martes, 16 de agosto de 2011

Tensión en los partidos oficialistas por reformas sociales La derecha cruje con la agenda “concertacionista” de Piñera

Aunque la crisis provocada por el movimiento estudiantil ha impedido que salgan a flote las diferencias por las medidas que está implementando el Ejecutivo, y otras que se podrían llegar considerar, como la reforma tributaria, en RN y la UDI el tema está levantando fuertes discrepancias. El choque es entre quienes están dispuestos a avanzar todo lo necesario en materia social para recuperar el respaldo ciudadano, con quienes presionan, cada vez más fuerte, para recuperar las banderas históricas de la derecha.


En medio de la crisis que atraviesa el gobierno, y que no da luces de extinguirse, la controversia acerca de cómo y con qué banderas gobernar se está produciendo tímidamente en el seno de la administración de Sebastián Piñera, pero con más vigor al interior de los partidos que la sustentan. Temas como el polémico Acuerdo de Vida en Pareja (AVP) y una eventual reforma tributaria son los que han provocado que salgan a la luz las diferencias internas que amenazan con profundizarse en la medida que los problemas, que por ahora enfrenta el Ejecutivo, terminen por superarse. En La Moneda admiten la existencia de distintas visiones, pero creen que por ahora han quedado sumergidas ante la necesidad evidente de apoyar al mandatario para superar este difícil momento. No así en las colectividades políticas donde, por distintas razones, el debate está instalado aunque sus dirigentes intentan controlarlo, infructuosamente a veces.
En la UDI ya han surgido pequeños, y a veces no tanto, estallidos de rebelión. Ello, debido a la molestia que genera en un sector del partido, encabezado por figuras como la del senador Jovino Novoa, que el gobierno se incline por aplicar medidas que no representan el ADN de la derecha. Lo que generalmente ha detonado las discrepancias dice relación con las políticas sociales por las que se la ha jugado la administración Piñera. Novoa ha sido particularmente crítico en tal sentido y aunque parece que estuviera solo en su crítica, es la cara visible de una porción del gremialismo que, ya sea institucionalmente o no, ha presionado para que el gobierno vuelva al redil de la derecha tradicional. Y las magras cifras de la última encuesta CEP le dieron piso para insistir con su postura y hacer pública su agenda. A su juicio, los números demostraron que el gobierno “ha perdido sustento en sus propios partidarios y eso es porque no ha seguido una línea política coherente. Si se va a gobernar con ideas ajenas para obtener un 26 por ciento de apoyo, yo prefiero gobernar con nuestras ideas y quedarme con el 36 por ciento”.

La mayoría silenciosa de Novoa

Dentro del partido, aseguran que si bien Novoa es quien saca la voz en estas materias, es la cara visible de un grupo mucho mayor. Porque la mayoría, si no todas las figuras más antiguas del partido  también se suman a la postura del parlamentario. Algunos de ellos son los hermanos Gabriel y Carlos Villarroel; el recientemente nombrado subsecretario de Hacienda, Julio Dittborn; los empresarios e integrantes de la Comisión Política de la UDI, José Yuraszeck y Juan Jorge Lazo; y el encargado electoral Andrés Tagle, entre otros. Y la mayoría de los parlamentarios que integran las bancadas gremialistas en el Congreso. Pero también algunos representantes de la colectividad en el gobierno de generaciones más jóvenes como el subsecretario de Minería, Pablo Wagner o su par de Agricultura, Álvaro Cruzat. Y, por lo pronto, destacadas figuras del principal semillero de la UDI –la Fundación Jaime Guzmán-, entre ellos el presidente del directorio, Juan Eduardo Ibáñez Walker, quien también integra el Tribunal Supremo del partido.
Una alta fuente de RN advirtió que “algunos se están yendo al chancho con sus propuestas”  y que en la colectividad no se oponen al alza de impuestos “por un tema dogmático, sino porque sólo por efecto del  crecimiento económico hay muchos millones a los que echar mano”. La misma fuente explica que con sus propuestas, algunos parlamentarios de su partido, intentan no dejarle “las banderas de RN a la UDI, pero no por eso vamos a tomar las banderas del PS”, advierte, y agrega que “de seguirle el ritmo de los ofertones a Longueira, quedamos en la ruina”
Lo cierto es que la postura del ministro Pablo Longueira en materia económica no es la más popular en el partido y ha provocado más de algún choque entre el ministro y el senador, confidencian en la tienda de calle Suecia. La apertura de Longueira a la posibilidad de realizar una reforma tributaria no concita consenso en la UDI, más aún, es ampliamente resistida, con el argumento de que si el país sigue creciendo a las tasas que lleva hasta ahora, eso permitiría financiar las políticas sociales que ha comprometido el gobierno. Pese a que algunos parlamentarios se han mostrado proclives a apoyar un alza tributaria para financiar la reforma a la educación, el hecho de que desde La Moneda sostengan que los 4 mil millones de dólares están, hace que en la UDI estimen que no es necesario subir los tributos a las grandes empresas.
Por otra parte, hay quienes se muestran preocupados por la reacción del empresariado ante una medida tan radical. Según plantean, ya se le aumentaron los impuestos para la reconstrucción y “no sería justo cambiarles las reglas del juego y ahora decirles que les vamos a volver a subir los impuestos, porque en Chile las empresas pagan menos que en otros países”. Así, mientras Longueira, desde el Ministerio de Economía, intenta imprimirle al gobierno un sello más social, para ello tiene que luchar con una fuerte resistencia desde su propio partido donde un amplio sector teme que la administración Piñera esté gobernando con las banderas de la Concertación. Cuestión que, temen, podría acarrearle un alto costo con miras a las próximas elecciones parlamentarias y presidenciales.

