domingo, 19 de mayo de 2013

Bando Número 1 de la campaña presidencial de la UDI: Operación que consiste en “dejar todo tal como está”

Por Luis Casanova R.
La idea de Longueira de implantar un sistema uninominal, en reemplazo del binominal, no aportaría demasiado a la idea de alterar el statu quo existente desde 1989 a la fecha, “Es más propio de países que tienen un nivel de madurez política y de ejercicio democrático mucho más robusto”, explica analista. Dato curioso: propuesta del candidato incluye aumento de cupos parlamentarios y un completo redistritaje, reforma que en su momento fue apoyada por sectores de la oposición.

Ya han pasado cerca de dos semanas desde que la UDI bajara a Laurence Golborne como candidato presidencial y nominara en su reemplazo a Pablo Longueira.
De ese momento a la actualidad, el breve balance incluye la conformación de su círculo de hierro, en el que sobresalen el alcalde Francisco de la Maza (ex generalísimo de Joaquín Lavín en 1999), el senador Jovino Novoa, el ex diputado Marcelo Forni y su esposa Cecilia Brikmann.
También se menciona el tenso episodio que protagonizó con el periodista Fernando Paulsen en "Tolerancia Cero" de Chilevisión, respecto a su votación en el plebiscito del Sí y el No y la inscripción en los registros electorales (acreditada finalmente en 1987 por el Servel), lo que provocó la disculpa pública del profesional (que lo había acusado de "faltar a la verdad") tanto en Twitter como en el citado espacio dominical.
Entre medio, el otrora congresista capitalino estableció las ideas matrices de su campaña, donde postuló como discurso oficial continuar con la "obra" del gobierno de Sebastián Piñera, recorrer las 50 ciudades más importantes del país con el eslogan "Por un Chile más justo" y buscar adhesión popular en los sectores independientes que el ex ministro se ha esmerado en denominar como de "centro social".
Medidas urgentes: suspender las primarias parlamentarias que se estaban organizando en las regiones Metropolitana Oriente, Los Ríos y Los Lagos, constituir un comando de dos mil voluntarios antes del 1 de junio y formar paralelamente una red en las provincias liderados por los distintos legisladores y candidatos a diputados y senadores respectivos, plantilla que, por lo demás, se cerraría "a dedo" en algunos días más, aunque para las zonas más emblemáticas el plazo se extendería hasta agosto.
Todo esto se enmarca en la elaboración del programa de gobierno, texto que está siendo elaborado con la velocidad del rayo para el tramo final de la competencia que está librando el gremialismo ante el abanderado de Renovación Nacional, Andrés Allamand.
¿Propuestas previas? Sólo con cuentagotas. Lo único claro es que dentro de las consignas se esboza no debatir más los temas que, a su juicio, "pone la izquierda".
En tal sentido, Longueira se opone a cualquier tipo de aborto ("soy partidario de la vida"), rechaza el voto de los chilenos en el extranjero ("los que viven en el país deben hacerse responsables de su votación"), plantea una "solución sin soberanía" en la petición de salida al mar de Bolivia ("los chilenos en un referéndum o el Congreso con un alto quórum") y apuesta por "perfeccionar el sistema electoral" a través de la implantación de una fórmula "uninominal" que releve el binominal que data de la Carta Fundamental de 1980.
Patricio Hales, diputado PPD, aporta otro dato: "Jamás ha manifestado rechazo a las leyes de quórum que impiden las grandes modificaciones, no le conocemos definiciones -hasta el día de hoy- sobre los cambios a la Constitución y prefiere la representación ciudadana restringida al Parlamento y no a los plebiscitos".
"Eso sí, a veces, en campaña la gente altera sus opiniones y, a lo mejor, podemos llegar a sorprendernos con una derecha creativa y que desarrolle una imaginería constitucional inusitada", señaló a este medio.
Globo sonda
Es acá donde es preciso detenerse. Según el columnista de El Mercurio y rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, la candidatura de Longueira busca "contener" los "deseos de cambio que alienta la sociedad chilena" o "¿acaso alguien piensa que uno de los políticos que más alergia causa en el electorado podrá ganar?", cuestionó.
Hay que tomar en consideración que la redacción de una nueva Constitución- pasando por la convocatoria a una Asamblea Constituyente- es un arma de campaña que están utilizando los sectores políticos más radicales (estudiantes incluidos) para avanzar en las modificaciones de fondo que -dicen- necesita el país, pero que cuestiona el académico del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad Diego Portales, Mauricio Morales.
"Los chilenos no demandan un cambio radical de modelo y tampoco les interesa una modificación institucional profunda del sistema político. De acuerdo a la última encuesta UDP, sólo 1 de cada 10 personas dijo que estaría dispuesta a participar en la promoción de una Asamblea Constituyente. No quiero decir que ambas cosas sean irrelevantes. Simplemente, argumento que estas discusiones, frecuentemente ligadas a las preocupaciones y discusiones de la elite, no se ven en absoluto reflejadas en las preocupaciones del ciudadano de a pie", expresó.
Por otro lado, los grupos de centro y de izquierda más moderados -con representación en el Parlamento- claman por la eliminación del binominal y la llegada de una nueva modalidad eleccionaria que sirva para representar fielmente las mayorías ciudadanas.
