martes, 30 de junio de 2015

Análisis Semanal

Michelle Bachelet y el triunfo de la derecha

Víctor Herrero  7:12 hrs.
bachelet eyzaguirre
Nada hace pensar que su último enroque palaciego no sea también víctima de una autodestrucción anunciada. Nicolás Eyzaguirre, el ex ministro de Hacienda de Ricardo Lagos, será la nueva carta para llevar adelante la agenda de reformas de la Presidenta la que, a estas alturas, ya está completamente diluida para acomodarse a las exigencias y quejas de la derecha permanente de este país.
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La Presidenta Michelle Bachelet lleva meses luchando por restablecer cierto orden político en su gabinete. Hasta ahora, todas sus movidas han sucumbido al implacable efecto boomerang.
Por eso, nada hace pensar que su último enroque palaciego no sea también víctima de una autodestrucción anunciada. Nicolás Eyzaguirre —el ex ministro de Hacienda de Ricardo Lagos; el arquitecto del Crédito con Aval del Estado para financiar la educación superior; el ahora ex ministro de Educación de Bachelet; el político PPD amante de la guitarra y de Inti Illimani, con pasado en las juventudes comunistas en los años 80— será la nueva carta para llevar adelante la agenda de reformas de la Presidenta la que, a estas alturas, ya está completamente diluida para acomodarse a las exigencias y quejas de la derecha permanente de este país.
Como siempre ha sucedido en los últimos 25 años, desde que el país dejó atrás la dictadura en unos comicios diseñados por los propios militares, ante cualquier duda o obstáculo, la supuesta centro-izquierda opta por acercarse y acomodarse a las exigencias y quejas de la derecha dura. Después de todo, gran parte de los medios de comunicación de este país están impregnados, aunque lo nieguen, de un conservadurismo y derechismo que recorre sus mismos huesos. Los casos de El Mercurio y La Tercera resultan obvios. Pero también son profundamente reaccionarios medios de comunicación como TVN, Canal 13, Chilevisión y Megavisión. No sólo por la ideología de los empresarios que son dueños de esos medios, sino también por los periodistas-empleados que trabajan en esos medios y justifican su autocensura –y peor aún, apegar sus cerebros- todo por la necesidad de recolectar su salario a fines de mes. “Hay que pagar las cuentas a fines de mes”, es la frase que justifica la inamovilidad permanente de nuestras conciencias.
A mediados de los años 90, un director de un importante medio de prensa escrita me dijo –o más bien me gritó en mi cara- que esa publicación tenía dos principios básicos que yo, como periodista, no podía violar. El enojo del director se debió a que había decidido publicar una columna de un periodista francés que apoyaba el Estado de Bienestar Social en ese país. “Tiene que entender – me dijo gritando-; en este medio hay dos cosas que no transamos: el libre mercado y la democracia”.
Yo también estaba enojado y le contesté: “De acuerdo, sé que el libre mercado es sagrado en esta publicación, pero la democracia no lo es”. El director estaba fuera de sí con mi respuesta. “¿Me acusas de ser antidemocrático?”, me gritó. “No, tú no lo eres”, le contesté ofuscado. “Pero explícame por qué no podemos hablar de ‘dictadura’ y tenemos que usar la palabra ‘gobierno militar’”.
Claro, eran los años 90 y los eufemismos en el lenguaje político eran un asunto corriente. Para mi todo ello me acordaba a George Orwell: el lenguaje forma conciencia política.
Y lo que está pasando ahora no es muy distinto.
El lenguaje y la conciencia política han sido moldeadas durante las últimas tres o cuatro décadas por esos medios de comunicación de la derecha; por el empresariado; por la economía que triunfa sobre la democracia. Y es un discurso al que, por desgracia, recurren nuestros gobernantes –supuestamente de centro izquierda- cuando se ven acorralados políticamente por la derecha permanente.
Entonces, realmente no importa ni la agenda de reformas de Bachelet, ni nada en realidad. Al final, la derecha en este país siempre triunfará… por ahora.

