miércoles, 28 de febrero de 2018


Presidente de la Sociedad Chilena de Dermatología dice que hay un asunto que el piñerismo no consideró a la hora de evaluar el nombramiento de Juan Manuel Toso

Crece presión contra subsecretario de Redes Asistenciales del Ministerio de Salud designado por Piñera

por  28 febrero, 2018
Crece presión contra subsecretario de Redes Asistenciales del Ministerio de Salud designado por Piñera
El ex presidente del Colegio Médico, Enrique Paris, quien incluso trabajó en el equipo de salud de Piñera, también se sumó a los cuestionamientos y sinceró que “desgraciadamente yo comparto las declaraciones de la presidenta del Colegio Médico".
A través de una declaración pública este miércoles, la agrupación de Médicos Residentes en Chile criticó la designación del doctor Juan Manuel Toso Loyola como el próximo subsecretario de Redes Asistenciales del Ministerio de Salud.
En el comunicado, la agrupación hace referencia a la sanción en contra de Toso por el comité de Ética del Colegio Médico de Chile en el año 2016, por su responsabilidad en irregularidades denunciadas por la Sociedad de Dermatología de Chile (Sochiderm), tanto en el proceso de selección como formativo para el programa de especialidad en dermatología en 2013 en el Hospital El Pino. Para ese entonces, Toso era director del Servicio de Salud de dicho hospital y se benefició directamente a su hija con uno de los cupos de la formación.
Desde Médicos Residentes de Chile calificaron el hecho como "grave y lamentable".
Sin embargo, esta agrupación no ha sido la única que se ha manifestado en contra del próximo subsecretario de Piñera, más bien, se suma a la carta del presidente de la Sociedad Chilena de Dermatología, Nelson Navarrete, quien se refiere a un asunto que el equipo de Piñera no consideró a la hora de evaluar el nombramiento.
Según una denuncia presentada en agosto de 2014, el doctor Toso consintió graves irregularidades en la creación del Servicio de Dermatología del Hospital El Pino, a fines del año anterior, 2013, cuando ese recinto estaba bajo su jurisdicción como director del Servicio de Salud Metropolitano Sur, cargo que ocupó entre 2011 y 2014.
“La designación de los cargos de las subsecretarías estuvo rodeada por una promesa de rigurosidad administrativa y ética que fue largamente publicitada por el Presidente electo, Sr. Sebastián Piñera. Sin embargo, debemos suponer que tal rigurosidad no fue respetada. La Subsecretaría de Redes Asistenciales del Ministerio de Salud sería ocupada por el Dr. Juan Toso Loyola, quien ya fuera director del Servicio de Salud Metropolitano Sur en el anterior gobierno del entonces Presidente Piñera. En el ejercicio de su cargo, el año 2013, el Dr. Toso Loyola participó en forma directa en la designación de cargos de formación de especialistas utilizando fondos públicos, en la Universidad de Santiago de Chile con asiento en el Hospital El Pino, del área sur de Santiago”, manifestó Navarrete a través de la misiva.
Sumándose a los emplazamientos de las organizaciones, el ex presidente del Colegio Médico, Enrique Paris, aseguró que hay “algunos reparos” por el nombramiento de Toso.
“Desgraciadamente yo comparto las declaraciones de la presidenta del Colegio Médico de que es un poco preocupante que, teniendo él una sanción ética proveniente del Colegio Médico al cual pertenece, no se considere esa situación como algo delicado”, dijo Paris, quien trabajó en el equipo de salud de Sebastián Piñera en su primer mandato, pero que en esta oportunidad no fue designado en ningún cargo del área de salud por el Mandatario electo.
“Yo creo que es como pasar a llevar un poco al Colegio Médico, y mirar en menos a las sociedades científicas. Si la Sociedad de Dermatología también considera que él actuó mal, entonces esa autoridad cómo va a poder dialogar con la sociedad científica”, apuntó, según consigna Pulso. 
FUENTE/ EL MOSTRADOR

