viernes, 21 de septiembre de 2012

La “guerrilla” PC-Escalona sube de tono. Cartel de brigada de los comunistas en contra del presidente del Senado enciende los ánimos

Por Guillermo Arellano
No hay dudas, las palabras subieron de tono debido a la negativa de Escalona de avanzar en la creación de la Asamblea Constituyente, primer paso para reforman la Constitución de 1980. De hecho, existe una propuesta legal presentada en el Congreso Nacional por algunos legisladores de oposición hace algunas semanas que le puso movimiento a este debate.
Casi con nostalgia los seguidores de la izquierda chilena deben recordar que en tiempos pasados -léase en los años 60 y 70- los partidos Socialista y Comunista formaron alianzas que terminaron dominando la escena política local, por cierto, a contrapelo de la Democracia Cristiana -que se hizo fuerte en el gobierno de Eduardo Frei Montalva- y de la derecha nacionalista y conservadora, que en bloque se opusieron al gobierno de Salvador Allende.

Vino el golpe de Estado, el régimen militar de Pinochet, el nacimiento de la Concertación, el retorno a la democracia y un discurso que desde fines de los 80 cobró fuerza en los sectores renovados del PS: no es concebible un proyecto político de centro-izquierda sin los sectores de centro que representa la DC.

Es más, siempre se escuchaba hablar del "camino propio" de la falange cuando las tensiones entre esta colectividad y el naciente bloque PS-PPD daban que hablar en duros períodos de negociaciones electorales.

Sin embargo, a la hora de los "quiubos" siempre primó la cordura. Fue así como primero Patricio Aylwin y luego Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet asumieron el poder desde 1990 a 2010 con un pacto único multicolor.
Pero llegaron los díscolos, el doble pacto de concejales en 2008 y el desgaste de la coalición, factores que hicieron posible el triunfo de la derecha tras 50 años de espera democrática.

Eso sí, el PC, que se declaró de oposición desde los primeros años post dictadura, pudo llegar al Parlamento en tres distritos gracias a un pacto por omisión apoyado por la Concertación.

Lo contradictorio de este proceso, que muchos esperaban que terminase en una pronta "convergencia" opositora en contra de Piñera, la UDI y RN, es que hoy comunistas y socialistas, en especial el ala que comanda el presidente del Senado, Camilo Escalona, viven una particular disputa que se salió de los márgenes de lo político y entró a la arena eminentemente ideológica.

Para el timonel del PC, Guillermo Teillier, las diferencias se generan porque ambas huestes se pelean un electorado similar. Escalona apeló a la historia luego de decir en El Mercurio que la entidad del martillo y la hoz "como no participó de la política del No, se aisló. Costó un larguísimo proceso de más de 20 años romper su exclusión".

"Que se haya roto la exclusión lo obliga a tener respeto hacia quienes hicieron esfuerzos para que esa exclusión se terminara", agregó desafiante.

Rojo furioso

No hay dudas, las palabras subieron de tono debido a la negativa de Escalona de avanzar en la creación de la Asamblea Constituyente, primer paso para reforman la Constitución de 1980. De hecho, existe una propuesta legal presentada en el Congreso Nacional por algunos legisladores de oposición hace algunas semanas que le puso movimiento a este debate.

En respuesta, el ex timonel PS dijo que no había que "ponerse a fumar opio" y que lo adecuado no era "ponerle un salvavidas de plomo" a la ex mandataria Bachelet, la más probable candidata de la oposición para las presidenciales del año entrante.

Además, con motivo de las tratativas electorales municipales, el honorable por la región de Los Lagos expresó -en una entrevista- que las "interferencias" del PC en la Concertación son "pan para hoy y hambre para mañana".

Tanto ir y venir generó una respuesta inmediata en las calles: la brigada Chacón, famosa por pegar papelógrafos en contra de la derecha y el empresariado, desplegó un lienzo en las cercanías del metro Los Héroes en el centro de Santiago en contra del líder PS: "A pesar de Escalona y la UDI, Asamblea Constituyente ¡ya!".

Así reaccionó el aludido: "Esta es una arremetida del Partido Comunista en mi contra, tratándome de irresponsable y antidemocrático", (que proviene) del diputado Teillier" y que representa "una conducta que yo pensé los comunistas habían eliminado: intentar acallar por vía física la opinión de quienes piensan distinto".

"Las reformas constitucionales que propiciamos (como un cambio al binominal) son posibles y viables; tiene que haberlas. Pero desviar la atención de la mayoría nacional hacia una Constituyente, me parece que es eludir la responsabilidad que tenemos", insistió.

Quien agarró el guante fue el secretario general del PC, diputado Lautaro Carmona. "El camino de trasladar a una tercera fuerza política debates que se tienen al interior de la Concertación o que se viven en la interna de los partidos para buscar cohesión, es un camino pasado de moda, equivocado y no corresponde", declaró.

"Tenemos una diferencia con Camilo Escalona y tenemos el derecho democrático a exponer nuestro planteamiento. No nos parece un buen camino descalificar lo que plantea el PC con expresiones como la de fumar opio, que es bastante más fuerte a las que hemos empleado nosotros", destacó.

Manuel Riesco, economista y vicepresidente del Centro de Estudios Alternativos (Cenda), no se quedó tranquilo y en su blog se fue con todo contra el congresista.

"El tono de la entrevista (a Escalona) resulta algo arrogante y es inaceptable la mezquina e injusta sugerencia deslizada en la misma, que el binominal no se habría podido modificar ¡debido al pareo de un diputado comunista!", disparó.

Al parecer, el tono de la discusión seguirá en aumento entre compañeros de color. Habrá que ver si con Bachelet en Chile los ánimos se suavizan o terminamos con un escenario presidencial con más candidatos a La Moneda y más discursos enturbiando el ya enturbiado proceso de convergencia opositora.


FUENTE: CAMBIO21

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