Documentos revelan que actual diputado Alberto Cardemil distribuyó fichas de opositores a la dictadura entre ellos religiosos y víctimas de la represión
Los archivos muestran que
el parlamentario, jefe de la bancada de su partido, Renovación
Nacional, manejó antecedentes políticos, sociales y privados de
religiosos, extranjeros, víctimas de la represión y abogados de derechos
humanos. Documentos probatorios aparecen en el libro "Asociación
Ilícita, los archivos secretos de la dictadura".
El
actual jefe de la bancada de diputados de Renovación Nacional, Alberto
Cardemil, estuvo a cargo de distribuir los análisis y fichas que la CNI
(Central Nacional de Informaciones), la policía secreta de la dictadura,
hizo de los opositores al régimen.
Así lo revela una serie de documentos secretos a los que tuvieron
acceso los periodistas Mauricio Weibel y Carlos Dorat de la agencia DPA,
que son detallados en el libro "Asociación Ilícita, los archivos
secretos de la dictadura", que será lanzado el próximo 5 de octubre en
el Museo de la Memoria.
Los archivos muestran que Cardemil manejó antecedentes políticos,
sociales y privados de religiosos, extranjeros, víctimas de la represión
y abogados de derechos humanos.
"Adjunto me permito acompañar para la consideración de US. memorándum
de CNI sobre actividades programadas por exiliados chilenos", señala,
por ejemplo, el oficio secreto 7042 fechado el 24 de octubre de 1984 y
suscrito por Cardemil, destinado a la Cancillería.
Caso degollados
"Conforme a lo conversado en nuestra reunión almuerzo de días
pasados, me permito adjuntar carpeta con antecedentes completos de las
personas que trabajan en la Vicaria de la Solidaridad", dice otro oficio
secreto, de número 1953 y también dirigido a Cancillería, firmado por
Cardemil, quien fue subsecretario del Interior entre 1984 y 1988.
La operación apoyada por Cardemil, que buscaba imputar una
infiltración marxista en ese órgano eclesial, fue impulsada menos de un
mes después de que tres profesionales comunistas fueran degollados por
Carabineros. Una de las víctima del crimen, ocurrido el 30 de marzo de
ese año, fue justamente José Manuel Parada, sociólogo de la Vicaria de
la Solidaridad.
Los otros fueron el profesor Manuel Guerrero y el publicista Santiago
Nattino, quienes investigaban en esos momentos la acción del Comando
Conjunto, equipo represivo integrado por miembros de todas las Fuerzas
Armadas y de Orden.
"Cardemil continuó pendiente del caso por un largo tiempo. El 14 de
marzo de 1986 remitió a Cancillería el Oficio Secreto 962, timbrado como
URGENTE", señala de hecho el libro de los periodistas Weibel y Dorat.
En dicho oficio, Cardemil entregó al Ministerio de Relaciones
Exteriores un informe de Carabineros sobre la detención en una protesta
del 11 de marzo de 1986 de Santiago Esteban Nattino Reyes, hijo del
publicista homónimo asesinado a menos de un año atrás. Manuel Guerrero
Antequera, hijo de otro de los degollados, debió abandonar el país por
ataques y seguimientos reiterados cuando era dirigente estudiantil.
El gobierno de Sebastián Piñera entregó recientemente beneficios
carcelarios a algunos de los responsables de este crimen, el coronel (r)
Guillermo González y el sargento (r) José Fuentes, condenados
inicialmente a cadena perpetua.
Expulsiones de religiosos
Meses después de la acción contra la Vicaria de la Solidaridad, en
1986, Cardemil envió a Cancillería las fichas de los sacerdotes
franceses Pierre Dubois, Jaime Lancelot y Daniel Caruette, con motivo de
su expulsión de Chile.
La medida formó parte de una serie de expulsiones del país de
religiosos extranjeros que el régimen de Pinochet consideró que
realizaban acciones contrarias a sus intereses.
Las expulsiones -que fueron reiteradas a lo largo de los años-
coincidieron con un esfuerzo del Vaticano, liderado por el papa Juan
Pablo II, por remover de la Iglesia católica chilena a los sectores más
progresistas, liderados por el cardenal Raúl Silva Henríquez.
Cardemil no recuerda
Según develan "miles de archivos secretos revisados" -afirman los
autores de la investigación- la información de la que disponía Cardemil
era obtenida a través del trabajo de espionaje e infiltración ejecutado
por las propias embajadas chilenas, además de los agentes de la CNI
destinados al exterior.
Al ser consultado por estos hechos, el diputado dice hoy no
recordarlos. Tampoco accedió a revelar si retuvo copias de las fichas de
los opositores a la dictadura y si esa información, obtenida a veces
bajo tortura, la utilizó en democracia.
El gobierno de Sebastián Piñera, estando en conocimiento de los
hechos, "tampoco ha emitido hasta ahora una condena al actuar del
diputado, otrora estrecho asesor del general Pinochet, fallecido el 10
de diciembre de 2006, el día de los Derechos Humanos", indican los
periodistas Mauricio Weibel y Carlos Dorat.
FUENTE CAMBIO21
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