Rectores denuncian falta de información en proyecto de gratuidad universitaria

Carlos Arias  17:42 hrs.
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Los rectores de las universidades de Antofagasta, Biobío y La Frontera manifiestan sus dudas sobre el proceso de gratuidad que se quiere implementar en educación superior. Principalmente, porque se acercan los plazos de discusión del presupuesto universitario, donde es necesario manejar los criterios de distribución de recursos.
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Inquietud genera entre los rectores de las universidades agrupadas en el Cruch el retraso en la transmisión de la información relativa al proceso administrativo mediante el cual se implementará la gratuidad para los estudiantes que pertenezcan al 60 por ciento más vulnerable del país.
Sergio Bravo, rector de la Universidad de la Frontera, indicó que la falta de información es absoluta: “Lo que preocupa sobremanera al considerar que estamos en un periodo del año en que las universidades comienzan a elaborar sus presupuestos para el año siguiente”.
Luis Loyola, vicepresidente del Consorcio de Universidades Estatales y rector de la Universidad de Antofagasta, ahondó en la falta de información, pues en su concepto “hay muchas interrogantes en lo relativo a los aranceles de matrícula y referencia, así como en transparencia a la hora de rendir cuentas, ya que son dineros del Estado”.
“¿Qué va a pasar con el arancel de matrícula? que según escuché al jefe de educación superior que no hay que cobrarlo, para nosotros es un tema delicadísimo, segundo, ¿por qué nos están pidiendo que no aumentemos la matrícula, los cupos? Las universidades del Estado hemos estado por años restringidos, necesitamos crecer. Por otro lado se nos dice que tampoco debemos aumentar el valor de la matrícula, entonces ¿cómo financiamos nosotros el reajuste del sector público?”, se preguntó Loyola.
En la misma línea, el rector Héctor Gaete de la Universidad del Biobío señaló que a pesar de que se han reunido con el Ministerio, éste no les ha entregado ningún documento en el que conste la política pública que se elabora y que tampoco “se nos ha dicho nada de cifras”. “Tampoco no se nos ha dicho hasta donde cubriría ese margen adicional al arancel de referencia”, indicó Héctor Gaete.
Además, para el Rector resulta una lástima que el Ministerio se reste de las reuniones del Consejo de Rectores, considerando que dicho estamento es presidido, al menos legalmente, por el ministro del ramo.
En este contexto los rectores  de la U. de La Frontera, Sergio Bravo; de la U. del Biobío, Héctor Gaete; y de la U. Católica de Valparaíso, Claudio Elórtegui se reunirán este viernes con el jefe de la División de Educación Superior del Ministerio de Educación, Francisco Martínez.

