de cada cuatro argentinos está de acuerdo en recuperar el 51% de YPF, porque consideran que los españoles no hicieron las inversiones necesarias y que el Estado debe controlar los recursos nacionales estratégicos.

La muestra refleja que menos de un 3 por ciento cree que YPF debe estar en manos privadas, un 23 considera que podría ser administrada por capitales privados argentinos y nada menos que el 70 piensa que la tiene que manejar el Estado. La imagen positiva de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se ubica en el 60,9 por ciento, muy cerca de los valores que tuvo antes y después de las elecciones de octubre.

"El ciudadano común tal vez no está al tanto de cifras de producción ni de remesa de ganancias ni nada por el estilo, pero todo el que tiene auto sabe las dificultades que hay con las naftas, en especial de algún tipo", explicó Roberto Bacman, sociólogo responsable de la consultora. Asimismo, señaló que "YPF tiene que ver con la argentinidad; por lo tanto, hay una gran expectativa".

¿Qué pasa con Chile?

Frente a los conflictos sociales los chilenos estos últimos meses han demostrado que están cansados con las injusticias que los afectan. Las marchas contra termoeléctricas, por una educación de calidad o por las estafas de las empresas privadas han marcado pauta.

Sin embargo, pareciera que la memoria es frágil en estos aspectos y al cabo de un tiempo todo se olvida, dejando de lado los problemas y siguiendo con la rutina. Diferencia marcada y reconocida que tenemos con los ciudadanos argentinos, quienes han demostrado que todo vale con tal de hacer cumplir sus derechos.



Sin duda que la determinación transandina hace mirar a los chilenos su propia situación, frente a la explotación de los recursos naturales. En este caso básicamente cobre, molibdeno y a corto plazo el litio.

Situación que se contrasta con lo que sucede con el cobre y Codelco. La privatización de la empresa estatal -la que ni siquiera posee el 50% de los recursos- ha sido el fantasma que la ha rodeado por varios años, dejando atrás la posibilidad de la renacionalización del cobre.

Para el ex senador Jorge Lavandero "la diferencia fundamental que tenemos con Argentina, es que ellos han valorizado sus recursos naturales. Y esto sucede esencialmente porque Chile tiene la mentalidad de esclavitud, que no ha logrado salir de la etapa colonial".

En esa línea agregó en diálogo con Cambio21 que "en Chile es escandaloso que debamos depender de los privados no solo en el tema del cobre, sino también debamos hacerlo con la salud, educación, carreteras, entre otros. Es por eso que admiro a los argentinos desde esa perspectiva, porque han sabido valorizar esos recursos".

Por último el ex legislador indicó que "nuestro país ha sido incapaz de recuperar en parte los recursos explotados por empresas privadas; es más, ni siquiera les han hecho pagar los impuestos, los tienen como privilegiados".

Por su parte, el diputado Marco Espinoza (PRSD) dijo a Cambio21 que "la decisión de Argentina es la respuesta inequívoca a la concentración de empresas privadas que existen en este lado del mundo".

A ello, el parlamentario agregó que "es importante que debamos hacer una fiscalización más rigurosa en Chile, porque la privatización está llegando a su limite y eso es un tema que nos preocupa".

Sobre una posibilidad de renacionalizar el cobre, el legislador indicó que "para hacer eso falta la decisión política de un gobierno para iniciar el proceso, del que hoy no existen ni luces, porque si bien tenemos quórum, no hay acción de parte de la administración de Piñera".

En cuanto al agua, otro recurso que ya no nos pertenece, el presidente del Senado, Camilo Escalona, llamó a Piñera a emular a su par argentina y nacionalizar los derechos de este recurso.

Escalona explicó que Chile debe recuperar sus recursos naturales, entre ellos los cuestionados derechos de agua, acusando que actualmente los cedidos a estudios de abogados son manejados especulativamente. Para la cabeza del Senado, estos derechos debieran ser nacionalizados y entregados a los pequeños agricultores que ven mermadas sus cosechas por la falta del recurso.

El efecto en la imagen presidencial

La imagen positiva de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se ubica en el 60,9 por ciento, muy cerca de los valores que tuvo antes y después de las elecciones de octubre. Desde ya que la medida tomada por la mandataria de expropiar el 51 por ciento de las acciones de Repsol ha sido clave para que CFK retorne a esos niveles de consenso, por cuanto -tal como había reflejado este diario- había perdido entre seis y ocho puntos de imagen positiva durante los últimos dos meses. Aun en ese momento, la Presidenta conservaba buena mayoría de los apoyos y, además, continúan sin surgir figuras de la oposición con imagen o intención de voto importante.

La tragedia de Once y el caso de la ex Ciccone fueron fuente de aquella pérdida de opiniones positivas. Sin embargo, con el anuncio de YPF la Presidenta volvió a tener la iniciativa y eso se refleja en los porcentajes. Además pone en situación complicada a los dirigentes opositores que no respaldaron la medida, porque al tener tanto consenso, estar en contra lleva a pagar costos políticos.

Como sucede desde hace más de un año, CFK recoge los mayores cuestionamientos en sectores de más poder adquisitivo, y los apoyos con porcentajes más altos vienen de la franja de ciudadanos más jóvenes y entre los de menores recursos. A diferencia de lo que ocurría en el momento del conflicto con las entidades agropecuarias, hoy en día no hay diferencias significativas en el respaldo tanto en las zonas urbanas como de las rurales.

FUENTE:CAMBIO21

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