domingo, 12 de mayo de 2013

Escándalo en el INE: Sospechas sobre cifras no solo del Censo y del IPC están en la mira. Al final los buenos resultados eran todo una mentira

Por María Cristina Prudant
El cuestionamiento al Instituto Nacional de Estadísticas, columna vertebral del diseño de todas las políticas públicas del país, puso en duda no sólo los resultados del Censo, sino también el cálculo del IPC, la encuesta Casen, las cifras de delincuencia y victimización, el desempleo y la reconstrucción, entre otros. Ahora sólo le queda reinventarse y recuperar el prestigio perdido. ¿Podrá?
Se veía venir, pero todos en el gobierno daban vuelta la cara para no ver lo que estaba pasando en el INE con las cifras más importantes del país, como IPC, pobreza (encuesta Casen), desempleo, delincuencia (especialmente victimización), reconstrucción, vivienda y otras que afectan múltiples dimensiones del quehacer económico del país. Cifras con las cuales los gobiernos de turno planifican las políticas públicas sobre las que también construyen el presupuesto anual de la nación.
Luego de varias denuncias desoídas, la ingeniera comercial de la Universidad Católica Mariana Alcérreca, quien figura en el organigrama como asesora del director del INE, denunció en una entrevista en Ciper que las cifras del último Censo fueron manipuladas por el ex director, Francisco Labbé, y tres de sus ayudantes.

En medio del cuestionamiento público, tanto por la precisión del Censo como del IPC, se conoció una carta firmada por 11 de los 14 jefes técnicos operativos y de infraestructura estadística del INE. La suscribieron el 17 de abril, un día después del despido "por temas de feeling" de la subdirectora técnica, Marcela Cabezas.

Los profesionales detallaban los puntos negros de la gestión de Labbé, la que calificaron como la "amenaza de un retroceso en el manejo de los temas técnicos", y que también genera "incertidumbre en relación al resto de los productos estadísticos actuales y a los futuros proyectos institucionales, lo que no es sano para la institucionalidad estadística del país".

En este contexto, el diario británico Financial Times volvió a criticar el manejo de las cifras en Chile, esta vez en su editorial, señalando que la serie de "vergonzosos" episodios en torno a las estadísticas dejará una marca en la reputación del país y que los actuales administradores de nuestra economía "deben prestar atención a los verdaderos desafíos que retumban bajo la superficie".

Tras la difusión de la noticia de Ciper renunció el director y ahora se han tomado varias medidas provisorias, mientras se arregla el "desastre". Se informó que esta semana debía llegar el experto de la oficina de censo estadounidense para analizar las cifras.

Malas decisiones

Sobre la labor desempeñada por Labbé, Juan Carlos Feres, ex funcionario de la Cepal y experto en estadísticas, dijo a Cambio 21 que "lo que uno puede desprender ahí es que, efectivamente, si se generan estos conflictos internos, y no con una o dos personas sino que en general con toda la superioridad de la planta técnica del INE, quiere decir que hay algún problema de gestión en el plano de cómo se llevan las relaciones técnicas y laborales, que no está respondiendo a lo que uno esperaría".

Agregó que "es legítimo pensar que el abandono de cierto rigor técnico puede haber estado motivado por el deseo de satisfacer algún otro objetivo, más bien de tipo extra técnico", pero que "lo que ya se conoce configura un cuadro donde claramente hubo problemas de gestión, hubo muy malas decisiones a lo largo del proceso y, en particular, una pésima decisión al momento de elaborar los resultados que se dieron a conocer con carácter oficial".

Cambios al IPC

Tal como se sospechó siempre, las cifras de IPC que se daban a conocer no eran ajustadas a la realidad. Los funcionarios del Departamento de Precios del INE se reunieron con el ministro de Economía (s), Tomás Flores, y le presentaron su propuesta para cambiar la medición de los ítems vestuario, calzado y tecnología. Ésta será presentada a un grupo de entre 25 a 30 expertos externos, conformado por académicos, jefes de estudios de bancos y analistas, y de ser aprobada se e implementará "lo antes posible".