Los “súper sueldos” de más de $6 millones de los gobiernos de Piñera y Bachelet

la moneda
Un correo electrónico con el asunto “honorarios” recibieron en la penúltima semana de febrero los 23 ministros que asumirán el próximo 11 de marzo. Remitido por el presidente electo Sebastián Piñera, el mensaje contenía un documento adjunto, titulado “Criterios para la contratación de personal a honorarios en ministerios”, con una clara instrucción sobre el monto de los salarios que se podrán pagar a quienes concentran los mayores sueldos del aparato público.
En la minuta, Piñera pidió a sus ministros tener una “especial consideración” respecto de las ofertas salariales a jefes o encargados de prensa o comunicaciones, periodistas o asesores comunicacionales, jefes de gabinete, asesores de gabinete de ministros o subsecretarios, coordinadores de asesores o áreas, asesores legislativos, asesores en general y directores de programas. Ello, con el fin de evitar que se repitan las críticas por los altos salarios pagados a quienes ocuparon esos cargos durante su primera administración, entre 2010 y 2014.
Sebastián Piñera
Sebastián Piñera
En el documento de página y media, el presidente electo instruyó a sus ministros a rebajar hasta en 10% el gasto en contratación de personal a honorarios. Y les ordenó además, que los sueldos ofrecidos “en ningún caso” superen el 90% de la remuneración bruta mensual del jefe o superior de servicio.
Está por verse si la instrucción de Piñera será cumplida. De ser así, se estaría poniendo freno al aumento sin control de los sueldos de los principales cargos de confianza en el gobierno y en la administración pública en general. Según estudios especializados, ello reproduce la desigualdad en Chile.
Según datos de Transparencia analizados por CIPER, en 2017, 109 funcionarios del gobierno central percibieron sueldos iguales o superiores a $6 millones mensuales. A la cabeza del grupo figuran profesionales y directivos de la Presidencia y de los ministerios Secretaría General de la Presidencia, Hacienda, Educación, Secretaría General de Gobierno y Defensa. En este equipo titular de los empleados públicos mejor pagados de Chile, aparecen precisamente los cargos a los que aludió Piñera en la minuta a sus ministros.
En el estudio “Desiguales”, publicado a fines de 2017 por el PNUD, los investigadores Matías CociñaRaimundo Frei y Osvaldo Larrañaga sostienen que el Estado chileno replica en sus sueldos la disparidad de ingresos existente en la economía. Mientras el aparato público paga a unas 400 personas de diversas reparticiones y entidades fiscales una remuneración mensual sobre $5,9 millones, el sueldo promedio de los 5,5 millones de trabajadores que cotizan en una AFP alcanza apenas a $753.477 mensuales.
Las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) son claras: la mitad de los trabajadores chilenos recibe un ingreso mensual de $350 mil o menos y sólo el 1,2% alcanza un salario superior a los $3 millones cada mes. Es en ese 1% donde se ubica gran parte de los mandos medios de la administración pública.
CIPER revisó las remuneraciones mensuales brutas pagadas a los empleados de planta, contrata y honorarios de 19 ministerios y subsecretarías del gobierno central en diciembre de 2013 y junio de 2017, correspondientes al último año de las administraciones de Sebastián Piñera y Michelle Bachelet, respectivamente. De la nómina se excluyó a los ministros y subsecretarios, cuyos sueldos están fijados por  ley (Escala Única de Remuneraciones) y que van incrementándose cada año según los reajustes que negocia el sector público, además de algunos bonos.

LOS MINISTERIOS DE LOS “TOP”

Las cifras analizadas por CIPER revelan que, mientras en junio de 2017, en pleno gobierno de Bachelet, había 109 trabajadores del Estado recibiendo sueldos por $5,9 millones o más, en los últimos meses del primer gobierno de Piñera (diciembre de 2013) 119 funcionarios registraban un ingreso de ese monto o superior ($5,1 millones de entonces, dinero que a junio de 2017 equivale a $5,9 millones). Las conversiones se hicieron utilizando el valor de la UF para cada período.
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Michelle Bachelet
Las cifras llaman la atención, ya que en marzo de 2014 el entonces recién asumido ministro de Hacienda de Bachelet, Alberto Arenas, envió un oficio a todas las reparticiones públicas fijando un tope de sueldo para los asesores de gobierno. El texto, distribuido a ministros, subsecretarios, intendentes y jefes de servicio, establecía que los montos brutos mensuales de los honorarios “no podrán superar la remuneración bruta mensualizada del correspondiente subsecretario, intendente o jefe superior”.
Con esa medida, el gobierno de Bachelet le dio sustento a la fuerte crítica que desplegó la Nueva Mayoría durante la administración de Piñera a los altos sueldos pagados por su gobierno para lograr atraer personal altamente capacitado desde el sector privado. Pero lo prometido se quedó en las intenciones. Porque el análisis de CIPER muestra que en 2017 los salarios de los funcionarios públicos se asemejaron bastante a los de 2013.
Y como en política hay amnesia, durante la última campaña presidencial los altos sueldos y el aumento de los empleos públicos fueron un blanco frecuente de la coalición que apoyó a Sebastián Piñera.
Las cifras de la Dirección de Presupuestos (Dipres), que consideran sólo al gobierno central, muestran que mientras en 1995 el Estado empleaba a 130 mil personas, en 2010 la cifra había dado un salto a 203 mil y para 2018 se considera una planta de 250.664 funcionarios, casi el doble en 23 años. “Este incremento corresponde principalmente al programa de traspaso de personal de honorarios a contrata, destacando además un importante aumento de la dotación (2.544 personas) asociado a la puesta en marcha de nuevos jardines infantiles”, se explica en el Informe de Finanzas Públicas (IFP) incorporado en la Ley de Presupuestos de este año. El monto total destinado a este aumento de personal fue cifrado en US$12.765 millones.
Solo en 2017 la Encuesta Nacional de Empleo del INE evidenció que el sector público generó 71.109 puestos de trabajo a través de sus diversas reparticiones, oficinas y programas.

