Bárbara Figueroa prometió nuevo ciclo en la CUT
Lista del PC desalojó a cuestionado Arturo Martínez
La virtual nueva presidenta de
la multisindical abogó por transparentar las finanzas de la
organización, cambiar los estilos de trabajo, efectuar elecciones
universales y terminar con caudillismos. Planteó que el eje es la
movilización, sobre todo por salario digno, sindicalización automática,
respeto a la negociación colectiva, fin del MultiRut y reforma del
Código del Trabajo.
El día de la marcha estudiantil, de profesores y trabajadores (el 28 de agosto), Bárbara Figueroa se subió al escenario para dirigirse a los miles de manifestantes. Ahí dijo que “desde ahora la CUT siempre
estará con los estudiantes y los docentes”. Fue aplaudida y vitoreada.
Hacía tiempo que a un representante de la CUT no le ocurría eso; de
hecho, el todavía presidente de la multisindical, Arturo Martínez, hacía al menos dos años que no se aparecía en esas actividades masivas para no ser abucheado.
Anécdota que refleja que, pese a las
críticas, se produjo un episodio que abrió la puerta a ver las cosas de
otra manera frente a la central de los asalariados chilenos. Martínez no
fue reelegido como vaticinaron muchos porque él manejaba “la maquinaria
electoral”. La elección interna la ganó la Lista B, de los comunistas,
que lideraban la dirigente magisterial, Bárbara Figueroa, el
representante de subcontratados del cobre, Cristian Cuevas, y el presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo. Si no hay trauma, el Comité Ejecutivo de la organización elegirá a Figueroa como presidenta de la CUT, la primera mujer en ocupar ese cargo y la primera persona en hacerlo tan joven: 33 años.
Ella reconoció en declaraciones a la
prensa que la multisindical había perdido en credibilidad y confianza.
Habló que se había desgastado el ciclo de Martínez. Planteó que la
central se había estancando y no estaba a la altura del movimiento
social. Tácitamente –durante la campaña evitó confrontaciones-
reconoció que las cosas no se hicieron bien dentro de la CUT durante
mucho tiempo.
En una actividad de campaña, la
virtual nueva jefa de la cut sostuvo: “Puedo decir con mayor convicción
que el objetivo de nuestra lista, de cambiar la conducción de la CUT y
poner a nuestra multisindical en el centro de las más sentidas demandas
de las y los asalariados es más necesaria que nunca. Los trabajadores
debemos ponernos a la cabeza de la movilización y la protesta social y
ciudadana por derechos laborales, sociales, económicos, culturales, de
los pueblos originarios e institucionales. Después de más de 20 años de
seudo democracia la CUT terminó un ciclo y debemos entrar en una
nueva etapa con más fuerza y decisión para discutir nuestros problemas,
mejorar nuestros estilos de trabajo internos y alcanzar objetivos
que permitan que las y los trabajadores tengamos mejores condiciones de
vida”.
En cuanto a los objetivos prioritarios
que se plantea, Figueroa manifestó que se trabajará por llegar al millón
de trabajadores afiliados a la CUT, además de “transparentar y tener en
orden las finanzas de la CUT; para acabar con prácticas nocivas y poco
claras; vamos a hacer respetar los mecanismos democráticos de
funcionamiento; vamos a potenciar las CUT Provinciales y Zonales y el
respeto a la representatividad en asambleas y elecciones; vamos a hacer
un decidido esfuerzo para avanzar hacia elecciones universales; vamos a
respetar un funcionamiento colectivo y unitario, sin caudillismo vengan
de donde vengan”.
Sobre los temas que se colocarán sobre
la mesa frente a la sociedad, los empresarios y el gobierno de derecha,
la próxima presidenta de la multisindical planteó el alcanzar un
salario digno, la sindicalización automática, reformar el Código del
Trabajo, que se respeten y ejerza la negociación colectiva, terminar
con el MultiRut, poner fin al despido por necesidades de la empresa y
pagar indemnizaciones cuando una empresa quiebre.
La dirigente desmintió que tendría
“un acuerdo de consenso” con Arturo Martínez y planteó que
“conformaremos una conducción unitaria, con todas las fuerzas,
fortaleciendo la unidad de la CUT”. También enfatizó que, al contrario
de su predecesor, no tendrá como prioridad el consenso con la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), ni con el gobierno de Sebastián Piñera. Por cierto, de todas esas instancias le enviaron mensajes para conversar e ir abordando los temas laborales y sindicales.
TENSIONES
En ese contexto, igual se presentaron tensiones en torno de la elección de la CUT. La Confusam, en boca de Esteban Maturana, impugnó
el proceso y señaló que fue irregular, y sostuvo que había cambiado el
rostro de la Central (en alusión a Figueroa) pero no la conducción,
insistiendo en la tesis de que habría un consenso entre Martínez y los
comunistas.
Extrañamente, pese a ser su compañero de lista, Cristian Cuevas, presidente de la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC) dijo
que el anuncio del triunfo de la dirigente y el reconocimiento que hizo
Martínez fue “un tongo”. Sin embargo, unas 24 horas después reconoció
el triunfo de Figueroa, pero de manera indirecta, sin mencionarla.
Dijo: “Somos victoriosos porque fue la Confederación de Trabajadores del
Cobre la que lideró la derrota de Arturo Martínez”.
Cuevas no estuvo en la presentación de la lista del PC, no asistió a ninguna actividad conjunta, en entrevista con El Ciudadano dijo que se quedaba con la representación de la CTC,
no del PC, pese a que él participó y votó en la reunión del Comité
Central de su partido donde se decidió la conformación de la lista.
Incluso al día siguiente se le vio entusiasta sentado junto el
presidente de esa colectividad, Guillermo Teillier. En
esa entrevista lanzó un dardo a Bárbara Figueroa diciendo que no creía
en herencias, porque ella es hija de un viejo sindicalista, en cambio él
está legitimado por el trabajo sindical.
Hubo otros dirigentes que también
expresaron sus dudas sobre la limpieza del proceso y sus dudas de si las
cosas cambiarán o no en la CUT. Todo en el marco de que se produjo algo
reclamado por muchos: la salida de Arturo Martínez que, de partida, ya
parece el inicio de algo.
Por Patricia Ryan
Pulso Laboral
El Ciudadano Nº 132, primera quincena septiembre 2012
Fuente fotografía
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