Para el economista Hernán Frigolette, los problemas con el IPC tienen que ver con que se postergaron "algunas mejoras metodológicas que permitirían capturar mejor algunos precios y, si eso tiene una incidencia sobre un IPC que podía haber sido mayor, claramente hay una intervención política. Se trata de una situación inminentemente técnica, donde el objetivo del bien público es entregar la información más fidedigna acerca del efecto del cambio en los precios, para el bienestar de la población, y que tiene que ver con el poder adquisitivo de las remuneraciones, algunos indicadores financieros, etcétera. Hay un conjunto de otras informaciones que dependen de un indicador como ese".

En su opinión, hay que partir por "revisar detenidamente la metodología actual, que es lo que probablemente no se está haciendo, y ver qué se debe hacer para mejorar la medición y de aquí en adelante implementarlo. Estos instrumentos siempre tienen un método que no es infalible. Hacia atrás la historia ya está cocinada y los costos ya se asumieron, lo que hay que garantizar es que en adelante no ocurran".

Según Juan Carlos Feres, "lo del IPC es claramente un problema de orden técnico, en que hay ciertos cambios a nivel de la realidad que no siempre son bien acompañados o con la oportunidad que corresponde desde el punto de vista de las metodologías en aplicación. Ese puede ser, precisamente, el caso de lo que está sucediendo con algunas partidas del IPC. Pero existen experiencias, ciertos procedimientos técnicos, que permitirían efectivamente tener un mejor manejo de situaciones como esa".

De lo que se trata el manejo del IPC, puntualizó, es que "en un plazo lo más breve posible, antes de la reformulación de la estructura de ponderaciones de éste, cosa que se va a hacer recién a partir de comienzos del próximo año, ofrecer una alternativa de cambio metodológico que permita dar mejor cuenta de lo que ha sucedido con los dos o tres ítems o capítulos del IPC que están en tela de juicio en este momento. Eso es perfectamente posible de lograr. La fórmula concreta puede ser pidiendo la colaboración de algún grupo de técnicos de reconocida solvencia en esta materia, con independencia política".

"Se tiende un manto de duda"

En otro aspecto el economista Hernán Frigolette consideró que lo más grave en torno al INE es que un organismo eminentemente técnico tenga que verse involucrado en una situación donde se ponga en tela de juicio su credibilidad, que es su mayor activo: "se le ha hecho un flaco favor, porque se tiende un manto de duda en un sinnúmero de informaciones que dependen de los registros que maneja".

"Acá se rompió un sistema que prevalece en todas las instituciones técnicas, que es el criterio de mejora continua para hacer mejor las cosas. En este sentido, ha habido un intervencionismo que rompe ese círculo virtuoso y deteriora el producto que entrega la institución", especificó el economista.

Agregó que "podríamos poner en duda un montón de cifras en las que el INE tiene que ver, como los indicadores sociales. Y, claro, en ese sentido el censo es crucial, porque es el que permite levantar los marcos muestrales de encuestas como la Casen, de la propia encuesta de empleo que hace el INE y de la suplementaria de ingresos, que también se levanta en los últimos trimestres de cada año. Un sinnúmero de instrumentos con los cuales se trabaja para ir definiendo la política pública, en este caso la social".

Para la diputada Adriana Muñoz (PPD), "el panorama que quedó después de esta manipulación de datos que se ha hecho con el censo es bastante deplorable en relación a las instituciones republicanas que tienen una solidez y un prestigio muy grande en nuestro país".

La parlamentaria expresó a Cambio21 que "el INE es una institución de muchos años y que ha sido transparente, proba, rigurosa, y que debe entregar los datos y cifras con la mayor exactitud y responsabilidad, porque son lo que sustentan un conjunto importantísimo de políticas públicas, partiendo por el IPC, sueldo mínimo, etc. Esto ha provocado un daño muy fuerte y profundo a la credibilidad y legitimidad de estas instituciones de Chile; se le ha dado un golpe muy grande a su credibilidad".