REGALÍAS DE LAS QUE SE HABLA POCO

Cada año el número máximo total de empleados que tendrá cada ministerio, tanto en planta como contrata y honorarios, lo fija el Ministerio de Hacienda a través de la Dipres. En la misma operación se determina la cuantía de bonos y asignaciones. Un acápite que es mirado con mucha atención por los funcionarios y su gremio (ANEF), ya que en el sector público tienen un carácter relevante: las regalías pueden llegar a representar el 76% del sueldo.
Según publicó La Tercera en noviembre de 2017 (ver artículo) entre enero y septiembre de 2017 la suma de los casi 50 incentivos de remuneraciones que existen para los distintos servicios del aparato público implicó un desembolso para el Estado de unos US$5.841 millones. Solo entre bonos y aguinaldos de Fiestas Patrias y Navidad los funcionarios recibieron unos US$795 millones adicionales, un alza de 16,6% (unos US$107 millones) respecto de lo que se pagó durante el gobierno de Sebastián Piñera.

EL PAGO DE CHILE

Usualmente,  el fichaje de personal a contrata y a honorarios permite a cada gobierno incorporar su sello ideológico al aparato estatal. Una facultad del sistema presidencial imperante que se ha transformado en un importante coto de caza político ya que los sueldos que se pagan son de los mejores.
Maria Luisa Brahm
Maria Luisa Brahm
En las 24 reparticiones analizadas durante ambas administraciones se encontraron funcionarios de alto rango que recibieron ingresos por más de $7 millones: 42 personas en la administración Piñera (sueldos de más de $6,1 millones de diciembre de 2013) y 14 durante el actual gobierno.
En 2013, el mayor monto correspondió a los honorarios de la abogada y jefa de asesores del gobierno, María Luisa Brahm. La actual ministra del Tribunal Constitucional, cuyo voto fue clave para la aprobación del proyecto de ley de aborto en tres causales, registró un ingreso de $8.041.635 (325 UF, equivalentes a unos $9,1 millones).
En el actual gobierno de Bachelet, el salario público más alto corresponde al abogado Óscar Sandoval Navarrete, contratado en planta de la Presidencia como director administrativo con un sueldo mensual de $7.765.742 (291 UF).
Si se cotejan esas cifras con el sector privado, un estudio de la consultora Mercer informó en 2016 que su última encuesta de remuneraciones arrojó que el sueldo base de un gerente en Chile es de al menos $6 millones mensuales. El estudio añade que los ejecutivos locales de ese nivel son los mejor pagados de la región entre sus pares.

“SÚPER SUELDOS” PARA ABOGADOS E INGENIEROS

Al analizar los mejores sueldos de la administración central reportados por Transparencia, CIPER constató que en 2013 estos corrieron por cuenta de los ministerios Secretaría General de la Presidencia (Segpres) y Energía, además del área de la Presidencia. En 2017 el ranking lo lideran tres carteras: los ministerios de EducaciónEnergía y nuevamente la Secretaría General de la Presidencia.
Si se examina qué carteras concentraron el mayor número de los “súper sueldos” del gobierno, se verá que en 2013 fueron los ministerios de EducaciónHacienda e Interior (36,98% del total de los mayores ingresos); mientras que en  2017 al inicio de la tabla se ubican los ministerios de HaciendaEnergía e Interior (33,34% del número total de los mejor pagados).
Ministerio de Hacienda
Ministerio de Hacienda
Otro factor que es necesario incorporar en este análisis es si esos sueldos corresponden a funcionarios pagados por planta, contrata o a honorarios. En 2013, el 52,1% de los sueldos altos correspondía a personal de planta. En promedio fueron 62 funcionarios que percibieron un sueldo equivalente a $6,6 millones (llevado a valor actual). La mitad de ellos cumplía labores en las carteras de Educación, Energía e Interior.
Si se examina la planta de junio de 2017, el 59,6% de los funcionarios de altos ingresos -65 personas con sueldos que promediaron $6,6 millones- están adscritos a los ministerios de Agricultura, Secretaría General de la Presidencia y Energía.
Respecto de los funcionarios mejor pagados bajo la modalidad “honorarios”, en la administración Piñera (2013) encontramos a 41 personas repartidas entre los ministerios de Economía, Hacienda y Educación (34,45%), recibiendo un ingreso mensual promedio de $6,3 millones (unos $7,1 millones de junio de 2017). En esa misma condición laboral, bajo la administración Bachelet (junio 2017) había 35 trabajadores con un sueldo mensual promedio de $6,5 millones, ubicados en Presidencia, Hacienda y Economía, principalmente.
A contrata, en tanto, había 16 personas en 2013 con “súper sueldos”, ganando en promedio $5,6 millones (unos $6,3 millones actuales) y se les podía encontrar mayoritariamente en los ministerios de Agricultura, Educación y Energía. En junio de 2017, bajo esa misma condición laboral, había solo nueve “súper sueldos”, con un ingreso promedio de $6,4 millones instalados en Educación, Energía e Interior.
Si se analiza por profesión, los datos de Transparencia arrojan que en ambos períodos los abogados lideraron el ranking de los mejor pagados. No sólo en número, sino que también en montos: en 2013 hubo 38 abogados entre los “súper sueldos” de la función pública,  cobrando en promedio $7 millones mensuales (valor actual). La mitad estaba en Agricultura, Defensa y Energía.
Las carteras donde se concentraron los abogados en la administración Bachelet fueron distintas: en junio de 2017 encontramos a 29 abogados repartidos en Hacienda, Interior y Educación , cobrando una remuneración mensual promedio de $6,6 millones.
Las otras profesiones con mayores sueldos pagados por el Estado en 2013 fueron ingeniería civil, sobre todo en los ministerios de Energía y Educación; mientras que en 2017 los ingenieros comerciales se convirtieron en el segundo grupo con mayor participación en los “súper sueldos”, principalmente en Hacienda y Energía.
En ambos períodos también encontramos periodistas entre los “súper sueldos” del gobierno: seis en 2013 con un sueldo mensual promedio de $6,7 millones (valor actual) y siete periodistas en la actual administración, con un ingreso mensual promedio de $6,6 millones.
La discriminación de la que son víctimas las mujeres en sus remuneraciones también se evidencia en este análisis que hizo CIPER de los “súper sueldos” que paga el gobierno de turno. En ambos períodos el porcentaje de mujeres no supera el 25%.

