A pesar de los reiterados intentos de bajar el ánimo de una reunión de proclamación presidencial, el ambiente y el propio discurso del timonel de Defensa apuntaron a dejar en claro que la colectividad oficialista ya tiene un candidato. “Hoy quiero decirles, con la misma fuerza de siempre, que estoy resuelto a asumir, cuando el tiempo llegue, cualquier responsabilidad que ustedes me confieran”, dijo el secretario de Estado.
“Hoy quiero decirles, con la misma fuerza de siempre, que estoy resuelto a asumir, cuando el tiempo llegue, cualquier responsabilidad que ustedes me confieran”, con esta frase el abanderado de Renovación Nacional, Andrés Allamand, cerró un discurso de casi 40 minutos en el que dejó clara su intención de ser el candidato de RN ante un consejo general que si no oficialmente en los hechos lo proclamó como su representante para los comicios presidenciales del 2014.
Previo al cónclave y al discurso del titular de Defensa, los máximos dirigentes del partido se empeñaron en insistir en que esta instancia no estaba convocada para una proclamación, sin embargo, el ambiente y el propio discurso del ministro apuntaban a dejar en claro que Renovación ya tiene candidato. Como lo sentenció el secretario general Mario Desbordes durante sus palabras justo antes de Allamand que contribuyeron a calentar el clima del consejo ya dispuesto a recibir al ex senador como su abanderado.
Es así como el discurso del ministro que también reiteró que este no era el momento para proclamaciones fue interrumpido reiteradamente en medio de ovaciones y el eslogan de “siente se siente Allamand Presidente” coreado por los consejeros.
En el texto de nueve carillas Andrés Allamand se pasea por todos los temas políticos contingentes, pero inicia su discurso homenajeando a una serie de figuras del mundo político desde el fundador de la UDI, el asesinado senador Jaime Guzmán, hasta el ex Presidente Patricio Aylwin, pasando por quien fuera su mentor político en RN Sergio Onofre Jarpa.
Respecto del ex Presidente señaló que “en estos días, han arreciado los ataques contra don Patricio Aylwin. Yo quiero hoy rendirle un homenaje: Aylwin fue un gran Presidente de Chile. Si bien fue parte del fracaso que significó el derrumbe de la democracia hizo mucho por dejar atrás un país que se había vuelto tierra de enemigos –como lo ha reflejado estos días- ha sido coherente con su visión de la historia que algunos quisieran reescribir”.
En este listado de homenaje también destacó la contribución de Sebastián Piñera y el de Alberto Espina entre otros dirigentes a RN.
En un estilo muy propio de Allamand, el texto alude a la importancia de la política tan desprestigiada por estos días en Chile, advirtiendo que “un país que desprecia la política abre las puertas a los oportunismos. La democracia necesita proyectos permanentes, no aventuras personales que así como aparecen se desvanecen. Vivimos la hora, a través de partidos sólidos de mejorar la política y darle consistencia; no de abandonarla en manos del populismo, la demagogia o el marketing”, palabras que los más suspicaces asumieron como una mención implícita de su más temible adversario en la carrera de la Alianza hacia La Moneda, el ministro de Obras Públicas Laurence Golborne.
Pero también hizo un planteamiento acerca de cómo “gobernar para empezar a cambiar Chile” en el que se abocó a enumerar los logros del actual gobierno en materia de educación, economía, adultos mayores, empleo. Destacando la aprobación de la ley de inscripción automática y voto voluntario y afirmando que “eso es mejorar la democracia y obligar a los candidatos a ganar con sus propuestas los votos de la gente”.
Acto seguido, Allamand se abocó a explicar a los consejeros en este acto de no proclamación su “idea de Chile” donde comienza aclarando que “esta no es hora de proclamaciones de ninguna naturaleza. El tema presidencial deberá decidirse el año 2013 y no antes. Estoy seguro que lo haremos en forma unitaria con la UDI con quien hemos forjado la alianza de centroderecha más estable y fecunda de la historia. Y que nadie se confunda, sólo preservando y ojalá ampliando esa unidad podremos ganar otro gobierno para seguir cambiando Chile”.
En este contexto, Allamand también instó al mundo político a no perder el rumbo, pues “el futuro de Chile se hará con gestos de confianza, voluntad de diálogo y con capacidad de forjar acuerdos. No se hará reavivando rencores, desenterrando arrogancias y gatillando descalificaciones”.
