Advirtió al gobierno que "tolerancia y pasividad pueden dar resultados negativos"
Sergio Villalobos: “Encapuchados y terroristas reciben el estímulo de los movimientos estudiantiles”
“El país está harto de una
política que admite el desorden y el terrorismo, la destrucción de toda
clase bienes, los crímenes y el amparo al populismo. Es posible que en
las urnas —las electorales— se refleje drásticamente el descontento”,
sostuvo el historiador en una carta enviada al diario El Mercurio.
El historiador Sergio Villalobos, quien obtuvo el Premio Nacional de Historia en 1992, comentó —a través de una carta publicada en El Mercurio—
que durante su recorrido por territorio de La Araucanía pudo constatar
que pese a los esfuerzos del gobierno no ha habido resultados concretos
en la zona.
“Las autoridades de gobierno procuran difundir una imagen de
tranquilidad y se refieren a medidas positivas que estarían dando
resultados. Reuniones, mesas de trabajo y declaraciones no logran
engañar a nadie, porque no se ven resultados concretos. El Gobierno se
debate entre temores y preocupado con resultados electorales futuros,
sin darse cuenta de que la tolerancia y la pasividad pueden dar
resultados negativos: el país está harto de una política que admite el
desorden y el terrorismo, la destrucción de toda clase bienes, los
crímenes y el amparo al populismo. Es posible que en las urnas —las
electorales— se refleje drásticamente el descontento”, sostuvo.
Agregando que “a nadie agrada el desorden y la blandura en la
aplicación de la ley. El Estado está deteriorado, las normas legales y
los preceptos constitucionales no se cumplen, no solamente en La
Araucanía, sino también hasta en la capital, que con una periodicidad
alarmante queda a merced de encapuchados y terroristas, que reciben el
estímulo de movimientos estudiantiles”.
Villalobos asegura que en países civilizados, como Alemania, Francia,
Gran Bretaña y los Estados Unidos, el orden público es prioritario, y
“a los gobernantes no les tiembla la mano para disponer medidas de gran
dureza. Basta observar cómo las policías actúan con rigor, sin que nadie
sea dado de baja ni sometido a sumario”.
“No es difícil imaginar que Carabineros e Investigaciones tienen
órdenes de La Moneda para proceder con blandura y evitar incidentes
mayores. La eficiencia de los policías ha sido reducida, bajo el temor
de ser dados de baja y recibir sanciones peores, siendo de suponer que
hay un descontento subterráneo en las filas. La administración de
justicia es errática y deficiente, igual que en todo el país. Se debe en
parte al derecho procesal y al derecho penal, que por razones
populistas desde los gobiernos de la Concertación han favorecido a los
delincuentes. Los jueces, formados en el respeto automático de la ley,
no comprenden que esta puede ser interpretada y que el criterio personal
tiene su parte”, insiste el historiador.
“Recorriendo las tierras al sur del Biobío, a cada paso se comprueba
que la situación es muy difícil. En medio de paisajes hermosos, hay
bosques quemados; en todas partes aparecen letreros amenazantes e
indicación que es “República Mapuche”. En un lugar, parte de un bosque
ha sido incendiado por una comunidad vecina, porque los propietarios se
negaron a entregarles el 40% del valor de la venta de madera”, agrega.
“En diversos lugares se cobra “peaje” con intimidación, y en todas
partes aparecen terrenos abandonados. Los agricultores viven
atemorizados, pensando que a cada paso pueden ser víctimas de la
violencia, que tendrán que abandonar los predios porque nadie desea
adquirirlos. En cierto lugar, un hacendado nos informa que le han sido
robados ganados vacunos y ovejunos, que continuamente en la noche su
casa es baleada y que cuenta con la protección de carabineros
residentes. No sabe cuál será su destino, su familia ha debido dejarlo y
espera lo peor. Los campesinos pobres viven igualmente angustiados, sin
saber a qué atenerse. Autoridades y periodistas no se preocupan de
ellos, y por su parte, no se atreven a entregar mucha información. Para
recorrer esos vericuetos tuvimos que ser escoltados por carabineros de
civil en una camioneta común, y también en un vehículo blindado”, repara
el Premio Nacional de Historia.
“Hay un territorio en que Chile no parece ser Chile”, concluye.
FUENTE: EL MOSTRQADOR
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