Movimiento social busca evitar que los cambios se definan con el establishment
Estudiantes y profesores “queman los puentes” con el Mineduc en momento clave de la Reforma Educacional
La Confech se apronta a bajarse del Plan de Participación impulsado por el ministro Nicolás Eyzaguirre, y las bases del Colegio de Profesores asestaron un duro golpe al gobierno al rechazar el acuerdo en torno a la “agenda corta” docente que se había propuesto desde el Ejecutivo. Además, los estudiantes agendaron tres nuevas marchas nacionales para las próximas semanas y presionarán por una mesa prelegislativa con la autoridad para incidir de forma real en los proyectos que se envíen al Congreso.
El miércoles el Ministerio de Educación amaneció tomado por los estudiantes secundarios. En su frontis colgaba un lienzo en el que rezaba: “No han entendido nada, la receta está en la calle”. Al mismo tiempo, una decena de liceos de la Región Metropolitana fue ocupado por sus alumnos, en lo que se constituyó como una demostración de fuerza de los escolares para establecer que no estaban dispuestos a quedar fuera de los cambios que propone la reforma educacional.
Según el comunicado enviado por la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios, ACES, con estas acciones buscaron marcar un punto de inflexión: “Aquí las autoridades deben tomar una decisión. O la reforma la construyen con el Movimiento Social por la Educación, o con quienes hoy defienden el actual modelo: las Mariana Aylwin y los José Joaquín Brunner”.
Según el análisis que hacen secundarios y universitarios, la reforma educativa vive un momento clave, ya que las señales que se han enviado desde el gobierno apuntarían a una disposición a avanzar en acuerdos con la derecha y los sectores de la DC que buscan mantener el statu quo en el sistema.
De hecho, en la Confech preocuparon las declaraciones de la ministra secretaria general de la Presidencia, Ximena Rincón, quien ayer en Radio Cooperativa, y mientras en las calles se desarrollaba una nueva marcha nacional, salió a cuestionar la manifestación: “Cuesta entender las movilizaciones de los estudiantes, el sentido de esta marcha”. Por primera vez, en el actual gobierno, una autoridad salió a cuestionar una demostración de fuerza del movimiento estudiantil. A esa señal se sumó la declaración del subsecretario de Interior, Mahmud Aleuy, quien desde La Moneda le bajó el perfil a la marcha: “Hay unas 25 mil personas marchando”, señaló, mientras la columna de estudiantes pasaba frente al Palacio de gobierno.
Además de las declaraciones de las autoridades de gobierno, en el movimiento estudiantil preocupa un documento interno de la DC donde se adelantan las indicaciones que ese partido presentará al proyecto que pone fin al lucro, al copago y a la selección en la educación escolar, y en el que aparecen alternativas que –según los estudiantes– permitirían a los sostenedores mantener un lucro solapado en sus colegios.
La presidenta de la FECH, Melissa Sepúlveda, advirtió que el gobierno debe considerar el descontento existente en el movimiento social: “Las palabras de la ministra Rincón resuenan fuerte, tanto su apertura a la generación de protocolos de acuerdo con la derecha, como el cuestionamiento que hace a la movilización social. Creo que el gobierno no está en posición de cuestionar la movilización, una movilización que saca a miles de personas a la calle mostrando descontento con lo que se está haciendo”.
Y añadió la dirigenta: “Eso tiene que ser considerado por el gobierno, si no van a replicar la misma fórmula que ocupó Sebastián Piñera, que terminó con niveles de aprobación bajísimos y sin la generación de cambios en el sistema educativo”.
Para la presidenta de la FEUC, Naschla Aburman, los estudiantes están en alerta por las señales que se han enviado: “Esta situación está dada por el momento en el que estamos, la reforma entró en tierra derecha en términos bien concretos y lo que está en juego es con quién se va a llegar a acuerdo, porque estamos hablando del detalle, si se va a poner fin al lucro efectivamente o si vamos a terminar maquillando el sistema actual. No es que las posturas se endurezcan, las posturas son las mismas, sin embargo, están con más fuerza porque sabemos en el momento en que estamos”.