1% MÁS RICO

El análisis realizado por CIPER es solo una muestra de los “súper sueldos” que paga el gobierno. Pero el fenómeno se extiende a toda la administración del Estado. En su estudio “Desiguales”, Cociña, Frei y Larrañaga sostienen que existen al menos 400 funcionarios del sector público que reciben más de $5,9 millones mensuales. Con ese nivel de ingresos, todos ellos pertenecen al exclusivo grupo de casi 99.000 personas que en Chile forman parte del 1% más rico de la población.
En ese listado están la Presidenta de la República ($10,1 millones mensuales) y sus ministros ($9,1 millones mensuales en promedio), además de sus asesores más cercanos con ingresos mensuales iguales o superiores a los $6 millones.
desiguales“Desiguales” también considera en su análisis los ingresos establecidos por ley para los 21 jueces de la Corte Suprema ($9,1 millones), los parlamentarios ($9,1 millones los senadores y $8,6 millones los diputados); treinta empleados del Banco Central, incluyendo a sus consejeros ($8,7 millones o más cada uno) y algunos funcionarios de las universidades estatales. En total, la investigación de los tres académicos identificó a 230 empleados del sector público que reciben ingresos equivalentes al sueldo base de un gerente de empresa mediana e incluso de algunas grandes, sin contar sus bonos (ver tabla).
La investigación de Matías Cociña, Raimundo Frei y Osvaldo Larrañaga detalla un segundo grupo de altos ingresos con $5,9 millones mensuales bruto en promedio. En este segmento se ubican médicos y directivos de hospitales; los presidentes de las Cortes de Apelaciones ($6,7 millones) y los 169 jueces y fiscales de las Cortes de Apelaciones ($6,3 millones). También se incluye a 51 funcionarios del Senado y la Cámara ($5,7 millones).
En los sueldos de este segmento no se contabilizaron las asignaciones complementarias. “En este rango de remuneraciones se ubica la mayoría de los jefes de división ministerial, y algunos altos funcionarios del gobierno central, como fiscales, asesores de primera línea y otros. Su número varía por ministerios, pero en total suman alrededor de 150 funcionarios”, se lee en “Desiguales”.
A ese grupo, los investigadores suman otros 100 profesionales que trabajan en las superintendencias, el Servicio de Impuestos Internos (SII) y la Dirección de Presupuestos (Dipres), del Ministerio de Hacienda.
Otro cálculo realizado por El Mercurio con cifras de Transparencia a diciembre de 2016, indicó que los funcionarios que reciben una remuneración bruta igual o superior a los $5 millones en la administración central son 600. Señala además,que seis autoridades de gobierno registraron ese año un salario mayor al de Bachelet: la ministra de Educación, Adriana Delpiano ($11,4 millones, monto que incluye un bono por modernización) y los subsecretarios Francisco Díaz (Trabajo) y Valentina Quiroga (Educación), con $10,6 millones al mes cada uno. En esa nómina de “súper sueldos” también figura el ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz ($10,5 millones) y  la intendenta de Aysén, Karina Acevedo ($10,2 millones).

