Fernando Atria: “Me llama la atención que Escalona no vea que la estabilidad institucional está en problemas”
"Yo no creo que el senador se haya convertido en una derechista disfrazado, él tiene una historia política más digna que la mía, lo que le pasa es que pertenece a una generación que quedó traumatizada. Entonces él está actuando de acuerdo al trauma que tiene, lo entiendo pero ¿tenemos que vivir nosotros presos del trauma? Esto debería manifestarse en las elecciones, quienes tienen esas posiciones que no son reconocidos por los demás, así debería funcionar el sistema", sostuvo.
Fernando Atria, abogado y miembro del equipo de Constitución de la candidata presidencial del pacto Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, reiteró una vez más que “nuestro problema constitucional es que la carta fundamental del 80 es tramposa, en el sentido que beneficia a unos contra otros y que nunca puede ser reconocida como nuestra por todos”.
Esta es parte de su tesis plasmada en el libro “La Constitución Tramposa” que lanzará el 14 de octubre. En entrevista con el Diario Financiero, el académico de la Universidad de Chile y Adolfo Ibáñez adelanta parte de su contenido.
“Mi vaticinio es que (una reforma constitucional) haría muchas cosas interesantes, pero no eliminará las trampas que están vivas. Por ejemplo, va a lograr alguna modificación del binominal pero no su abolición”, sostuvo el experto.
Para Atria existen tres trampas y una ‘metatrampa’: “Una es el sistema binominal, las leyes de quórum calificado y la competencia preventiva del Tribunal Constitucional, y una que cuida todas las demás, que son las reglas de reforma constitucional. Los quórum de reforma constitucional de la Constitución de 1980, son evidentemente exagerados, la de 1925 tenía como quórum de reforma constitucional para cualquier artículo, la mayoría absoluta de senadores y diputados en ejercicio, lo que hoy es la condición de ley de quórum calificado, ni siquiera de ley orgánica constitucional. La Constitución actual tiene como condición de reforma los 3/5 de 2/3 de los senadores y diputados, (72 u 80 diputados), es completamente imposible. Las reglas sobre reforma constitucional de la Constitución de 1980, no están pensadas para darle estabilidad al texto constitucional. Sí muestra que el sentido de esa reforma es que no se puedan hacer reformas sin la aprobación de la derecha, es un veto dado a la derecha. Así, la trampa es un juego donde el que pierde, gana”.
Consultado por la Asamblea Constituyente (AC), el abogado aclara que con este mecanismo “hay que hacer lo mismo que con la idea de la nueva constitución, antes de preguntarse si se necesita hay que tratar de identificar cuál es el sentido político de una AC y creo que hay una implicación recíproca entre nueva Constitución y AC, pero no en el sentido que nada que salga distinto a una AC podrá ser una nueva Constitución. Lo que se necesita es una decisión constitucional que no esté determinada por las reglas constitucionales actualmente vigentes, porque si es así no se soluciona el problema”.
“La pregunta ahora es cómo lo logramos, no nos sirve a través de los mecanismos vigentes, debe ser una solución distinta que no está escrita en ninguna parte (…) Una Nueva Constitución en algún sentido tiene que ser como hacerse camino al andar: tiene que ser una Constitución en que no hay imposiciones unilaterales de nadie, que pueda ser reconocida por los distintos grupos sectores, sensibilidades que conforman la nación chilena, ojalá un procedimiento que sea representativo de la diversidad de todos los chilenos y que sea reconocida como legítima, un mecanismo que sea simétrico (…) a dónde llega uno, a algo más o menos parecido a una AC, pero no por el camino de decir que es la única manera sino por un camino largo (…) un mecanismo que sea más abierto, participativo ,igualitario posible y ¿eso cómo se llama? es una decisión por deliberación de asamblea. Ahora quiere decir eso que cualquier solución que no venga por decisión de AC será inaceptable, no, no quiere decir eso (…) pero creo que la Asamblea Constituyente es el mecanismo que corresponde de modo más pleno a la solución al problema que enfrentamos”, prosiguió.
Asimismo, aseguró que “en el contexto actual es una irresponsabilidad no pensar en este problema. Cuando Camilo Escalona decía esto de que son irresponsables y andan fumando opio los que están pensando en el problema constitucional en estos términos. Entiendo lo que lo mueve, dice que la normalidad institucional que tenemos en Chile es un logro que debe ser apreciado por todos, eso es verdad, lo que me llama la atención es que él no vea es que es esa estabilidad institucional la que está en problemas, precisamente por esto que hemos estado hablando, diría yo, con el mayor de los respetos por el senador Escalona, el que es irresponsable no es el que dice que aquí hay que hacerse cargo de este problema, mientras todavía podemos hacerlo de un modo razonable y político, es irresponsable el que dice y como lo dice él: mientras no haya una situación grave de crisis institucional y de inestabilidad, no hay problema”.
“Yo no creo que Camilo Escalona se haya convertido en una derechista disfrazado, él tiene una historia política más digna que la mía, lo que le pasa es que pertenece a una generación que quedó traumatizada. Entonces él está actuando de acuerdo al trauma que tiene, lo entiendo pero ¿tenemos que vivir nosotros presos del trauma? Esto debería manifestarse en las elecciones, quienes tienen esas posiciones que no son reconocidos por los demás, así debería funcionar el sistema”, concluyó Atria
FUENTE: EL MOSTRADOR.
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