Osvaldo Andrade llama a frenar “la desunión” en la oposición, porque es el único factor que puede evitar el regreso de Bachelet en 2013
El presidente del PS recalca que “pese a los intentos de algunos, esta coalición ya no se rompió" y agrega que en la Concertación “nadie sobra”.
Cada vez que le preguntan por la polémica del momento en la oposición -la ofensiva del ex ministro Andrés Velasco en contra del PPD Guido Girardi-, el presidente del PS prefiere pasar. Es que aunque la dura disputa no ha pasado inadvertida para el diputado Osvaldo Andrade, el timonel socialista ha optado por asumir un rol de conciliador dentro del conglomerado.
"Eludo los debates inconducentes, los que no tienen sentido", responde en extensa entrevista con La Tercera, aunque no esconde su molestia por el discurso "antipartidos" del presidenciable independiente.
Justo cuando las diferencias internas ponen en juego la unidad de la oposición de cara a las próximas elecciones, Andrade advierte que si hay un factor que puede hacer peligrar el regreso de Bachelet el 2013: "la dispersión".
Por ello, este martes, el presidente del PS llegará con una propuesta especial a la reunión con el resto de los jefes partidarios de la Concertación. El dirigente planteará la necesidad de crear ocho equipos de trabajo, con representantes de la coalición y de otras fuerzas, como el PC, el MAS y el MAIZ, y que comiencen a trabajar desde ya con un solo objetivo: redactar un programa de gobierno común a toda la oposición.
-Más allá de que no quiera entrar en polémicas, usted fue ministro en la misma época que Velasco. ¿Hay algún grado de veracidad en sus denuncias por presiones?
-Efectivamente, como fui ministro tengo alguna experiencia al respecto, como también he sido dirigente del partido muchos años, así que puedo decir que no fui objeto ni sujeto de este tipo de cosas. Lo único que puedo agregar al respecto es que me parece natural que cualquier gobierno que se sustente en una coalición, haya sido de la Concertación o de la derecha, tiene que tener la capacidad de que sus colaboradores representen su diversidad.
-¿No es funcional para la Concertación la ofensiva contra Girardi, considerando que es el principal impulsor de la teoría del fin del conglomerado?
-Es que ese es un tema que no me convoca. Yo no estoy en política para los debates de bajo calibre.
-¿Es de los que creen que la estrategia de Velasco se asemeja a la adoptada en su minuto por Marco Enríquez-Ominami?
-La estrategia electoral del ex ministro Velasco es un problema del ex ministro Velasco. Él no es mi candidato y no me preocupa. Yo le puedo garantizar que si él quiere concursar en primarias, si está en disposición de aceptar el resultado de las primarias y tenemos básicos acuerdos programáticos, nosotros vamos a asegurar que él compita. Ahora, si él en su campaña quiere transformar a los partidos y a la política en el centro de su declamación... es su problema. Sería bueno que recordara que los que estamos en política, estamos en ella para dignificarla. Y yo esa petición, humildemente, se la hago a él y a cualquier otro.
-Usted está más por la discusión que promueven los 32 dirigentes del documento que defiende el legado de la Concertación, y que revive la disputa entre las dos almas de la coalición...
-La crítica que le hago a la vieja disputa entre autoflagelantes y autocomplacientes es que fue un debate estéril. El propósito simplemente era debatir, no llegar a una síntesis o conclusión que nos permitiese dar un paso. Ahora debemos abrir un diálogo en el marco de la tarea programática de la oposición. Tenemos compromisos que están en nuestro documento del 5 de octubre, y el principal es construir una nueva mayoría social y política. Tenemos que definir qué significa esta nueva mayoría. Y es muy simple: es que desde la Concertación vamos a transitar hacia una nueva coalición. Hay que ampliar nuestra gestión de trabajo, y por eso tomamos el acuerdo de reunirnos regularmente con el PC y otras fuerzas.
-Pero este tránsito hacia una nueva coalición, ¿qué implica? ¿El fin de la Concertación? ¿Su superación?
-La tarea es que tengamos la capacidad de ir ampliando nuestro rango de acción. Si eso significa transitar hacia una nueva coalición, bienvenido sea. Uno no se enamora de las coaliciones, las coaliciones sirven a un objetivo político.
La Concertación es una coalición diversa, tenemos matices, estilos, ritmos distintos. Esa es la gracia. Cuando hablo de una transición es que tenemos que ir transitando en conjunto desde la Concertación, adquiriendo el mismo ritmo. Unos quieren ir más rápido, otros más lento, pero la idea es ir acompasando la transición para que todos lleguemos al mismo lugar y al mismo momento.
-Pareciera ser que la coalición transitaría más tranquila si Girardi y una parte del PPD terminaran rompiendo con la Concertación...
