sábado, 21 de septiembre de 2013

Dice que la Alianza está empeñada en proteger su capital parlamentario

Ascanio Cavallo: “La noticia del mes es el pobrísimo desempeño de la campaña de Evelyn Matthei”

Explica que en las condiciones en que fue designada la ex ministra del Trabajo con “un gobierno con baja popularidad, una coalición sumida en reyertas, unas listas parlamentarias con gruesos vacíos y un sentimiento general de desánimo-, ningún candidato podría haber acometido esta empresa con mayor éxito”.
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El periodista y escritor Ascanio Cavallo analizó la campaña electoral de la abanderada de la Alianza, Evelyn Matthei, asegurando que su desempeño ha sido “pobrísimo” y que se estaría acercando a lo ocurrido en 1989 y 1993, con un candidato “estorbo” como Franco Parisi y una coalición empeñada en proteger su capital parlamentario.
En su habitual columna en La Tercera, Cavallo explica que “la noticia del mes ha sido el pobrísimo desempeño de la campaña de Evelyn Matthei” y es fuente de “inquietud de los financistas actuales y potenciales y hasta fue motivo de un silencioso terremoto en el comando, que desplazó a algunos de sus integrantes”.
Para el escritor, esta posibilidad se intuía luego que la Alianza “liquidara” a tres de sus candidatos en menos de cuatro meses, agregando que en las condiciones en que fue designada “un gobierno con baja popularidad, una coalición sumida en reyertas, unas listas parlamentarias con gruesos vacíos y un sentimiento general de desánimo-, ningún candidato podría haber acometido esta empresa con mayor éxito”.
Además, sostiene que la agenda que se dio en septiembre fue copada por la conmemoración de los 40 años del Golpe de Estado, lo cual podría haber contaminado las opiniones electorales, “que era el peor de los escenarios para una candidatura de derecha”.
Cavallo también explica que el resultado de la encuesta CEP de agosto, la cual le entregó 12 puntos y un elevado índice de rechazo con 39 puntos, junto con la crisis que vino posteriormente con en el CEP, “reflejó, no tanto la calidad de la apuesta, sino su débil capacidad de instalación en un territorio drenado por las contramarchas. A pocos días de su designación, la candidatura de Matthei sólo podía ser una explosión o una implosión. Estuvo más cerca de esto último”.
El análisis hecho por el periodista explica que descontado los indecisos en la encuesta CEP, Michelle Bachelet ganaría en primera vuelta con cierta holgura y para que ellos no ocurra “Matthei debería cuando menos igualar el 37% que obtuvo la Alianza en las elecciones a alcaldes de octubre de 2012; y los otros siete candidatos reunir, en conjunto, más del 13%. Ambas cosas son, al día de hoy, improbables, y más la primera que la segunda”.
También plantea que la discusión de quien podría ser el mejor tercero es otro punto negativo para la candidatura de Matthei, mencionando que la mayoría de los conocedores estima que ese puesto será disputado entre Franco Parisi y Marco Enríquez-Ominami, afirmando que “Parisi ha aumentado a costa del electorado “blando” de la Alianza”.
“Que Parisi superase a Matthei sería algo insólito; tan inesperado como, digamos, el triunfo de Andrés Velasco sobre Claudio Orrego en las primarias de la Nueva Mayoría. Por el momento, Parisi parece estar funcionando como lo hizo Francisco Javier Errázuriz frente a Hernánc Büchi en las presidenciales de 1989: como un tapón. En esa ocasión, Büchi llegó al 29,4% y Errázuriz, al 15,4. Aylwin ganó en primera vuelta”, explica.
Cavallo cree que es una señal de “angustiosa precariedad” que la derecha cifre esperanzas para una segunda vuelta en los otros siete candidatos alternativos, ya que “el único candidato que podría obtener alguna figuración es Marcel Claude. Pero tanto Claude como todos los otros candidatos alternativos dependen de otra improbabilidad: la inscripción automática, que agregaría unos cinco millones de votantes a los ya conocidos ocho millones de inscritos hasta el 2009. Las elecciones municipales nos dieron aliento a esta idea: votó menos gentes que antes de la ley”.
Ante esto, el escritor estima que el voto voluntario es un enemigo de la supuesta incertidumbre que ofrece la inscripción automática, porque “como ocurre en todas las elecciones, las expectativas de no ganar favorece la inasistencia a las urnas y no al revés. Parece muy difícil que ese efecto se revierta en un cuadro de creciente desinterés por la política. La evidencia histórica sigue la misma dirección: con voto obligatorio y amenaza de multa, entre 1989 y 2010 las presidenciales perdieron 7% de participación”.
Además, Cavallo también expone que la percepción de derrota de la Alianza puede ser “más calamitosa”, explicando lo ocurrido en 1993 cuando nadie dudaba del triunfo de Eduardo Frei Ruiz-Tagle donde la derecha obtuvo el peor de sus resultados, obteniendo un 24,4% para Arturo Alessandri y un 6,1% para el independiente José Piñera.
Sostiene que la situación de Bachelet, “en un momento en que tres cuartos de los chilenos creen que será la próxima Presidenta, semeja mucho la de Frei en esa elección”.
Por tal motivo, Cavallo explica que “la candidatura de Evelyn Matthei parece estarse acerando a una sombría combinación de los panoramas de 1989 y 1993, con un candidato-estorbo (Parisi) y con una coalición que se empeña cada días más en proteger su capital parlamentario. Agréguese en el caso presente a un gobierno que no sólo ha diferido frontal y públicamente de su posición ante el 11 de septiembre, sino que también, objetivamente, con los datos municipales y los índices de popularidad, ha reducido el capital electoral de la derecha muy por debajo del 40%. Si las cosas siguen como van, el 17 de noviembre puede ser para la Alianza lo más parecido a temible día pálido”.
 
FUENTE: EL MOSTADOR

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