sábado, 8 de junio de 2013

Eliminación de visa para Estados Unidos: Un logro que Piñera busca patentar como propio

Javier Insulza
Eximir de requisito de visa a quienes van de turismo o por negocios muy cortos a los Estados Unidos suprimirá el actual y engorroso trámite de enviar papeles al consulado y entrevistarse con las autoridades americanas. Esto será posible tras prolongado trabajo de nuestra cancillería, iniciado desde que se firmó el Tratado de Libre Comercio con el país del norte, a comienzos de la década pasada.
La reciente gira presidencial de Sebastián Piñera a Canadá, Estados Unidos y Centroamérica tuvo como permanente punto de relevancia la posibilidad de que los chilenos dejen de necesitar visa para ingresar a los Estados Unidos, pero, ¿es tan relevante este “logro”? ¿Se obtuvo sólo gracias a la labor gubernamental de la administración de derecha?
Cambio21 se interiorizó en esta materia, tanto en la capital sede del gobierno estadounidense como en nuestra cancillería, y buscó precisar la utilidad real del “beneficio” y si acaso, una vez más, Piñera trata de sacar provecho individual de logros que son de largo trabajo.
Pasos del acuerdo
Fuentes consulares americanas explicaron a Cambio21 que el programa fue creado a mediados de la década de los 80’s por Estados Unidos y desde entonces ha sido reformulado varias veces, especialmente después de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Entre los países que alguna vez tuvieron este beneficio, pero luego lo perdieron, están Uruguay y Argentina. Sin embargo, el exceso de trasandinos que se quedaron de forma ilegal en los Estados Unidos tras la crisis del corralito originó la suspensión del convenio.
Desde la dirección consular explican que el programa lo que hace es eximir de requisito de visa a quienes van de turismo o por negocios muy cortos a los Estados Unidos y viceversa, lo que suprimiría el actual y engorroso trámite de enviar papeles al consulado y entrevistarse con las autoridades americanas.
De lograr el acuerdo se cambiaría todo por un sistema electrónico en el que en 24 horas informarán si uno está o no autorizado para entrar a Estados Unidos.
Desde cancillería explican que para llegar a eso hay un proceso largo que tiene requisitos fundamentalmente de seguridad.
Entre las cosas que se solicita es que el país tenga una tasa de rechazo de solicitudes de visa igual o menor al 3%. El tiempo de medida de este trámite es el año fiscal americano, que va de octubre a septiembre. En el período 2012 Chile registró un 2,8% de negativas en sus visas, por lo que logró cumplir con este importante requisito que depende más de los viajeros y de las autoridades americanas que de las actividades realizadas por el gobierno de turno, en este caso el de Piñera. “Cumplimos ese objetivo que es el más difícil y que no lo manejamos como país”, dicen en cancillería.
Una segunda fase que depende de los cónsules es el intercambio de un acuerdo sobre la información de delitos graves sobre los cuales ambos países se comprometen a entregar los datos de quienes están bajo penas de forma seguida. Dicho trámite recién quedó resuelto días antes de la llegada de Piñera a Washington. Fuentes gubernamentales cuentan que cancillería lo apuró luego de haberlo retenido por meses y sólo a la espera de poder concretarlo cuando fuera el mandatario y no antes. Sin embargo, este acuerdo recién podrá entrar en vigencia cuando lo ratifique el Congreso chileno.
Lo mismo ocurrió con otro acuerdo sobre intercambio en materia de terrorismo que apunta esencialmente a la protección de fronteras y que, pudiendo haber estado listo antes, también se concretó sólo días antes de la llegada de Piñera a la capital norteamericana.
Un cuarto requisito que deben tener los países es el compromiso de reportar ante Interpol de forma diaria los robos y pérdidas de pasaportes y cédulas de identidad. Desde la dirección consular comentan que en esta área Chile estaba muy por debajo en la materia, pero a través de reportes diarios y una serie de intercambios de notas se obtuvo el requisito.
Una quinta y última exigencia será la emisión de un pasaporte con chip electrónico, que comenzará a implementarse el próximo 2 de septiembre.
Pero a diferencia de lo que ha planteado la Administración Piñera, lo que viene ahora, luego de cumplir con los requisitos, es recién la posibilidad de ser nominados al programa.
Tras la solicitud y nominación todavía faltan una serie de visitas al país postulante, por parte de las autoridades americanas encargadas de evaluar los estándares de seguridad, controles migratorios, emisión y almacenamiento de los pasaportes por parte del Registro Civil, seguridad física, seguridad aérea y controles migratorios, entre otros, lo que tomará un tiempo mayor al esperado, estimándose una fecha tentativa recién para octubre o noviembre, e incluso después.
Tras ello aún vendrá un informe y la necesidad de corregir las observaciones por lo que, si el gobierno tiene éxito podría obtenerse con suerte recién en febrero de 2014.
Una vez que entre en vigencia el convenio, este será revisado cada dos años, siendo la posible inmigración ilegal un problema de futuro, que son las razones porque dejaron de tener el convenio Argentina y Uruguay y, explican desde cancillería, a Chile le pasó con Canadá por el exceso de gente que solicitó asilo político y económico.
¿De qué nos sirve?
Pero, aparte del orgullo de Piñera proclamando que ahora entramos sin visa a Estados Unidos “gracias a su gobierno”, cosa que no es tan exacta, ¿de qué sirve, cómo se benefician los chilenos, las industrias, la economía?
En entrevista con Cambio21, el analista internacional Guillermo Holzmann explica que “son visas sólo para estadas temporales de turismo o negocios. Significa un incentivo para generar más integración cultural con EEUU y una fórmula destinada a fortalecer lazos culturales y de negocios”.
Holzmann explica que también es una señal de alianza política entre Chile y Estados Unidos. “Esta posibilidad tiene un sentido asociativo y de reconocimiento en temas de seguridad, además de ser complementario a la integración económica y estratégica”.
Por su parte, el economista Luis Eduardo Escobar, al ser consultado por Cambio21 agrega que esta posibilidad “va a facilitar enormemente y reducirá el costo de viajar, porque las visas valen como 100 dólares cada una y, dependiendo de la situación socioeconómica hay que renovarlas con frecuencia”.
En todo caso, Holzmann explica que al chileno, salvo lo ya mencionado, no será mucho más lo que lo favorecerá. “El mayor beneficio es la disminución del costo de viajar al no tener que asumir el gasto económico y de tiempo que significa obtener una visa”, pero explica que eso es sólo para aquellos con capacidad de endeudarse para hacer viajes de placer, que es una minoría en Chile.
Escobar agrega que a uno que sí le podría facilitar en algo es aquel que está interesado en estudiar en Estados Unidos. “Podrá explorar oportunidades previo a pedir una visa de estudios, especialmente a quienes quieran conocer in situ los posgrados que les gustaría seguir”.
El economista agrega que también hay un tema psicológico a raíz de los asuntos de seguridad, ”el que sientan que chilenos no necesitamos visa nos pone en estándar europeo y el trato en ese aspecto sería distinto que el de otros”.

