jueves, 9 de junio de 2011

El Trabajo Como Castigo

TEMA PARA COMENTAR

Chile necesitaría alrededor de 1.500.000 empleos adicionales para alcanzar un estándar similar al de la OCDE. Pero no hay esa cantidad de personas que estén dispuestas a trabajar, pese a que existe población que podría integrar la fuerza laboral.
Mientras la actividad económica sigue dando muestras de un potente dinamismo, el cual se vio reflejado en una expansión de 26% en las ventas de las sociedades anónimas abiertas del primer trimestre, el INE informó que el desempleo retomó la senda decreciente. 
Durante el período febrero-abril, la tasa de desocupación fue de 7%, sorprendiendo positivamente no sólo porque se esperaba un leve deterioro, sino porque en los dos reportes previos no hubo avances, pese a que la estacionalidad jugaba a favor.
Ahora, en cambio, se crearon 30.000 nuevos puestos de trabajo respecto al trimestre móvil anterior, y hubo una disminución en los inactivos potencialmente activos de casi 50.000 personas, llegando a 841.380.
Esta caída de la desocupación revivió el debate de la cercanía del pleno empleo. Como parámetro, la tasa de desocupación mundial llegó a 6,2% en 2010, nivel superior al 5,6% anotado en 2007. En nuestro país, el mejor registro data de 1997, año en que el promedio fue de 6,1%. Si se considera que el pleno empleo a nivel local ronda el 6,0%, Chile estaría a sólo un punto de alcanzar un objetivo que hasta hace poco tiempo se pensaba que tardaría varios años en lograrse.
Sin embargo, detrás del promedio hay realidades muy disímiles que no se pueden ignorar e impiden cantar victoria en este frente: una de cada cuatro ciudades tiene un desempleo de dos dígitos. 

Tasa de Ocupación

Pero, más allá de la escasez de demanda de trabajo en ciertas zonas, la cual se irá resolviendo si se mantiene el elevado ritmo de crecimiento del PIB, también el país sufre de problemas en la oferta laboral. Es por ello que este mercado tiene un largo camino que recorrer antes de alcanzar el pleno empleo, con un equilibrio que sea compatible con las aspiraciones de desarrollo.
Basta corroborar que la tasa de ocupación –número de ocupados respecto a la población que está en edad de trabajar– es de 55,5%, lo que nos sitúa once puntos porcentuales por debajo del promedio de la OCDE (66,5%). Eso implica que en Chile se necesitarían alrededor de 1.500.000 puestos de trabajo adicionales para alcanzar un estándar similar. Pero no hay esa cantidad de personas que estén dispuestas a trabajar.
En efecto, la suma de todos los desocupados (cesantes y los que buscan trabajo por primera vez), con la totalidad de los inactivos potencialmente activos, no cuadra con esa cifra, dejando en evidencia la sobredimensión de los inactivos habituales (4.523.410). De hecho, es una mala noticia que en los últimos doce meses este grupo sólo se redujo en 9.000 personas.
Dicha situación lleva al absurdo de una escasez de mano de obra, tal como ocurre en algunas áreas del sector agrícola,
presionando los salarios, en circunstancias que existe población que bien podría integrar la fuerza de trabajo. ¿Por qué no lo hace? Es una respuesta pendiente y una tarea para las políticas públicas. 
Es cierto que la meta de crear 100.000 nuevos emprendimientos durante el Gobierno de Sebastián Piñera puede reducir el grupo de personas que está fuera de la fuerza de trabajo, pero no es suficiente.
Una mirada crítica al concepto de trabajo que impera en nuestro país arroja que éste es un “mal”, algo parecido a un castigo. La misma legislación laboral busca proteger a una supuesta víctima –el trabajador– de quien lo “tortura” al brindarle trabajo. Por lo mismo, los cambios legales apuntan a reducir las horas de sufrimiento y a aumentar los días feriados. La indemnización por años de servicio sigue la misma lógica, pues el empleador debe “pagar” por el “daño” hecho, tal como si se tratara de un crimen.
Un cambio de cultura es urgente, si se quiere jugar en las ligas mayores. En lugar de atacar a quien da empleo, las políticas públicas deben incentivar que los jóvenes ingresen al mercado del trabajo lo más tempranamente posible, con la máxima flexibilidad y que se comprenda que el trabajo es un privilegio.

FUENTE:ESTRATEGIA

No hay comentarios:

Publicar un comentario