Aseguran que en vez de "fin de mundo" habrá tres días de oscuridad. Experto afirma que estas predicciones van cambiando a medida que ya no son sostenibles
Por Juana Ramos
Todo indica que la fiebre de la farándula y el espectáculo ya está dejando paso a una nueva moda televisiva: las predicciones del fin del mundo, el que supuestamente sería el 21 de diciembre de este año, según los Mayas y que según otros en realidad será reemplazado por tres días de completa oscuridad
Todo indica que la fiebre de la farándula y el espectáculo ya está dejando paso a una nueva moda televisiva: las predicciones del fin del mundo, el que supuestamente sería el 21 de diciembre de este año, según los Mayas y que según otros en realidad será reemplazado por tres días de completa oscuridad
"El
fin del mundo esta cerca". La frase la hemos escuchado o la hemos leído
a lo largo de la historia de la humanidad. Son innumerables las
ocasiones que contarlas parece casi imposible.
El fin del mundo ha sido una "preocupación" constante para muchos. Pero también ha despertado la curiosidad de otros tantos, lo cual ha generado, incluso, una fuente de inspiración para novelistas, guionistas de cine y televisión. La temática es recurrente y siempre produce buenos dividendos a los productores y a las editoriales. Aunque ahora todo será diferente. Pues ya nos acercamos a la fatídica fecha y la sicósis colectiva sin duda irá aumentando a medida que nos aproximamos a la "fecha límite".
Una de las últimas versiones cinematogràficas es la conocida "2012" que está basada en las profecías mayas que supuestamente señalarían que el fin del mundo sería el 21 de diciembre del 2012.
Aunque esta versión ha sido desmentida por diversos científicos y expertos en el tema, según algunos ahora se trataría de tres días de oscuridad o "blackout", esto a raíz de las declaraciones de la reconocida entrevistadora japonesa Kaoru Nakamaru, quien aseguró ser contactada con extraterrestres y que éstos le contaron los cambios que ocurrirían el 21 de diciembre de 2012.
¿Se acaba o no?
Para el chileno Hugo Gomez Solís, el mismo contador auditor que pronosticó hace unos años una catástrofe natural en Tongoy provocando caos en la zona, el llamado "fin del mundo" no existe. "Se trata de una metáfora introducida por algunas religiones para infundirnos miedo y dominar nuestra mente", dijo a Cambio21.
"Ahora bien, a fines de 2012 o algo después, se viviría lo más potente de ese ajuste galáctico y tendríamos el rigor extremo de las catástrofes naturales", indicó quien también oficia de tarotista.
Agrega que "conociendo los ciclos cósmicos del sistema solar dentro de la Constelación de Las Pléyades, es fácil predecir que, cada 13.000 años, aproximadamente, hay un ajuste galáctico y está llegando el momento de experimentarlo. El cambio similar precedente ocurrió en el tiempo del conocido diluvio bíblico, o sea, allí hubo otro "fin de mundo" de los muchos que ha tenido el planeta".
Finalmente indicó que "es muy complicado pronosticar una fecha exacta de una catástrofe natural. El funcionamiento de las energías cósmicas es sumamente complejo y no existe mecanismo alguno que permita calcularlo con plena exactitud. Si en alguna ocasión se masifica la información de una fecha exacta, sin perjuicio de prevenir, su objetivo es producir un flujo de energía que permita modificar para bien dicha predicción: parcializarla, diferirla o atenuarla. Esto es incomprendido, toda vez que la ciencia humana está en pañales al respecto".
Declaraciones perversas
Por su parte, el astrónomo de la Universidad Antofagasta Eduardo Unda aseguró que "las declaraciones se han transformado en medios perversos. Hay fenómenos de los que se puede aprender y estudiar en vez de estar atemorizando a la sociedad".
En diálogo con Cambio21 agregó que "en realidad no se como surgen estas teorías de tres días oscuridad y esas cosas. Muchas vece son rumores que algunos echan a correr y otros los inflan".
"Parten anunciando fenómenos físicos que todos podríamos comprobar, como terremotos y fin de mundo, y cuando se empieza a acercar la fecha cambia de curso y se transforma en que va a ocurrir en torno a la conciencia y el alma del hombre. Entonces estas teorías van cambiando a medida que ya no son sostenibles por los denominados profetas y síquicos", mencionó el experto.
Además Unda comentó que "no hay que quitarle la oportunidad a las generaciones jóvenes a tener una información balanceada en todos los temas, porque es la única manera que estas ideas no tomen posesión sin que haya un contrapeso".
¿Y qué pasa mentalmente?
Más allá de lo rimbombante que puede ser esto del fin del mundo, la verdad es que el estar todo el día escuchando y leyendo sobre este tema trae consecuencias nefastas para nuestra salud mental.
Según explica la sicóloga Pamela Verdugo, las personas más susceptibles a este tipo de anuncios trágicos, son aquellas que tienden a ser ansiosas, a sentir angustia por todo lo asociado con la muerte.
"Frente a la incertidumbre compartida de que no sabemos cuándo nos vamos a morir, sentimos estabilidad, entonces nadie se preocupa de eso, pero cuando se sabe la fecha o cuando se tiene la creencia de que se sabe, esto despierta una angustia terrible creando inestabilidad mental", comentó la especialista.
Pero hay una gran diferencia entre tener un poco de miedo y trastornarse con el tema. Quienes pueden ser víctimas de esto último son "personas que tienden más a la ansiedad y organizan su vida alrededor de lo fóbico y del miedo".