RAYADO DE CANCHA

Determinar si un mismo funcionario hubiera ganado lo mismo, más o incluso menos por una función similar de gestión en el sector privado, es altamente complejo. Quien se lanzó al agua es el próximo director de Dipres, Rodrigo Cerda, quien como director alterno del Instituto Clapes UC, realizó el estudio “Remuneraciones del sector público”. Allí sostieneque, “en promedio, los trabajadores del sector público están mejor remunerados que sus contrapartes del sector privado con similares características observables”.
Rodrigo Cerda
Rodrigo Cerda
Distinta es la conclusión que hacen en las empresas “cazatalentos”. Desde allí se advierte que no siempre los funcionarios públicos ganan más que sus pares en el sector privado, porque lo que no se contabiliza a la hora de sacar cuentas es la confianza y el compromiso que significa el trabajo público. Un ejemplo claro de ello son las horas extraordinarias que un profesional debe estar a disponibilidad del gobierno. Un cargo de confianza implica también una apuesta personal por horarios y condiciones a veces menos rígidas.
Otro sector que se equipara al menos en el nivel de sueldos con su símil en el sector privado, es Salud. Representantes de los gremios de funcionarios públicos dijeron a CIPER que los sueldos en esta área deben estar alineados con el mercado, ya que se requieren trabajadores de alta experiencia técnica y manejo de personas, y como son escasos, hay que levantarlos del mundo privado.
En las próximas semanas, los ministros, subsecretarios e intendentes recién nombrados por Sebastián Piñera seguirán conformando sus equipos de trabajo con gente de su extrema confianza política. Cada uno de esos movimientos se hará bajo el atento escrutinio de los partidos del nuevo oficialismo. Todos ellos buscan poner allí a su gente, para ganar espacios, influencia y poder en vistas de las próximas elecciones en el horizonte.
Esta vez habrá un manual presidencial sobre la mesa: el instructivo “Criterios para la contratación de personal a honorario en ministerios”. Después de unos meses se verá si el nuevo gobierno llega con el cuchillo del carnicero, cortando de un lado grasa y “súper sueldos” a tajo abierto para engrosar con lo mismo en otro; o con el bisturí del cirujano: terminando con una desigualdad odiosa y ejecutando la reingeniería que el Estado necesita con urgencia.
FUENTE/ CIPERCHILE

Dávalos, la supuesta estafa y su próxima formalización

La cita en que también se re formalizará a Natalia Compagnon y Mauricio Valero quedó fechada para el 28 de marzo en el Juzgado de Garantía de Rancagua, en la arista que investiga los informes presuntamente plagiados y luego vendidos al empresario Gonzalo Vial. “Tenemos información de que a la época de los hechos el señor Dávalos se presentaba como gerente de proyectos de Caval”, dijo el fiscal regional.
Diario Uchile
  Miércoles 28 de febrero 2018 18:49 hrs. 
Sebastian Davalos
Para el 28 de marzo y en el Juzgado de Garantía de Rancagua quedó fijada la audiencia de formalización de Sebastián Dávalos, hijo de la presidenta Michelle Bachelet, por la arista del caso Caval que investiga una supuesta estafa al empresario Gonzalo Vial. También se llevará a cabo la re formalización de Natalia Compagnon y Mauricio Valero, socios de Caval.
Así lo confirmó el fiscal regional, Sergio Moya, quien afirmó la calidad en la que se encuentra Dávalos y cuál fue una de las principales pistas que les llevó a pasar a esta etapa judicial.
“Está (siendo investigado) en calidad de autor del delito de estafa. Mauricio Valero señaló que la confección de los informes plagiados de Cochilco fue practicada por Sebastián Dávalos”, dijo, en alusión a la denuncia que presentó el hijo del dueño de Agrosuper, tras declarar que había pagado más de mil millones por esos documentos copiados.
La autoridad del Ministerio Público contó además que la defensa tanto del hijo como de la nuera de Bachelet fue advertida de esta formalización el día 16 de enero, luego de que se produjera la declaración del otro socio de Caval. En esa oportunidad, los abogados defensores, Fierro y Garafulic, habrían comprometido la entrega de una serie de antecedentes que liberarían a los imputados del “delito investigado”, y que desde el órgano persecutor les dieron plazo máximo hasta fin de ese mes. Sin embargo, Sergio Moya indicó a los medios que la defensa no compareció a las oficinas de la fiscalía.
“El día 31 de enero no se concretó la entrega de antecedentes, no se concretó la reunión –porque ellos pidieron suspenderla– y nosotros esperamos hasta el 15 de febrero, no obstante lo cual decidimos esperar dos semanas más, hasta el día de hoy para pedir la audiencia de formalización, y no hemos tenido ningún tipo de noticia”, explicó.
Por último, el fiscal Sergio Moya concluyó que esta decisión también se debe a que “los plazos de prescripción de este delito podrían cumplirse entre los meses de abril o mayo, por eso solicitamos la formalización”, agregando que “tenemos información de que a la época de los hechos investigados el señor Dávalos se presentaba como gerente de proyectos de Caval,  que además la empresa contrató servicios a diversas personas naturales y jurídicas para supuestamente dar cumplimiento a las asesorías prestadas a Gonzalo Vial, y que varias de esas prestaciones no existieron o en definitiva se trataba de boletas que no tenían respaldo”.
FUENTE/RADIO U.DE CHILE

