Análisis
Calentando la primaria dominical: Orrego, Velasco y una extraña disputa por el segundo lugar en la que todos ganan y nadie pierde
25/06/2013 |
Por Equipo Cambio21
¿importa ser segundo, tercero o cuarto? Definitivamente, no. Con porcentajes más altos o más bajos entre quien gane y quien pierda, el verdadero indicador será la comparación de votos que se establecerá con la coalición oficialista. Es esa sensación de triunfo (si es mucha la diferencia) la que marcará el nuevo escenario a contar del lunes 1 de julio, no los segundones, tercerones o cuarterones que ya tienen definido qué hacer y qué no hacer cuando las cifras salgan a la luz el domingo en la tarde.
Si algo dejó en evidencia el debate de primarias presidenciales del pasado domingo entre los aspirantes de la Concertación que firmaron el pacto "Nueva Mayoría", fue la dura batalla que libran por el segundo lugar los candidatos Claudio Orrego y Andrés Velasco.
Ambos se disputan el centro político moderado, pero con matices liberales en lo valórico en el caso del ex ministro de Hacienda y con bases políticas cuando nos referimos al ex alcalde de Peñalolén.
Suponiendo que la lógica se impone y la ex mandataria Michelle Bachelet se impone en el proceso electoral del domingo 30 de junio, la pregunta que brota es evidente: ¿Da lo mismo quedar tercero por muy competitivo que se vea el aspirante que se sitúe en ese puesto?
En opinión de los líderes del PPD Guido Girardi y Jaime Quintana que apoyan a Bachelet y que en la pasada elección municipal suscribieron el "giro a la izquierda" junto a los comunistas (que dicho sea de paso perdió en las urnas ante la fórmula PS-DC que plantea como eje a la centro-izquierda), quien quede tercero no tiene derecho a exigir la inclusión de temas programáticos en la propuesta que toda la oposición comenzará a preparar desde julio en adelante.
¿Qué respondió el candidato Orrego en el foro? Que no hay que olvidar que en el proceso de noviembre no sólo se juega la banda tricolor ante la derecha y los demás candidatos independientes y alternativos, sino que también se disputa la supremacía y el mapa legislativo del Congreso Nacional, donde la DC ostenta mayorías en ambas cámaras. "Sin el centro no se puede gobernar un país", advirtió el ex ministro.
De la misma forma, la misma dupla PPD, al que se suma el ex ministro y ex colega de Velasco en el gabinete de Bachelet, Francisco Vidal, han comandado una verdadera seguidilla de críticas en contra del economista, al que responsabilizan directamente de la derrota ante Piñera en la elección de 2009-2010, básicamente, por no aprobar la aplicación de políticas sociales que hubieran ayudado -en teoría- a mantener el poder hasta estos días.
Eso sí, Velasco se vengó con todo luego de acusar a Girardi de ejercer "malas prácticas" políticas en el ejercicio del cargo parlamentario, lo que ha mantenido en pie el debate. Hasta habló de "matonaje político" en el foro dominical que transmitió TVN.
Se pregunta por segunda vez: ¿Da lo mismo salir segundo en esta contienda? Velasco anunció que no participará de un eventual segundo gobierno de Bachelet y que fundará un nuevo referente, lo que seguramente incluirá alguna fundación y un nombre de fantasía conforme a cómo ha sido su campaña.
A su vez, José Antonio Gómez, candidato radical, que tiene chipe libre para criticar a Bachelet -y sin represalias de por medio-, ingresará a la Nueva Mayoría por la puerta ancha después que se sume al listado de propuestas el cambio a la Constitución a través de una posible convocatoria a una Asamblea Constituyente, por cierto, con ganas de negociar cupos parlamentarios para su sector, partiendo por el de él.
Y Orrego, que expresó un gesto hacia el bacheletismo en el programa de TV, esbozó expresamente su disponibilidad para participar en la nueva administración 2014-2018. Además, gracias al emplazamiento de Quintana, las bases DC y los parlamentarios y alcaldes que no estaban 100% cuadrados con su candidatura, ahora tienen la motivación para mover al menos un dedo para sacar la gente a la calle el domingo que viene. Por ende, la opción de ganar esta rara batalla por ser segundo se anticipa menos complicada que hace algunas semanas.
Por tercera vez y final, ¿importa ser segundo, tercero o cuarto? Definitivamente, no. Con porcentajes más altos o más bajos entre quien gane y quien pierda, el verdadero indicador será la comparación de votos que se establecerá con la coalición oficialista. Es esa sensación de triunfo (si es mucha la diferencia) la que marcará el nuevo escenario a contar del lunes 1 de julio, no los segundones, tercerones o cuarterones que ya tienen definido qué hacer y qué no hacer cuando las cifras salgan a la luz.
Y como en las elecciones nadie gana y nadie pierde, sino que abundan las explicaciones, lo más probable es que Bachelet se declare ganadora por el primer lugar alcanzado en la primaria (obvio, es la favorita); Orrego o Velasco se proclamarán vencedores por el esfuerzo desplegado y Gómez se erigirá como el ideólogo de las ideas nuevas y también dirá que triunfó.
Pasa en la vida y pasa en la política. A quién le sorprende.
FUENTE: CAMBIO 21
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