domingo, 5 de mayo de 2013

Reportaje

La agenda política de Piñera: pelea perdida. Liderazgos de Manuel José Ossandón y Pablo Longueira eclipsan al mandatario

Por Luis Casanova R.
Mientras el mandatario intentaba levantar a la derecha tras la destitución de Harald Beyer, el fallo de la Justicia contra Cencosud (Jumbo), holding en el que fue gerente Laurence Golborne (ex candidato de la UDI), sumado a la sociedad constituida en Islas Vírgenes que no declaró cuando entró al gobierno en 2010, lo que provocó su bajada presidencial, trajeron de vuelta los fantasmas políticos a La Moneda.
ESTA NOTA FUE PUBLICADA EN LA ÚLTIMA EDICIÓN DEL SEMANARIO CAMBIO21
La gran conclusión que dejó para la derecha la acusación constitucional y posterior destitución de Harald Beyer del ministerio de Educación fue que, a partir de este hito, el bloque trabajaría "unido" para recomponer fuerzas, recuperar la mística e intentar derrotar a la candidata de la "Concertación Comunista" Michelle Bachelet en la elección del 17 de noviembre.
Para llegar a ese sentimiento decidieron dar por finalizado el clima de "guerra" que quedó tras la histórica sesión del Senado y apoyar con todo el nombramiento de Carolina Schmidt como la nueva titular del Mineduc.
Parecía el inicio de una nueva era en el sector, más aún con una primaria en el calendario inmediato. Pero no. A poco más de una semana de la recordada votación, apareció el fallo de la Corte Suprema en contra de Cencosud, por cláusulas abusivas de las tarjetas de crédito Jumbo Más por cerca de 70 millones de dólares, y todo volvió a fojas cero.
El dato duro señala que cuando se interpuso la demanda colectiva en el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), en 2006, el renunciado presidenciable del gremialismo (Golborne) las ejercía de gerente general corporativo del holding.
Como era de esperar, la oposición exteriorizó su molestia hacia el ingeniero y paralelamente se acentuaron los enfrentamientos con RN y su representante Andrés Allamand. "Las explicaciones las debe dar quien insiste en la tesis de que era correcto hacer lo que hicieron", decía
Luego de justificar que la compañía actuó de acuerdo al "estado de derecho", Golborne sostuvo que "aquí se han traspasado los límites de la crítica política y ha sido llevado al plano personal", actitud que tildó como "inaceptable".
Lejos de echarle tierra al asunto, la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei (UDI), expresó que "uno tiene que dar la cara y decir qué pasó y qué es lo que sucedió. Si uno es candidato tiene que responder de todas sus actuaciones en el pasado".
Las palabras causaron eco en el gobierno. De hecho, la vocera Cecilia Pérez (RN) indicó que la causa sucedió "hace siete años", por lo que solicitó "no utilizar este tema".
Haciendo caso omiso, el diputado de RN Cristián Monckeberg preguntó: ¿Estamos o no de acuerdo en que estas irregularidades se sigan produciendo? Cada uno sabe dónde le aprieta el zapato y hasta dónde va a llegar", "RN tendrá que asumir los costos de tomar pésimas decisiones", respondió el diputado UDI Gustavo Hasbún.
"Mala intención"
Ni siquiera el lío de Cencosud llegaba a su máximo clímax cuando se destaparon dos escándalos financieros de Golborne: la forma como amasó su fortuna personal (adquirió 1.300.000 acciones del holding en $1.253.883.000 los años 2004, 2005 y 2008) y las operaciones inconsistentes que se hallaron en su Declaración de Intereses y Patrimonio que presentó antes de acceder al gobierno (ver nota página 12). Esto sumado a la creación de una sociedad en Islas Vírgenes -paraíso fiscal- que no habría declarado cuando aceptó ser ministro de Minería en 2010 y que tendría un monto total de $1.400 millones.
Según Camilo Escalona, senador PS, "en esta época democrática no hay precedentes relativos a la ausencia de transparencia en una postulación presidencial como la que se produjo con Golborne".