El historial que condena a la Ley Antiterrorista

La controvertida ley ha sido el blanco de críticas, sugerencias y una infinidad de reparos por parte de organismos nacionales e internacionales vinculados a la defensa de los derechos humanos. Que se revise, que no se use en contra del pueblo mapuche y que se investiguen las denuncias en contra de la policía por la fuerza ejercida sobre la comunidad mapuche son algunas de las recomendaciones que ha recogido una ley que no ha condenado prácticamente a nadie.
Martín Espinoza C
  Miércoles 28 de febrero 2018 18:47 hrs. 
ley antiterrorista
La semana pasada, y tras la captura de Ricardo Palma Salamanca en Francia, el Estado chileno comenzó a mover sus piezas para agilizar su proceso de extradición. Pero la tarea no sería tan sencilla. La Corte Suprema visó este lunes la solicitud para traer al ex frentista de vuelta a Chile, pero una piedra podría ejercer la suficiente fuerza como para impedir que esa puerta se abra.
Se trata de la Ley Antiterrorista, históricamente cuestionada tanto dentro como fuera de territorio nacional. En conversación con Diario y Radio Universidad de Chile, el ex defensor de Palma, Alberto Espinoza, confirmaba dichos cuestionamientos:
“Este procedimiento presenta algunas dificultades de orden jurídico que son importantes de considerar. Una es que Palma Salamanca fue condenado por la ley antiterrorista. Es una ley que ha sido cuestionada por organismos del derecho internacional y de derechos humanos como la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Su cuestionamiento se da desde el punto de vista de la tipificación de los delitos terroristas y desde el punto de vista del procedimiento aplicado a las personas enjuiciadas, que afectan el debido proceso y el principio de legalidad”.

Una condena

La ley 18.314, la famosa ley antiterrorista, fue aprobada y promulgada por la Junta Militar en 1984 con el objetivo de sancionar las conductas terroristas que, para ser tipificadas de ese modo, han de cumplir con una serie de condiciones. Que el delito se cometa con la finalidad de producir en la población o en una parte de ella el temor justificado de ser víctima de este tipo de delitos, que se cometa mediante artificios explosivos o incendiarios, armas de gran poder destructivo, medios tóxicos, corrosivos o infecciosos u otros que pudieren ocasionar grandes estragos, o mediante el envío de cartas, paquetes u objetos similares, de efectos explosivos o tóxicos o que el delito sea cometido para arrancar resoluciones de la autoridad o imponerle exigencias, entre otras.
Pero las críticas hacia la normativa vienen de todos lados. Que no se apega al debido proceso, que permite el uso de testigos “sin rostro”, que restringe el acceso a medidas cautelares y que extiende los períodos de prisión preventiva son solo algunos de los reparos que despierta la controvertida ley.
Desde su llegada a La Moneda, el gobierno de Michelle Bachelet ha invocado en más de 20 ocasiones la ley antiterrorista, con resultados mediocres. Desde su reforma, en 2011, las condenas producto de la invocación de la ley no supera el par de casos. Uno de ellos podría conocerse pronto.
En julio, agosto y septiembre de 2014 se produjeron explosiones en un vagón del Metro Los Dominicos, en la primera comisaría de Santiago y en el Metro Escuela Militar respectivamente. En diciembre de 2017, después de más mil días de prisión preventiva,  se hizo público el veredicto del juicio oral contra Juan Flores, Nataly Casanova y Enríquez Guzmán, imputados en el caso. Los dos últimos fueron declarados inocentes y dejados en libertad, mientras que Flores fue sindicado como culpable y autor de delito terrorista.
La sentencia de Juan Flores se conocerá recién dentro de los próximos días y podría constituir el segundo caso de condena por este motivo. El primero corresponde a Raúl Castro Antipán, un comunero mapuche que, siendo agente informante de la Inteligencia de Carabineros, reconoció ataques incendiarios que lo terminaron condenando bajo el amparo de la ley en un proceso confuso y cuestionado.
Julio Cortés, abogado del Instituto Nacional de Derechos Humanos hace referencia a la escasez de condenas y las excepcionales condiciones de las investigaciones: “Muchos entienden que la ley antiterrorista es un fracaso porque no se logran condenas con esta ley, pero no se puede perder de vista que en todo este tiempo hay una cantidad importantisima de gente, casi el 90% de los casos, que son personas acusadas por delitos terroristas y que, si bien no llegan a ser comprobados, la ley permite tenerlos bajo investigaciones con normas especiales y que generan largas permanencias en prisión preventivas para terminar en absoluciones o en condenas recalificadas a delitos comunes. Eso es gran parte del problema de la ley”.