A partir de aquí, Allamand plantea una serie de conceptos que representan lo que llamó “nuestra idea de Chile”. Así expresó que “nuestra idea de Chile es la de un país integrado, para lo cual hay que continuar derribando fronteras al interior de la sociedad que seguir terminando con discriminaciones odiosas y no permitir que se segmente artificialmente a los chilenos, como si las personas fueran productos de supermercados ¡No dividamos más a los chilenos en ABC1, C2, C3!” lo que provocó una ovación espontánea del consejo.
Así continuó con que su idea de Chile es asegurar la igualdad de oportunidades; generar un país con una democracia más transparente y participativa, pero advirtió que “sin embargo, tal democracia seguirá erosionándose si seguimos debilitando sus instituciones. A nadie ayuda insultar a los tribunales de justicia, tomar por asalto dependencias del Senado o, peor aún, agredir a mansalva a nuestros carabineros”.
Y continuó con la necesidad de generar un Chile solidario y recalcó también la idea de un país “en que la prosperidad y las almas crecen al mismo tiempo. Los brillos de la modernidad no deben opacar las luces de los valores y los lazos personales no deben ser reemplazados por el anonimato de las redes sociales”.
Por último, en este aspecto también puso énfasis en el concepto de “el verdadero progreso” que, según recalcó, es “ajeno al egoísmo”; “es que la tolerancia, que la no discriminación sean en nuestra sociedad como razón y la fuerza de nuestro escudo”; “es que cada quien tenga el derecho a amar a quien sea y que las leyes entreguen una forma jurídica válida y reconocida para proteger ese amor”, algo que también hizo estallar al consejo en aplausos.
Pero el discurso de Allamand no rompió la línea que se había dado en intervenciones anteriores tanto del presidente del partido Carlos Larraín como del secretario general Mario Desbordes quienes realizaron como ya se ha hecho costumbre en los consejo oficialistas, duras criticas a la Concertación y a la figura de la ex Presidenta Michelle Bachelet. En este contexto. Allamand expresó su preocupación por “el estado de la Concertación” y aunque reconoció los “importantes aportes” que la coalición opositora hizo en el pasado, subrayó que “lo grave no es tanto la división de las fuerzas que la integran. Tampoco es que los sectores de centro aparezcan cada vez más debilitados y arrinconados. Lo grave es que ha perdido la orientación. Hoy la Concertación no sabe a dónde va, porque algunos de sus dirigentes más destacados han resuelto renegar de dónde vienen”.
Pero también destacó el perfil que debe tener el próximo dirigente que gobierno Chile, señalando que para conducir al país “se va a necesitar experiencia y liderazgo para escuchar y atender en forma oportuna las demandas sociales, para forjar acuerdos y alcanzar soluciones a los problemas, pero también para diferenciar –más allá de los gritos, las consignas y las movilizaciones- las demandas justas de las injustas” y añadió que no sólo para eso se va a necesitar experiencia y liderazgo, sino también “para seguir perfeccionando nuestro sistema político mediante reformas a la Constitución, sin el salto al vacío que significan las asambleas constituyentes y se necesitarán convicciones firmes para preservar la economía social de mercado, corrigiendo sus imperfecciones, pero sin debilitar sus fundamentos”.
Esta última alusión no sólo fue interpretada como otro cuestionamiento implícito a la figura de Golborne de quien los adherentes de Allamand aseguran que no cuenta ni con experiencia ni con liderazgo político, pero también a la figura de Pablo Longueira a quien en la derecha se ha acusado permanentemente de “populista” debido a las medidas anti-empresariales que se estima ha estado promoviendo desde que llegó al ministerio de Economía.
El ministro de Defensa llegó al final de su discurso destacando que es el amor a Chile el que aglutina a los chilenos tanto como “el amor a nuestra bandera y a la roja de todos”, valorando también el temple de “nuestra gente” donde mencionó entre otros al joven Kevin Silva y a su mujer Marcela Cubillos por la forma como enfrentó la muerte de su hermano.
Para cerrar su alocución, agradeció la oportunidad que le ha dado la vida de ser un servidor público y concluyó su discurso manifestando su disposición a asumir una candidatura presidencial, tras lo cual fue ovacionado por el consejo y luego de bajar del podio fue felicitado por gran número de consejeros lo mismo que su esposa quien la acompañó durante toda la jornada. Quienes oyeron el discurso no podían evitar que había sido más cercano a la proclamación, valorando su contenido y la forma de expresarlo. Según se comenta fue el propio Allamand quien lo escribió.
FUENTE: EL MOSTRADOR
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