Análisis
Pugna Piñera-Matthei-RN-UDI. Todo vuelve a la normalidad en la derecha
25/09/2013 |
Mientras los analistas y estrategas de todos los sectores señalaban que lo mejor que podía hacer Matthei para crecer en las encuestas era separarse de la imagen de un gobierno que no es muy querido por la ciudadanía, Piñera tomó el toro por las astas y efectuó una movida que nadie esperaba que hiciera en plena época de campaña: distanciarse de la candidata de la derecha y lanzarle una daga al corazón del gremialisto más duro e identificado con Pinochet.
Lo que parecía el inicio de un extraño romance entre el presidente Sebastián Piñera y la UDI, de cara al futuro de la coalición y del propio mandatario en su cada vez menos misterioso retorno a la campaña electoral de 2017, terminó abruptamente con los 40 años del golpe militar y el claro intento de Piñera por monopolizar la agenda de los derechos humanos, temas que el gremialismo rechaza en pleno y que sólo la petición de perdón del senador Hernán Larraín ayudó a mitigar.
El jefe de Estado aprovechó la efeméride no sólo para desnudar el pasado y el presente de quienes colaboraron en la dictadura de Augusto Pinochet y que hoy gozan de cargos públicos y escaños en el Parlamento, a los que trató de "cómplices pasivos", sino que también echó por el suelo el escaso capital político que tenía a su favor la abanderada presidencial de la Alianza, Evelyn Matthei: el apoyo de La Moneda.
Mientras los analistas y estrategas de todos los sectores señalaban que lo mejor que podía hacer Matthei para crecer en las encuestas era separarse de la imagen de un gobierno que no es muy querido por la ciudadanía, Piñera tomó el toro por las astas y efectuó una movida que nadie esperaba que hiciera en plena época de campaña: distanciarse de la candidata de la derecha y lanzarle una daga al corazón del gremialisto más duro e identificado con Pinochet.
Y cómo lo hizo: declarando que Matthei, militante de la UDI, cometió un error al haber votado por el Sí en el plebiscito de 1988, anunciando la revisión del penal Cordillera, prisión que alberga a los principales violadores de los derechos humanos entre 1973 y 1990, y reiterando su rechazo a las violaciones a los DD.HH. en el Consejo General de Naciones Unidas.
De forma paralela (y por lo menos suspicaz), la justicia salió a la caza de algunos íconos del régimen de facto, como Julio Ponce Lerou, controlador de Soquimich y ex yerno del fallecido capitán general, y Agustín Edwards, dueño del El Mercurio, lo que promete abrir un inexplorado campo minado que ni siquiera se estuvo cerca de explorar en los 20 años de gestiones concertacionistas.
Ante tal fuego cruzado, la UDI formalmente le hizo la declaración de guerra al ex accionista de Lan Chile y Colo-Colo. Primero, Felipe Ward, diputado y ex jefe de bancada, dijo que no votará por Piñera en 2017. Y segundo, la misma Matthei aseguró que a la ciudadana no le interesa "esa trampa en que nos han tenido durante mes y medio, hablando del pasado".
"¿Qué quiere decir la señora Matthei con esto? ¿Qué el presidente es el actor de esta trampa? ¿Qué los medios de comunicación, al mostrar las imágenes de hechos inéditos y desconocidos por la mayoría de la gente, son parte de una trampa? ¿Los medios le hicieron trampa a la señora Matthei? Cuando el presidente habla de cómplices pasivos y de que ella cometió un error al votar por el Sí para que Pinochet continuara en el poder, ¿es parte de una trampa que el presidente le hace a la señora Matthei?, cuestionó el timonel socialista Osvaldo Andrade.
Más allá de las reprimendas, también en RN acusaron recibo con el protagonismo de Piñera. De hecho, el vocero del partido, Mario Desbordes, exigió que el mandatario le deje "espacio" a Matthei y, de paso, sostuvo que "ojalá estuvieran presos todos los autores de violencia política y violación de derechos humanos, todos, incluyendo a los que cometieron delitos durante la democracia", en directa alusión al asesinato del líder de la UDI Jaime Guzmán.
Así están las cosas en la derecha, con Piñera dando un brusco giro hacia el centro y una UDI que comenzó a entender (o ya entendía) que los nuevos cuadros políticos podrían dejarlos en el más completo abandono. Y, peor aún, sin líderes, toda vez que Pablo Longueira, ganador de la primaria, hipotecó lo ganado tras su retiro por enfermedad, y Matthei arriesga una derrota ignominiosa, dado que un sector no menor de RN votará por Franco Parisi el próximo 17 de noviembre.
A un mes del debate de Anatel, el escenario no puede ser más complejo para la Alianza. Sin embargo, dentro de esta arena movediza en el que camina Matthei, sólo Piñera saca cuentas alegres. Y eso lo sabe la ex ministra, la UDI y RN, que nunca han estado contentos con el personalismo del jefe del Ejecutivo, pero que en 2009 entendieron que era él o nadie. Veremos si en cuatro años más se repite el mismo escenario, aunque Manuel José Ossandón y alguna cara nueva del momento querrán tener velas en este entierro.
Claramente, el 2013 yo es tema, eso es lo único seguro.
FUENTE: CAMBIO 21
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