No contra el pueblo mapuche

Según el informe anual que publicó hace una semana Amnistía Internacional, la Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró en 2014 que invocar la ley antiterrorista contra miembros del pueblo mapuche supone, en algunos casos, violar la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Ese año, la Corte Interamericana notificó su condena por violaciones a los derechos humanos de siete integrantes del pueblo mapuche en el caso Norin Catriman en contra del Estado chileno. En su sentencia, la Corte apunta que el “caso se inserta dentro de ‘un reconocido contexto de aplicación selectiva de la legislación antiterrorista en perjuicio de miembros del pueblo indígena Mapuche en Chile’”. En dicho caso, los supuestos acusados fueron víctimas de detenciones violentas, y de “condiciones de detención indignas a las que se sometía a las personas […] alojadas”. De los ocho acusados en la causa, al menos tres vivieron prisiones preventivas de alrededor de más de un año.
La Corte recordó a Chile que “el Estado se encuentra en una posición especial de garante frente a las personas privadas de libertad”. Y finalmente ordenó al gobierno chileno “dejar sin efecto todas las sentencias penales, judiciales o administrativas…” respecto de los ocho mapuches y “pagar a cada una de las ocho víctimas indemnización por daños materiales e inmateriales, reintegro de costas, etc”.
Entre los órganos críticos cabe mencionar al Comité de Derechos Humanos ONU, que en sus Observaciones finales sobre el sexto informe periódico de Chile, del 13 de agosto de 2014 estableció que: “El Estado parte debe reformar la Ley Antiterrorista y adoptar una definición clara y precisa de los delitos de terrorismo para asegurar que las actividades que realizan los agentes del orden en el marco de la lucha contra el terrorismo no estén dirigidas a determinadas personas por su origen étnico o cualquier motivo social o cultural. Asimismo, debe asegurar que las garantías procesales, contenidas en el artículo 14 del Pacto, sean respetadas. El Comité insta al Estado parte a abstenerse de aplicar la Ley Antiterrorista en contra de los Mapuches”.

Los diez comuneros y la Machi

Otro de los conflictos más mediáticos en los que se ha involucrado la ley antiterrorista ha sido en el caso del incendio que terminó con la vida del matrimonio Luchsinger-Mackay en enero de 2013. En marzo de 2016 se detuvo a once implicados: diez comuneros y la machi Francisca Linconao. La única prueba que existía para inculpar a los once mencionados era el testimonio de José Peralino, quien después se desdijo señalando que su declaración fue producto de presiones indebidas y hostigamientos realizados en su contra por parte de la Policía de Investigaciones. La Fiscalía, en ese momento, argumentó que el hecho constituía una retracción, y que Peralino lo hizo por miedo a los imputados.
Algunas horas antes de conocerse la sentencia para los acusados, en octubre de 2017, el Observatorio para la Protección de los Defensores de Derechos Humanos entregó sus conclusiones sobre la investigación, luego de hacer una visita durante ese mismo mes. Además de determinar la “indebida aplicación de la ley antiterrorista”, el Observatorio destaca que “la acusación contra los comuneros no contiene una descripción clara, detallada y circunstanciada sobre las condiciones de tiempo y lugar de los hechos y las conductas atribuidas a cada uno de ellos. Igualmente, resulta preocupante que la acusación se realizó casi exclusivamente a través de un único testimonio, que, según manifestaciones realizadas en el proceso judicial, habría sido obtenido bajo coacción por parte de miembros de fuerzas de seguridad a una persona, al parecer con algún grado de discapacidad cognitiva”.
Una de las tantas inconsistencias de la normativa se proyecta en una situación determinada: La machi Francisca Linconao logró tres veces cambiar su medida cautelar de prisión preventiva a arresto domiciliario, medida que fue tres veces revocada por la Corte de Apelaciones de Temuco. Esto, porque la ley antiterrorista explicita la necesidad de unanimidad de la Corte para no revocar la medida. Basta que uno de los tres jueces deniegue la sustitución de la cautelar para que esta no se lleve a cabo.
El fallo de octubre exculpó de responsabilidad a los once imputados que pasaron más de un año y medio en prisión preventiva, sumando un nuevo fracaso tanto para el ministerio público, como para el Estado chileno y, cómo no, para la controvertida ley. Amnistía Internacional ha insistido en la ilegitimidad de una ley que, a su juicio, no cumple con los estándares internacionales. Es lo que reafirma Roberto Morales, vocero de la ONG: “El caso de estos 11 mapuches es un ejemplo. Prisiones preventivas muy largas, excesivas. Se genera una presunción de culpabilidad inmediata, y al final terminaron absueltos. Entonces tampoco es una ley que tenga una aplicabilidad que asegure efectividad. Lo que buscas en una ley excepcional es que tenga una efectividad mayor a lo que tiene un cuerpo legal vigente”.
Terminaba mayo del año recién pasado y siete camiones amanecían quemados en las comunas de Ercilla y Victoria. Al día siguiente, 25, el gobierno anunció una querella contra los responsables bajo el amparo de la ley antiterrorista. Aún no hay resultados.
En 2013, la ONU envió un relator para elaborar un informe que contuviera recomendaciones para el Estado chileno en la materia de conflicto mapuche y ley antiterrorista. Que se adopte una estrategia nacional para manejar el conflicto mapuche “con un objetivo definido y de corto plazo” (con un “viraje importante en la voluntad política”), que se dé fin al uso de la Ley Antiterrorismo en casos que involucren disputas de tierras mapuches y que, sobre todo, se revisen las condenas de aquellos ya sentenciados por testimonios anónimos y que se establezca un nuevo organismo que investigue las denuncias de excesivo uso de la fuerza policial contra miembros de la comunidad mapuche son algunas de las sugerencias del organismo.
Así, la lista de casos en los que la ley antiterrorista se estrella contra una muralla suma y sigue. Será menester del próximo gobierno evaluar, modificar o pulir una ley que, hasta el dia de hoy, sigue sin cumplir con los objetivos que se propuso originalmente. Piñera ya ha señalado que “perfeccionará” la normativa, señalando que establecerá ”la figura del agente encubierto, del testigo protegido, de los informantes, porque a los terroristas no hay que darles un milímetro de ventaja y hay que combatirlos con toda la fuerza y todo el rigor de la ley”.
FUENTE/RADIO U. DE  CHILE

