martes, 27 de marzo de 2012

El óxido traba a la Concertación


A poco más de siete meses de las elecciones municipales -que se efectuarán el domingo 28 de octubre-, no se observa en los preámbulos políticos ningún cambio que permita suponer una variación significativa de los resultados en comparación a los obtenidos en 2008. En aquella oportunidad, la Alianza por Chile obtuvo el 40.49% de los sufragios; la Concertación 38,43% y el resto de las fuerzas agrupadas en otros pactos e independientes, el 21,08%.
En esos comicios, la Alianza se impuso en las urnas por primera vez desde 1989, y la Concertación perdió 62 alcaldes, entre ellos los correspondientes a 13 de las 15 capitales regionales del país, conservando sólo las ciudades de La Serena y Puerto Montt. En la Región Metropolitana, la Alianza triunfó en 27 municipios y la Concertación en 20.
La derrota de la Concertación se debió a tres factores principales: la dispersión de sus fuerzas en dos listas, la irrupción de una mayor cantidad de candidatos independientes y la férrea unidad de la derecha, pese a las tensiones internas entre Renovación Nacional y la Unión Demócrata Independiente por la aún no resuelta candidatura presidencial entre Sebastián Piñera y Joaquín Lavín.
El Partido por la Democracia y el Partido Radical Social Demócrata levantaron una lista paralela a la constituida por el Partido Demócrata Cristiano y el Partido Socialista, convencidos de que esa estrategia permitiría que “entraran aires nuevos” al entonces conglomerado político gubernamental. La decisión fue resistida inicialmente, pero luego fue apoyada por actores relevantes de La Moneda, como el ministro del Interior, el democratacristiano Edmundo Pérez Yoma, entre otros.
El desastre concertacionista actuó también como un torrente de adrenalina en el sistema circulatorio de la derecha, convenciéndola de que sólo manteniendo sus fuerzas en un único bloque podía ser una real alternativa de gobierno y llevar a su candidato a la primera magistratura.
En el oficialismo de entonces, en tanto, sus principales figuras explicaron la derrota con frases muy similares a las que emplearían en enero de 2010, al perder la elección presidencial:
-“Creo, en todo caso, que la Concertación debe renovarse, escuchar el rumor de la calle y dar nuevo dinamismo a su acción política” (Michelle Bachelet).
-“Hay que escuchar bien lo que se ha querido mandar como mensaje en aquellas comunas donde hubo un cambio significativo” (Ricardo Lagos Escobar).
-“No podemos decir que lo hemos hecho bien si la gente nos está diciendo lo contrario. Esto es una advertencia de que mejoremos y demos a Chile gobernabilidad y justicia” (Sergio Bitar).
-“La mayor parte de los alcaldes que se perdieron los hemos perdido por nuestros propios errores” (Pepe Auth).
-“En la DC, la mayoría de los candidatos a alcaldes han sido mal elegidos. Se han cometido errores de conducción” (Eduardo Frei).
-“Hay que reconocer que la desunión nos ha jugado una mala pasada” (Camilo Escalona).
-“La culpa es de Camilo Escalona y su mesa, que determinó candidatos que la gente no quiere, candidatos perdedores” (Alejandro Navarro).
EL TEMOR A LA DISPERSION
El desaliento concertacionista derivó en postración luego de la derrota de Eduardo Frei en la presidencial de 2010, estado de ánimo que se mantiene hasta ahora, reflejado, además, en las encuestas de aprobación ciudadana. Su casi única expectativa de evitar el colapso definitivo es una eventual repostulación de Michelle Bachelet. La ex mandataria, según todas las mediciones, superaría holgadamente a cualquier rival de la derecha en las presidenciales de 2013. No obstante, ella ha mantenido silencio al respecto, preocupada aparentemente sólo de sus responsabilidades en la ONU.
La Concertación, encabezada por los mismos dirigentes que la llevaron a sus dos últimos grandes fracasos, no ha variado un ápice sus prácticas políticas internas. Por el contrario, ha reconcentrado las decisiones en un puñado de dirigentes que influyen de modo determinante no sólo en la selección de candidatos a alcaldes y concejales, sino también en los acuerdos y eventuales alianzas con otras fuerzas opositoras. Así, el conglomerado arriesga, una vez más, el posible “descuelgue” de muchos dirigentes locales que representan el malestar de militantes y simpatizantes desoídos o postergados demasiado tiempo.
Los encargados electorales del PDC, el PS, el PPD y el PRSD están conscientes de que para recuperar los municipios perdidos en 2008 se requiere de la unidad de las fuerzas opositoras detrás de un único candidato a alcalde. Cualquier dispersión de los votos significará una nueva derrota. No obstante, por ahora, todo parece indicar que la oposición irá a las elecciones dividida a lo menos en cuatro listas nacionales: la Concertación, el Juntos Podemos (PC), el Partido Regionalista de los Independientes y el Partido Progresista. A ellos habrá que sumar los candidatos de otras fuerzas regionales y los “descolgados” e independientes; es decir, una división probablemente mayor que la observada en 2008.
ALGUNOS CASOS
La Concertación realizará primarias el 1° de abril en poco menos de 150 comunas del país para elegir a sus candidatos a alcaldes. Están inscritos 509 postulantes: 180 del PDC, 128 del PS, 109 del PPD, 61 del PRSD y 31 independientes.
En 56 comunas existen “situaciones especiales”, donde (….)
Manuel Salazar Salvo.
(Este artículo se publicó en “Punto Final”, edición Nº 752, 2 de marzo, 2012).

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