En distintos roles, algunos antagónicos a los que efectivamente tuvieron en la campaña de 1988, Eugenio Tironi, Jaime de Aguirre, Eugenio García o Juan Enrique Forch entre otros, participaron en la cinta de Pablo Larraín. Delante de las cámaras o en la investigación que condujo al guión, como Juan Gabriel Valdés. La historia escrita para la pantalla por Pedro Peirano es una “sátira fascinante” sobre ese período y la posterior transición, a la cual no pocos disparan en el Chile crítico de hoy.
En diciembre del año pasado, el segundo piso de La Moneda donde habitualmente se reúnen los ministros se llenó de visitas inusuales: Eugenio García —creador del logo que caracterizó a los gobiernos de la Concertación—, Jaime de Aguirre, director ejecutivo de Chilevisión, los publicistas José Manuel Salcedo y Juan Enrique Forch, junto a los actores Alfredo Castro y Jaime Vadell.
No se trató de una asesoría al gobierno de Piñera para subir en las encuestas, sino parte del elenco que actuó en “NO”, la película de Pablo Larraín sobre el plebiscito de 1988. En estas escenas, Vadell encarna a Sergio Fernández, Ministro del Interior de Pinochet que está escuchando al personaje interpretado por Alfredo Castro, jefe de la campaña del SÍ.
Jaime de Aguirre y Eugenio García antes de ser gerentes de programación de TVN, estuvieron junto a Salcedo y Forch involucrados en la campaña que terminó con la derrota formal del dictador.
Desde García vino la frase “La alegría ya viene”. De Aguirre inventó la melodía que acompañó el slogan. Sin embargo, en la película están en el otro bando: en La Moneda como asesores del segundo hombre del Gobierno y en la escena intercambian un par de frases.
Tironi como él mismo
La película estuvo lista sólo días antes de partir a Cannes, donde tuvo muy buena acogida en la sección “Quincena de los Realizadores”. Según los pocos que la han visto, la secuencia en La Moneda con los creativos del NO como asesores del SI, es una pequeña muestra del humor con que aborda la historia el director Pablo Larraín, y especialmente el guionista Pedro Peirano.
Eugenio Tironi, quien también participó en la campaña, tuvo meses antes de la filmación acceso al guión de la película. “Tuvimos largas conversaciones con Pablo y Juan de Dios (Larraín, productor), luego hice algunos comentarios al guión, que es fascinante. Está lleno de humor, de sátira. Pero también mirado desde las preguntas de hoy”, cuenta Tironi.
Después, Pablo Larraín le pidió a Tironi que interpretara un papel. Es casi él mismo: actúa como un sociólogo. “Pero no soy exactamente yo, también en el personaje están interpretados Javier Martinez o la “Uca” (Eugenia) Weinstein, junto a todos los que trabajamos ahí. Todos los personajes son una construcción desde varias personas”, afirma Tironi.
En efecto, “José Tomás Urrutia” el personaje de Luis Gnecco que hace de coordinador entre publicistas y los políticos de oposición es una referencia a Juan Gabriel Valdés, pero también según quienes han visto la película y conocen la historia real, aseguran que remite a Genaro Arriagada.
En tanto, el ex Presidente Patricio Aylwin aparece como él mismo, entregando un mensaje en la franja de televisión.
Gael semiclandestino
En el proceso de construcción de los personajes, Gael García Bernal, que protagoniza la película como “René Saavedra”, conversó largamente con Eugenio García, quien comenta: “Fue a mi casa, es un tipo muy llano, muy culto, que se había metido mucho en la historia de esa época”.
El actor mexicano que encarna a un publicista joven, hijo de exiliados, estuvo 44 días rodando en Chile “casi clandestino, se levantaba y llegaba directamente a grabar. Estaba embriagado con la película”, declara Tironi, quien —al igual que Eugenio García— debió esperar horas en el set antes de que llegara su turno de actuar.
“Ahí hubo mucha conversación con los actores que hacían preguntas sobre la época, sobre cómo había sido en realidad. De esas conversaciones salieron los diálogos que se salían de libreto. El libreto era una especie de marco”, cuenta Tironi.
Convocar a algunos de los protagonistas originales de la historia real fue sólo uno de los ingredientes que usó el director para lograr que la historia luciera fidedigna. También grabó en formato de video U-MATIC, el mismo en el que se grabó la campaña. Por eso, las imágenes reales con las de ficción logran confundirse.
El estilo irreverente
Pero sobre todo, la película aborda con humor la historia. El mismo humor que fue clave, según los ideólogos, para que la opción NO finalmente triunfara.
“Estoy en contra de sacralizar la historia, y me parece muy bien que se revise. La película puede servir para cerrar un ciclo y dar nuevos pasos hacia adelante. Creo que el trabajo de los ‘Larraínes’ fue muy honesto y generoso con nosotros. Y el hecho de que Sony la haya comprado significa que la película tiene algo que es universal”, dice Eugenio García.
El guión a cargo de Pedro Peirano tiene algo de la sátira que el periodista ya practicaba junto a los creadores de Plan Z, cuando en el programa de los años ’90 se reían de la política y los mitos de la transición.
“La mirada es irreverente, la película está hecha con las preguntas de hoy. Después de ver el guión me pregunto cómo una persona que no vivió todo esto, es capaz de calar tan hondo para captar cosas no dichas y que tampoco fueron en blanco y negro”, afirma Tironi.
Según el sociólogo, asesor de empresas a través de su agencia Tironi y Asociados, la película muestra “como Pinochet fue derrotado con sus propias armas: la televisión, la publicidad. Y cómo la transición siguió por ese lado, por el camino del mercado. Por eso, muchos se sienten traicionados, porque esperaban que después del plebiscito se estatizara todo de vuelta. Yo digo que no fue una traición, sino que simplemente no se cumplieron las expectativas”.
El guión no es complaciente con los personajes que protagonizaron la campaña. “Al contrario, les saca la cresta”, comenta un espectador que pudo ver la película después de su estreno en Cannes el pasado 18 de mayo.
“Estoy en contra de sacralizar la historia, y me parece muy bien que se revise. La película puede servir para cerrar un ciclo y dar nuevos pasos hacia adelante. Creo que el trabajo de los ‘Larraínes’ fue muy honesto y generoso con nosotros. Y el hecho de que Sony la haya comprado significa que la película tiene algo que es universal”, dice Eugenio García.
Durante la filmación el publicista pudo encontrarse con sus antiguos compañeros: Forch, De Aguirre, Tironi, Juan Gabriel Valdés, quienes fueron convocados para una escena que iría en los créditos finales, donde aparecen los actores con algunos de los personajes reales que fueron interpretados en la película.
Por último, el hecho de que la haya filmado Pablo Larraín, “que proviene de otra cultura” según Tironi “hace que la película esté contada con la distancia necesaria. Igual que Gael, al ser mexicano, no estaba contaminado con lo que esto significa para otro actor chileno”.
FUENTE: EL MOSTRADOR
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