domingo, 20 de mayo de 2012

El destino común de Sebastián Piñera y Nicolás Sarkozy. Las semejanzas entre ambos presidentes son notables y muy similares. El francés ya dejó la alta magistratura hace seis días

Por María Cristina Prudant
Experto que hace clases en Francia dice que ambos "andan a gran velocidad, pero no van a ninguna parte, son hiperkinéticos, movedizos, pero nunca terminan de llegar. Tienen tics nerviosos, cuando están saludando están mirando al que viene". Hay cosas que saltan a la vista: los dos son mediáticos, no muy cercanos con la gente y juran que tienen un gran liderazgo. También actúan y viven de acuerdo a los sondeos de opinión pública. Los franceses terminaron cansados de Sarkozy. ¿Qué pasará en Chile con Piñera?
Sebastián Piñera y Nicolás Sarkozy partieron de forma apoteósica sus gobiernos. Los primeros meses del presidente galo (electo con el 53%) fueron como los de Sebastián Piñera, cuya aprobación en las encuestas (más del 60%) se fue a las nubes después del rescate, vivos, de los 33 mineros de la mina San José.

El mandatario chileno utilizó hábilmente este episodio que le cayó del cielo y que incluso usó de pasaporte para llegar a varios países hasta donde llevó de regalo pedazos de roca de la mina y el papel que decía "estamos bien en el refugio los 33". Por un tiempo lo ayudó a mantener cierta popularidad, la que perdió hace un tiempo y así lo reflejan encuestas como la última del CEP (la Biblia de las encuestas) donde marcó 24% de aprobación.

Sarkozy comenzó a tener problemas desde el principio de investidura por su vida un tanto glamorosa, propia de un millonario o de una celebridad. Se casó con una ex modelo y cantante italiana de cuarta categoría, Carla Bruni, que llamó la atención por su vida licenciosa. Cometió errores, como cuando en una entrevista con el Papa Benedicto XVI le sonó el celular. Durante los últimos días de campaña para intentar ser reelecto, cuando se acercó a saludar a la gente se sacó el reloj de millonario que portaba (regalo de su esposa) y lo guardó en el bolsillo de su chaqueta.

En todo caso, Piñera, luego de conocer personalmente a Sarkozy cuando realizó la visita oficial a Francia, lo llenó de elogios. En ningún caso escondió que el ex mandatario galo es uno de sus referentes, y así lo confirmó en París, tras la reunión sostenida con él en el Elíseo.

En su diálogo con la prensa posterior al encuentro, Piñera catalogó al gobernante galo como un "líder de verdad" y respaldó indirectamente su plan de reforma del sistema de previsión que desencadenó una fuerte convulsión social en Francia. Es más, Piñera, admitió que también recibió nuevos "consejos" de Sarkozy.

El parecido entre ambos lo detectó la primera dama chilena, Cecilia Morel, cuando estuvieron con Sarkozy en Francia y al término de una reunión dijo: "lo encontré muy parecido a Sebastián". Claro, a simple vista y de tan cerca era fácil darse cuenta de que ambos son trabajólicos e impetuosos.

En cuanto a los discursos, los dos son asiduos a la referencia superficial y las frases para el bronce, como cuando Piñera dijo que "en 20 días hemos hecho más que en 20 años".

Además, derrotaron a gobiernos de izquierda y fueron electos en un contexto de crisis de liderazgo en los partidos. Para dar una señal de apertura, reclutaron colaboradores de ideas opuestas a las suyas: Piñera nombró embajador en Argentina a Adolfo Zaldívar (DC); en el ministerio de Defensa, al renunciado Jaime Ravinet (DC ), y puso al ex senador y ex ministro de Salvador Allende Fernando Flores (Chile Primero) a cargo del Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad.

Ese recurrente parecido

El economista y asesor Sergio Melnick ha resumido la situación diciendo que Sarkozy y Piñera tienen mucho en común. "Ambos siempre quisieron ser presidentes y dedicaron sus energías a ese sueño. En ellos destaca la hiperkinesia, el buen estado físico, las grandes ambiciones y el querer ser siempre los mejores en todo. Necesitan reconocimiento como números uno y ser admirados. No son rígidos ideológicamente, precisamente porque no se trata de grandes pensadores, sino de grandes ejecutores. Por eso en sus gobiernos de repente parecerán de derecha, a veces de izquierda, otras de centro. Les gusta meterse en todo, opinar, y suelen ser jaliscos. No son rencorosos".

El cientista político Guillermo Holzmann reconoce que "el parecido con Sarkozy tiene mucho que ver con que la elección presidencial nuestra se dio en el contexto de una crisis de liderazgos en los partidos, al igual como sucedió con el mandatario galo".
Personalistas y mediáticos

El ex diputado y actual académico Antonio Leal (PPD), en diálogo con Cambio21 opinó que "se trata de dos políticos que son bastante más liberales que la tradición de la derecha francesa y la chilena. Ambos son personas exitosas pero que, sin embargo, han abusado en la conducción de sus gobiernos de dos factores: el primero es que ambos son muy mediáticos y por tanto no dan a la opinión pública la sensación de seriedad, de la capacidad de conducción y liderazgo que nace más bien de la razón que de la promesa".