"Parece ser una mala intención, tanto de parte de los medios como de los contrincantes políticos", alegó el diputado Hasbún. "No queremos que se nos siga echando la culpa de que estamos perjudicando a la UDI", retrucó su colega de RN Cristián Monckeberg.
Y no es todo. El reportaje periodístico de Ciper Chile que indagó sobre la posible manipulación de los datos que arrojó el Censo 2012 provocó la renuncia del director del Instituto Nacional de Estadísticas, Francisco Labbé, y puso en tela de juicio a Pablo Longueira, nuevo presidenciable de la UDI y responsable político de los errores técnicos de la muestra que aplicó el INE, en su calidad de ministro de Economía incluso después de su dimisión.
Tomás Flores, titular de la cartera (s) no descartó una nueva realización del conteo de población y desde la oposición exigen que el ex senador dé explicaciones al respecto en el Congreso.
Cual "Ley de Murphy": si ya era complicado para la Alianza el impacto mediático que generó la candidatura de Bachelet, ahora el panorama empeoró "gracias" al escándalo que ocasionó la salida de Golborne de la arena presidencial, lo que conlleva un nuevo escenario bélico entre la UDI y RN. Comenzó el trabajo de campo de la próxima encuesta CEP y el pesimismo ronda en el Ejecutivo.
Avión a pique
Piñera había superado bien la salida de Beyer. Por eso tras su breve presencia en la cumbre de Unasur, en Perú, determinó no complicar las relaciones con la Concertación. Fue así como desestimó las críticas posteriores a la acusación, llamó al diálogo y le puso todas las fichas a Schmidt en Educación.
Por otro lado, el mandatario interpeló a Bachelet y puso en el tapete la defensa de la educación privada y subvencionada en Chile, sumado a la dura crítica hacia los sectores de izquierda que creen que el Estado debe monopolizar el sistema para poder avanzar hacia la gratuidad de la educación, visión que se contrapone con el fin del lucro y la reforma tributaria global que planteó la ex funcionaria de la ONU.
Era una tormenta perfecta si se agrega que con la demanda que presentó Bolivia en la Corte Internacional de La Haya, exigiendo salida al Océano Pacífico, todos los sectores ideológicos, incluidos los que piden mar para el país nortino, se cuadraron hacia el gobierno en la defensa de la soberanía y de nuestras fronteras.
De esta manera, la opinión pública comenzaba a palpar las teorías que hablaban de los esfuerzos de Piñera por liderar la agenda comunicacional de la derecha, primero, para levantar sus números y lograr salir del Ejecutivo, en marzo de 2014, con más del 40% de aprobación, piso histórico de la coalición. Y segundo, para establecer una suerte de "legado" de su gestión y plantearse como la alternativa número uno para su reelección en 2017.
La parte triste de la película la encarnaban Allamand y Golborne, quienes antes de la bajada de este último se estaban quedando en un abismante segundo plano y lejos del protagonismo que debiera significar una campaña electoral inédita en el bloque.
Quizás por eso reaparecieron los ataques del bacheletismo. "No sabemos qué está pasando con el presidente; un día da la impresión de escuchar al jefe de Estado y otro día da estar escuchando a un jefe de campaña. Un día nos pide acuerdos y diálogo y al día siguiente vuelve a tomar la tesis de la guerra de Carlos Larraín", afirmaba Quintana.
A su turno, Ricardo Lagos Weber (PPD) acotaba que "es lamentable que quien ha dicho que votó por el No el ‘88, ahora quiera levantar una campaña como la del Sí, basada en atacar y desprestigiar a la candidata".
Jarrones
El único en la Alianza que no compartía el ánimo positivo de Piñera con la oposición es Carlos Larraín, timonel de RN. Lo tildó irónicamente de "pacifista" y de "Gandhi" e insistió con que "efectivamente la guerra fue declarada. Lo de Beyer fue como Pearl Harbor; ahí atacaron a la mala".
Sin embargo, un cercano de la mesa del senador admitió a este medio que "no sabemos si Piñera quiere volver. Sería una especulación hacerlo con tanto tiempo por delante. Lo que sí es que será como siempre pasa con los ex presidentes: son lindos jarrones, pero que no se saben dónde ponerlos".