"Desde la elección presidencial entre Ricardo Lagos y Joaquín Lavín que el empate quedó consagrado. Ninguna de las dos coaliciones ha podido ganar en primera vuelta; y en segunda, la que gana no obtiene más del 53% y la que pierde, no lo hace con menos del 47%. Un modelo de equilibrio casi perfecto, pero que entre sus costos anexos ha permitido que los partidos distribuyan este ‘empate' a nivel parlamentario, reproduciendo a una elite política que no tiene incentivos para abrir la competencia a ningún sector que no sea a aquellos que aceptan participar del ‘cuoteo' de uno de los dos pactos mayoritarios", expuso el analista y académico Max Colodro.
En este contexto, la tesis de Longueira de implantar un sistema uninominal, en opinión de los expertos, no aportaría demasiado a la idea de alterar el statu quo existente desde 1989 a la fecha.
"Es más propio de países que tienen un nivel de madurez política y de ejercicio democrático mucho más robusto. Cuando se ve en el modelo inglés, eso forma parte de su cultura y de su desarrollo como país. A su vez, Chile con el uninominal tendría dificultades, no así con un sistema proporcional corregido, por el número de partidos y de intereses y visiones que hay en esta sociedad. La propuesta del candidato de la UDI se usa cuando hay dos partidos grandes, como por ejemplo, entre Laboristas y Conservadores", afirmó a Cambio21 el académico Marco Moreno.
"Es audaz, dado que la historia dice que es difícil avanzar hacia cualquier tipo de reforma, pero no sabemos si sus parlamentarios la suscriben. Creo que se convierte casi en una solución difícil de alcanzar, dado que es demasiado óptima pensando en un país tan diverso como éste. Lo veo como un globo sonda y propio del período de campaña y del ciclo electoral. Una cosa distinta es cuando se inicie el ciclo de gobierno", insistió.
Curiosa coincidencia
Conceptualmente, el uninominalismo, en vez de elegir a los dos candidatos más votados de las dos listas más votadas por distrito o circunscripción, como ocurre hoy, escoge solamente uno, que es el que tiene más votos que el resto. En teoría, es más justo, "porque todas las unidades electorales representan la misma cantidad de gente y fuerza que existan mayorías", explicó en su oportunidad el cientista Kenneth Bunker.
"La teoría de partidos políticos muestra que a medida que baja la magnitud del distrito disminuye la cantidad de partidos", agregó.
Sin embargo, tal reforma llevaría consigo una profunda redistribución territorial de las plazas senatoriales y de diputados y el consiguiente aumento de los cupos, ítem que no cuenta con el apoyo de todas las bancadas y comités del oficialismo y la oposición y que, para peor, causa el rechazo del electorado y de la opinión pública.
En la actualidad, existen 120 diputados y 38 senadores y, haciendo ficción, bajo un sistema uninominal tendríamos -propone Bunker- 160 diputados con divisiones territoriales de 100 mil personas cada una y 53 senadores para circunscripciones de 300 mil votantes.
Cabe recordar que en grupos concertacionistas respaldan que la Cámara Baja suba de 120 a 150 diputados y de 38 a 50 senadores en la Cámara Alta y que también se efectúe un nuevo rebaraje del naipe electoral en las quince regiones de la República.
Sin ir más lejos, en un anterior reportaje el experto del PPD René Jofré fue claro al respecto: "Si uno quiere ir a un sistema proporcional que represente todos los intereses de la gente y de los ciudadanos, esto implica que haya un mayor número de parlamentarios, porque mejora precisamente la representación".
Sin perjuicio de aquello, el analista aseguraba que "las propuestas que hay sobre la mesa no cambian sustancialmente el sistema, pensando en lo que se requiere para resolver la grave crisis de representatividad que hay en Chile".
Terremoto político
En el fragor de la batalla por los votos de la primaria del 30 de junio, lo primero que hizo Allamand tras el arribo de Longueira a la arena de campaña, fue sacar del freezer el acuerdo que firmaron el verano de 2011 las directivas de RN y la DC, comandadas por Carlos Larraín e Ignacio Walker, las que buscaban avanzar en dos reformas políticas: eliminar el binominal e introducir un sistema semi-parlamentario que borre del mapa el fuerte presidencialismo que impera en Chile.
El resultado fue un terremoto político que casi termina por romper el pacto municipal entre RN y la UDI.
Además, el ex ministro de Defensa presentó un paquete de reformas constitucionales que incluyen, era que no, cambiar el binominal y discutir un nuevo sistema proporcional y elaborar un "Tercer Gran Acuerdo Nacional Constitucional", que arroja por la borda la posibilidad de estudiar una Asamblea Constituyente.
Sin diplomacia, De la Maza, jefe del comando de Longueira, alegó: "Su campaña tiene poco contenido, porque se agota el 30 de junio. No queda nada, no se proyecta... Yo no sé lo que proyecta para el futuro con su eslogan del "Firme Contigo".
Nicolás Monckeberg, diputado de RN y coordinador político de Allamand, le contestó en seco: "Lo único que ha hecho es criticar y descalificar. Es una estrategia equivocada, pero no nueva. Las mismas críticas que hoy le hace a Allamand son las que le escuchamos a él y a otros dirigentes de su partido contra Piñera en el pasado. Así no se construye un gobierno aliado".
Que lo nieguen: mucho más que un triunfo en las urnas parece estar en juego en la interna de la Alianza.

FUENTE: CAMBIO 21

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