En segundo lugar, agrega, "Sarkozy y Piñera son muy personalistas en la conducción de su gobierno y, por tanto, el estilo liberal que los caracteriza va acompañado de estos dos factores: de una parte, la capacidad mediática en la cual ellos buscan influir para conquistar el afecto de la población sin que ello les resulte, y de otra parte, esa capacidad de personalismo con la cual conducen los gobiernos hace que el propio Sarkozy haya tenido ministros que salieron de su gobierno y que finalmente no lo votaron o llamaron a votar por Hollande".

Añade que "los acumula también una visión más liberal de los temas valóricos que los de la derecha más tradicional, pero también una visión muy neoliberal de la economía. De hecho, una parte de las razones por las que Sarkozy perdió la reelección fue porque al enfrentar la crisis buscó reducir beneficios del mundo laboral, aplicar políticas neoliberales y, en general, Sebastián Piñera sigue el modelo, porque pese a las protestas sociales no ha modificado en nada la estructura de la educación; el sistema electoral heredado de la dictadura y su reforma tributaria no significan cambiar su estructura. Es decir, son liberales en lo valórico, cultural, en el discurso, pero neoliberales en lo económico".

"Políticos frívolos"

La cientista política Cristina Moyano considera que hay un "pie un poco forzado" en la similitud entre Piñera y Sarkozy. Ello se debe, dice la académica, a que "obedece a dos contextos distintos. La derecha francesa no es igual que la chilena. En lo que sí se parecen más es en la forma o la presentación en que ellos practican la política y, por lo tanto, yo diría que hay menos ideología y culturas políticas comunes, pero sí algunas prácticas políticas que los podrían caracterizar".
Agrega que ambos "representan mucho más a un político más frívolo, con menos densidad cultural. Uno no puede comparar a Francois Mitterand con Sarkozy en términos de cómo se pensaba la política antiguamente, los tipos cultos que tenían un gran conocimiento de la historia de su país, que participaban de los debates políticos con profundidad y conocimiento histórico. Esa es una similitud entre Piñera y Sarkozy".

"Poco queridos por la gente"
Ernesto Ottone, ex asesor del ex Presidente Ricardo Lagos, se encuentra en Francia en estos días, como siempre ocurre cada año, pues es titular de una cátedra en el Colegio de Estudios Globales de la Universidad de Francia. Estará en París hasta fines de mayo.
Al ser consultado por Cambio21 acerca de las similitudes entre Piñera y Sarkozy lo primero que aclara es que hay grandes diferencias, porque son contextos muy distintos. Aunque encuentra similitudes en el "tipo de personalidad".
"Nicolás Sarkozy es un político profesional, no es un empresario, sino un abogado de negocios. Pero es un hombre que ha estado en política desde muy joven", precisa Ottone.
Puntos en común
En cuanto a los puntos de coincidencia, dice que serían al menos cuatro. Primero: "Son dos presidentes muy poco queridos por la gente; eso es obvio viendo las últimas encuestas de Adimark y CEP y la atmósfera que existía acá (Francia), que era como de alivio porque este señor (Sarkozy) se iba. Es una persona que se hizo querer muy poco por la gente".

En segundo término, dice, "la gente confiaba muy poco en él, porque era un hombre sin convicciones y también hay algo de eso en Piñera. La ausencia de convicciones, o sea, que no tienes un proyecto político para el país. Nosotros no podemos decir que Piñera tenía un proyecto político, incluso uno de restauración de derecha, sobre todo como gestor.

Resultó que su gestión no es buena, pero no hay tampoco grandes ideas. Sarkozy era así: cambiaba, a veces era europeísta, después nacionalista. A veces tenía posiciones muy neoliberales y, de pronto, cuando vino la crisis, salió como una persona de avanzada frente al mundo de las finanzas y, posteriormente, su campaña la terminó haciendo sobre los temas del Frente Nacional, el voto de los emigrantes, etc.".
El tercer punto para Ottone tiene relación con "la sicología de los personajes. Andan a gran velocidad, pero no van a ninguna parte, son hiperkinéticos, movedizos, pero nunca terminan de llegar. Tienen tics nerviosos, cuando están saludando están mirando al que viene, o sea, no crean una relación personal. Miran sin ver. En eso se parecen".
Blim blim
Y en un cuarto punto, el académico puntualiza que "en el caso de Piñera, es un hombre de fortuna que se dedicó a ello. Sarkozy es un hombre que se dedicó a la política, pero ama los símbolos de la riqueza y eso, naturalmente, sobre todo en un período de crisis, a la gente no le gusta y por eso le decían: blim blim, por el sonido que hacen las joyas. Es un hombre que cuando ganó la elección se fue a celebrar a un restaurante de lujo. Ausencia de densidad republicana. Esto en cierta medida los hermana también".
Sarkozy terminó su gobierno rechazado por los franceses. Para Ottone, "Piñera difícilmente va a pasar a la historia como un presidente apreciado por los chilenos. Es difícil, incluso mejorando (en las encuestas), porque esto del 24% no tiene antecedente en el Chile democrático".
FUENTE:CAMBIO21


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