El mérito, los ilegales y la economía

Lo cierto es que el gobierno de Piñera ha presentado la novedad como un logro de esta administración, desconociendo que el trabajo viene desde que se firmó el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, a comienzos de la década pasada.
Holzmann explica que “el mérito de este gobierno es consolidar este resultado y aceptar las condiciones establecidas por Estados Unidos. Sin embargo este es un proceso más largo que viene desde la firma del TLC y que Chile había postergado por razones técnicas, tecnológicas y políticas”.
Escobar añade que estas son cosas que se construyen a lo largo del tiempo. “Siempre se ha hablado de esto como una forma de facilitar negocios y contactos”.
Ante la consulta sobre la posibilidad de que esta medida produzca mayores inmigrantes ilegales, Guillermo Holzmann explica que “no sería muy distinto a lo que sucede hoy día. De hecho, ese tipo de allegado tendería a disminuir en virtud de los filtros que se instalan, los cuales estarían en la salida de Chile y no en el ingreso a Estados Unidos”.
Los datos son reforzados por Luis Eduardo Escobar, quien aclara que el acceso no está garantizado. “Siempre uno se reserva el derecho a rechazar el ingreso y ello ocurre en Europa, con quienes tenemos acuerdo similar” y agrega, “si en opinión de la policía de migración le parece que tiene referencias de que una persona no es deseable lo van a devolver, con y sin visa”.
Y en cuanto a la economía, Escobar añade que los beneficios serán muy marginales, en tanto que Holzmann profundiza un poco más.
“Desde el punto de vista económico ello favorece el viaje de ejecutivos, profesionales y estudiantes, con lo cual se genera una facilidad que refuerza el ambiente de negocios y financiero, considerando las facilidades existentes en Chile. La visa liberada incentiva el intercambio de personas y con ello lo que ellas representan”, dice Holzmann.
El también analista en defensa concluye diciendo que “desde el punto de vista estratégico implica sellar una alianza con Estados Unidos, que implica seguir los lineamentos migratorios de ese país, tanto en lo que se refiere a evitar que se use a Chile como plataforma de ingreso, como también respetar las restricciones de los americanos a otros países en aspectos específicos que serán parte del acuerdo final”.
 
FUENTE: CAMBIO 21

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