sábado, 29 de junio de 2013

El legado de Luciano Cruz Coke: Nada que mostrar, mucho que lamentar

29/06/2013 |
Por Equipo Cambio21
“La Asociación de Funcionarios del Consejo de la Cultura recordará históricamente la gestión de Cruz Coke como Ministro, porque nunca habíamos sido tan golpeados institucional, emocional y laboralmente, como en este tiempo”, dice la vocera de los funcionarios, Carolina Negrete.
Se fue Cruz Coke y lo hizo con algunos aplausos, pensando en una posible candidatura senatorial y, al parecer, su imagen no ha salido perjudicada luego de su paso por el Consejo de la Cultura, hasta ahora.
Lo cierto es que la gestión de Luciano Cruz Coke (RN) como ministro será recordada no precisamente por sus éxitos, sino más bien por sus desavenencias, impases, maltratos y negligencias.
Pero hagamos un breve conteo inicial, para que no se nos olvide el “prontuario ministerial” de Cruz Coke al frente de Cultura.
El recuento
No habían pasado tres meses desde que asumiera la administración Piñera y el flamante ministro de Cultura le pidió la renuncia a su entonces subsecretario, Nicolás Bar. ¿La razón? Desavenencias irreconciliables entre ambos.
A Bar lo reemplazó Gonzalo Martin, quien debió abandonar el cargo un año después de asumir y producto de una investigación de la Contraloría, que objetó la contratación de un abogado para que “negociara” las deudas del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) con bancos privados a cambio de obtener comisión por porcentaje de la deuda condonada.
Pero no sólo sus subsecretarios han tenido que salir por malas gestiones en la “Era Cruz Coke”. A la fecha el Consejo de Defensa del Estado tiene una investigación en curso por el caso del Secretario del Consejo Audiovisual, Alberto Chaigneau, a quien se le acusa de utilizar dinero del fisco en viajes al extranjero, entre otros gastos no comprobados. Los montos ascienden a $8 millones sólo en materia de viáticos. Por cierto, el acusado gozaba de un puesto de exclusiva confianza del entonces ministro Cruz Coke.
Y el flamante candidato Cruz Coke también tiene historia en las promesas no cumplidas. A la fecha, luego de tres años de gestión, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes no ha realizado ningún movimiento para comenzar con la construcción de la etapa 2 del Centro Cultural Gabriel Mistral (GAM).
Sin duda, dónde más recordarán a Cruz Coke será en la Asociación de Funcionarios del Consejo de la Cultura (Anfucultura) y no será por su buen trato, sino precisamente por la distancia con la que los trató y, especialmente, por la presunta responsabilidad que él, como autoridad máxima del organismo, tuvo en la muerte de Galia Díaz, una de las integrante del fatídico vuelo a Juan Fernández, quien tenía fuero maternal y no podía alejarse de su hijo de sólo 8 meses; pero a los mandos medios designados por Cruz Coke poco les importó y la enviaron igual. Para su tranquilidad legal, no hubo responsabilidades administrativas asignadas a la causa, pero igual su acción terminó con un bebé que podrá decir haber perdido a su madre por negligencias de la Administración Cruz Coke.
Desde la Asociación
“La Asociación de Funcionarios del Consejo de la Cultura (Anfucultura) recordará históricamente la gestión de Cruz Coke como Ministro, porque nunca habíamos sido tan golpeados institucional, emocional y laboralmente, como en este tiempo”, la declaración es ni más de menos de la vocera del organismo, Carolina Negrete, quien en conversación con Cambio21 dio a conocer la visión que ellos tienen del desempeño como máximo directivo de la institución.
La dirigente sindical explica que incluso desde antes de que el ex ministro llegara oficialmente al Consejo ellos buscaron el diálogo y le pidieron reuniones en las cuales mostró una faceta afable y tranquilizadora en las que dijo que llegarían “sin la podadora”. Sin embargo, ello quedó sólo en las palabras y al poco tiempo y en forma paulatina la institución sufrió el despido de un 25% de sus funcionarios.
Negrete explica lo duro del golpe porque, hasta entonces, nunca se habían dado cuenta de la precariedad laboral en la que se encontraban y agrega que entonces corrían listas negras, siendo Nicolás Bar quien se llevó la tarea de realizar el “trabajo sucio” que los llevó incluso a despedir a secretarias, choferes y profesionales, lo que atacó a lo emocional, puesto que se esperaba la salida de la gente de confianza, pero no del personal de apoyo, especialmente luego de lo dicho por el ministro antes de asumir.
Desde el Consejo explican que los cortes de personal realizados por la administración Cruz Coke afectaron de forma directa a la estructura programática del Consejo. “Si bien nos habían dicho que iba a haber continuidad en las políticas lo que se vio de adentro fue un retroceso en la implementación de programas artísticos”, dice la vocera.
Lo cierto es que, según cuentan otros funcionarios el servicio, la política de fomento de industrias creativas, que fue el “caballito de batalla” de la derecha en la campaña del 2009, fue donde más gente despidió Cruz Coke y con ello desmanteló el área, lo que derivó en que hasta hoy existan quejas por parte de artistas, gestores culturales y usuarios debido al retroceso en el financiamiento de actividades culturales.