"Incluso se sabe que las personas suelen pensar que mientras más saben del tema, más pueden controlarlo, por eso ven películas, leen sobre el tema. Pero la verdad es que no controlan nada, ya que si se acaba el mundo hoy, mañana o en dos mil años más, esto no está sujeto al control de nadie", concluye la sicóloga.
FUENTE: CAMBIO 21
El fin del mundo ha sido una "preocupación" constante para muchos. Pero también ha despertado la curiosidad de otros tantos, lo cual ha generado, incluso, una fuente de inspiración para novelistas, guionistas de cine y televisión. La temática es recurrente y siempre produce buenos dividendos a los productores y a las editoriales. Aunque ahora todo será diferente. Pues ya nos acercamos a la fatídica fecha y la sicósis colectiva sin duda irá aumentando a medida que nos aproximamos a la "fecha límite".
Una de las últimas versiones cinematogràficas es la conocida "2012" que está basada en las profecías mayas que supuestamente señalarían que el fin del mundo sería el 21 de diciembre del 2012.
Aunque esta versión ha sido desmentida por diversos científicos y expertos en el tema, según algunos ahora se trataría de tres días de oscuridad o "blackout", esto a raíz de las declaraciones de la reconocida entrevistadora japonesa Kaoru Nakamaru, quien aseguró ser contactada con extraterrestres y que éstos le contaron los cambios que ocurrirían el 21 de diciembre de 2012.
¿Se acaba o no?
Para el chileno Hugo Gomez Solís, el mismo contador auditor que pronosticó hace unos años una catástrofe natural en Tongoy provocando caos en la zona, el llamado "fin del mundo" no existe. "Se trata de una metáfora introducida por algunas religiones para infundirnos miedo y dominar nuestra mente", dijo a Cambio21.
"Ahora bien, a fines de 2012 o algo después, se viviría lo más potente de ese ajuste galáctico y tendríamos el rigor extremo de las catástrofes naturales", indicó quien también oficia de tarotista.
Agrega que "conociendo los ciclos cósmicos del sistema solar dentro de la Constelación de Las Pléyades, es fácil predecir que, cada 13.000 años, aproximadamente, hay un ajuste galáctico y está llegando el momento de experimentarlo. El cambio similar precedente ocurrió en el tiempo del conocido diluvio bíblico, o sea, allí hubo otro "fin de mundo" de los muchos que ha tenido el planeta".
Finalmente indicó que "es muy complicado pronosticar una fecha exacta de una catástrofe natural. El funcionamiento de las energías cósmicas es sumamente complejo y no existe mecanismo alguno que permita calcularlo con plena exactitud. Si en alguna ocasión se masifica la información de una fecha exacta, sin perjuicio de prevenir, su objetivo es producir un flujo de energía que permita modificar para bien dicha predicción: parcializarla, diferirla o atenuarla. Esto es incomprendido, toda vez que la ciencia humana está en pañales al respecto".
Declaraciones perversas
Por su parte, el astrónomo de la Universidad Antofagasta Eduardo Unda aseguró que "las declaraciones se han transformado en medios perversos. Hay fenómenos de los que se puede aprender y estudiar en vez de estar atemorizando a la sociedad".
En diálogo con Cambio21 agregó que "en realidad no se como surgen estas teorías de tres días oscuridad y esas cosas. Muchas vece son rumores que algunos echan a correr y otros los inflan".
"Parten anunciando fenómenos físicos que todos podríamos comprobar, como terremotos y fin de mundo, y cuando se empieza a acercar la fecha cambia de curso y se transforma en que va a ocurrir en torno a la conciencia y el alma del hombre. Entonces estas teorías van cambiando a medida que ya no son sostenibles por los denominados profetas y síquicos", mencionó el experto.
Además Unda comentó que "no hay que quitarle la oportunidad a las generaciones jóvenes a tener una información balanceada en todos los temas, porque es la única manera que estas ideas no tomen posesión sin que haya un contrapeso".
¿Y qué pasa mentalmente?
Más allá de lo rimbombante que puede ser esto del fin del mundo, la verdad es que el estar todo el día escuchando y leyendo sobre este tema trae consecuencias nefastas para nuestra salud mental.
Según explica la sicóloga Pamela Verdugo, las personas más susceptibles a este tipo de anuncios trágicos, son aquellas que tienden a ser ansiosas, a sentir angustia por todo lo asociado con la muerte.
"Frente a la incertidumbre compartida de que no sabemos cuándo nos vamos a morir, sentimos estabilidad, entonces nadie se preocupa de eso, pero cuando se sabe la fecha o cuando se tiene la creencia de que se sabe, esto despierta una angustia terrible creando inestabilidad mental", comentó la especialista.
Pero hay una gran diferencia entre tener un poco de miedo y trastornarse con el tema. Quienes pueden ser víctimas de esto último son "personas que tienden más a la ansiedad y organizan su vida alrededor de lo fóbico y del miedo".
"Incluso se sabe que las personas suelen pensar que mientras más saben del tema, más pueden controlarlo, por eso ven películas, leen sobre el tema. Pero la verdad es que no controlan nada, ya que si se acaba el mundo hoy, mañana o en dos mil años más, esto no está sujeto al control de nadie", concluye la sicóloga.
FUENTE: CAMBIO 21
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