Patricio Gajardo, académico del Instituto Libertad, es claro en este ítem: "El liderazgo que quiere establecer el mandatario perjudica a los candidatos de la Alianza. En su intento de negar el síndrome del pato cojo (pérdida de influencia en período eleccionario), quiere estar más empoderado que nunca".
"Lo que tendría que hacer es crear una coordinación que le permita a los candidatos estar presentes en la agenda. Hoy parecen enfrentados Piñera con Bachelet, escenario que favorece a Bachelet. Es ella la que plantea los temas, provocando la respuesta de Piñera", indicó a Cambio21.
No cree lo mismo el analista Cristóbal Bellolio. En su opinión, "las últimas semanas han sido monopolizadas por Bachelet, no por Piñera. Fue él quien perdió el control de la agenda y ese empuje anímico que había logrado obtener a principios de marzo cuando hizo una fiesta en La Moneda y celebró la llegada del último año con una leve alza en las encuestas".
"¿2017? Tendría mucho cuidado con esa tesis. Piñera siempre va a querer estar en primera línea y ser el protagonista. Esto no tiene que ver con una operación política o alguna explicación conspirativa. Él es así. Si fuera por él, apagaría las velas de todos los cumpleaños a los que está invitado. Además, siento que cualquiera en la derecha con dos dedos de frente y un mínimo de sensatez buscaría varias opciones antes de recaer en la misma", explicó.
El "factor Cote"
No hay que ser muy experto en la materia para proyectar que después de 2014, si la centro-izquierda vuelve al poder, dos serán los rostros que se disputarán los liderazgos en la derecha: Sebastián Piñera y Manuel José Ossandón, vicepresidente de RN con grandes opciones de ganar la senaduría por Santiago Oriente, independiente de quien sea su rival en la UDI.
Con Piñera vigente en los medios y el ex edil en el Congreso, se teme que la competencia por el protagonismo sea fratricida. El "Cote" ha sido el principal crítico del gobierno en casi todas las materias y amenazó con no sacarse fotos con el jefe de Estado en la campaña electoral, cosa que cumplirá a rajatabla.
Sin rodeos, la senatorial en curso será el primer gallito entre Piñera y Ossandón y una especie de "anticipo de la pelea con miras al 2018", como reconocen en La Moneda. Una fuente de Palacio no duda: "Es una carta fuerte, pero debe demostrarlo. Hoy le están dando duro y los apoyos acá están claros para Von Baer y Moreira. Se le ve luchando solo contra una maquina más grande que lo normal, pero si sale bien parado será sumamente peligroso".
Acentuando esta visión, un influyente asesor cercano de La Moneda asegura que "es claro y evidente que Piñera viene hace tiempo pensando en 2018. Cree que Bachelet lo hará mal y que lo van a ir a buscar".
Llamando a la cordura, Pedro Browne, jefe de los diputados de RN, indicó a Cambio21 que a pesar del liderazgo de Ossandón, "cuando no se participa en una primaria y el contendor tiene una mayor visualización pública hay un desmedro evidente".
"Moreira se ha querido posicionar como un futuro senador leal con Piñera, por lo que a Von Baer no le queda otra cosa que hacer lo mismo. Para nuestro electorado es favorable manifestarse a favor del gobierno. Entrega réditos. Lo bueno es que Piñera se ha mantenido al margen de las disputas. Se le respeta a Ossandón que no tenga una campaña que no adhiera a la obra del gobierno, pero creemos que es un error", complementó.
Browne concluyó que, "pensando en nuestros líderes, más que restar o pensar que podría venir una disputa interna, lo natural es que cualquier referente que aparezca sea apoyado por todos en RN y en la coalición. Y si hay un conflicto cercano entre Piñera y Ossandón, por favor, déjenlo de lado".
¿Estarán pensando lo mismo ambas personalidades, el líder de la cuadrilla Carlos Larraín y a partir de ahora Pablo Longueira? Saque usted las conclusiones.
 
FUENTE: CAMBIO 21

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