sábado, 3 de mayo de 2014

Nuevos Parlamentarios reconocen culpa en mala imagen del Congreso

03/05/2014 |
Por Mario López M.
Están preocupados los nuevos congresistas. Reconocen que la mala evaluación ciudadana sobre la labor parlamentaria es culpa de los propios políticos. Reclaman que la gente no sabe en qué consiste su labor, lo que les juega en contra. Confían en que cuando los vean trabajar, cambie esa mala percepción.
Hay preocupación entre los nuevos parlamentarios, tanto senadores como diputados, de todos los partidos e independientes, acerca de la imagen que el Congreso tiene frente a la ciudadanía. Son honestos en reconocer que gran parte de la culpa es de los propios políticos, pero reclaman que el desconocimiento sobre aquello en que consiste su labor, les juega en contra. Están esperanzados eso sí, que cuando los vean trabajando en serio y en favor de la gente, esa mala percepción cambiará.

Todos los estudios y encuestas sobre el tema de percepción de la ciudadanía acerca de los políticos y de los congresistas en particular, son lapidarios. Y lo peor es que día a día esa percepción se deteriora de manera creciente. Estudios sobre éste aspecto, como los de la empresa de comunicaciones Tironi y Asociados o Transparencia, entregan cifras impactantes.

Por ejemplo, el 95% de los encuestados desconoce cuántos miembros tiene la Cámara y el 70% estima que perciben un salario mayor al real. Es generalizada la percepción de irrelevancia de la labor legislativa para su vida y un 76% considera que no tiene influencia en el país. En Chile, un 98% de los encuestados considera que los partidos son la institución más corrupta.

Qué decir del nivel de confianza que la gente deposita en los políticos en general, en los diputados llega a menos del cincuenta por ciento -lo que comparado con el resto de Latinoamérica no es tan negativo- mientras que un 20% se declara muy confiado en los legisladores.

Encuestas como las Adimark, han denotado que los niveles de aprobación de los partidos políticos en Chile se mantienen en niveles paupérrimos y no se vislumbra la manera de revertir ello en los últimos años. Sin embargo los nuevos congresistas, aquellos que han pisado por primera vez el Congreso, si bien críticos, se muestran frente a Cambio21, esperanzados.

La ciudadanía no se equivoca, desgraciadamente

Es categórico en afirmar ello el senador Manuel José Ossandón (RN): "La credibilidad en política es un tema que tiene matices, pero que claramente es la percepción que tiene la gente y que nosotros en política no hemos podido cambiar. Yo soy de la idea que la poca credibilidad tiene que ver con que Chile se ha convertido en una mentira permanente y que se ha legitimado el engaño en todas las áreas de nuestra sociedad", asegura a Cambio21.

Para el senador Alejandro Guillier (IND), "Se nos acusa de trabajar poco, esa es la imagen que proyectan los parlamentarios ante la ciudadanía, pero es necesario entender que un diputado o senador, sobre todo cuando recién se instala un nuevo gobierno en que no hay mucho trabajo, y eso siempre sucede así con las nuevas autoridades#, aclara. "Pero además no sólo se trabaja en Sala, también un parlamentario participa en las Comisiones, debe estudiar las materias, etc etc".

El diputado Claudio Arriagada (DC), reconoce a Cambio21 que "los políticos en Chile, y entre ellos por supuesto los parlamentarios, hemos contribuido a ese deterioro que tiene varios componentes. Uno de ellos es el desconocimiento acerca de lo que pasa dentro de la Cámara, y en lo personal en éste mes y medio que llevo acá, me doy cuenta que hay un trabajo intenso de la mayoría de los parlamentarios, que participan en cuatro o más comisiones en las cuales se determinan cosas importantes para el país, como educación, vivienda, salud etc".

"Pero reconozcamos -señala Arriagada-, hay algunos que son saca vueltas, que toman la actividad parlamentaria con mucha liviandad, y que no sé porque llegaron al parlamento, en realidad", asegura, pero se niega a dar, por ahora, nombres de esos parlamentarios. "Estoy recién llegado y me voy a formar una impresión más acabada sobre el tema, pero va a llegar el momento en que voy a hablar, no lo dude", advierte.

En el mismo sentido de responsabilidades, manifiesta a Cambio21, el senador Rabindranath Quinteros (PS): "Yo creo que la mala imagen que la ciudadanía se ha formado es por culpa de los mismos políticos, la gente está cansada de la farandulización, la gente requiere mayor seriedad y mayor celeridad en la solución de los problemas. En ese sentido -reconoce- el juicio de la ciudadanía es bastante lapidario. Pero creo que la ciudadanía se equivoca con la mala percepción, pues ignora la tremenda pega que hay, sobre todo en comisiones, etc etc".