¿Nueva derecha o la de siempre?

No faltan los que en una mirada más práctica, advierten que de hacerse una reforma tributaria “habría que aprobar al tiro la ley de financiamiento de los partidos”, aludiendo a que las colectividades políticas verían mermados sus recursos para tal efecto. Análisis que no cayó nada bien en La Moneda, donde afirman que por ahora no está en los planes una reforma tributaria. Pero de ser necesaria, se vea bien que los partidos velen por sus propios intereses por sobre los del país. En Palacio también están concientes de que al interior de los partidos oficialistas existe una cierta tensión entre quienes están más dispuestos a avanzar hacia una agenda social y los que bogan por retomar las banderas de la derecha tradicional. Lo que se contradice abiertamente con la nueva derecha que ha intentado plasmar la administración de Sebastián Piñera.
Por ahora el tema tributario, dicen desde el gobierno, se ha contenido al interior de los partidos, pero no así el valórico. Este, reconocen, ha generado controversias desde la campaña y estas se agudizaron con el anuncio de que se enviará al Congreso la propuesta de Acuerdo de Vida en Pareja (APV). Eso sí,  el análisis es que lo valórico va a cruzar todo el periodo de Piñera, mientras que la cuestión tributaria se va a resolver más rápido. Ello, porque según un observador de gobierno, si el Ejecutivo decide avanzar en esta línea, a los partidos no les quedará más que respaldar a La Moneda.
En Renovación Nacional, el problema también está latente. La molestia con los senadores Lily Pérez y Francisco Chahuán  debido a las posiciones de “avanzada” que han asumido en materias económicas, es evidente. En la tienda sostienen que ambos han sido “llamados a terreno”. La primera debido a que fue la única senadora oficialista que patrocinó el proyecto que, entre otras cosas, limita las relaciones societarias que puedan tener las instituciones de educación superior, con personas jurídicas con fines de lucro. En el partido se horrorizaron al enterarse de que la senadora estaba entre los que pusieron su firma a la iniciativa del vicepresidente de la Cámara Alta, Juan Pablo Letelier.
Por su parte, Chahuán ha sido recriminado por promover una reforma tributaria que incluya el aumento de impuestos a las grandes empresas. Aunque en la tienda sostienen que están dispuestos a respaldar la agenda social de Piñera, aseguran que para cumplir sus compromisos en ese ámbito, el mandatario no necesita impulsar alzas de impuestos. Pese a que existe un sector que estima que no hay por qué asustarse con una iniciativa como esa.
“Mientras no se exagere, no pasa nada. En Chile, los empresarios no tienen una carga tan alta, entonces, sería buena una iniciativa que les aumentara unos pocos puntos la carga impositiva y, complementariamente, se le bajara unos puntitos la carga tributaria a las personas”, dice una fuente del partido que estima que eso no tendría por qué generar el forcejeo que está surgiendo al interior de la casona de Antonio Varas.
Uno de los más reacios tanto a una reforma tributaria como al proyecto de AVP es el timonel de RN, el senador Carlos Larraín. Otros de los dirigentes que lo apoyan en su postura es el secretario general del partido, Mario Desbordes; y, el senador y vicepresidente Baldo Prokurica. En la tienda también señalan como aliados del timonel a figuras como el ex timonel Sergio Diez, el abogado Miguel Otero y los diputados Alberto Cardemil y Mario Bertolino, entre otros. En el partido señalan que los liberales “son minoría en esta pasada” y en la bancada está siendo cada vez más difícil avanzar en medidas progresistas. Aún cuando Larraín ha preferido cortar por lo sano, dando libertad de acción a sus parlamentarios, en temas que son difíciles de zanjar, todo indica que tanto en RN como en la tienda aliada se están poniendo pintura de guerra ante una eventual reforma tributaria.
La Comisión Económica de la UDI ya se pronunció en contra de las alzas de impuestos, mientras que los dirigentes de RN aseguran que la Comisión Política también se pronunció en contra, con lo que dan el tema por cerrado. De hecho, una alta fuente del partido advirtió que “algunos se están yendo al chancho con sus propuestas”  y que en la colectividad no se oponen al alza de impuestos “por un tema dogmático, sino porque sólo por efecto del  crecimiento económico hay muchos millones a los que echar mano”. La misma fuente explica que con sus propuestas, algunos parlamentarios de su partido, intentan no dejarle “las banderas de RN a la UDI, pero no por eso vamos a tomar las banderas del PS”, advierte, y agrega que “de seguirle el ritmo de los ofertones a Longueira, quedamos en la ruina”.
Y este debate al interior de los partidos tiene para largo.  Aunque en La Moneda descartan que llegue al gobierno todavía, dado que “todos están cuadrados tratando de salir de esta crisis”, pero no desestiman que superado el conflicto que generaron los estudiantes, el gobierno se vea presionado, si no acorralado, por ambos grupos.

FUENTE: EL MOSTRADOR

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