Los hechos que pusieron en entredicho al más creíble de los think tank
El año horrible del CEP
Los cuestionamientos del oficialismo a su último estudio de opinión dado a conocer este jueves marcaron el último de una serie de episodios que se iniciaron tras la debacle que sufrieron las empresas encuestadoras tras los resultados de las municipales 2012. Y a ello siguieron la remoción de Arturo Fontaine como director de la entidad, el nombramiento de Harald Beyer como su sucesor y la suspensión en dos oportunidades del trabajo de campo del sondeo, tras la bajada de las candidaturas presidenciales de Laurence Golborne y Pablo Longueira.
Bastó que los resultados de la encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) fueran recién publicados para que desde la Alianza surgieran las primeras críticas cuestionando su validez. Así, poco a poco, uno de los sondeos más respetados por la clase política comienza a parecerse al montón de instituciones deslegitimadas que han resultado averiadas durante los últimos años del gobierno de Sebastián Piñera, como la encuesta Casen y la labor del INE en la recolección de datos del Censo 2012.
Los resultados de la última CEP correspondiente a julio-agosto propinaron una fuerte golpiza a la candidatura presidencial de la Alianza. Mientras la abanderada de la Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, obtuvo el 44% de las preferencias, Evelyn Matthei, en el segundo lugar, recibió apenas un 12% de respaldo. Ante las cifras negras para la derecha, uno de los primeros en salir a reaccionar fue el ex ministro Joaquín Lavín, generalísimo de campaña de Matthei, quien afirmó tajante que los resultados “tienen validez cero”, apuntando a que la encuesta comenzó a hacerse cuando Pablo Longueira aún era candidato de la Alianza y luego, tras su bajada por problemas de salud, se continuó llevando a cabo con Matthei ya proclamada como su reemplazante. “En ese tiempo ni siquiera teníamos candidato”, añadió el ex alcalde de Las Condes.
La Moneda fue otra que adhirió a los desaires. Durante la tarde la vocera de gobierno, Cecilia Pérez, recalcó que “esta encuesta ha tenido algunos inconvenientes” y concluyó que “los votos se cuentan el día de la elección, la carrera no está ganada y puede haber sorpresas”.
Las primeras señales del fracaso
Hasta octubre de 2012 las encuestas seguían siendo materia sagrada para la clase política. Fueron las elecciones municipales las que trajeron el desagravio a los sondeos: varios de los pronósticos que ponían a algunos candidatos por sobre otros resultaron errados, así como la cantidad de gente que supuestamente llegaría hasta las urnas. La entrada en vigencia de la ley de inscripción automática y el voto voluntario significó el fin de una era en ese sentido. La votación total cayó 17% respecto de las municipales 2008 y la tasa de participación fue de solo 45%.
Tras la hecatombe inicial, el voto voluntario fue fuertemente criticado por los partidos políticos y el gobierno también mostró distancia de los resultados de las encuestas. “El voto voluntario nos enseñó que no existen candidatos seguros y hay que pelear hasta el último minuto. Hoy las encuestas nos pueden decir una cosa, pero son los ciudadanos quienes van a traspasar su confianza para tener un Chile mejor y ese Chile mejor se puede lograr a través de la Alianza”, señaló la ministra Pérez a comienzos de 2013.
Sale Fontaine, entra Beyer
A todos, y especialmente a él, sorprendió la decisión que a mediados de mayo tomó el Comité Ejecutivo del Centro de Estudios Públicos de remover de su cargo al director de la entidad, Arturo Fontaine, quien ejerció el cargo durante más de tres décadas. “Ha sido algo inesperado para mí. En su concepto, el CEP requiere iniciar una nueva etapa con un nuevo director. Se me ofreció continuar como investigador, lo que acepté”, señaló en la oportunidad.
Su salida se resolvió el mismo día que salió publicada una entrevista en la que, entre otras materias, consideró como “excelente, desde el punto de vista político”, el arribo de Bachelet a Chile para su incorporación a la carrera presidencial.
Tres semanas después, se anunció que el destituido ex ministro de Educación, Harald Beyer, asumiría a partir de marzo de 2014 como el nuevo director del centro de estudios en reemplazo de Fontaine. La noticia descolocó a algunos. La figura del ex titular estuvo durante 2012 en el foco de la tensión con el movimiento estudiantil, cuyos dirigentes lo transformaron en el ícono de la defensa del lucro en la educación. El propio Fontaine había criticado algunas de las iniciativas que el ministro había impulsado, como el proyecto de Superintendencia de Educación. No sólo eso; el ex director del CEP invitó a los rostros emblemáticos del movimiento estudiantil, Camila Vallejo y Francisco Figueroa, a debatir en la entidad. Hay quienes aseguran que fueron estos gestos los que forjaron el quiebre definitivo de las relaciones entre el ex ministro y Fontaine.
Los cambios de panorama
Durante 2013, la encuesta CEP sufrió reiteradas contrariedades que la llevaron una y otra vez a aplazar sus entregas de resultados. El primer cambio de planes se produjo a finales de abril tras la decisión del ex candidato de la UDI, Laurence Golborne, de bajar su candidatura presidencial -a raíz de los cuestionamientos que le significaron el caso Cencosud y la polémica que desató su patrimonio no declarado en las Islas Vírgenes-, junto con la posterior proclamación de Pablo Longueira como nuevo abanderado. Esta transformación en el panorama electoral llevó al centro de estudios a suspender el trabajo de campo de la encuesta correspondiente al período de abril-mayo.
Posteriormente, a comienzos de mayo,el CEP informó que no realizaría su sondeo trimestral hasta después de las primarias presidenciales del 30 de junio. “A raíz de los recientes acontecimientos por todos conocidos, el proceso para las primarias presidenciales del 30 de junio se ha reiniciado con cambios en los candidatos. Dichos acontecimientos se han producido cuando el trabajo de campo para la primera encuesta de este año del Centro de Estudios Públicos (CEP), se encontraba ya avanzado”, afirmaron entonces desde la entidad.
Luego vino la bajada de Pablo Longueira debido a una compleja depresión que lo obligó a retirarse de la carrera presidencial. Tres días después, la UDI anunció que su reemplazo sería la ex ministra del Trabajo, Evelyn Matthei. Las nuevas decisiones trajeron problemas para el trabajo de campo de la CEP. Finalmente se resolvió continuar con lo ya avanzado, omitiendo un tipo de preguntas. “El Comité de Opinión Pública del CEP ha decidido continuar el trabajo de campo de su encuesta, excluyendo sólo aquellas preguntas electorales cerradas que mencionan candidatos o candidatas individuales”, puntualizaron vía comunicado.
FUENTE: EL MOSTRADOR
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