jueves, 15 de mayo de 2014

Rodolfo Seguel a 31 años desde que se iniciaron las protestas que lograron derrotar a la dictadura

15/05/2014 |
Por Verónica Romero
El sindicalista que comenzó el movimiento contra la dictadura en Chile, conversó con Cambio21 y relató cómo fue su inicio en los movimientos sociales y la lucha que dio por recuperar la democracia. Seguel estuvo más de 25 veces preso por la dictadura
El 11 de mayo se cumplieron 31 años desde que llamó a la primera protesta contra la dictadura y en entrevista con Cambio21, Rodolfo Seguel, exdirigente sindical, exdiputado y ahora Core, contó cómo fue su lucha contra la dictadura y el trabajo que realizó para que Chile volviera a ser un país democrático.

¿Cómo fue el proceso que se vivió en la organización de la primera protesta contra la dictadura?

Esa fue una protesta que hicimos los trabajadores del cobre, del cual yo ere presidente. Hicimos un congreso, en un punto de prensa entre el 19 y 21 de abril, y acordamos hacer un paro nacional contra la dictadura por los atropellos a los derechos de los trabajadores y la matanza que hubo en Chile contra tantos trabajadores chilenos y dirigentes sindicales. Yo, con 29 años, presidí la Confederación del Cobre, en la que acordamos enfrentarnos a la dictadura. Éramos 120 dirigentes sindicales de Chuquicamata, El Salvador, Andina, El Teniente, Santiago; la mayoría de las divisiones acordamos enfrentar a la dictadura con paralización de actividades.

¿Esta paralización tuvo la convocatoria que esperaba?

Fue mucho más de lo que yo esperaba. En un principio era un paro, pero cuando los cuatro minerales los tenían llenos de militares, con tanquetas y que me anunciaron que iban a matar a cientos de trabajadores, decidí cambiarlo por una protesta, lo que significó darle vuelta la mano a la dictadura una vez más, ya que para ellos fue muy enredado enfrentarse a mí, que no tenía ni un honda, pero contaba con la convocatoria de la gente que quería movilizarse, paralizarse y salir a la calle. Ese día 11 de mayo de 1983, el país entero protestó.

¿Qué pasó en esa oportunidad?

El país entero salió a protestar, de Arica a Punta Arenas. La gente se tomó las poblaciones y los militares salieron a reprimirla y mataron a muchas personas que estaban en eso. La gente no podía creer que en Chile estuviera sucediendo esto después de 10 u 11 años de dictadura militar. Que un gremio y un hombre tan joven se enfrentara a ellos, cuando habían matado a tanta gente y que yo no les tuve miedo. Fue un cambio muy grande el que tuvimos, porque las personas se dieron cuenta de que se podía protestar y luchar por un Chile distinto. Lo que hicimos fue romper el dique y abrir forados hasta que la dictadura cayera y la gente nos creyó, tanto los profesionales como los pequeños empresarios y también las grandes empresas que estaban aburridos de la dictadura y las matanzas, lo que hizo que me transformara en el "líder" del movimiento, pero por que todos los chilenos queríamos que algo ocurriera para salir de la situación tan grave que estábamos viviendo.

¿Cómo fue para usted ser la cara visible de quien se enfrentó a la dictadura?

En ese tiempo yo tenía 29 años, para mí era luchar, pelear y sacar al país de lo que estaba pasando, sin miedo ni temor y enfrentar todo. Varias veces me pusieron metralletas en la cabeza e intentaron matarme otras más, pero para mí era un orgullo luchar y dirigir al país en este movimiento. Hasta el día de hoy la gente me reconoce y me felicitan por lo que hicimos y la va valentía que tuvimos.

¿Qué sintió cuando se logró derrocar al gobierno de Pinochet?

Yo lloré. Cuando se terminó la dictadura fui diputado, fue una de las primeras mayorías nacionales, un reconocimiento terrible que me hizo la gente por mi labor. Pero lloré harto, primero porque no me mataron ni a mis hijos ni a mi señora ni familiares y logramos ganarle a la dictadura. Los vencimos sin violencia, aunque ellos nos mataron a muchos de los nuestros, dirigentes sindicales, trabajadores, políticos y hubo muchos exiliados, pero fue el costo que hubo que pagar por luchar contra la dictadura.

¿Qué se propuso hacer para lograr un cambio en Chile cuando llegó al parlamento?

Todo lo que yo hice fue un acuerdo que tenía con Manuel Bustos y Arturo Martínez, como dirigente sindical, que era que nosotros no íbamos a hacer nada por exigir fuertemente las reivindicaciones laborales, porque para nosotros estaba primero el sistema democrático, que debía ser estabilizado y después venían las reivindicaciones laborales. Es cierto que nos criticaron, pero el país es democrático todavía. Si hoy los estudiantes pueden salir a la calle es porque nosotros les heredamos este sistema de democracia.

¿En el presente, cree que se han mejorado las condiciones de los trabajadores?

Creo que hemos reivindicado el sistema democrático y pluralista, donde todos podemos hablar dentro de las reglas del juego, pero creo que todavía estamos a años luz de tener un salario justo, legítimo y decente para la gente, también estamos muy lejos de mejorar en el trato hacia las personas, porque el abuso de poder sigue siendo fuerte, imponente, molesto e incómodo, pero hay que luchas contra eso y presentar proyectos que vayan contra eso, porque es un problema que tenemos que arreglar los civiles. Hay muchos tipos de abusos que hay que enfrentarlos como país democrático que quiere ser desarrollado.

Con respecto al gobierno de Michelle Bachelet ¿cómo cree que lo ha hecho en este segundo periodo?

Yo voté por el gobierno de Bachelet en las dos oportunidades que salió electa como Presidenta, pero estoy decepcionado del tipo de personas que mayoritariamente manejan su gobierno. Estoy decepcionado, pero quiero que le vaya bien.

¿Cómo se siente en el cargo de Consejero Regional (Core)?

El cargo es muy menguado, con pocas atribuciones, un trabajo bastante escuálido, ya que el Intendente es el que toma las decisiones y nosotros votamos los proyectos en los que se deben destinar recursos. No tenemos oficinas ni materiales de trabajo, por lo que aporte del Estado hacia los consejeros regionales es bastante pobre. Creo que hay que hacer leyes especiales en las que los consejeros regionales no sean sombras de los diputados ni de los alcaldes. Somos como los parientes pobres de la política chilena y yo me opongo a eso. Tomé la decisión de luchar por la dignidad del cargo de los consejeros regionales, porque somos personas rectas, electas popularmente, tenemos dignidad y no voy a permitir que ningún pelafustán nos pase a llevar.

¿Hacia dónde cree que se encamina su carrera política ahora?

(ríe) A mi edad, me gustaría ser presidente del consejo en mi casa (continúa riendo)

Finalmente ¿cómo fue para usted que Lech Walesa lo invitara a la entrega del premio Nobel de la Paz?

Fui el único americano invitado a la ceremonia. Yo se lo entregué a Danuta Walesa, la esposa de Lech Walesa.
 
FUENTE: CAMBIO 21

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