-Es que a pesar de los intentos de algunos, esta coalición ya no se rompió. No nos pasemos películas. Si el momento en que esta coalición se pudo romper fue a la semana siguiente de la derrota del 2009. Y para todos aquellos que hacen de esto, con mucho entusiasmo, narraciones y cuentos, la mejor manera de demostrar lo contrario es que el senador Girardi fue electo presidente del Senado por todos los senadores de la oposición. Las diferencias tienen que ser parte del proceso, no rupturas. Nadie sobra en la Concertación, pero sí faltan muchos.
-Parte de este esfuerzo que Ud. describe ha sido puesto en jaque por situaciones que han sido promovidas por la nueva mesa del PPD. ¿Cómo evalúa la irrupción del senador Jaime Quintana y su idea de superar la Concertación?
-No me corresponde evaluar la conducción de otros partidos, pero tengo un solo comentario que hacer: hubo un error de parte de la dirección del PPD, porque se pensó que lo que estaba haciendo el presidente del Senado era generar un diálogo que apuntaba a construir ciertos acuerdos, y eso nunca fue así. Vamos a insistir en esto, porque nosotros no queremos que las crisis de representatividad se transformen en una crisis de legitimidad, porque ahí estamos todos liquidados.
-La postura asumida por el PS fue resistida por quienes plantearon que no era necesario tomar la iniciativa de diálogo y critican la conveniencia de pactar un acuerdo ad portas de procesos electorales...
-Hemos estado dos años durante la gestión del gobierno de la derecha y hemos visto con preocupación que un acuerdo básico que tenía la sociedad chilena y que le daba cierto grado de estabilidad -que la política era capaz de enfrentar los problemas e intentar resolverlos- se ha ido hacia abajo. Y que hoy día es la efervescencia social la que genera las perspectivas. Y eso, en opinión de los socialistas, es un tremendo error. ¿Sabe por qué? Probablemente, porque nosotros hemos vivido más que nadie lo que significó cuando estos climas se pierden. Y como Escalona y yo somos precisamente de la generación que vivió esa experiencia y la sufrió, somos tan insistentes en plantearlo así. Yo sé que hablo con dureza, exagero la ironía, pero estas cosas me preocupan.
-Falta un mes para la campaña municipal y queda la sensación de que la oposición está lejos de ordenarse. ¿No teme que lo que ocurra en octubre pueda constituir un revés en su apuesta por recuperar el gobierno el 2013?
-Lo primero que valdría la pena mencionar es que la Concertación y la oposición han hecho ejercicios inéditos. Hemos hecho 142 primarias, tenemos candidato común en 333 comunas de la oposición. Tenemos una plataforma programática común. ¿Quién ha hecho este ejercicio? ¿Qué coalición o qué partido ha hecho este ejercicio? Todo el mundo está pendiente de la Concertación. Los resultados se saben al día siguiente y ahí veremos, es parte de la tarea. Vamos a tener dificultades, en algún lugar se van a parir candidatos que no tienen una aspiración de competir en serio, de ganar. Van a levantarse, fundamentalmente, en la idea de mostrar fuerza, aunque el resultado final sea que gane la derecha.
-¿Qué le parece que precisamente el PPD activó contactos con el PRO de ME-O, justo cuando dicho partido anuncia ese tipo de candidaturas que usted describe?
-Sería bueno tener más claridad de la conducta de ME-O, porque fue el mismo día cuando le dice ‘queremos conversar con ustedes, pero vamos a competir', y con esa actitud va a ganar la derecha. Si hay candidato PRO en Santiago, va a ganar la derecha. Si hay candidato PRO en La Florida, va a ganar la derecha. Bueno, así son las cosas y hay que tenerlo claro.
-En medio de todo este desorden, ¿no teme que Bachelet pueda optar por no arriesgar su capital político en una reelección?
-La decisión de Michelle Bachelet la va a tomar Michelle Bachelet cuando ella lo estime oportuno. Dejemos que ella tome su decisión. Todo el mundo les envía saludos a sus amigos cuando están de cumpleaños y, en este caso, no es de extrañar que les mande un saludo a sus amigos de la DC en su junta nacional. Ahora, ella es una dirigenta política, en consecuencia, no será sólo un mero saludo con un beso y ya. Permítale ponerle un poco de contenido al mensaje.
-¿Qué elementos considera usted que pueden terminar motivando a Bachelet a rechazar la idea de una nueva candidatura?
-La falta de unidad. Si hay un reclamo de la ciudadanía a la Concertación, si hay un llamado, es a la unidad.
Uno no le ofrece al país un proyecto de cambio si no lo hace sobre la base de configurar una unidad mayoritaria. Todas aquellas escaramuzas que expresan falta de unidad nos hacen muy mal, y terminamos haciéndonos autogoles.
FUENTE:CAMBIO21
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