Silencio y complicidad oficial ante el mayor robo al fisco en la historia de Chile
Publicado el 25 Mayo 2015
ESCRITO POR ARTURO ALEJANDRO MUÑOZ
Son miles de millones de dólares los que el país perdió con el regalo de múltiples empresas estatales otorgado por el dictador Augusto Pinochet a sus empresarios ayudistas. Ese crimen sigue impune y los responsables gozan de buena salud.
Han pasado 27 años, pero recuerdo esa escandalosa acción de la dictadura como si hubiese ocurrido ayer.
Los hechos acaecieron luego de la derrota en el plebiscito de 1988 experimentada por el gobierno totalitario que encabezaba Augusto Pinochet, pero, a decir verdad, el escenario venía siendo fraguado desde muchos años antes por un poderoso grupo de economistas de ultraderecha conocido como “los Tucanes”.
Ya en 1986 aquel grupo tenía delineada la política de “privatizaciones extraordinarias” que la administración militar iba a ejecutar en el supuesto de verse obligada a hacer abandono del gobierno, plan que complementaría el largo proceso de privatizaciones que la dictadura venía realizando desde el año 1978, según confirmó una comisión investigadora de la Cámara de Diputados durante el período presidencial de Ricardo Lagos (2000-2006).
Esa misma Comisión estimó que la privatización de empresas estatales durante el régimen dictatorial le significó al Estado de Chile una pérdida cercana a los US$6.000.000.000 (seis mil millones de dólares), pero el trabajo investigativo se basó únicamente en el traspaso a manos privadas de las principales empresas estatales, ya que muchas otras –decenas y decenas- no fueron consideradas en aquel estudio del legislativo. Pese a lo reducido de la investigación, se logró confirmar la existencia de enriquecimiento ilícito por parte de algunos individuos que hoy, muy campanudamente, gustan ser llamados “emprendedores exitosos”.
Incluso hoy, décadas después de aquello, el país sigue desconociendo la cifra exacta, en dólares o en pesos, que involucró esa delictual acción de la dictadura, y me permito insistir en el concepto –‘delictual’- porque todo lo que realiza una dictadura lo es. No es aceptable que tamaño robo a la nación se disfrace de legalidad mediante un documento –o una decisión- avalado y ejecutado por un pequeño grupo de enriquecidos colaboracionistas de cuatro uniformados que se encaramaron en el poder mediante el uso de las armas.
En todas estas privatizaciones, como lo prueba María Olivia Monckeberg en su libro “El saqueo de los grupos económicos al Estado chileno”, se enriquecieron conjuntamente con el dictador delincuente Pinochet Ugarte los ministros y altos ejecutivos, civiles y militares, así como también los “compradores”, verbigracia, algunos de aquellos que hoy se auto consideran “exitosos empresarios”. Entre los ministros de la dictadura que ingresaron al mundo de los negocios mediante este saqueo al fisco, destacan Jorge Cauas, Sergio de Castro, Pablo Barahona, Hernán Büchi, Carlos Cáceres, Juan Antonio Guzmán, José Piñera, Miguel Angel Poduje, Sergio Melnick, Máximo Silva Bafalluy, Álvaro Donoso, Luis Larraín y otros. No mencionó, Olivia Monckeberg, a los generales que se quedaron en los directorios de las empresas privatizadas.
Entre los que aprovecharon la “piñata” no puede olvidarse a Bruno Phillippi, Juan Hurtado Vicuña, Julio Ponce Lerou, el yernísimo del dictador seguramente casado bajo el régimen de sociedad conyugal, Álvaro Saieh, José Yuraszeck, Patricio Contesse, Guillermo Arthur, Carlos Alberto Délano, el ya fallecido Álvaro Bardón, y otros. No obstante, los ya mencionados se montaron en la riqueza merced a que un grupo de predadores que oficiaban como asesores del tirano delinearon –e impusieron- el traspaso de cientos de empresas del estado a manos de amigos, socios y parientes… todo ello muy por debajo del “valor libro” de cada una de ellas… y en algunos casos (como ocurrió con INACAP), casi gratuitamente.
http://old.kaosenlared.net/noticia/inacap-gran-negocio-para-opus-dei
La Revista ‘Punto Final’ (edición 545) publicó el nombre de las principales empresas que Pinochet y sus asesores privatizaron para beneficiar a sus colaboradores, mismos que hoy fungen de “grandes chilenos”. El listado que entregó “Punto Final” es el siguiente.
