sábado, 29 de diciembre de 2012

Lo que nos dejó el 2012: La abstención, la nueva expresión ciudadana que se coronó como el fenómeno político del año

Por Jonathan Navarro
La entrada de la inscripción automática y el voto voluntario, además de una masiva desconfianza de los electores hacia la clase política, cimentaron el camino para una abstención nunca vista en las elecciones municipales del pasado mes de octubre y que se selló en un histórico 60%.
Quedó inscrito como el suceso político de este 2012. La abstención de un 60% (más de 7 millones de personas que no participaron del proceso) marcó el comienzo de la entrada en vigencia del voto voluntario y del ingreso de nuevos participantes a raíz de la inscripción automática.

En el último proceso eleccionario se contabilizó un total de más 5.4 millones de sufragios. En comparación a las votaciones para alcaldes y concejales del año 2008, con un marco referencial de más de 8 millones de inscritos, la tasa de abstención se elevó apenas por un millar de ciudadanos.

La no votación que se vivió en las elecciones municipales de octubre experimentó una considerable alza. Y aunque los números y las estadísticas se modificaron por un crecimiento exponencial en el padrón (de más de 13 millones de electores), el 60% de chilenos que renunció a su posibilidad de sufragar, lo hizo por su falta de credibilidad y desconfianza ante las opciones para gobernar las alcaldías y de integrar los concejos municipales. Además de una evidente desidia popular.

Nadie lo presagió

Con el nuevo procedimiento electoral, se especuló y presagió sobre las determinaciones de los votantes y de sus eventuales resultados. La encuesta Mori se explayó en este tema y avizoró, en un estudio efectuado dos meses antes a las elecciones, que el número de la abstención se erigiría por sobre el 40%, asentados en el nuevo mapa tras la inscripción inmediata y el sufragio voluntario. Obviamente, quedaron cortos.

Como integrante de la Comisión de Ciudadanía de la Cámara, la diputada Ximena Vidal (PPD), dijo que este porcentaje reveló la crítica y la mala impresión que tienen las personas hacia la clase política. "Inicialmente se presentó como un hecho inesperado, y la población nos dio una sorpresa", declaró a Cambio21.

Esta situación se originó a raíz de una "crisis global debido a que quedó de manifiesto la indignación de las familias por este sistema económico que no responde a sus necesidades", dijo Vidal.

Para el presidente Sebastián Piñera, la ausencia de votantes el 28 de octubre, no pasó inadvertido. Asimismo, la elevada abstención se presentó como un elemento impensado. El director del Servicio Electoral (SERVEL), Juan Ignacio García, le bajó el perfil y explicó que en estas instancias era algo totalmente "normal".

El antecedente más cercano se tomó de las municipales 2008, donde la abstención alcanzó un 42%, con un universo electoral de 8 millones, mientras que en 2004 se colocó en un 38%. Los resultados finales demostraron que, a pesar del crecimiento del padrón electoral en 13 millones de potenciales electores, el número creció de tal forma que ninguna institución, y ninguna empresa de encuestas tuvo entre sus planes tal contexto.

Según la directora de Mori, Marta Lagos, con el voto voluntario hay que hacer una distinción básica entre cantidad de personas que ejerzan su voto y el porcentaje de ellos. "En las anteriores elecciones municipales votó el 70% de la gente, ahora no va a votar más del 60. Pero ojo que el 70% era de 8 millones y este 60 va a ser de 13 millones". Ese cálculo resultó fallido: votó el 40% de los habilitados.

Sin representación

Se justificó en una crisis de representación. Un descrédito que no motivó a los nuevos votantes a participar en los comicios para alcaldes y concejales. Para el cientista político Patricio Gajardo, "el primer diagnóstico que se puede hacer es que ni las encuestas, ni los partidos ni las instituciones se adecuaron al nuevo sistema", y agregó a Cambio21 que "se quedaron con la estructura de estudio de lo que pasaba en años anteriores con el voto obligatorio y la inscripción voluntaria".

En el caso de las coaliciones políticas, éstas "enfrentaron un escenario volátil e incierto", aclaró el analista, y complementó con que "por esa razón en las próximas elecciones, las primarias serán un buen mecanismo para validar a los postulantes".

Gajardo manifestó a este semanario que esta circunstancia dará como efecto una "mayor polarización", la cual se deberá equilibrar con un creciente "poder de convocatoria y compromiso en materia electoral". Y expresó que para que no se vuelva a repetir este escenario, los candidatos deberán tener un protagonismo más "activo en términos de proposiciones. Ya no basta solamente con la sonrisa".

Respecto a los cuestionamientos sobre la verdadera representatividad de los políticos, Patricio Gajardo argumentó a este medio que las personas que se negaron a votar, "compartieron su disconformidad". Y dijo que en este ámbito "no se puede medir por una sola lección. Se debe hacer una medición a largo plazo".

Aseveró que la intervención de diversos movimientos sociales y de agrupaciones de secundarios, que llamaban a "no prestar el voto", y que promovieron la ausencia en las urnas para demostrar el enojo ciudadano, se sostuvo bajo el papel de ellos son "cuestionadores de la jerarquía" y del orden político existente.

Por un camino diferente

El Movimiento por una Asamblea Constituyente (MAC) fue una instancia que se creó para que cada chileno, se sintiera con el poder de "ejercer efectivamente el derecho a determinar" su propio "destino como pueblo y como nación". El lema de esta agrupación se planteó bajo la misión de restituir "la soberanía nacional a manos de su único titular: el pueblo de Chile".

Con esa razón, el vocero del MAC, Matías Verdugo, expuso a Cambio21 que "el análisis de este fenómeno político como la abstención, tiene que ver con la evidencia de que el sistema no funciona, sólo sirve para el 1% que domina el país, en tanto la gente se queda sin ningún beneficio".

Verdugo explicó a este semanario que "el papel que cumplen las dos coaliciones políticas dominantes como la Concertación y la Coalición, no han entregado soluciones", y adicionó que la población se dio cuenta que con este modelo no se concretará "ningún cambio", y pormenorizó con que esta circunstancia "da la necesidad para que se genere una apertura democrática, y que dentro de las mejores opciones se encuentra el de una asamblea constituyente".

La estructura que cobija a las actuales autoridades, "no fue creada por los ciudadanos, sino es una herencia impuesta por una junta militar", añadió Verdugo, quien sumó que en tanto continúe dominando este formato de sociedad y de elección de autoridades, las cifras de abstención seguirán en alza.

En su visión, "no hay una verdadera representatividad. La población no tiene un sentido de pertenencia con los candidatos. La gente iría a votar con alegría y sin ninguna obligación de por medio, si la disposición política sufriera un cambio radical", puntualizó a este medio.

FUENTE: CAMBIO 21

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