miércoles, 2 de enero de 2013

Dirigentes admiten que estos rostros son “pura ganancia”

El dilema de la Concertación: incluir o no a los movimientos sociales en las primarias parlamentarias

Aunque en todos los partidos opositores ven con buenos ojos a las figuras que se han destacado como líderes prominentes, creen que no será fácil llegar a acuerdo dada la insistente negativa de algunos de ellos a respaldar, a ojos cerrados, al eventual abanderado del sector. Esa podría ser la piedra de tope para cualquier negociación.
La fuerte irrupción de los movimientos sociales a partir del año 2011 y la determinación de algunos de sus máximos representantes de competir por un escaño en el Congreso, es observado con interés en la oposición. Con Providencia como bastión de la solidez del respaldo ciudadano que han alcanzado y con el ex dirigente estudiantil Giorgio Jackson como ícono de los rostros nuevos que buscan institucionalizar las demandas que sienten que no han sido canalizadas aún, intentan abrirse paso a través de las primarias parlamentarias de la oposición. Y todo bien. Pero existe un pequeño detalle que podría resultar insalvable para llegar a un acuerdo que deje contentos a todos. Los dirigentes opositores aseguran estar disponibles, siempre y cuando el cupo vaya amarrado al respaldo de los patrocinados al abanderado presidencial del sector, es decir a la ex presidenta Michelle Bachelet.
Este es el escenario que podría complicar las aspiraciones no sólo de Jackson, sino de todos aquellos que pretendan llegar al Congreso, usando como plataforma el movimiento ciudadano y el respaldo explícito de la oposición. Porque aunque en el sector admiten que esas figuras refrescan la política y podrían resultar en “pura ganancia”, si no hay un compromiso de su parte para apoyar el programa y a su abanderado, se hace imposible un acuerdo. Incluso algunos dirigentes no tomaron muy bien los dichos del ex presidente de la FEUC —en entrevista con radio Bío Bío—, en relación a la ex mandataria, en el sentido de que “no ha mostrado nada, el silencio ha sido lo que ha primado. Yo no podría votar por alguien que no ha mostrado ni un programa, ni cuáles sus ideas ni equipos, ni su voluntad por los cambios, eso es fundamental”.
Y en la oposición estiman que la idea de participar en las primarias del sector se contrapone con la de desmarcarse de la figura presidencial. Por lo pronto, el secretario general del PPD, Gonzalo Navarrete, es directo y enfático en que el “requisito básico” para aspirar a participar en las primarias parlamentarias de la oposición es “apoyar al candidato presidencial y comprometerse con el programa” de gobierno del sector. A juicio del dirigente, “no se puede tener un equipo parlamentario que no respalde al candidato ni su programa”. Por lo que si se da este componente esencial, “son bienvenidos a la primaria”. De ser así, estima que el resultado puede ser “pura ganancia” para la coalición opositora. Sin embargo, si Jackson y quienes están en similar posición insisten en no apoyar la candidatura presidencial “para nosotros es completamente imposible. En este caso no puede haber acuerdo alguno”, subraya el dirigente.
En el mundo socialista tienen una opinión similar. En la oposición admiten que este es un tema que se ha socializado y en la tienda de Osvaldo Andrade coinciden con la postura del dirigente PPD. Afirman que “apoyar la campaña presidencial” debe ser un imperativo para quienes desean competir por un cupo parlamentario en las primarias. Y que quienes vienen desde los movimientos sociales “no pueden pretender acceder a los beneficios de ser acogidos por una coalición, sin ningún costo. Porque existe una contradicción importante en aspirar a un cupo (dentro de la coalición opositora) y no respaldar al candidato”. Aun cuando también creen que “son positivos los liderazgos que surgieron” con los movimientos sociales y que, adicionalmente, “quieran sumarse a la oposición para derrotar a la derecha”, pero “la política implica asumir responsabilidades”. Y una de ellas, insisten, es “asumir un compromiso con los ejes programáticos” de la candidatura presidencial del sector.