Pero no todo es lo que parece

El senador Guillier asegura a Cambio21 que es cuestión sólo de imagen el poco trabajo que hay en la Cámara Alta: "en éste momento están llegando temas sumamente importantes que ha enviado la presidenta y son sumamente potentes, como la reforma educacional, la reforma tributaria y los cambios al binominal, por ejemplo, y ello requiere mucho trabajo, estudio sobre todo. En consecuencia no es sólo el trabajo en sala, sino que el trabajo en Comisiones lo que hay que destacar", indica.

"Al menos a mí me parece que la labor de las comisiones es sumamente importante" afirma el senador Guillier. Súmele a eso el trabajo personal, pues uno tiene que meterse y dominar los temas, como es mi caso, en que a veces debo estar días enteros estudiando las materias que me corresponde ver. Entonces no es sólo la parte discursiva la labor legislativa, aunque resulta ser lo más visible para la gente".

Pero nuevo senador no está exento de críticas acerca del comportamiento de la clase política. "Muchos parlamentarios no entienden bien su labor, se dedican más a ganar votos en una suerte de servicio social. Es necesario ser rigurosos en lo que uno hace, aunque a veces es incomprendido, pues hay gente que nos dice "estás demorando el proyecto, estás tirando para la cola, apruébalo así no más" y no pues, no es así la cosa", señala.

Cómo cambiar la percepción que tiene actualmente la ciudadanía

"La credibilidad es lo más importante para un político", sentencia el senador Ossandón. "Y cuando la gente aprecia que nuestras autoridades tienen un discurso público y otro privado, lo que se erosiona es la fe pública. Yo nunca estaré de acuerdo con la frase tan recurrente en política de que "la ropa sucia se lava en casa". Al revés, lo que se lava en casa son las cosas familiares, pero las políticas, las públicas siempre tienen que ser igual en privado que en público. Esto es lo que yo llamo la ética política.

"Para mejorar la imagen (de los parlamentarios) frente al país, es necesario -estima el Senador Guillier-, estudiar, estudiar y manejar muy bien los temas que nos corresponden y eso -advierte- necesita dedicación exclusiva, pues ella se requiere para entregar un buen servicio a la gente. Lo anterior no es sólo respecto de los proyectos que el gobierno nos hace llegar, sino que además implica estudiar muy bien aquellos en cuya elaboración uno participa en su preparación. En la medida que uno haga su pega y tenga consistencia, se va a recuperar prestigio", asegura.

Para levantar la imagen de los parlamentarios, el diputado Arriagada estima básico "explicarle en primer lugar a la gente qué es lo que hacen en el Congreso, lo que él ha partido practicando en su distrito. Además, uno debe explicar que los temas trascendentes, como la reforma tributaria y la elusión, por ejemplo, no sólo es cuestión de los grandes empresarios, sino que además es tema de pequeños empresarios, mucha gente que se organiza en sociedades anónimas y pasan como gastos de la sociedad las compras de supermercados, la bencina del auto de ellos y hasta la de los hijos", indica.

Y continúa fundamentando el diputado DC: "Los parlamentarios necesitamos abogados, contadores auditores expertos en materias como las tributarias, por ejemplo, de tal manera que las respuestas y las iniciativas que yo asuma en esta materia tengan sentido y fundamento. Pero aún más, en las mismas comisiones uno debe enfrentarse a las partes interesadas que traen asesores de gran especialidad y es claro que no todos los diputados tienen las preparaciones en todas las materias, por lo que nuestros asesores son fundamentales, pero no siempre ello es entendido por la gente", afirma.

Con firmeza el Senador Quinteros entrega su receta; "Para levantar la imagen, se debe actuar con seriedad, con transparencia, estar preocupados de los casos regionales y nacionales. Que tengamos una salud como nos merecemos los seres humanos, no que la gente tenga que levantarse a las cuatro o cinco de la mañana para conseguirse una hora. Entonces, cuando la gente se dé cuenta que se está legislando por cambios que la ciudadanía los tiene internalizados por tanto tiempo, se va a dar cuenta que se está actuando con seriedad, ahí va a cambiar la percepción de los políticos", concluye.

"La culpa es del binominal"

El senador Guillier es categórico: "Hay que cambiar el sistema porque la tendencia crónica actual es al empate, lo que impide la renovación de la clase política y evita la expresión de las mayorías. Favorecía a las minorías que querían mantener el sistema establecido y con el actual sistema bastaba tener un tercio para controlar el sistema y los cambios requerían altos quórums. El nuevo sistema al ampliarse va a permitir más competencia y al mismo tiempo va a permitir que los partidos pequeños y las nuevas fuerzas se puedan levantar como opción frente a la ciudadanía. Eso le hará bien a la visión que la gente podrá tener de los políticos y del Congreso", asegura.