“Sociedad Química Minera de Chile (Soquimich); Industria Azucarera Nacional (Iansa); Empresa Nacional de Explosivos (Enaex); Compañía de Aceros del Pacífico (Cap); Laboratorios Chile; empresas eléctricas Metropolitana, Quinta Región, Chilectra Generación, de Melipilla y de Coquimbo; Empresa Nacional de Electricidad (Endesa); Compañía de Teléfonos de Chile (CTC); Telex Chile. Además, Empresa Nacional de Comunicaciones (Ecom); empresas eléctricas de Tarapacá, del Norte, de Aysén, de Magallanes; hidroeléctricas de Pilmaiquén, Pullinque, Colbún-Machicura, Pehuenche; Línea Aérea Nacional (Lan Chile); Instituto de Seguros del Estado; Empresa Nacional del Carbón (Enacar); Carbonífera Schwager; Chile Films; Sociedad Chilena del Libro”.
A lo anterior, debemos agregar otras empresas estatales entregadas rápidamente a manos privadas. Entre ellas: la Compañía de Teléfonos de Chile, Endesa, Chile Films, Sociedad Chilena del Libro, Edelnor… y otras que no alcanzaron a ser pasadas a propiedad de los saurios pero sí fueron desmanteladas, como Ferrocarriles del Estado, Codelco, Banco del Estado, pero que, no obstante, metieron mano en sus recursos financieros para favorecer a grupos y personas del régimen, tanto en ellas como también en Enap, Correos, TVN y las que dependen del Ministerio de Defensa.
¿Cuáles son los nombres de aquellos predadores chicaguianos que propiciaron y permitieron el robo más grande que el país ha sufrido en su Historia? Es posible que el listado siguiente no esté completo, ya que debe haber algunos bicharracos que han logrado mimetizarse como demócratas en esta inefable evolución duopólica, pero, pese a ello, los individuos mencionados en estas líneas deben alertar sus antenas, pues la “buena memoria” de algunos chilenos les vuelve a señalar como directos responsables de aquellas criminales acciones que atentaron contra el bienestar dela sociedad civil chilena… y contra el país en su conjunto.
Hernán Büchi Buc: Ingeniero civil en Minas, fue ministro de Hacienda desde el 12 de febrero de 1985 hasta el 3 de abra de 1989.
Sergio de Castro Spíkula: Considerado el máximo ideólogo del modelo ultraliberal inspirado en la Universidad de Chicago, fue asesor del gobierno del general Pinochet desde la primera época. Fue nombrado ministro de economía el 14 de abril 1975 y estuvo en ese puesto hasta el 27 de diciembre 1976, cuando fue designado ministro de Hacienda, donde se mantuvo hasta el 22 abril 1982. Desde el ministerio de Economía y luego como titular de Hacienda y jefe del equipo económico fue motor y ce de las privatizaciones desde su etapa de diseño y preparación de las condiciones para llevarlas a cabo. Fue De Castro quien encargó los primeros estudios sobre privatizaciones a sus asesores.
Carlos Cáceres Contreras: Ingeniero comercial, fue ministro de Hacienda desde el 14 febrero 1983 hasta febrero 1984. Posteriormente Cáceres fue ministro del Interior, desde el 17 de noviembre de 1988 al 10 de marzo de 1990. También fue presidente Banco Central entre abril de 1982 y agosto de 1983. Desde 1991, preside el Instituto Libertad y Desarrollo. Ha reconocido en entrevistas que la UDI es el partido que más lo interpreta en lo político. Fue rector de la Universidad Adolfo Ibáñez -en 1990- y después permaneció como vicepresidente ejecutivo y profesor de esa Universidad.
Bruno Philippi Yrarrázaval: Ingeniero civil, asesor de Hernán Büchi, cuando éste fue ministro de Hacienda y uno de sus mejores amigos, fue secretario general de la Comisión de Energía entre mediados de los ‘70 y 1984. Se le considera uno de los cerebros de la privatización de las empresas y de las medidas que apuntaron a la jibarización de la Universidad de Chile. Uno de los diseñadores de la privatización de la electricidad y -también- uno de los primeros en privatizar la planta Pilmaiquén que inauguró esta nueva modalidad.
Juan Hurtado Vicuña: Ingeniero civil y empresario. Aunque durante muchos años mantuvo un bajo perfil público, es uno de los hombres claves en el proceso de privatizaciones de empresas estatales y en el control del poder económico que se configuró después. Desarrolló una amistad con Hernán Búchi Buc desde los tiempos de estudiante universitario y los vínculos se mantienen firmes hasta hoy. La primero tarea que se le encomendó fue realizar un perfil financiero de las empresas estatales para su futura privatización.
