“A los que no quieren reforma tributaria no les va a gustar nada”, señala Mandataria
Bachelet: “No creo que el video enardezca los ánimos… lo que lo enardece es la tremenda desigualdad que existe”
La jefa de Estado señaló que está dispuesta a escuchar a todos, “pero, como he dicho, nada que afecte el corazón de la reforma, y para nosotros el corazón de la reforma está fundamentalmente en el impuesto a la renta, en el incremento de 20% al 25% en las empresas y en la baja del impuesto a las personas del 40% al 35%, salvo las autoridades”.
La Presidenta Michelle Bachelet salió al paso de la polémica generada por el video que La Moneda preparó para explicar los alcances de la reforma tributaria, afirmando que no cree que la exhibición del mismo enardezca los ánimos, sino que “creo que lo que enardece los ánimos es la tremenda desigualdad que hay”.
Así lo manifestó la mandataria en una entrevista que publica hoy el diario La Tercera, ocasión en que defiende uno de los pilares que sustentan su gobierno junto con la reforma educacional y el cambio al sistema electoral.
“No creo que un video enrarezca los ánimos. Puede ser que alguien se sienta ofendido, sin embargo, creo que lo que enardece los ánimos en este país es la tremenda desigualdad que hay, y también sé que a los que no quieren reforma tributaria no les va a gustar nada, para qué estamos con cosas”, sostuvo.
Y agrega que en dos minutos se tienen que plasmar las ideas principales y centrales de la iniciativa, pero que “es posible que no haya espacio para sofisticaciones mayores. Pero lo que hemos hecho también es pedirles a los ministros que salgan a terreno, que expliquen a la gente, y eso ha servido muchísimo”.
La mandataria también desmiente que no haya existido diálogo como acusa la derecha, ya que asegura que se ha reunido con todas las fuerzas políticas, con los partidos políticos que le han planteado variadas preocupaciones o temas de interés particular.
Explica que “si he tenido duda, he ido donde los ministros y les he pedido buscar cuál es la solución a este problema. Y cuando se han hecho nuevas indicaciones, han sido conversadas conmigo. En algunos casos, incluso, han sido impulsadas por mí después de haber escuchado distintas opiniones. También les he planteado a todos los partidos, como en el caso de la reforma tributaria, que no se cambiaría el corazón de la reforma, que no solamente es el monto de dinero, sino también la equidad tributaria, y eso se expresa en el impuesto a la renta y en el tema del FUT, entre otros. Ha habido una serie de indicaciones que se presentaron en la Cámara y, de seguro, en el Senado habrá nuevos espacios para dialogar, pero ese es mi límite”.
Ante el trabajo que están realizando los empresarios en preparar una propuesta alternativa al FUT que llevarán al Senado, la jefa de Estado señaló que está dispuesta a escuchar a todos, “pero, como he dicho, nada que afecte el corazón de la reforma, y para nosotros el corazón de la reforma está fundamentalmente en el impuesto a la renta, en el incremento de 20% al 25% en las empresas y en la baja del impuesto a las personas del 40% al 35%, salvo las autoridades. Y eso tiene una razón, porque en nuestro país mucha gente se disfraza de empresa para pagar menos impuesto, se generan sociedades y eso es un incentivo para eludir. Yo leo los diarios todos los días, escucho la radio cuando vengo camino a La Moneda, escucho miles de planteamientos y cualquier propuesta la voy a mirar, la voy a estudiar siempre. Nunca me he negado a mirar ninguna propuesta”.
Ante la polarización que ha generado la reforma tributaria, Bachelet estima que temas como estos son siempre controversiales porque afectan los intereses, por lo tanto, “hay personas que dicen cosas muy fuertes de repente y es parte de un debate natural en una democracia. Eso no me asusta. Lo que sí espero siempre es que el debate lo hagamos con altura de miras, que el diálogo pueda existir, pero, insisto, un diálogo para avanzar, no para aplazar o dilatar las cosas que hay que hacer”.
En ese sentido, explica que ganar la elección no fue producto de su simpatía, sino que porque la gente apoya un programa y “no estoy diciendo diálogo mientras estén de acuerdo conmigo, sino que mientras estén de acuerdo con los ciudadanos que me eligieron”.
