jueves, 31 de mayo de 2012

 

Parlamentarios ven con desconfianza suspensión de Hidroaysén. Argumentan que puede ser una señal de "presión al ejecutivo para que finalmente se favorezca el proyecto"

Los ambientalistas por su parte aseguran que “Colbún fue utilizada por la transnacional española Endesa, propietaria del 51%, para usarla como punta de lanza contra la ciudadanía con una propuesta inaceptable para Chile”.
La decisión de suspender un estudio fundamental para el proyecto hidroeléctrico HidroAysén, que en la práctica implica detener todo el emprendimiento, fue sin duda la sorpresa que nadie en el mundo político y económico se esperaba.

Llama la atención la cautela y silencio con que se procedió, ya que fuentes entendidas en la materia aseguraron a Cambio21 que una decisión de tal naturaleza está respaldada en estudios serios tanto técnicos como financieros. Por ende, se agrega, es una materia que sin duda se analizó por largas semanas antes de hacer el anunció oficial.

Por otra parte, en círculos políticos no se descartaba que incluso las más altas autoridades del gobierno hubieran recibido un aviso sobre el trascendental hecho, antes de hacerlo público, recordando que HidroAysén no es un simple proyecto más si no que el más cuestionado y emblemático de todos.

Asi fue como cumplidos todos los pasos anteriores, Colbún, propietaria del 49% del megaproyecto perteneciente a la familia Matte, anunció la suspensión de manera indefinida el Estudio de Impacto Ambiental que corresponde a la línea de transmisión que difundiría la energía producida. La línea es fundamental para llevar a cabo la iniciativa, a cargo de un consorcio integrado por Endesa Chile, filial de la española Endesa, que involucra una inversión de 3.200 millones de dólares y la inundación de unas 5.000 hectáreas para la construcción de 5 represas y la generación de unos 2.750 megavatios de energía eléctrica.

Decisión rara

Si bien desde la empresa argumentan la decisión a que "no están dadas las condiciones para desarrollar proyectos energéticos de esta magnitud y complejidad", desde la oposición, parlamentarios ven con desconfianza la determinación.

Uno de ellos es el diputado Patricio Vallespín (DC), quien en diálogo con Cambio21 indicó que "todo lo que signifique una suspensión o paralización de este polémico proyecto, rechazado por la gran mayoría de los chilenos, es una buena noticia, aunque es una decisión rara".

El parlamentario e integrante de la comisión de Recursos Naturales agregó que "esperemos que tras esta acción no surjan las presiones indebidas pues el futuro energético del país debe ser decidido por todos, de la forma más amplia posible y pensando en un futuro realmente sustentable".

Por último, agregó que "sin duda en Chile no existe una política que pueda ver este tipo de proyectos que representa un atentado para el medio ambiente y para los recursos naturales de la Patagonia que, de concretarse esta millonaria inversión, sufrirán un grave impacto".

Por su parte, el diputado Alfonso de Urresti (PS) manifestó "tener dudas sobre la decisión de Colbún", argumentando que "sin duda es una señal de presión al ejecutivo para que finalmente se adopte una determinación a favor de proyecto hidroeléctrico".

Aunque el legislador indicó a Cambio21 que "la determinación de la empresa también nos da la razón en el sentido de que HidroAysén no tienen ninguna sustentabilidad. Cualquier modelo de desarrollo energético debe contar con la opinión de los ciudadanos que se verán afectados por este tipo de proyectos".

Finalmente el parlamentario indicó que "sin duda estamos frente a un triunfo de la ciudadanía movilizada, porque se ha logrado crear conciencia en la gente de que no se pueden seguir aprobando proyectos sin los debidos estudios".

Ambientalistas aplauden decisión

Organizaciones ecologistas celebraron la decisión de la empresa Colbún. Agrupaciones como Patagonia Sin Represas y Greenpeace señalaron que ello demuestra la inviabilidad del proyecto de megacentrales hidroeléctricas en la austral región de Aysén, unos dos mil kilómetros al sur de esta capital.

Los ambientalistas opinaron que "Colbún fue utilizada por la transnacional española Endesa, propietaria del 51 por ciento restante, para usarla como punta de lanza contra la ciudadanía con una propuesta inaceptable para Chile".

El director de Greenpeace en Chile, Matías Asún, manifestó por su parte que "hay falta de claridad respecto de la política energética que el país necesita a nivel de generación, distribución y consumo".

Los ecologistas destacaron el hecho de que sea precisamente un socio de HidroAysén quien reconozca que el proyecto es inviable.

Al no presentarse el Estudio de Impacto Ambiental para su evaluación, no podría aprobarse el proyecto que conectaría las plantas generadoras con el Sistema Interconectado Central.

FUENTE: CAMBIO 21

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