Juan Fernández
En septiembre de 2011 se produjo el accidente de Juan Fernández y tras la investigación de los hechos se sancionó a jefaturas como el entonces subdirector, Gonzalo Martín y Macarena Barros Jiménez, hasta entonces jefa directa de Galia Díaz, funcionaria que no debería haber realizado el viaje en avión a la isla por estar con fuero maternal.
Si bien ambos fueron alejados de sus puestos, en el caso de Martín lo que se hizo fue aprovechar la oportunidad para tapar su participación en los malos manejos del Consejo Audiovisual que dirigía Chaigneau.
Desde el CNCA explican que al interior de la institución el caso de Galia Díaz y Romina Irarrázaval fue muy fuerte, sobre todo porque el ambiente al interior de la institución ya era tenso y, por si fuera poco, las relaciones entre la plana directiva y la asociación de funcionarios era prácticamente nula.
Reconocen, eso sí, que tras la tragedia las jefaturas tuvieron un cambio y para ello la llegada del actual subdirector, Carlos Lobos, ha sido de suma utilidad y beneficio.
Desde Anfucultura comentan que si las gestiones de Nicolás Bar y Gonzalo Martin fueron nefastas para el organismo, la de Lobos ha sido lo contrario, porque el actual ha retomado el contacto con ellos y ha buscado resolver materias urgentes que se encontraban pendientes. “Le dio un respiro a la institución porque es el único que tiene puerta abierta para nuestras inquietudes”, dice la vocera de Anfucultura, Carolina Negrete.
Aclaran que aún siguen esperando un gesto reparatorio hacia las familias de Galia Díaz y Romina Irarrázaval por parte de su empleador, que es el Consejo de la Cultura y dónde hasta ahora su principal cara pública, el que ha resuelto no hacer nada para llevar adelante esa señal ha sido precisamente el ex ministro Luciano Cruz Coke, de quien habrían esperado algo más allá de lo que indiquen los procesos administrativos.
Para el Congreso “pasó piola”
Pero la gestión de Cruz Coke no sólo afectó a los funcionarios. También le correspondió mantener una relación con el parlamento, especialmente con los congresistas de la comisión de cultura de ambas cámaras.
Cambio21 conversó con el diputado socialista y miembro de la comisión de cultura de la cámara baja, Marcelo Schilling, quien dijo que el ministro Cruz Coke siempre fue cortés y concurrió a las sesiones e incluso recibió las visitas de los diputados que le pidieron cita, sin embargo, el parlamentario agregó que “su gestión fue irrelevante, porque todos esperábamos que culminara con la creación del ministerio y eso no ocurrió, esencialmente por falta de convicción de su parte”.
Schilling va más allá y agrega que “en temas relevantes del debate cultural estuvo ausente y, por ejemplo, en el caso del Mall Plaza Barón, que pone en jaque la calidad de patrimonio de la humanidad de Valparaíso, no dijo nada y se supone que el ministro debe dar su opinión, porque no es un cargo decorativo”.
El parlamentario socialista agregó que algo similar ocurrió con el Rally Dakar y su daño al patrimonio arqueológico del país. “Tampoco dijo nunca nada, ni a favor, ni en contra. Él pareció ser solo una figurita de la televisión”, concluyó Schilling.
Por su parte, el actor y diputado del PPD, Ramón Farías, tildó la relación de Cruz Coke con los parlamentarios de la Comisión de Cultura como “distante” y agregó que “su gestión fue más comunicacional que efectiva y real”.
Ante las consultas de Cambio21, Farías destacó que entre los problemas de la gestión de Cruz Coke está la mala gestión para solucionar el destino y la entrega del Teatro Oriente, pero también apuntó al estilo de liderazgo del ex ministro. “Como comisión nos vimos involucrados en el devenir diario del Consejo y observamos las falencias en el trato y la relación con los funcionarios”.
Farías resume el paso de Cruz Coke por el Ejecutivo. “Fue un ministro que “pasó piola”, que no hizo mucho y que descansó en su popularidad como cara conocida de la televisión más que como una gestión real para el país”.
El también actor concluye su análisis haciendo una comparación entre las gestiones de Paulina Urrutia y Luciano Cruz Coke.
“Yo tuve diferencias con Paulina Urrutia sobre la manera de hacer las cosas, pero ella hacía, en la gestión de Cruz Coke las cosas no se hicieron”, dice Farías.
Y también desde los gestores culturales hay desazón. Días después de renunciar Cruz Coke, el director del Centro Cultural Estación Mapocho, Arturo Navarro, hizo una fuerte crítica al ex ministro al decir en su blog que “Optó por desarrollar su carrera política, sin tomar compromisos gremiales ni demostrar cariño por el servicio público”.
Navarro agregó que “el mundo de la cultura tiene también el legítimo derecho a reclamar una nueva autoridad que recupere los sueños, la capacidad de realizarlos o al menos intentarlo”.
Habrá entonces que esperar ahora el desempeño del nuevo ministro, Roberto Ampuero. En todo caso, no parece muy difícil que los resultados de su evaluación superen a lo hecho por su antecesor.
 
FUENTE: CAMBIO 21

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