“Creemos que los cambios son necesarios y que deben realizarse a través de diálogo y participación en pos de los compromisos que yo he adoptado, no del diálogo que sea para morigerar, aplazar o dilatar los cambios que son indispensables”, precisó.
Además, explica que cuando uno tiene un capital político este debe ser usado, ya que “no estoy tratando aquí de ser una Presidenta que todo el mundo adore, pero que no hace nada. Prefiero usar el capital político en aquellas cosas en que estoy convencida de que le hacen bien al país”.
Ante aquellos que dicen que el gobierno cerró las puertas al diálogo, la mandataria sostiene que “lo sorprendente para mí es que yo escucho y leo eso, y luego doy vuelta la página y veo a las mismas personas diciendo que el ministro Nicolás Eyzaguirre dialoga demasiado, que no toma decisiones. Entonces, palos porque bogas y palos porque no bogas. Yo creo en el diálogo, pero insisto en que el diálogo no significa que tengo que hacer lo que el otro me dice. Imagínese lo que sería que, dependiendo de quién grite más fuerte, eso es lo que hace el gobierno. Que se mueve para allá o para acá de acuerdo a quién presione más. Eso sería muy dañino para nuestra democracia y sistema político”.
“He escuchado a gente decir cosas que no son ciertas. Eso me preocupa, porque refleja poca seriedad de algunos personeros. No digo que son de las empresas ni del mundo político, sino expertos que aparecen asegurando ciertas verdades catastróficas que no son efectivas. Nosotros tenemos que hacer un debate importante de estos temas, pero con la verdad, no buscar atemorizar a ciertos sectores asumiendo consecuencias que no son efectivas”, mencionó.
Reforma constitucional se aplaza para el 2015
En la entrevista, la jefa de Estado admite que hay algunas medidas que tendrán que postergarse para más adelante, ya que las condiciones desde que se escribieron han cambiado, como es el caso del reglamento 66 del Convenio 169 de los pueblos originarios o los planes de descontaminación. Sin embargo, uno de los proyectos más emblemáticos y que se discutirá el próximo año es la reforma constitucional.
La mandataria explica la decisión de aplazarla, ya que “lo primero es que tenemos que aspirar a que la nueva Constitución tenga una legitimidad de origen. Segundo, como la Constitución es aquello que regula cómo nos entendemos entre el Estado y la sociedad, el mercado, los recursos naturales y las comunidades, tiene que representarnos a todos, porque podría ser que tuviera legitimidad de origen, pero no representar a nadie. Por tanto, tiene que haber un proceso democrático, participativo, con un cauce institucional y claro”.
“Mal haría yo si mando un proyecto de ley, aunque sea impecable desde el punto de vista de los expertos, si no desarrollo un proceso participativo. Por tanto, parte del diseño que estamos haciendo es que, probablemente, en el segundo semestre iniciemos una serie de reuniones, aunque todavía estamos mirando cuáles son los mecanismos más adecuados para que haya un debate ciudadano relacionado con la Constitución”, sostiene.
En ese sentido aclara que se está hablando de un proceso participativo, de debate y de información, “porque una de las experiencias que yo tuve en la campaña fue la falta de información, lo que ha sido agravado por la falta de ramos de educación cívica en la educación chilena, por lo que mucha gente no sabe de verdad la importancia de la Constitución”.
“Nos queremos dar el tiempo y el espacio para debatir aquello, pero también para preparar e informar a las personas. En la campaña, en la segunda vuelta, me junté con muchos de los jóvenes de Revolución Democrática, que habían estado en la campaña Marca Tu Voto AC, y uno de los chicos me decía que haciendo campaña se percataba de que era necesario que la gente conozca un poco más y sepa por qué es importante. No quiero una nueva Constitución que sea legítima de origen pero elitista, porque si uno transforma esta discusión en un debate de la elite, termina reproduciendo la misma crítica que existe con la actual Constitución, es decir, que no representa a los ciudadanos”, concluyó.
FUENTE: EL MOSTRADOR
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