Seis diputados del PPD, cuatro de la Democracia Cristiana y un PS fueron los parlamentarios que ayer se “parearon” con sus colegas de la Alianza que se ausentaron para la votación del informe del lucro en la Educación Superior, que terminó rechazado por un empate técnico y que dejó con la cara larga a todos los adherentes al movimiento estudiantil.
Once diputados que, excusas más o menos, pasaron colados con la pelotera provocada por la salida antes de terminar la votación del diputado RN Gaspar Rivas, pero que para algunos de sus compañeros de partido -y los estudiantes, por cierto- tuvieron tanta o más responsabilidad que los parlamentarios oficialistas en el empate “técnico” que dio paso al rechazo del informe.
De este grupo -que además permitió que el Ejecutivo cerrara una positiva semana en el parlamento- siete parlamentarios sí estuvieron presentes ayer en el Congreso, pero no en el momento más importante para los estudiantes y para la propia Concertación, que podría haber transformado el lucro en una oportunidad.
Los PPD Enrique Accorsi, Guillermo Ceroni, Joaquín Tuma, Orlando Vargas y Ximena Vidal dijeron presente en el Congreso, pero no aparecieron para la votación. A ellos, se les sumaron Pablo Lorenzini (DC) y el diputado Fidel Espinoza (PS), quien después se excusó por twitter diciendo que se pareó con otro diputado por la operación de su hija. “Hay casos y casos y creo q (sic) en un tema humano queda de lado lo político”, escribió.
A ellos se les suman los DC Eduardo Cerda y Jorge Burgos, quienes no aparecieron en todo el día. Burgos, una sensible baja al ser subjefe de la bancada DC, que había que comprometió el respaldo en bloque al informe durante la intervención de la jefa de bancada, la diputada Carolina Goic, al comenzar el debate del documento.
Además, el diputado PPD Felipe Harboe tampoco asistió, así como toda esta semana, aunque no aparece en los registros de la cámara con excusa por aquello.
Caso aparte es el del diputado DC Juan Carlos Latorre. El ex presidente de la falange, quien el año pasado fue miembro durante un mes de la Junta Directiva de la Universidad Pedro de Valdivia, plantel al que hace una semana le rechazaron la acreditación desde la CNA, estuvo con licencia médica durante toda esta semana.
Contrario al lucro -de hecho, tiene una una hija en la Federación de Estudiantes de la UC- se sabía ayer en los pasillos del Congreso que de no haber estado enfermo sería impugnado por su participación en la universidad antes mencionada.
Para todos ellos, la diputada Cristina Girardi señaló después de la ratificación del rechazo al informe, que el jefe de bancada de su partido, Pepe Auth, pediría una reunión con la mesa para pedir explicaciones por esta situación. “Realmente no sabemos con quién estamos trabajando”, dijo la parlamentaria.
Además, Girardi señaló que si los estudiantes aún no tenían claro quienes estaban a favor del lucro “lo tendrán claro a partir de ahora” y que la votación “la perdimos nosotros”.
Cuento aparte lo tienen los otros seis diputados que no se aparecieron por la sala: el ex PPD René Alinco, el ex DC Pedro Velázquez, el radical Fernando Meza, José Pérez y Miodrag Marinovic, más Jorge Sabag, quien se inhabilitó de la votación.
Algunos de ellos, como Alinco, Velázquez y Marinovic, se repiten el plato: los tres terminaron dando el sí al presupuesto de la partida de Educación el 28 de noviembre pasado, en otra de las polémicas votaciones en las que el movimiento estudiantil -presente durante toda la sesión, interviniendo incluso con pancartas y alegatos directos a parlamentarios UDI- nuevamente se quedó sin pan ni pedazo.
La derecha dijo no con ventilador
Más allá del numerito del diputado RN Gaspar Rivas, quien un día antes había señalado que votaría a favor del proyecto, todos los demás parlamentarios de derecha rechazaron de manera alineada el informe acusando un sesgo ideológico en sus conclusiones.
Al respecto, el UDI Gustavo Hasbún reafirmó los motivos de su voto en contra. “Aquí se realizó un informe con una falta de objetividad tremenda, protegiendo los intereses de grupos económicos que están detrás porque hoy día nadie está cuestionando si existe o no existe lucro”.
Según Hasbún, lo que se pretendía hacer era proteger los intereses de algunas universidades “como la Universidad Diego Portales que emitió bonos en el Banco Security, que generó cientos de millones de utilidad que no se reinvirtieron. Qué pasa con la Universidad Central, donde un miembro militante de la DC adquirió el 50%. Qué pasa con la Uniacc donde hubo fraude al fisco por 20 mil millones de pesos por las famosas Becas Valech y no se incluyó”.
El parlamentario además disparó contra la Universidad Miguel de Cervantes, donde es rector actualmente el DC Gutemberg Martínez, esposo de la senadora Soledad Alvear, y recordó también la participación de Latorre en la Pedro de Valdivia.
“Este no es un problema de lucro o no lucro. Aquí lo que se rechazó fue un informe que lo que buscaba era proteger los intereses económicos de un grupo ligado a la Concertación para desprestigiar y descareditar algunas universidades que han sido mencionadas”, señaló.
En una línea más confrontacional, la diputada María José Hoffman se mostró contenta con el resultado de la votación y explicó que lo que se pretendía con el informe era “dañar a la iniciativa privada”. “Lo que no soporta la izquierda es que más del 70% de los estudiantes elijan libertad en instituciones privadas, porque aquí como hay un manto de dudas en ellas también los hay en las universidades públicas. Para qué hablar de los recursos que reciben que no le rinden a ningún chileno y acá lo que se ha querido hacer es enredar un sistema”, señaló.
Hoffmann dijo que el compromiso de su partido era fiscalizar esta situación, lo que sólo puede ocurrir con una Superintendencia que tenga esas atribuciones. “El resto es música”, dijo.
Con todo, la chimuchina de ayer terminó dando pie a una nueva petición de formar una comisión investigadora, moción que se presentaría en los próximos días y en la que se incluirían nuevos antecedentes que ya han sido recabados por la diputada Alejandra Sepúlveda. 

FUENTE: THE CLINIC