Enojo del mandatario no amaina desde la noche del domingo
Tensión entre Piñera y Allamand marca antesala de inminente cambio de gabinete
RN se prepara para el
desembarco de su presidenciable. El timonel, Carlos Larraín, ya le
ofreció ocupar la sede del partido como centro de operaciones de su
campaña, apenas salga del gabinete, algo que todo apunta a que sucedería
la próxima semana. Las municipales cortaron el elástico y ya no queda
margen para forzar la permanencia de Golborne ni del titular de Defensa
en el Gobierno.
Aunque han pasado tres días,
en Palacio se comenta que al Presidente Sebastián Piñera aún no se le
pasa el enojo con su ministro de Defensa, Andrés Allamand, por
eclipsarlo durante la noche del domingo: sabía que era el único que
había ganado algo con las elecciones municipales y lo hizo notar con
creces a través de sus declaraciones con tono de estadista en pleno
patio de La Moneda, mientras el oficialismo no se recuperaba del shock
de las derrotas. En RN ya tomaron nota que el escenario actual es
favorable para Allamand y el timonel, Carlos Larraín, ha dado señales
concretas que no escatimará esfuerzos para respaldarlo y potenciarlo con
miras al 2013.
Antes que terminara el fracasado cóctel en Palacio el domingo en la
noche, finalmente Piñera resolvió hablar, sin dar espacio a preguntas y
poniendo el acento, no en la derrota, sino en los niveles de abstención y
la importancia de la libertad de los ciudadanos para ejercer o no su
derecho a voto. Se había dicho que se evitarían las declaraciones
paralelas, pero mientras el Presidente ni siquiera terminaba de subir
las escaleras rumbo a su despacho, Allamand se instaló en el patio
frente a las cámaras y afirmó que “esta no ha sido una buena elección
para la centroderecha y el gobierno”.
Acto seguido, dijo que el proyecto de la centroderecha estaba vigente
y que la brecha con la oposición era remontable de aquí a noviembre del
próximo año, clavando de inmediato la bandera para llenar el vacío de
liderazgo que se produjo en el sector. Allamand no terminó de hablar
cuando ya había sacado ronchas en Palacio y se comentaba que su gesto
había caído como plomo al Presidente. Además es sabido que Piñera y el
segundo piso de asesores se inclinan porque Golborne sea el abanderado
del sector, pues es a quien ven con más posibilidades de triunfar.
Si ya el Presidente estaba enojado la noche del domingo —como ha
confesado más de una autoridad en privado— con los resultados
electorales de la Alianza, que dejaron en evidencia el error cometido
por La Moneda al modificar el esquema original y acceder a la estrategia
gremialista de la presidencialización de la campaña, los dichos de
Allamand fueron la guinda de la torta. Y hasta hoy, se comenta, el enojo
del mandatario no amaina.
Pero también pesa en esa molestia —reconocen en el gobierno y el
entorno de Allamand— que tras las elecciones no le quedó margen de
acción a Piñera y está obligado a sacarlos a los dos cuanto antes del
gabinete. Eso, a pesar que el mandatario no quería precipitar la salida
para evitar que se desate la carrera presidencial, dejándolo a él y su
gobierno en un segundo plano.
“El Presidente tiene que leer bien los resultados del domingo, él es
un político y sabe que la decisión de sacar a Allamand y Golborne ya no
puede depender de su temor al síndrome del pato cojo”, confiesan en el
gobierno.
La ronda
Así, no es casual que las últimas horas en La Moneda hayan estado
marcadas por una indiscutida ronda de consultas con varios ministros,
para sondear y hacer cuajar el ajedrez del nuevo tablero ministerial
ante los cambios que se avecinan. El vocero Andrés Chadwick encabezó la
tarea. Se reunió con Golborne el lunes en la tarde y ayer al medio día,
por más de una hora, con Allamand.
