sábado, 6 de abril de 2013

Expertos advierten: La derecha se desmarcará de su pasado pinochetista en las próximas elecciones

Por María Elba Troncoso
Marcada por la campaña presidencial y parlamentaria estará la conmemoración de los 40 años del golpe militar. Los candidatos presidenciales de la derecha ya han mostrado distancia de la dictadura, tendencia que según los expertos y la propia familia, se repetirá en toda la derecha política
Siempre controversial, la figura del general Pinochet aún divide a los chilenos, pero contrario a lo que muchos pensaban, a 40 años del golpe militar son sus víctimas y sus familiares los que no lo olvidan, porque cada vez más la derecha política se aleja de su imagen.

El año 1989 Chile recuperó la democracia, pero los 17 años de dictadura dejaron una herencia que se prolonga hasta ahora. La constitución de 1980, obra del general Pinochet y del fundador de la UDI Jaime Guzman, los sistemas de Isapres y AFPs, privatizaciones y el sistema binominal, son parte de ese legado.

La dictadura nos dejó el sistema neoliberal, una cúpula empresarial apoyada por la derecha política y una clase media incipiente, que disfrutaba del desarrollo que llegaba al país y que apoyó a Pinochet con el 44 % de los votos cuando perdió el poder.

Y también nos legó una de las páginas más cruentas de nuestra historia. Luego que el 9 de febrero de 1991, la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, entregara su informe conocido como Rettig, no hubo excusas para obviar las graves violaciones a los derechos humanos.

No obstante muchos políticos y personalidades mantuvieron su apoyo a Pinochet. Cuando fue detenido en Londres el año 1998, la derecha se cuadró con él. Los parlamentarios de RN, UDI y designados formaron un comité de crisis y anunciaron un boicot a la actividad legislativa. El diputado UDI Pablo Longueira denunció una "campaña internacional del socialismo" y el alcalde de Providencia, Cristián Labbé, advirtió sobre una eventual "ingobernabilidad", suspendió la recolección de basura y le quitó los estacionamientos asignados a organismos españoles de su comuna.

En octubre de ese año, el entonces candidato presidencial, Joaquín Lavín, organizó una protesta en Alonso de Córdova con Manquehue, donde participaron cerca de dos mil personas y en la que el principal orador fue Sebastián Piñera, quien en un fervoroso discurso abogó por la libertad del dictador.

La popularidad de Pinochet tuvo un fuerte revés el año 2004, con la confirmación de los enriquecimientos ilícitos que salieron a la luz pública con el caso Riggs. La investigación que dejó al descubierto 125 cuentas bancarias, con una fortuna estimada en 27 millones de dólares producto de acciones ilícitas, fue una nueva prueba de fidelidad para la derecha.

La vuelta de espalda

La muerte de Pinochet, en diciembre del 2006 cerró un capítulo de la historia. Miles de personas asistieron a su funeral y otras miles celebraron en Plaza Italia. De ahí en más han sido pocas las muestras públicas de lealtad y sus seguidores han disminuido su apoyo mediático a situaciones de contingencia.

Es así como en Junio pasado cerca de mil adherentes asistieron al homenaje en el teatro monumental, a pesar que el recinto tiene capacidad para cinco mil y de ellos ninguno representaba la clase política. Los organizadores de la Corporación Once de Septiembre atribuyeron la poca concurrencia al temor a los manifestantes que en esa ocasión se congregaron por miles en las afueras para rechazar el acto.

También vimos algunos resabios de sus seguidores cuando fueron a protestar en la legación diplomática cubana con motivo de la venida de Raúl Castro, donde también se enfrentaron a sus detractores.

La violencia que se vivió en estas ocasiones, demuestra que el tema está latente en varios sectores políticos y sociales y que no podrá ser soslayado en las campañas presidenciales y parlamentarias.

De hecho recién lanzadas las precandidaturas de la derecha, sus presidenciables fueron emplazados a explicitar su postura frente a la dictadura.

En enero el abanderado de Renovación Nacional Andrés Allamand, aclaró que aunque votó por el SÍ, "nunca" fue pinochetista. En una entrevista radial señaló: " voté Sí, lo reconozco, pero me encantaría que la gente revisara cuál fue mi trayectoria durante el proceso de transición a la Democracia" y agregó que "nunca fui pinochetista, fui impulsor en Chile de la democracia de los acuerdos".

