domingo, 26 de mayo de 2013

La diferencia entre Salud Pública y Privada: Un problema que marca la diferencia entre la vida y la muerte

Por María Cristina Prudant
La salud pública está en crisis desde hace tiempo y ningún gobierno ha logrado solucionar el problema. En invierno colapsan los hospitales y consultorios y faltan especialistas. El AUGE ha venido a solucionar una parte, pero aún falta mucho. Las listas de espera de pacientes son el principal desafío, aunque últimamente se les da solución enviándolos al sector privado, o sea, millones de pesos se van a las arcas privadas y la salud pública sigue sin solución.
En el pasado la salud pública en nuestro país cumplía un rol relevante, ya que el sector privado aún no desarrollaba del todo su interés en esta área. Durante la dictadura los hospitales y consultorios fueron casi abandonados y se privilegió la salud privada. Comenzaron a proliferar los centros médicos y las clínicas. Desde ahí se arrastra una grave situación que marca una desigualdad más en nuestra sociedad: ¿Puedes pagar? Sólo si la respuesta es sí hay una buena atención de salud.

La realidad del sistema público es alarmante, con un mundo hospitalario que tiene graves problemas de infraestructura, equipamiento, insumos, a la vez de un déficit de personal médico, particularmente especialistas. Además, desde el presupuesto del sistema público se transfieren anualmente cientos de miles de millones de pesos para comprar prestaciones que están contempladas en el sistema de las garantías explícitas, AUGE, ya que los hospitales públicos no lo pueden hacer, porque no les entregan los recursos necesarios. Un círculo vicioso.


El problema, entonces, es claro: "Uno, que es un sistema público absolutamente deficitario y dos, que hay un gobierno cuya voluntad política, más allá de lo que se haya dicho, en la práctica concreta no se ha traducido en una gestión que permita reforzar el sistema público. Muy por el contrario, lo que se ha hecho es reforzar el sistema privado, entre otras cosas, con el traspaso de miles de millones de pesos cada año", precisó el presidente de Fenats, Esteba Maturana, a Cambio21.


Esto se materializó en las pasadas campañas de invierno, en que la gente podía comprar bonos para ir a atenderse a las clínicas. El temor de los dirigentes de la salud es que Piñera, trate de imponer "una nueva forma de portabilidad, porque pareciera ser que para este gobierno el tema de la forma en cómo se debe financiar la salud pública es lo que se conoce como subsidio a la demanda y no en la lógica más tradicional en los sistemas público, la más eficiente, por supuesto, que es la de subsidio a la oferta", dijo el dirigente.


Otro de los problemas que enfrenta este sector es que todos los servicios de salud hoy están con un déficit importante en sus finanzas. Por ejemplo, el del Servicio de Salud Metropolitano Occidente llega a 18 mil millones de pesos.


En el mundo de la atención primaria las cosas tampoco son mejores, según Maturana. "Aparte que el per cápita es de apenas 3.500 pesos, eso es insuficiente y ha sido señalado, además tenemos graves problemas de pago de parte del ministerio de Salud, que no transfiere la totalidad de recursos, tanto en tiempo como en forma. De hecho, estando ya a punto de cumplir el quinto mes del año, nos han señalado en muchas comunas que de los aportes que les tienen que llegar para los programas que se financian con convenios como los Sapus, Salas IRA, Chile Crece Contigo, Guapo (atención oftalmológica) la mayoría de los recursos no han llegado y eso ocasiona un déficit muy importante a los municipios. Pudahuel, por ejemplo, a través del Servicio de Salud le tendrían que haber transferido en los últimos meses 800 millones de pesos por todos esos programas, pero por distintas razones no han llegado. En Lo Prado el déficit que tienen son 150 millones de pesos, y así suma y sigue".


Sin embargo, también existe la discriminación en el sector privado impuesta por las Isapres, que se niegan a ser reguladas. Según dijo el diputado Juan Luis Castro (PS) a Cambio21, "en el lado privado la discriminación se hace por precios, porque las personas que son parte de una Isapre se ven abusadas por distintas razones, como los niños menores de 2 años, las mujeres en edad fértil, los adultos mayores, la gente con enfermedades preexistentes y que se les aplican precios que son usureros a sus planes de salud. Por lo tanto, la barrera ahí no es la espera en la atención, sino el precio y por algo se ha judicializado durante los últimos años todo el debate sobre las Isapres. La gente termina yendo a los tribunales de justicia, donde les ha ido bien, para poder compensar el daño que se les produce por el abuso sistemático de estas sobre sus propios afiliados".


El doctor Castro ve la situación de la salud pública "bastante grave y durante los últimos 20 años no se ha podido resolver la gran desigualdad de acceso entre quienes no tienen dinero, que son la mayoría, y tienen que esperar las llamadas listas de espera para todas las enfermedades no AUGE y tienen una barrera de acceso imposible de sortear. La demanda es mayor que la oferta y es creciente en diversas enfermedades. La oferta es escasa, porque hay un déficit de más de 1.500 especialistas en la salud pública en Chile. Ese es un dilema que ha atravesado distintos gobiernos, pero no se ha resuelto". Por último, puntualizó que "es una situación de mucha desigualdad y arbitrariedad".


FUENTE: CAMBIO 21

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