Consejo de caciques interpuso reclamación ante Comisión Interamericana de DD.HH.
La historia del conflicto de Piñera con los williche por el Parque Tantauco
Antes de que el mandatario
adquiriera en 2004 por 5 millones de dólares las 118 mil hectáreas en la
Isla de Chiloé donde instaló su proyecto de conservación, fue advertido
de que estaba comprando territorios reclamados históricamente por
comunidades indígenas. Pero lo vio como un problema de Estado, así que
concretó la inversión a través de la Fundación Futuro. Tras la cumbre
mapuche del Cerro Ñielol, donde comunidades williche de Chiloé
plantearon reivindicar las tierras del Tantauco, su decisión podría
volverse una piedra en el zapato.
Para los williche Tantauco
significa “el lugar donde se juntan las aguas” y fue la palabra elegida
para bautizar el tratado en que la corona española reconocía los
derechos a perpetuidad de este pueblo sobre las tierras de Chiloé. Para
el Presidente Sebastián Piñera, Tantauco es el nombre con que bautizó al
Parque que adquirió el 2004 al sur de la Isla y el mismo con que
denominó a sus equipos programáticos. Tras la cumbre mapuche del Cerro
Ñielol, Tantauco podría transformarse además en un nuevo conflicto para
el mandatario.
¿La razón?: el planteamiento de reivindicar las tierras del Parque
Tantauco presentado en el encuentro por parte de comunidades williche de
Chiloé, que cae como balde de agua fría en medio del clima de tensión
en que se vivió el encuentro y que pone en una incómoda situación a
Piñera. Según el lonko mayor del Consejo territorial indígena de
Quellón, Cristián Chiguay, “es el momento de poner la reivindicación de
Tantauco sobre la mesa, cuando es el propio Presidente Piñera quien pone
las prioridades de los temas”.
Piñera fue advertido del conflicto de tierras que pendía sobre las
118 mil hectáreas que anteriormente pertenecían al norteamericano
Jeremías Henderson -quien había intentando impulsar sin éxito un
proyecto forestal – antes de que concretara la adquisición de lo que
posteriormente bautizó como Parque Tantauco. Pero no lo tomó en cuenta.
El entonces obispo de Ancud, Juan Luis Ysern, viajó en 2004 personalmente a Santiago equipado con una serie de mapas y documentos que graficaban la situación de las tierras ancestrales donde el empresario quería impulsar su proyecto de conservación. Allí, junto a su asesor Raúl Espoz, se le explicó a él y sus abogados que no estaba comprando solo un proyecto forestal fracasado, sino los fundos williche Yaldad, Koldita e Inio, que en conjunto suman unas 91 mil hectáreas dentro del parque. Pero no tuvo éxito, ya que según explicó el eclesiástico a El Mostrador, la respuesta de Piñera fue que el tema de los williche era un problema del Estado, no suyo. Hoy, Piñera representa a la máxima autoridad de ese Estado.
Así lo recuerda el entonces obispo de Ancud, Juan Luis Ysern, quien
viajó en 2004 personalmente a Santiago equipado con una serie de mapas y
documentos que graficaban la situación de las tierras ancestrales donde
el empresario quería impulsar su proyecto de conservación. Allí, junto a
su asesor Raúl Espoz, se le explicó a él y sus abogados que no estaba
comprando solo un proyecto forestal fracasado, sino los fundos williche
Yaldad, Koldita e Inio, que en conjunto suman unas 91 mil hectáreas
dentro del parque.
Pero no tuvo éxito, ya que según explicó el eclesiástico a El Mostrador, la respuesta de Piñera fue que el tema de los williche era un problema del Estado, no suyo. Hoy, Piñera representa a la máxima autoridad de ese Estado.
Una grave “provocación”
El acuerdo de paz firmado con España y denominado “Tratado de
Tantauco”, anexó Chiloé a Chile en 1826, reconociendo los derechos a
perpetuidad de los williche sobre las tierras de la isla. Pero el Estado
chileno no reconoció estos derechos, ya que desde 1900 empezó a
declarar estas tierras fiscales, las que fueron vendidas a particulares,
que al correr los años vendieron a otros. De esta forma, a través de la
Fundación Futuro, Sebastián Piñera adquirió por 5 millones de dólares
los terrenos que hoy le reclaman.
Los problemas con las comunidades no se hicieron esperar. De partida
sacó ronchas el nombre elegido por el empresario para bautizar el lugar,
lo que fue clasificado como “una ofensa” y una “grave provocación” en
una carta enviada a Piñera por el Concejo de Caciques Williche de
Chiloé, aduciendo que “es precisamente el nombre que tiene el Tratado
que resguarda nuestros derechos conculcados”.
El conflicto en Tantauco incluso llegó ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, ante la que en 2007 el Consejo de
Caciques interpuso una petición relacionada con el derecho territorial
de una de las comunidades afectadas.
El padre Ysern, que hoy está radicado en Santiago, considera que
“esto requiere un estudio muy sincero mirando la verdad histórica en
Chiloé. Para los williche es muy importante que se tome en serio la
petición de Tantauco y lo han mantenido firme. Esto significa un diálogo
muy sincero, muy claro sobre todo el proceso histórico. Es fundamental
porque si no, hay una injusticia básica que permanece. En aquel tiempo
le dije a don Sebastián Piñera que si quería contar conmigo para ese
diálogo lo hiciera, porque el Consejo de Caciques estaba muy dispuesto a
hacerlo. Nunca tuve respuesta”.
FUENTE: EL MOSTRADOR
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