Ministro Díaz insistió en que la Mandataria no autorizó sistema de recaudación
La Moneda admite que Peñailillo fue un “articulador” en la precampaña de Bachelet
El Gobierno no se mueve un ápice de la postura pública y privada de que la actual Presidenta no pidió ni autorizó sistema alguno de recaudación de recursos. Además, aseguran desde ya que no van a cambiar de posición al respecto, porque –recalcaron fuentes gubernamentales– esa “es la verdad”. Lo que sí se admite es el esfuerzo político previo a su regreso a Chile, para instalar su candidatura, prepararla, generar insumos.
Tanto va el cántaro al agua, que hoy La Moneda reconoció públicamente el papel político que jugó el ex ministro del Interior en el período previo a la llegada de la Mandataria a Chile, en marzo del 2013. “Por cierto, Rodrigo Peñailillo fue, entre otros, uno de los articuladores del proceso que tenía como propósito convencer a la Presidenta Bachelet que asumiera una candidatura”, dijo el ministro vocero, Marcelo Díaz, en medio de las presiones públicas por decantar las vinculaciones del otrora hombre de confianza de la Mandataria con el financiamiento de la precampaña.
“Jugó roles de articulación, como lo jugamos cada uno de nosotros en el período previo, al inicio, a los trabajos preparatorios de la campaña presidencial del 2013”, añadió el ministro. Eso sí, advirtió que “respecto de la articulación, cada uno somos llamados a explicar qué rol jugamos” y que “todo lo que se haya actuado u operado antes (de marzo del 2013) no responde a ninguna precampaña de la que la Presidenta Bachelet haya sido parte”.
Es que era imposible para La Moneda desconocer el papel de Peñailillo cuando fue de público conocimiento que era su representante político en Chile durante el 2012, que era su voz ante la Nueva Mayoría y que –tal como lo publicó hoy El Mostrador– tuvo un rol clave en la estructura que se formó al margen de los partidos de la entonces Concertación y que integraban varios personeros del círculo de confianza bacheletista, 21 de los cuales recibieron dineros de la empresa de Martelli. Muchos de estos pasaron de esta estructura a trabajar en el actual Gobierno.
El problema para el Ejecutivo es la vinculación del ex ministro con el operador Giorgio Martelli, quien a través de su empresa financió su viaje a Nueva York en noviembre de ese año para reunirse con la Mandataria y entregó más de 300 millones de pesos a él y su círculo político más estrecho. Por eso que el término ‘precampaña’, en sí, no es reconocido ni aceptado en La Moneda, es más, tensiona, molesta e incomoda a muchos de los inquilinos de Palacio.
El Gobierno no se mueve un ápice de la postura pública y privada de que Bachelet no pidió ni autorizó sistema alguno de recaudación de recursos. Además, aseguran desde ya que no van a cambiar de posición al respecto, porque –recalcaron fuentes gubernamentales– esa “es la verdad”.
Insisten en que para ellos el concepto de precampaña lo entienden como los esfuerzos realizados por un candidato antes del período legal, cosa que no se ajusta a la situación de la Presidenta, pero también apunta a dar sustento y respaldo a la pública afirmación de la Mandataria el 21 de abril, cuando sentenció categórica: “No hubo ninguna precampaña”.
Por el momento, el Gobierno se limita a hablar de intentos por convencer a Bachelet de asumir la candidatura: “Reconocemos que desde los partidos más cercanos, desde los actores políticos más cercanos había un interés por que ella fuera candidata (…) había cierta movilización de ciertos sectores para que ella asumiera una candidatura (…). No es que los candidatos aparezcan de la nada cuando se inscriben, sí hay un trabajo de instalación”, precisó Díaz.
FUENTE: EL MOSTRADOR
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