Gobierno buscará neutralizar su influencia en debate de la reforma tributaria en la Cámara Alta
Zaldívar en la mira de La Moneda
En el gobierno sostienen que hay plena conciencia de que el episodio de este 21 de mayo “no será el último”, que el parlamentario tratará nuevamente y en más de una ocasión de adquirir liderazgo durante la tramitación en la Cámara Alta, a costa de nuevas salidas de libreto e intentos de gallitos con el Ejecutivo.
Pésimo. Así cayó en La Moneda el emplazamiento público que hizo el senador de la DC Andrés Zaldívar a la Presidenta Michelle Bachelet, al tratar de golpear la mesa de la Nueva Mayoría y advertir que, en la tramitación en el Senado de la reforma tributaria, la médula de dicha enmienda, el FUT, “es susceptible de mejorarse”. Esto, cuando desde la Mandataria para abajo y desde el minuto en que se ingresó el proyecto al Congreso a principios de abril, se ha planteado lo contrario, definiendo el punto como el tope de cualquier negociación.
Es que no fue sólo el contenido de sus palabras, sino que el momento elegido. La mañana del 21 de mayo, cuando la Presidenta Bachelet se preparaba para su primera cuenta pública ante el Congreso Pleno, la advertencia del senador falangista –miembro de la Comisión de Hacienda de la Cámara Alta– estaba desplegada en la primera página en El Mercurio: “El corazón (de la reforma tributaria) es susceptible de mejorarse, perfeccionarse y que no se cometan errores que no sean necesarios”.
Fue criticado en la Nueva Mayoría y en el gobierno no ocultaron la “molestia profunda”, sobre todo por el intento evidente –precisaron– de querer empañar el primer Mensaje Presidencial de Bachelet, haciendo un gallito público con la Mandataria. “Fue un golpe feo”, precisaron en Palacio.
El gobierno tiene como prioridad evitar durante el segundo trámite de la reforma tributaria el fuego amigo, que las críticas a la enmienda vengan de la propia Nueva Mayoría, porque eso enreda el escenario del debate y debilita a La Moneda al no aparecer con sus parlamentarios alineados. Por lo mismo, el objetivo sería tratar de “neutralizar” el protagonismo de Zaldívar durante la tramitación en el Senado, tanto en la Comisión como en la Sala, para que su voz –explican– no sea la “única” de la DC ni menos la que impere en el debate. Esa es una decisión ya tomada.
En Palacio ven al senador Zaldívar como uno de los que responde a la lógica política propia de los gobiernos de la ex Concertación, que es de aquellos que políticamente se ubica en el borde de la coalición oficialista, de los que no se siente representado con la Nueva Mayoría ni con el tono del discurso ni el programa reformista.
Es más, en el gobierno se explicaron el gesto del senador DC como una muestra de que “no entiende” que las cosas se hagan sin “consensuarlo todo”, como antes, ni tampoco que esa es una fórmula que ya no es válida. Es un fiel exponente de la ex Concertación.
En el gobierno agregan que hay plena conciencia de que el episodio de este 21 de mayo “no será el último”, que el parlamentario tratará nuevamente y en más de una ocasión de adquirir liderazgo durante la tramitación en la Cámara Alta, a costa de nuevas salidas de libreto e intentos de gallitos con La Moneda.
La Moneda tendría otros planes, que pasan precisamente por poner el foco en otros liderazgos de la falange durante el debate tributario, como el de Pizarro, quien tiene un diálogo fluido con el gobierno y siempre ha sido considerado –junto al presidente de la Cámara de Diputados, Aldo Cornejo– como exponente de la DC bacheletista. El parlamentario es el que propuso que el aumento del impuesto a las empresas, que en el proyecto contempla del 20% al 25%, se aumente en uno o dos puntos más, así se evitan todos los impuestos accesorios que han generado reparos, como el que se pondrá a los alcoholes. Otro elemento sería, explican en el gobierno, el papel que debe jugar el presidente de la Comisión, el senador PPD Ricardo Lagos Weber. Será clave cómo maneje el debate en dicha instancia, que imponga su liderazgo y dé la señal pública de tener las riendas del tema. Es más, agregan que “ya habría sido mandatado” expresamente para ello.
Dicen que, al final del día, a la hora clave, hay confianza y claridad en que Zaldívar votará alineado con la Nueva Mayoría, que no tiene mucho espacio para actuar distinto, pero al gobierno le preocupa que, hasta entonces, nuevas arremetidas sólo contribuyan a desgastar públicamente la reforma tributaria.
Ayer en la mañana hubo una reunión de la bancada de senadores DC con asesores del partido en el Centro Democracia y Comunidad (CDC), precisamente para debatir sobre la reforma tributaria. La cita era reservada, pero se filtró a la prensa y –según consignó La Segunda– el senador DC aseguró a la salida que “yo, nosotros estamos de acuerdo en el corazón de la reforma, en alzar el impuesto a la renta, en terminar el FUT, en darle facultades al SII para que no haya evasión ni elusión, y estamos de acuerdo en recolectar 8 mil 200 millones de dólares”.
Un giro que no es casual, en un evidente intento por morigerar sus dichos, que se da sólo 24 horas después de sus declaraciones anteriores.