Julio Ponce Lerou: Ingeniero forestal, fue casado con Verónica Pinochet Hiriart. Desde el 10 de junio de 1978 fue presidente de Celulosa Constitución (Celco) que estaba en manos del estado, Ocupó ese cargo hasta 1979, cuando Celco fue licitada. En julio de 1979 a Ponce Lerou la dictadura lo nominó gerente de empresas de la Corfo y estuvo en esa posición hasta abril de 1983, cuando fue designado gerente general de la Corfo. Pero alcanzó a estar sólo unos meses ya que el 15 de julio de 1983 tuvo que renunciar; tras un gran escándalo suscitado por la poca transparencia en torno a su rápida forma de hacer fortuna. Meses después llegaría a convertirse en el ’faraón’ de Soquimich (SQM), desde donde también debió ser separado del más alto cargo existente en esa empresa.
José Piñera Echeñique: Ingeniero comercial, fue ministro del Trabajo y Previsión Social desde el 26 de octubre de 1979 hasta el 29 de diciembre de 1980. Durante esa época fue autor del denominado Plan Laboral y, junto con Hernán Büchi y Miguel Kast, diseñó la Reforma Previsional que entró a regir en mayo de 1981. Desde enero de 1981, José Piñera se desempeñó como ministro de Minería. Estuvo en ese cargo hasta 1982 y fue también el principal autor del Código de Minería.
Alvaro Saieh Bendeck: Ingeniero comercial, pro rector de. la Universidad de Chile y ex decano de la Facultad de Economía. Integró los directorios de diversas empresas del Estado, fue asesor del equipo económico de Pinochet y se le conocía como persona de gran influencia especialmente entre los militares. Hacia 1986, en pleno proceso privatizador se le señalaba como integrante del grupo que fue denominado “los Tucanes”, todos funcionarios y asesores del gobierno militar que diseñaron y ejecutaron las privatizaciones de las ex empresas del Estado.
Ernesto Silva Bafalluy: Actualmente Rector de la Universidad del Desarrollo es el mayor de nueve hermanos entre los que se encuentran el ex ministro del Trabajo y directivo de Banmédica Máximo Silva, y José Antonio, casado con la dirigente de la UDI Marcela Cubillos. Muy próximo a Miguel Kast, fue jefe del Departamento de Estudios y del Departamento de Planes de ODEPLAN. Después fue subdirector de Odeplan, vicepresidente de la Comisión Chilena del Cobre desde donde intentó llevar a cabo un plan para privatizar Codelco. Pero, fracasó en el intento al toparse con la resistencia militar, encabezada en aquel entonces por el general Gastón Frez. Posteriormente, se dedicó a la ENAP de donde salió en 1983, cuando cayeron en desgracia -temporalmente- los Chicago boys y debieron replegarse a la actividad privada o académica unos, y a puestos de menor figuración otros.
José Yuraszceck Troncoso: Ingeniero civil de la Universidad de Chile, 39 años. Discípulo de Miguel Kast, se forjó en ODEPLAN, donde llegó a ser subdirector en 1982. Es otro de los artífices de la privatización de la electricidad, y fue también parte del grupo denominado “Tucanes”. Desde ODEPLAN pasó a ser ejecutivo de confianza de las entonces empresas estatales eléctricas y participó en el’ diseño privatizador para finalmente armar sociedades que le permitieron quedarse con ellas. Gran amigo de Ernesto Silva Bafalluy, hombre clave de la campaña de Joaquín Lavín, Yurasczeck, se forjó profesionalmente en ODEPLAN a fines de los ‘70, donde llegó a ser subdirector en 1982. Desde ODEPLAN pasó a ser ejecutivo de confianza de las entonces empresas estatales eléctricas y luego participó en el diseño privatizador para finalmente armar sociedades que le permitieron quedarse con ellas.
Los anteriormente mencionados en la lista de los ‘principales’ (u ‘hombres decisivos’) responsables del mega robo a Chile, fueron acompañados en esas acciones por otros individuos que participaron activamente en el proceso de privatización, los que hoy ostentan importantes cargos en empresas privatizadas, o en grupos privados que crecieron gracias a la privatización.
Usted, amigo lector, ya está al tanto de los nombres y apellidos de quienes perpetraron el mayor desguace al fisco, y también sabe ahora que muchos de esos individuos no son lo que dicen ser, ni son lo que la prensa oficial asegura que son, pues la buena memoria de algunos chilenos permite descorrer el velo de falso patriotismo e inefable ‘decencia’ bajo el cual se han cobijado a lo largo de las administraciones del duopolio binominal que, cual vulgar cómplice, en absoluto ha mostrado preocupación ni interés por recuperar la propiedad de decenas de empresas que fueron creadas y exitosamente administradas por el Estado, hasta que grupos de buitres y saurios decidieron que era momento de apoderarse de ellas…en nombre de la patria.
FUENTE: EL CLARIN
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