Redes sociales han jugado un rol protagónico para convocar las protestas
Rousseff dice que se reunirá con representantes de las movilizaciones pero manifestantes descartan que existan liderazgos
"Voy a recibir a los líderes de las manifestaciones pacíficas, de sindicatos y asociaciones populares", señaló la presidenta brasileña. Pero los adherentes afirman que no existe "un liderazgo" que los dirija y aseguran incluso que quienes portan banderas de partidos en las marchas son víctimas de abucheos. En tanto, el movimiento Pase Libre -que organizó las primeras protestas contra el alza del precio del transporte- anunció que no realizarán nuevas convocatorias, mientras las universidades comienzan a posicionarse como espacios de diálogo para la lucha.
Tras casi una semana de silencio, este viernes, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, salió a referirse a las protestas sociales que en las últimas semanas han sacudido al país entero, en pos de demandas ciudadanas que en un comienzo se centraban en el alza del valor del transporte público, y luego mutaron a mejores prestaciones de salud y educación, junto con el fin de la corrupción.
La mandataria se comprometió a recibir a los líderes de las manifestaciones. “Voy a recibir a los líderes de las manifestaciones pacíficas, de sindicatos y asociaciones populares”, ya que “precisamos de todas sus contribuciones, reflexiones y experiencias”, aseguró Rausseff. La líder brasileña volvió a valorar las movilizaciones en pos de que los ciudadanos salgan a la calle a defender y reclamar sus derechos pero reiteró su “enérgica condena” a la violencia ocurrida en algunas de estas protestas.
Durante los primeros días de la semana, las presiones de la ciudadanía fueron tales que lograron que varias importantes ciudades -como Sao Paulo y Río de Janeiro- accedieron a rebajar las tarifas de su sistema de transporte público. Sin embargo, las autoridades locales advirtieron sobre el impacto en el gasto social de los municipios que esta medida podría tener.
Pese a estas acciones, la gente ha seguido saliendo a las calles. Los manifestantes aseguran que las movilizaciones han tomado un giro más universal en los últimos días. Uno de los puntos contra los que estarían protestando es el violento actuar de la policía brasileña que el mismo gobierno ha llegado a condenar.
¿Qué líder social?
Gran parte de las protestas masivas en Brasil que han llamado la atención de la prensa internacional han sido convocadas a través de Facebook, la “red social rey” de un país que consume con voracidad este tipo de productos, ahora con un amplio cariz político.
La última vez que se vivía una situación social semejante fue en 1992, cuando la indignación ante la situación económica y política del país llevó a miles de personas a salir a la calle para pedir la dimisión del presidente de la época, Fernando Collor de Mello, envuelto en un escándalo de corrupción.
Entonces no había redes sociales e Internet apenas se conocía, y las manifestaciones estaban encabezadas por cabezas visibles, algunas de las cuales comandarían años después el destino del país, como el Partido de los Trabajadores del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva y de la propia actual mandataria, Dilma Rousseff.
Sin embargo, en esta oportunidad, las movilizaciones carecen de un líder definido, de un portavoz o una organización, y lo que lo que los une a todos son las redes sociales, en particular Facebook. Eso plantea dificultades a la propia policía. “No hay un ningún liderazgo, una coordinación. No sabemos nunca lo que van a hacer, cuál es la pauta”, dijo el coronel Marcelo Pignatari, responsable por el comando de la avenida Paulista durante una protesta el pasado jueves.
Por ello, la policía ha comenzado a monitorear incluso este tipo de plataformas. Los eventos se multiplican por Facebook con las más variadas intenciones, desde iniciativas que buscan mejorar la sociedad hasta propuestas para pedir restaurar el Pazo Imperial, un edificio colonial en el centro de Río de Janeiro.
Según datos difundidos esta semana por el Centro de Estudios para el Desarrollo de la Sociedad de la Información, en Brasil hay 80,9 millones de usuarios de internet y 139,8 millones de usuarios de teléfono móvil, en un país con más de 190 millones de habitantes.
Otra vez, la consigna estudiantil
Las universidades son “un punto de encuentro para deliberar” los temas de interés en “este frente de lucha”, cuenta Rian Rodrigues, un estudiante de Educación Física de 25 años que forma parte del Foro de Luchas contra el Aumento del Pasaje, un movimiento de Río de Janeiro que nació para evitar las subidas del precio de los billetes del transporte público, pero que ahora se sienta a discutir otros temas.
Rodrigues reconoce que “falta liderazgo, dirección” en las protestas y que este debería surgir “de los partidos de izquierda” del país, a la vez que critica el papel de los grandes medios de comunicación de Brasil y la derecha política ante las manifestaciones.
Sin embargo, los participantes en las protestas han abucheado a militantes que han llevado banderas de partidos de izquierda a las marchas y el jueves quemaron una del Partido de los Trabajadores (PT) en Sao Paulo, en un intento de mantener el movimiento apartidario.
Según el profesor de Historia Renato Pellizzari, la tardanza de la población en comenzar a manifestarse creó una especie de necesidad de querer reivindicar todo al mismo tiempo. ”Pero ahora que el pueblo supo que puede reivindicar, tiene que mostrarlo siempre que esté insatisfecho, tiene que participar activamente, no solo en las urnas. Tiene que manifestarse durante los cuatro años de mandato, influir en las decisiones”, afirmó.
Los actores que se retiran de la contienda
El movimiento Pase Libre, que convocó en Sao Paulo las primeras protestas tras el aumento del precio del transporte derogado este miércoles, anunció este viernes que no organizará nuevas manifestaciones, pues ha detectado que en las marchas se han “infiltrado” grupos ajenos a sus intenciones. ”Consideramos que grupos conservadores se infiltraron en los actos para defender propuestas que no nos representan”, dijo Rafael Siqueira, portavoz de Pase Libre, quien explicó que surgieron grupos que defienden la penalización del aborto o la reducción de la edad de responsabilidad penal, a las que el movimiento se opone.
Tras comenzar con el foco puesto en el aumento del valor del transporte en Sao Paulo, las protestas han ido agregando diversos reclamos, como el alto gasto público en la Copa Confederaciones de fútbol, la corrupción y la pésima calidad de la mayoría de los servicios públicos.
FUENTE: EL MOSTRADOR
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