"El Binominal, es un sistema agotado que ya no sirve para las actuales circunstancias que vive el país", sentencia Manuel José Ossandón. "En su momento ayudó para dar estabilidad, pero nadie quería cambiarlo y mantener las injusticias, porque ninguna de las dos grandes coaliciones estaba dispuesta por un tema de conveniencia electoral. A la Concertación y la Alianza le era práctico continuar con esta "mentira" electoral porque les aseguraba siempre más o menos los mismos cupos, cerrándoles toda opción a las candidatos más chicos".

Claudio Arriagada, el diputado DC reconoce que el binominal ha ayudado a que la seguridad de salir electos ha llevado a parlamentarios a no actuar con celo en la atención de los casos que importan a la gente, y se declara dispuesto a apoyar el cambio, pero advierte que estará a favor, siempre "que no represente un aumento al erario de la República de ni un peso más, porque hay que tener en cuenta que como país debemos resolver situaciones que son más urgentes, como la de Valparaíso o la de nuestro norte del país o los pobladores de Maipú o La Granja, que están esperando soluciones habitacionales. Si significara el cambio al binominal un peso más de gastos, yo lo voto en contra, porque sería impresentable para el país", asegura.

"Estoy dispuesto a cambiar el sistema binominal, así perdiera yo mismo mi escaño en la Cámara Alta", asegura el senador socialista Rabindranath Quinteros. "Hay que estar dispuestos a ganar y a perder también, así es la democracia", señala. "Es imprescindible cambiar el binominal, basta ya de seguir con los amarres de la dictadura. El país vive otra etapa, otro clima, en que la gente quiere cambios pero de verdad, no quiere más palabrerías".

Las dietas parlamentarias no los tienen a dieta

"Más que rebajas de sueldos, lo que la gente está cabreada es de la irrelevancia de la labor de los parlamentarios", indica muy seguro el senador Alejandro Guillier. "Si uno contrata a un goleador, es para que haga goles y lo que la gente espera es que los parlamentarios trabajemos en serio en nuestra labor legislativa. Además ahora, con la creación de nuevos distritos y circunscripciones, la idea es no producir nuevos gastos al país, por lo que será necesario distribuir lo que actualmente hay y eso implicará necesariamente una baja en las dietas. Con los recursos que hoy día tiene el Congreso, se debe financiar esta reforma", termina afirmando.

El diputado Claudio Arriagada no se complica en esto: "Estoy dispuesto a bajarme la dieta parlamentaria", porque señala apoyar "a los chiquillos jóvenes" en esta materia. Más le preocupa ser coherentes como parlamentarios, señalando por ejemplo que "es impresentable que esta semana se haya eliminado el feriado judicial de los tribunales de justicia, pero nada se dijo acerca del feriado parlamentario de febrero. Eso le hace mal a la política, porque implica un privilegio", asegura.

"Yo no llegué al Senado para hacerme rico", es lo primero que aclara el senador Rabindranath Quinteros. "Hay mucho mito en lo de la dieta parlamentaria, hay mucha más gente que gana mucha más plata que la renta que tienen los parlamentarios -asegura-, esto es parte de la farandulización de la política que sólo sirve para tapar otras cosas que son importantes", indica. Y termina señalando: "Todo éste escándalo que ha armado la derecha, para qué venimos con cuentos, es porque le tocan el bolsillo a unos pocos, ese es todo el drama -señala-, necesitamos recursos para que la gente que no tiene recursos pueda llegar a educarse lo pueda hacer con una educación de calidad. También la gente que vive con una pensión miserable que no le alcanza ni siquiera para cubrir los remedios del mes, tenga una pensión más digna", concluye.
 
Dura tarea

Uno de los aspectos que la ciudadanía más valora de un diputado es la transparencia, pero este atributo es de los peores evaluados en todas las encuestas. La percepción de corrupción en el Parlamento ha tenido un alza relevante entre 2002 -cuando el 25% creía que la falta de probidad prevalecía en el Congreso- y el 2006, en que el 60% estimaba que era una entidad poco honrada. No hay estudios más recientes sobre la materia que sean relevantes. Pero el dato duro no es menor y será necesario tenerlo en cuenta, si se pretende reivindicar la política.

No ayudan tampoco las críticas que mediante redes sociales suelen realizar parlamentarios que se dedican a twittear en horario de sesión, cuestionando a aquellos que no se encuentran en Sala. Menos ayudan los que duermen en el hemiciclo o revisan páginas de internet ajenas a lo que se debate en el parlamento. "Por vergüenza no nos atrevemos a contratar asesores de imagen para levantar la del Congreso", aseguró a Cambio21, un entrevistado que no quiso ser citado al efecto.
 
FUENTE: CAMBIO 21

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