Gabriel Boric: A la Nueva Mayoría le falta convicción

Andrés Ojeda  6:10 hrs.
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Educación y desafíos de Adriana Delpiano y aportes de empresas a campañas políticas fueron parte de los temas analizados por el parlamentario de la Izquierda Autónoma. Para quien es fundamental que el Gobierno deje de ver a los actores sociales como sus enemigos.
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El diputado de la Izquierda Autónoma apuntó sus dardos en contra de la Nueva Mayoría porque el oficialismo analiza la posibilidad de censurar al vicepresidente del Senado y líder del MAS Alejandro Navarro, por exigirle transparencia a los legisladores nacionales.
Para Boric, esa censura sería una prueba de la “falta de convicción” que tiene la Nueva Mayoría. El parlamentario además, no le pone la lápida a Marco Enríquez Ominani y le pide que dé explicaciones por los aportes que habría recibido de SQM.
¿Cómo ve la inminente censura que podría caer sobre el senador del MAS, Alejandro Navarro luego que llamara a transparentar si el resto de los legisladores recibió o no, aportes reservados de empresas ligadas a la pesca industrial?
Me parece una completa vergüenza y, de hacerse efectiva esta censura, creo que daría cuenta de cómo la Nueva Mayoría no entienden nada del contexto político en el que estamos y que al final todos los casos de corrupción, de financiamiento irregular de campañas, lo siguen viendo desde una perspectiva individual y no como un problema colectivo y yo creo que eso es una demostración muy patente de la falta de convicción que anida en el seno de esa coalición.
¿Cree que estos aportes que apunta Navarro se den de forma transversal?
No lo sé, yo no tengo ningún antecedente, pero si es que explícitamente se niegan a decir si es así o no, evidentemente que se siembra la semilla de la sospecha y la desconfianza en la política va minando también el buen funcionar de las instituciones, y eso es lo que estamos viendo en Chile hoy día.
Justamente, otro político salió nombrado por posibles pagos de SQM, Marco Enríquez Ominami. Según Enríquez esto no sucedió, es decir, dice que no hubo aportes irregulares, sin embargo no desconoce que él solicitó de forma legal aportes de empresas a su campaña, entre ellas, Soquimich. ¿Cómo ve usted estos hechos?
Yo no tengo más antecedentes de lo que ha salido en la prensa al respecto, pero hasta donde yo entiendo, Marco Enríquez Ominami reconoció haber pedido aportes a SQM, tal como él dijo, lo hacía con todas las empresas a las que iba a visitar. Si esos aportes se hicieron efectivos o no, la verdad yo no lo sé.
Creo que desde un punto de vista ético y desde una convicción de izquierda no es apropiado pedir financiamiento ni legal, ni menos ilegal, por cierto, a empresas como SQM. Que, además, gestionan intereses que un candidato de izquierda va a ir en contra de esto, entonces ahí hay una inconsistencia. Yo creo que Marco (Enríquez) tiene el deber de explicar bien y de aclarar el tema, creo que no hay que condenarlo antes de que haya un momento para que él pueda defenderse, pero sin lugar a dudas, debe dar explicaciones.
Este sábado la presidenta Michelle Bachelet trasladó al ministro Nicolás Eyzaguirre desde la cartera de Educación a Segpres, ¿qué análisis hace de esa modificación?
Yo creo que da cuenta del desgaste que venía teniendo Eyzaguirre y de la incapacidad que había tenido el Ministerio de Educación para convocar a los actores sociales que hicieron posible la discusión de estas reformas y que hoy no se sentían parte de la construcción de las mismas.
¿Pero le parece contraproducente o favorable el cambio de Eyzaguirre?
Yo no soy parlamentario de gobierno, entonces no me corresponde como juzgar cada detalle de los cambios que hace el Gobierno. Hay que ver cómo trabajan, no tengo aprensiones a priori.
¿Y acerca del rol que tendrá la ministra Adriana Delpiano, la ve como una persona idónea?
Yo la verdad no conozco su manera de trabajar, he leído algunos artículos sobre ella, pero creo que sería irresponsable cerrarle la puerta, con un portazo, antes de que mostrara “sus cartas”. Entonces, en este tipo de cosas que son tan sensibles y conscientes de la responsabilidad que todos tenemos, es mejor, darle espacio para que nos sorprenda.
Ojala que la nueva ministra (Adriana Delpiano) entienda que estas reformas no se pueden hacer sin el apoyo popular. No se pueden hacer sin la gente que hizo posible su discusión, sin los estudiantes, sin los profesores, sin los trabajadores de la educación y ojala cambie la lógica de la tecnocracia por la lógica de la participación, democracia e inclusión, y en eso vamos a ser muchos los que estamos dispuestos a dar un paso al frente para colaborar.
En ese sentido, los senadores de la comisión de educación de la Nueva Mayoría estrecharon lazos con la oposición y le dieron apoyo al ministro Eyzaguirre en la discusión del proyecto de carrera Docente. Usted señaló su descontento a este acuerdo en una conversación con el senador Rossi que le dijo que esto no era la Guerra Fría. Sin embargo, la situación entre los profesores y el gobierno no parece acercarse. ¿Qué habría que hacer, cuál sería la solución para destrabar el conflicto de carrera docente?
Esa declaración, desde mi punto de vista, es una vergüenza. En particular ver a un senador Socialista (Fulvio Rossi) firmando junto con la UDI, con la derecha más recalcitrante en Chile, una declaración conjunta en contra de los profesores me parece que demuestra en que está el Partido Socialista hoy día y el PPD, por cierto. Creo que es lamentable, da cuenta de la falta de capacidad de escuchar que tiene el Parlamento y que sigue sin entender que la reforma no se puede hacer sin los actores sociales que van a sufrir las consecuencias de las mismas.
Sin embargo, la presidenta dijo que no lo iba a retirar el proyecto y que el Congreso es el lugar para tramitar el proyecto, un llamado similar al que hizo Sebastián Piñera en 2011 al calor de las movilizaciones estudiantiles.
El Congreso, sin lugar a dudas, tiene un rol que cumplir. Pero el gobierno ojala entienda que el Parlamento y el Congreso hoy día están profundamente desprestigiados y que no son representativos, tal como está el Estado del arte hoy en Chile de la diversidad de la sociedad chilena y, en particular, de los actores que quieren impulsar reformas.
El gobierno ojalá deje de ver a los actores sociales como enemigos, como adversarios y los vea como aliados y para eso tiene que ser capaz de convocarlos, y un proyecto de carrera docente que en un comienzo, antes de las modificaciones, contaba con un 97 por ciento de rechazo de los mismos profesores es un proyecto en donde las cosas se hicieron muy mal, entonces ojala logremos superar las desconfianzas, desde todos los sectores y podamos empujar el proyecto de carrera docente.
Los profesores, si es algo que quieren, es mejorar sus condiciones laborales. Los profesores están totalmente disponibles a evaluarse desde una perspectiva que reconozca las realidades en las que enseñan. Los parlamentarios de izquierda estamos totalmente disponibles para aportar en esa solución. Yo creo que la Comisión de educación de la cámara y en particular, Camila Vallejo, hicieron un gran esfuerzo por avanzar, pero el gobierno no se allanó. Ojala, que con el cambio de ministra esto pueda ver la luz y podamos avanzar todos juntos en estos.

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FUENTE: RADIO U. DE CHILE