Al respecto, a la salida de dicha reunión, el senador DC Jorge Pizarro dijo que no se le había llamado la atención a Zaldívar y agregó que seguirá siendo el representante de la falange en la Comisión de Hacienda de la Cámara Alta, que el 2 de junio comienza la tramitación de la reforma.
Pero a pesar de sus palabras, La Moneda tendría otros planes, que pasan precisamente por poner el foco en otros liderazgos de la falange durante el debate tributario, como el de Pizarro, quien tiene un diálogo fluido con el gobierno y siempre ha sido considerado –junto al presidente de la Cámara de Diputados, Aldo Cornejo– como exponente de la DC bacheletista. El parlamentario es el que propuso que el aumento del impuesto a las empresas, que en el proyecto contempla del 20% al 25%, se aumente en uno o dos puntos más, así se evitan todos los impuestos accesorios que han generado reparos, como el que se pondrá a los alcoholes.
Otro elemento sería, explican en el gobierno, el papel que debe jugar el presidente de la Comisión, el senador PPD Ricardo Lagos Weber. Será clave cómo maneje el debate en dicha instancia, que imponga su liderazgo y dé la señal pública de tener las riendas del tema. Es más, agregan que “ya habría sido mandatado” expresamente para ello.
¿Factura pendiente?
Este intento de gallito por la reforma, hizo recordar a algunos que este no fue el primero que protagonizan el parlamentario y la Mandataria. No hay que olvidar que Zaldívar fue el ministro del Interior que Bachelet eligió para debutar en su primer gobierno en marzo del 2006, después que el senador había perdido la carrera por el cupo de Santiago Poniente y había cumplido un papel protagónico en la campaña de segunda vuelta.
La decisión fue vista entonces como un gesto político importante de Bachelet a la DC, que presionó todo lo que pudo hasta que consiguió retener en su poder la cartera de Interior.
Pero así como fue relevante el gesto político, fue importante el golpe posterior para la falange. Bachelet sacó a Zaldívar del gobierno a sólo cuatro meses de haber asumido, en julio del 2006, por la evidente descoordinación entre el gabinete político y los Ministerios sectoriales, que hacían agua en esos momentos con la escalada de la revolución pingüina, que llegó a tener al 80% de los estudiantes secundarios movilizados.
Previo a ese episodio, Zaldívar en dos ocasiones enfrentó cuestionamientos públicos y emplazamientos para inhabilitarse de votar ciertos proyectos, debido a sus vínculos y los de su familia con el grupo económico Angelini, a través de la empresa pesquera Eperva.
El año 2002, el tema salió a flote cuando se discutía la llamada Ley Corta de Pesca. A él y a su hermano Adolfo, por entonces presidente de la DC y senador, algunos medios los calificaron como “los operadores de Angelini en el Parlamento”. La Fundación Terram elaboró un acucioso informe al respecto.
El entonces presidente de la Fundación Terram, Marcel Claude, disparó contra el clan Zaldívar y en el programa ‘El Termómetro’ dijo en esos días que “ellos tienen un hermano que es funcionario de este señor (Anacleto Angelini, dueño de la empresa pesquera Eperva) y ellos mismos están negociando esta ley (de Pesca), ¿y eso qué es lo que es? Esas son las grandes corrupciones en este país (…). No dije que fueran todos los parlamentarios, sino específicamente un grupo de parlamentarios, los hermanos Zaldívar, que tienen familia vinculada al grupo Angelini y la ley está estableciendo que se le van a pasar mil millones de dólares, porque se le va a entregar la propiedad, incluso, se está pidiendo que se entregue, sin que se pague nada, la privatización de los recursos pesqueros”.
Las declaraciones le valieron una querella por injurias de Andrés Zaldívar, quien consideró los dichos como “un ataque irresponsable e injustificado a mi honra y la de mi familia” y dijo que “sin querer aparentar ser el paradigma de la santidad o moralidad, puedo afirmar que jamás he incurrido en acto de corrupción alguna, ni he dejado que mis intereses personales estén por sobre los intereses de la nación y todos sus habitantes”.
La justicia absolvió a Claude y el juez Alejandro Madrid consignó en el proceso la declaración del propio Angelini Fabri, en la que reconocía que “Andrés Zaldívar y su familia tienen acciones en la empresa Eperva, porcentaje que es mínimo, pero declara no haber influido en la tramitación de la Ley de Pesca”.
El tema nuevamente apareció diez años después, cuando otra vez se discutía la Ley de Pesca, llamada ahora Ley Longueira, norma que fue duramente cuestionada por privilegiar a las siete familias que controlan el mercado de la pesca. Al senador se le emplazó a inhabilitarse de votar por tener conflicto de interés por su relación de parentesco con el grupo Angelini y el director de Corpesca, Manuel Felipe Zaldívar Larraín.
El senador DC se defendió, dijo que su familia “no es controladora, ninguno tiene ni siquiera un bote para pescar”, agregó que no estaba protegiendo los intereses de nadie “ni tengo compromisos con nadie para defender otros intereses que no sean los de los pescadores artesanales”. Y, obviamente, no se inhabilitó.
FUENTE: EL MOSTRADOR
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