Es sabido que Carlos Larraín jamás desperdicia la oportunidad de tratar de reducir el espacio de poder que tiene la UDI. Basta recordar que en las parlamentarias del 2009, puso su no despreciable capacidad financiera y su capital político desde la presidencia de RN en la candidatura a senador de Francisco Chahuán en la V Costa, para neutralizar la opción senatorial de Joaquín Lavín. Y le resultó. Por lo mismo, medio en broma, medio en serio, en el gobierno reconocen que a Larraín “le encanta joder a la UDI, casi es uno de sus motivos de vida desde que era concejal en la Municipalidad de Las Condes”, por lo que en el círculo de hierro de Allamand saben que el timonel RN no escatimará en esta jugada.
Tras la catarsis que fue el comité político del lunes en Palacio
analizando los resultados municipales, la UDI se allanó a bajar la
bandera de mantener a Golborne hasta marzo y reconocer que el fin de año
es un buen momento. Si RN ha dicho públicamente que llegó la hora del
ajuste, “pelear por unas cuantas semanas no tiene sentido”, agregaron en
el gobierno.
Hoy el Presidente parte a Isla de Pascua y se espera que a su
regreso, originalmente previsto para el domingo, venga con el cuadro
ministerial resuelto. Todo apunta a que Golborne y Allamand están
viviendo sus descuentos y saldrían en el ajuste de gabinete de la
próxima semana en la que se van las autoridades que quieren postular al
Congreso el próximo año.
En ese contexto, un dato no menor es que Chadwick también se reunió
ayer en la tarde, por separado, con la ministra del Trabajo, Evelyn
Matthei y el titular de Economía, Pablo Longueira, quienes no cerraron
la puerta a sumarse a la lista de quienes salen del gabinete.
La dupla con Carlos
Carlos Larraín no perdió tiempo y trascendió que ya habló con
Allamand para ofrecerle dos oficinas en el segundo piso de la sede de RN
en calle Antonio Varas, para que ocupe esas instalaciones como centro
oficial de operaciones de su campaña presidencial.
La idea del timonel es clara. Quiere fortalecer, precisaron, el eje
Allamand-RN como base de su campaña y razones tiene más de una. Comentan
en el entorno del ministro, que Larraín sabe que el favorable escenario
que ha tomado la opción presidencial de Allamand generará un efecto
positivo a su gestión interna: este nuevo aire a la opción presidencial
del partido fomentará la unidad interna, se cerrarán filas y se
replegarán las disidencias.
Pero además es sabido que Carlos Larraín jamás desperdicia la
oportunidad de tratar de reducir el espacio de poder que tiene la UDI.
Basta recordar que en las parlamentarias del 2009, puso su no despreciable capacidad financiera
y su capital político desde la presidencia de RN en la candidatura a
senador de Francisco Chahuán en la V Costa, para neutralizar la opción
senatorial de Joaquín Lavín. Y le resultó.
Por lo mismo, medio en broma, medio en serio, en el gobierno
reconocen que a Larraín “le encanta joder a la UDI, casi es uno de sus
motivos de vida desde que era concejal en la Municipalidad de Las
Condes”, por lo que en el círculo de hierro de Allamand saben que el
timonel RN no escatimará en esta jugada.
De noviembre a mayo serán meses claves para las aspiraciones
presidenciales del ministro de Defensa. Es el tiempo que tiene para
capitalizar todo lo ganado tras las municipales, especialmente la caída
del “balcón del triunfo” que sufrieron Golborne y la UDI, luego que no
ganara ninguno de los candidatos emblemáticos que el ministro MOP apoyó
en terreno.
“Si antes del domingo había dudas en la Alianza de elegir al
abanderado único a través de primarias, eso ahora se acabó, ahora la
discusión será cuándo es el mejor momento”, confiesan en el gobierno
como uno de los principales triunfos de Allamand.
Aunque recalcan que el mejor triunfo fue el hecho que quedó en
evidencia que “las sonrisas y los besos con las señoras en terreno” no
son suficientes, aludiendo directamente al estilo que desplegó Golborne
estos meses.
Como nunca —recalcan en La Moneda— lo que se necesita con miras al
2013 son “campañas con contenido”, por lo que llegó el momento de
desplegar la trayectoria y el currículum político. “Un animal político
como Allamand sabe perfectamente cómo hacer eso”, agregaron.
FUENTE: EL MOSTRADOR
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