"No es fácil restituirle su prestigio"

"Va a costar restituirle su prestigio. Va a requerir bastante esfuerzo institucional desde el punto de vista de tener un desarrollo bastante más exigente de sus productos. Por otro lado, tendrá que invertir mucho en transparencia y, en gran parte de sus productos, modificar el patrón de difusión de los mismos", acotó Frigolette.
A su juicio, la solución no pasa por la autonomía del INE, pero sí "las universidades debieran pronunciarse en términos de las falencias que ven".

El economista añadió que "ampliaría las atribuciones al INE. Tomaría las cuentas nacionales y el cálculo del PIB y lo integraría al INE para que, por la vía de la integración vertical, se mejore la calidad de toda la información que se produce en el país".

Recuperar la credibilidad

Juan Carlos Feres estuvo más de 30 años a cargo de las estadísticas sociales en la Cepal y ahora es consultor independiente. En diálogo con Cambio 21 comentó que hay varios tipos de problema que afectaron el censo. Algunos están relacionados con el proceso en sí, y de alguna manera ya se conocían, pero hay "otros que tienen que ver más directamente con la posibilidad de que en la etapa final se haya hecho algún tipo de manejo que no sea técnicamente solvente, por las razones que hayan sido, pero que en definitiva puede llegar a demostrarse que no fueron técnicamente bien respaldados y, por tanto, arrojaron resultados que no son confiables".

En cuanto a la no participación del equipo técnico del INE en etapas cruciales del operativo censal, Feres dijo que "eso es parte de los problemas de gestión de los que uno ya tenía conocimiento desde un tiempo atrás, en el sentido que no estaba el staff técnico del INE, que es gente que lleva muchísimos años abocada a las tareas que desempeña dentro de la institución y lo hace con el estándar ético y técnico del más alto nivel y ha dado pruebas de eso en muchísimas oportunidades. De hecho, el INE, no ha estado en la polémica pública por muchos años y eso es prueba de que ha generado una confiabilidad".

¿Es necesario recurrir a organismos internacionales para arreglar el problema? "En Chile existen los profesionales como para poder, al menos, acompañar de manera protagónica lo que pueda ser la reflexión y las recomendaciones que surjan de algún grupo de asistentes internacionales. No pensaría que para la solución sólo hay que esperar que venga desde afuera. Quizás se piensa más en la intervención externa a modo de obtener algún grado de visación de lo que se vaya a disponer, pero tenemos que tener más confianza en los recursos técnicos que existen en Chile", recalcó.

Feres se mostró de acuerdo con la existencia de un INE autónomo, aunque cree que hay que ponerlo en un contexto más amplio: "La autonomía no es por si sola una garantía. Depende de los términos en que se dé el marco de esa autonomía y cómo se ejerza después en la práctica. La tendencia general es que la oficina de estadísticas, que es productora de la información y de la estadística oficial, tiene que gozar no sólo de la independencia que le permita ejercer sus tareas técnicas de manera adecuada, sino que también con la capacidad presupuestaria para ser muy competitiva desde el punto de vista de dotarse de los mejores recursos técnicos disponibles", argumentó.

¿Cómo se ve externamente un país con cifras manipuladas (Censo, IPC, Casen, Delincuencia, victimización, el desempleo, reconstrucción...)? "El problema quizás de fondo es que, siendo cada una de ellas muy probablemente originada por situaciones distintas, tienden a conformar, de conjunto, una situación que deja al país en condiciones de estar manejando no adecuadamente su información de estadística pública en indicadores tan cruciales. En poco tiempo se juntaron cuestionamientos sobre distintos instrumentos que la oficina de estadística pública oficial lleva adelante de manera regular y eso genera una impresión negativa, que es leída de forma particularmente negativa cuando se mira desde afuera. Nuestra obligación es tomar conciencia de que estamos enfrentando un problema y de que éste ha adquirido un cierto carácter que le impone una gran urgencia a las soluciones y que éstas tienen que encaminarse hacia el fortalecimiento institucional. Porque la recuperación de la credibilidad y de la confianza pública en la estadística oficial no se consigue sólo por una expresión de buenas intenciones, sino que demostrándolo en la práctica".
 
FUENTE: CAMBIO 21

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