Lorena Pizarro: “Somos un país que vive en obscena impunidad”

La presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos apuntó a Michelle Bachelet por no haber tomado una decisión en el tema, más cuando tenía el poder de decidir sobre el futuro del penal. Respecto de la llegada de Sebastián Piñera, la situación no tiene mejor futuro. “Todo lo que este gobierno dejó durmiendo, ahora lo pretenden enterrar”, dice, aunque agrega que aquello “nosotros no lo vamos a permitir”.
Nicolás Massai D.
  Miércoles 28 de febrero 2018 18:49 hrs. 
Lorena Pizarro
–¿Qué le parece que no cierren Punta Peuco?
–Es la lógica del gobierno para enfrentar lo que es la lucha contra la impunidad, que es una demanda internacional. Hay varias resoluciones de Naciones Unidas que hablan de la forma en que se debe avanzar en esta temática, sin embargo, en nuestro país siempre se han tomado medidas parches. Hace cinco o seis años vino el observador sobre desaparición forzada a Chile y señaló todas las falencias que había, como la impunidad de los civiles y judicial, o juicios donde los resultados son condenas bajísimas. Es un todo. El no cierre de Punta Peuco va afianzado a lo demás. Somos un país que vive en una obscena impunidad respecto a los crímenes de lesa humanidad, y aquello ha permitido que tengamos una frágil institucionalidad.
–La Presidenta supuestamente tenía un compromiso con Carmen Gloria Quintana, aunque nunca lo dijo con todas sus letras. ¿Cómo ha sido manejado el tema?
–Una cosa es el compromiso, que ella puede decir que nunca lo hizo, pero otra cosa tiene que ver con lo que ella debe cumplir desde los tratados internacionales. Este es un país que se jacta mucho de ser parte de una comunidad internacional, pero ahora parece que es con los temas económicos y no con los derechos humanos. A mí me parece que estamos en una situación que, insisto, más allá del compromiso, es una deuda infinita con la lucha por la verdad y la justicia.
–¿Ustedes han sabido internamente cuál fue la voluntad de la Presidenta?
–Nos incomodó mucho que el tema se haya casi logrado traducir en si hay o no voluntad, cuando aquí es más allá de eso; las voluntades políticas tienen que ver con obligaciones internacionales. Nunca hemos sabido en la interna si es que la Presidenta tuvo o no la voluntad. Creo que ella fue muy indiferente con el tema en general, no solo con Punta Peuco. Se han instalado temas importantes, como el respeto a los derechos de las mujeres. Pero no hubo voluntad en la lucha contra la impunidad. Hablo de la construcción de memoria histórica, de sancionar a los que hagan apología del terrorismo, de la verdad total y justicia plena, de la reparación justa. Punta Peuco era una de las cosas que ella tenía que hacer, que además tenía una particularidad, pues el cierre del penal no requería ni del parlamento ni del poder judicial. Ella iba a fijar una posición que no fijó, así de simple.
–¿Cuáles son las expectativas con el próximo gobierno? Piñera cerró el Penal Cordillera…
–Siempre dijimos que lo del Penal Cordillera fue un acto meramente comunicacional al calor de los 40 años del Golpe, porque las cárceles especiales siguieron existiendo. Esa es la demanda. De Piñera se puede esperar todo, el problema es que ahora viene a gobernar con la extrema derecha. A su ministro de Justicia (Hernán Larraín) el concepto de derechos humanos le queda grande. Fue un acérrimo defensor de Colonia Dignidad y todo lo que eso significó tanto en los crímenes de lesa humanidad como las aberraciones y perversiones que ahí se cometieron contra niños y niñas, secuestro de menores y familiares nuestros de los que se perdió el rastro allí. Que lo ponga en ese puesto es una pésima señal, pero eso no nos debe extrañar. Además, el ministro del Interior (Andrés Chadwick) que tenemos es un UDI recalcitrante, que subía al cerro Chacarillas a prenderle velitas al casi santo Pinochet. Esas velas implicaban casi una adoración. Punta Peuco, ya lo dijo Larraín, no está en su propósito de gobierno. Yo creo que va a estar acentuar la impunidad mucho más. Todo lo que este gobierno dejó durmiendo, ahora lo pretenden enterrar, y nosotros no lo vamos a permitir.
–¿Qué harán como organización?
–Estamos hace más de un año marchando todos los viernes por el cierre del penal Punta Peuco y por el término de las libertades que están entregando los tribunales a los violadores de derechos humanos. Tenemos el derecho a que el Estado nos haga verdad y justicia. Marchamos durante un año y lo vamos a seguir haciendo.
FUENTE/ RADIO U. DE CHILE