El analista se refirió al anuncio del Gobierno para regular la relación entre dinero y política
Méndez no descarta un “perdonazo” en el caso Penta-SQM: “A lo mejor pueda ser la solución. Aunque sería muy impopular”
El presidente de GFK-Adimark, cree que no están los tiempos para llegar a un arreglo similar al 2003 en medio del Mop-Gate y piensa que cualquier iniciativa tendrá la dificultad de que a la opinión pública, que "ya no la manejan los medios", le costará creer que la clase política es capaz de regularse a sí misma. Por eso, estima que una propuesta debiera salir de un grupo que no participe directamente en esta actividad.
Roberto Méndez, presidente de la empresa dedicada a los estudios de opinión pública GFK-Adimark, analizó la reacción del Gobierno ante los casos de corrupción que investiga la justicia, a partir del presunto financiamiento de campañas políticas con boletas falsas, y el cuestionado negocio inmobiliario en el que está involucrado Sebastián Dávalos Bachelet y que ayer se materializó en un anuncio desde La Moneda para buscar propuestas y establecer una estricta regulación entre dinero y política.
En primer término, Méndez cree que el anuncio de La Moneda era “urgente y estrictamente necesario”. Despejado ese punto, piensa que cualquier iniciativa en este sentido tendrá una gran dificultad. “Porque este problema se va a enfrentar a un escepticismo y falta de credibilidad. Hay un gran riesgo de que la opinión pública piense que los políticos no son capaces de regularse a sí mismos”, dijo en entrevista con La Segunda. Como solución propone: “A lo mejor debiera aceptarse que estamos en esta crisis y pedirle a un grupo que no esté en la actividad política que proponga algo y, luego, esto sea refrendado por el estamento político. Pero el Gobierno y el Congreso debieran aceptar que son parte involucrada en el problema”.
Además, el analista precisa que los casos Penta y SQM dan cuenta de una crisis generalizada, que traspasó al sector que integra la UDI, para instalarse también en el bloque oficialista. “Veo un cambio de discurso al interior de la Nueva Mayoría, porque a lo de Dávalos se suma la arista Soquimich del caso Penta, que mostró a personas de los partidos del oficialismo vinculados al tema. Claro que indudablemente el caso Dávalos ha sido dañino para el Gobierno. El Gobierno pasa por su peor momento”, afirma.
En ese contexto, Méndez no desconoce que, en el ambiente de crisis generalizada, se empieza a escuchar la posibilidad de un “perdonazo”, un acuerdo similar al que llegó el Gobierno de Ricardo Lagos en medio del escándalo MOP-Gate, con la oposición representada entonces por Pablo Longueira. “Hoy día no hay ambiente para un perdonazo. Sería una señal muy mala y muy rechazada. Es difícil que la opinión pública acepte una cosa así. Probablemente hace doce años era posible, cuando las redes sociales no tenían el efecto de hoy. Hay que tener en cuenta un aspecto importante y es que los medios ya no controlan el clima de opinión pública. La opinión pública tiene su dinámica, que no es manejada ni por los medios ni por el Gobierno”, asegura.
Sin embargo, no descarta que ese resulte ser el camino. “Lo anterior no significa que a lo mejor al final esa pueda ser la solución. Aunque sería muy impopular”, concluye.
FUENTE: EL MOSTRADOR
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