Por su parte, unos días después de que fuera proclamado por la UDI, el ex ministro de Obras Públicas Laurence Golborne, señaló en un programa de televisión que a su juicio "el gobierno del general Pinochet fue una dictadura".

El doble estándar de siempre

Más que olvidarse de Pinochet, a juicio de los expertos, la derecha está en permanente tensión porque por un lado aún es beneficiaria de su herencia y por otro lo oculta para no tener que entrar en la polémica por las violaciones a los derechos humanos.
Para el historiador Gabriel Salazar "la derecha está usufructuando del modelo que construyeron los militares con la ayuda de economistas americanos, donde no tuvieron mayor participación, pero que disfrutan, porque están en una situación de excepción en ese sentido".

Entrevistado por Cambio21, señaló que "tienen el discurso de que el pasado es pasado y que hay que aprovechar las ventajas del presente. En ese sentido se han desmarcado de Pinochet en tanto este significa violaciones de derechos humanos."

Consideró que "hay un poco de hipocresía, porque a pesar de que no es un modelo que haya sido construido con métodos democráticos, hoy día lo presentan como un logro de sus esfuerzos, porque está gozando de buena salud."


Agregó que más que los sectores políticos, hay presencia de Pinochetistas en "determinados grupos sociales de la derecha, particularmente los que no son de clase alta, la mayoría de extracción más popular, sin formación política y que creen que lo que tienen es producto de Pinochet, aunque con excepciones como Cristian Labbé, Carlos Larraín e Iván Moreira".

Para la historiadora Sol Serrano, hay una intensión de desmarcarse de la figura de Pinochet. "Creo que para muchos en la derecha más renovada ese alejamiento no es sólo un oportunismo político, sino una reconversión democrática" y adelantó que "para las elecciones nadie va defender el periodo".

Coincidió con que la gran mayoría de los adherentes de Pinochet no se concentran en la clase política. "Más interesante me parece que sucede en las bases que votan por la derecha. Posiblemente ahí hay un pinochetismo no declarado en los sectores mayores".

Consideró que "es un mal momento para la derecha que se cumplan los 40 años del golpe en pleno periodo de elecciones y creo que tratarán de obviarlo lo más posible. Si hay defensores de Pinochet que quieran guardar o ensalzar su memoria, ya no pueden hacerlo sin una condena mayoritaria. El caso de Labbé fue patético. El juicio moral el país ya se lo hizo", reflexionó.

Familiares de Pinochet

Se han cumplido 6 años de la muerte del general Pinochet y al igual que otros dictadores del mundo, su tumba no es un lugar abierto al público. Sin embargo, su hija Lucia señaló a Cambio21 que las cenizas del general están en Bucalemu "en un lugar específico y pueden ser visitadas".

Explicó que la gente que recuerda a su papá se organiza, se contacta con la familia por teléfono, y después se juntan en grupo y van, aunque no detalló número o frecuencia de visitantes.

No quiso referirse a la actitud de la derecha política con el recuerdo de su padre, afirmando: "quiero vivir lo más feliz, sin problemas con nadie y prefiero no tocar el tema", sin embargo reconoció que "se ha visto que la clase política está dando un paso al lado".
Atribuyó esto a que "creen que eso les conviene y los políticos actúan siempre por conveniencia" y concluyó que "hace rato se dio eso de que los políticos se están dando vuelta la chaqueta".

Más explícito se mostró su hijo Rodrigo García Pinochet, actual precandidato a diputado, y quien cuando tenía 10 años viajaba junto al general al momento del atentado en el cajón del Maipo el año 1086.

Consultado por Cambio21 señaló que "tras más de dos décadas del término del gobierno militar es un hecho que la clase política que participó en él ha optado por desvincularse de su propia historia y génesis, ya que fueron sectores que nacieron bajo un gobierno que más bien fue cívico-militar, en donde numerosos civiles, algunos hasta el día de hoy activos políticos, ayudaron a lograr el principal objetivo propuesto por los militares; la reconstrucción del país por medio de la fundación de nuevas bases políticas, económicas y sociales. Las cuales perduran hasta hoy".