Un camino difícil

En opinión de un dirigente DC, “estos cabros están planteando un camino muy difícil, incluso mesiánico, diría yo”, por lo que estima que “deberían fortalecer sus liderazgos dentro de un partido. Porque los cambios que esperan no los van a poder hacer como outsider dentro del Congreso, el cambio se da asumiendo la dirección política”. En este contexto, están los que no descartan que estas figuras “no quieran ir a primarias, porque saben que en una primaria todavía funciona la maquinaria de los partidos” y que lo que en realidad esperan es que la oposición les ceda algunos cupos. Incluso no es fácil la idea de implementar el modelo Providencia en las parlamentarias, porque en la comuna resultó debido que “la Josefa tenía redes en terreno y estos cabros no”. E insiste en que “no hay que confundirse, para ganar una primaria se necesita tener terreno, si no, no es posible ganar”.
En opinión de un dirigente DC, “estos cabros están planteando un camino muy difícil, incluso mesiánico, diría yo”, por lo que estima que “deberían fortalecer sus liderazgos dentro de un partido. Porque los cambios que esperan no los van a poder hacer como outsider dentro del Congreso, el cambio se da asumiendo la dirección política”. En este contexto, están los que no descartan que estas figuras “no quieran ir a primarias, porque saben que en una primaria todavía funciona la maquinaria de los partidos” y que lo que en realidad esperan es que la oposición les ceda algunos cupos.
Mientras que el vicepresidente de la DC, diputado Fuad Chaín, estima que “la aspiración real de los dirigentes de estos movimientos debiera ser ingresar a los partidos y llegar a conducirlos, aunque felicito que quieran participar”. En cambio, otros dirigentes de la Concertación discrepan con la mirada de Chaín.
A diferencia del dirigente falangista, creen que no es necesario que los representantes de los movimientos sociales tengan que integrarse a las colectividades, porque “la coalición es político cultural, amplia, en que tenemos que convivir con militantes y no militantes, como era en sus inicios la Concertación”. El integrarse a partidos, dice esta fuente, le resta valor a lo que entregan estos liderazgos. Su aporte es algo nuevo y fresco. En ningún caso son una amenaza”.
Pero en la Concertación no está muy claro cuál es el camino definitivo de algunos dirigentes sociales, lo que también genera cierta incertidumbre. Algunos creen que, por ejemplo, el objetivo final del ex presidente de la FEUC en convertir Revolución Democrática en un partido político. Y eso produce los mismos resquemores que en la derecha Evolución Política, liderado por Felipe Kast. Esencialmente, porque en la oposición estiman que esa es una labor que toma años y, porque “desde una experiencia universitaria, particularmente de la Católica, es difícil”. Armar un partido político “requiere un esfuerzo de heterogeneidad de militantes que Revolución Democrática no tiene”, son sólo algunos de los comentarios que se esgrimen en círculos opositores para rechazar la sola posibilidad del surgimiento de un nuevo partido. También están los que tienen la convicción de que los candidatos que provienen del movimiento social debieran haberse incorporado a la colectividad opositora con la que se sintieran más afines y tratar de cambiarla desde dentro, dado el nivel de anquilosamiento en que han caído. “Como lo hacemos muchos de los que militanos en los partidos políticos”, dice un militante del conglomerado opositor.
En todo caso, para un analista del sector, en la oposición “hay una incertidumbre y un enredo gigantesco, porque nadie sabe cómo se va a armar la lista parlamentaria y si va a haber primarias”. De haber tales elecciones —dice—, estas figuras representantes de los movimientos sociales “tienen la posibilidad de participar en ellas. Sin embargo, aclara que “no es fácil implementar el modelo utilizado en Providencia (para las municipales) en las parlamentarias, porque a diferencia de las parlamentarias en las municipales hay solo un candidato”.

FUENTE: EL MOSTRADOR

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