Profesores-Educacion-Alumnos-4Mientras la urgencia de ejecutar cambios en la educación chilena se instala sin contrapeso como el tema más relevante para la mayoría de los chilenos, la baja remuneración de los profesores sigue siendo el gran motor olvidado del debate. En esta columna, la coordinadora de estudios de Elige Educar plantea: “Un profesor de Matemática de Enseñanza Media gana la mitad que un ingeniero comercial al cuarto año de ejercicio profesional, compartiendo ambas disciplinas no sólo una duración, sino también herramientas y competencias similares”. Lo grave es que, agrega, “independiente de lo bueno que sea su desempeño, seguirá ganando casi lo mismo durante toda su vida profesional”. ¿Hasta cuándo?
No hay duda del importante lugar que ocupa la educación en el desarrollo de un país. En Chile, el interés de la sociedad civil por este tema y su actual lugar en el debate político, demuestran con nitidez el acuerdo respecto a su relevancia. Sin embargo, aún existen muchos acápites fundamentales en educación en los que no se han puesto suficientes esfuerzos. Uno de los más escandalosos es la baja remuneración que reciben nuestros docentes, actores claves del proceso educativo.
Está comprobado que el profesor es el factor intra-escuela más importante para mejorar la calidad de un sistema educativo, y que su trabajo es el principal impulsor de los aprendizajes y del desarrollo de habilidades de los niños y niñas (Sanders & Rivers, 1996). También se ha comprobado que es sumamente difícil mantener a los buenos profesores en la sala de clases, y que uno de los aspectos básicos para motivarlos es que su trabajo sea remunerado adecuadamente, considerando la importancia de su labor.
Pero, ¿por qué decimos que los profesores y profesoras ganan poco en relación a su aporte? Hay quienes podrían argumentar que una remuneración de $495.093 bruto para un docente de Educación Básica, al cuarto año de ejercicio (según mifuturo.cl), es un buen sueldo. No obstante, ¿es realmente acorde con el enorme impacto que su trabajo tiene en la vida de sus estudiantes y -más importante aún- para el país en su conjunto?
En primer lugar, la profesión docente es en extremo demandante y difícil como pocas profesiones lo son. La mayoría de los profesores en Chile trabajan mucho más que una jornada laboral completa. El tiempo asignado por ley para preparar sus clases (tarea tan crucial como hacer la clase) es insuficiente, y la mayoría dedica parte importante de su tiempo libre a actividades laborales no remuneradas. Además, su labor es sumamente compleja: lograr que un grupo de niños y niñas comprenda un contenido requiere una serie de conocimientos, metodologías y habilidades muy particulares.
Seguramente todos concordamos en que operar del corazón o del cerebro a un niño es cosa difícil para un médico; imagínense lo que significa para un profesor motivar con un aprendizaje la cabeza y el corazón de 40 estudiantes a la vez. Enfrentarse todos los días al desafío de igualar sus oportunidades tiene una enorme carga emocional e intelectual, y requiere de una tremenda preparación.
En segundo lugar, sus salarios son mucho menores a los de otras profesiones de similares características. A modo de ejemplo, un profesor de Matemática de Enseñanza Media gana la mitad que un ingeniero comercial al cuarto año de ejercicio profesional, compartiendo ambas disciplinas no sólo una duración, sino también herramientas y competencias similares. Y estos salarios no sólo son mucho menores, sino que la estructura de remuneración de un profesor es casi plana, lo que implica que -independiente de lo bueno que sea su desempeño- seguirá ganando casi lo mismo durante toda su vida profesional.
Pero, ¿es el trabajo de los docentes menos importante para la sociedad que el de ingenieros, médicos o psicólogos? La labor de los profesores es tanto o más importante pues impacta la vida de todos los niños y niñas de un país, y es un engranaje fundamental para el desarrollo social, cívico y económico de este. Sin el trabajo que realizan los docentes efectivos y comprometidos con la educación, no avanzaremos mucho como sociedad.
Si nuestros políticos y legisladores siguen repitiendo que la educación es lo más importante y se ha comprobado la relevancia del rol del profesor en la mejora de la calidad de un sistema educativo y en el desarrollo de un país, ¿por qué esta profesión sigue siendo mal retribuida?
Es fundamental avanzar ahora en la misión de legislar y asegurar mejores condiciones laborales y remuneraciones para los docentes, logrando que los mejores profesores se mantengan en la sala de clases y que los estudiantes talentosos y motivados con ser profesor entren a carreras de educación. La discusión al respecto se hace urgente así como la aprobación del proyecto de ley de carrera docente que hoy duerme en el Congreso sería un enorme primer avance en este tema, y contribuiría sin duda a mejorar la calidad de la educación de nuestro país.

FUENTE:CIPERCHILE