El nieto de Pinochet dijo que las explicaciones pueden ser diversas. "Desde la mera conveniencia política, cobardía, falta de convicciones, hasta un honesto y real arrepentimiento de las conductas del pasado. Creo que este análisis lo debe realizar cada persona que desee juzgar esta actitud; no obstante, no dejará de ser solo un ejercicio de comprensión de nuestra historia reciente, o simplemente de la naturaleza humana, sin mayor relevancia para nuestra actual realidad política".

Hipocresía derechista

Desde el otro lado de la vereda, la presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Lorena Pizarro, consideró que la derecha tiene un doble estándar al "intentar vestirse de demócrata, pero a la hora de avanzar en el término de la impunidad y la construcción de un país democrático, sigue legislando a favor del legado que dejó Pinochet como su constitución, su modelo económico y sus crímenes."

Agregó que para ellos no hay "ninguna diferencia. Porque la derecha puede intentar desmarcarse de la dictadura y sus crímenes, pero por otro lado torpedea el avance de las causas, invisibiliza el tema para que marche lentamente y mientras no haya voluntad política, esto avanza a paso de hormiga y la consecuencia es que los violadores de derechos humanos mueren de viejos en la impunidad".

Adelantó que ante el nuevo periodo electoral "tendremos que ver si seguimos en la misma lógica o avanzamos en la democratización del país" y señaló que seguirán luchando en "instancias nacionales e internacionales, por el esclarecimiento de la verdad, la justicia y reparación de las víctimas".

Los más fieles

Virginia Reginato, Pablo Longueira, Víctor Pérez, Iván Moreira, Jaime Orpis, Jorge Arancibia, Andrés Chadwick, Carlos Cantero, Jovino Novoa, José García Ruminot, Hernán Larraín, Carlos Larraín, Gonzalo Uriarte, Sergio Melnick, Carlos Kuschel, Ignacio Urrutía, María Angélica Cristi, Francisco Javier Cuadra, Pedro Mesone y Patricia Maldonado, entre otros, han sido algunas de las personalidades que durante años apoyaron públicamente al general Pinochet.

Sistemáticamente los que están actualmente en el parlamento y ostentando cargos políticos se destacan por sus declaraciones, actuaciones y polémicas votaciones.

Por ejemplo, el senador Carlos Kuschel(RN)- quien con motivo del acto en el teatro Caupolicán señaló que el único presidente de Chile que merece homenajes es Augusto Pinochet- fue uno de los tres parlamentarios que votaron contra de la Ley Antidiscriminación o también conocida como la "Ley Zamudio", junto a los también pinochetistas José García Ruminot (RN) y Carlos Larraín (RN).

Destaca también Ignacio Urrutia (UDI), uno de los más férreos defensores del legado de Pinochet, quien calificó al ex Presidente Salvador Allende como un "cobarde" y cuestionó la presencia de homosexuales en las fuerzas armadas. En esa oportunidad se enojó por las críticas de Andrés Chadwick y dijo que este valía "callampa" por haberse beneficiado y trabajado en el gobierno militar y después negarlo.

José García Ruminot (RN) ha dicho en varias ocasiones que Chile "le debe mucho al general Pinochet", mientras que el presidente de la colectividad, Carlos Larraín pidió que se le rindieran honores de Estado cuando murió.

El diputado Iván Moreira (UDI) es el más incondicional y siempre se muestra orgulloso de haber sido leal con Pinochet, "en las buenas y en las malas", a pesar que el mismo reconoció que su fallida huelga de hambre cuando estuvo detenido en Londres fue "patética".

Las calles que recuerdan el golpe

Ninguna avenida, calle o pasaje de Santiago lleva el nombre Augusto Pinochet y a lo largo del país, sólo en Cauquenes hay una calle con ese apellido, pero no costa que sea en honor al general. Sin embargo, queda a su haber la Carretera Austral, nombrada todavía en algunos tramos como "Carretera Austral General Augusto Pinochet".

En la comuna de Providencia, en tanto, ya hay un acuerdo para cambiar el nombre a la calle 11 de septiembre, que volvería a llamarse Nueva Providencia. No obstante, según los planos de amarillas.cl hay 9 pasajes, 23 calles y 5 avenidas con el mismo nombre.

FUENTE: CAMBIO 21

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