La apuesta del movimiento estudiantil este segundo semestre será retomar un rol protagónico en el debate a través de la agitación de la calle. En la última sesión de la Confech, realizada en Osorno, los universitarios agendaron tres nuevas marchas para las próximas semanas. La primera de ellas, el miércoles 10 de septiembre, una semana después de la movilización nacional que prepara la CUT, y un día antes de la siempre agitada conmemoración del 11 de septiembre.
Antes, concretarán su bajada desde el Plan de Participación Ciudadana del Mineduc, el que ha sido tildado como un “fracaso” por las organizaciones. La ACES aseguró al respecto: “El Plan de Participación está muerto. No funcionó. Hoy se requiere una nueva instancia, una donde el Movimiento Social por la Educación tome las decisiones, donde sea protagonista en la elaboración de los proyectos de ley”.
La timonel de la FECH señala que su federación ya definió bajarse del plan del gobierno, porque “se han generado instancias donde se dice que son resolutivas, se dice que son vinculantes, pero al final se hace otra cosa”. Las críticas al plan son diversas, y van desde que participan los empresarios de la Sofofa y la Cámara Chilena de la Construcción, hasta que el debate ha sido caótico y poco fructífero, sin un horizonte claro.
Al endurecimiento de la postura de los estudiantes, se suma lo sucedido en las últimas horas con el Colegio de Profesores, gremio que rechazó un protocolo de acuerdo con el gobierno, escenario que no se esperaban en el Mineduc. De hecho, hace un par de días el ministro Nicolás Eyzaguirre señaló, en un encuentro público, que “estamos a punto de concretar un acuerdo con los profesores”, el que incluía un apoyo de los docentes a la reforma que impulsa el gobierno.
Este sábado, en una asamblea nacional a desarrollarse en la Universidad de Santiago, los universitarios debieran ratificar la bajada del Plan de Participación, la confirmación de las nuevas movilizaciones y la presentación de una nueva propuesta que les permita incidir en el destino de la reforma educacional.
Hasta ahora la idea que ronda en los plenarios de las universidades es la creación de una instancia prelegislativa con el gobierno, una suerte de mesa de diálogo donde se revisen los proyectos de ley que se enviarán al Congreso. Incluso en la Confech hablan de una mesa “colegislativa”, tal como la que funcionó cuando estudiantes y autoridades del Ministerio redactaron el proyecto de ley que busca derogar los decretos de la dictadura que impiden la participación de estudiantes y trabajadores en el gobierno de las casas de estudio.
Naschla Aburman asegura que están debatiendo las diversas opciones: “Una mesa vinculante con el gobierno es algo que está en discusión en los plenarios de las distintas federaciones, que es buscar alternativas para tener una propuesta concreta para seguir siendo parte de la discusión”.
La rebeldía de los profesores
Al endurecimiento de la postura de los estudiantes, se suma lo sucedido en las últimas horas con el Colegio de Profesores, gremio que rechazó un protocolo de acuerdo con el gobierno, escenario que no se esperaban en el Mineduc. De hecho, hace un par de días el ministro Nicolás Eyzaguirre señaló, en un encuentro público, que “estamos a punto de concretar un acuerdo con los profesores”, el que incluía un apoyo de los docentes a la reforma que impulsa el gobierno.
Pero finalmente las urnas dijeron otra cosa. El rechazo a la propuesta significa, asimismo, el fracaso de la gestión del secretario general del PC, Juan Andrés Lagos, quien estuvo en comisión de servicio desde el Ministerio del Interior para solucionar específicamente la tensión con los docentes, la que se había evidenciado cuando en una asamblea los docentes definieron “rechazar la reforma del gobierno”, pese a los intentos de su presidente, Jaime Gajardo, por revertir dicha situación.
En una Consulta Nacional, con más de 60 mil participantes, las bases del Colegio de Profesores votaron por el rechazo, con un 56,18%, al protocolo de acuerdo propuesto por el Ministerio de Educación, que pretendía ser el salvavidas de diversos desencuentros vividos con los docentes. El octavo cómputo, entregado ayer alrededor de las 21:30 horas, con aproximadamente un 71,44% de los votos escrutados, arrojaba un margen de casi cinco mil votos a favor del rechazo al documento que daba respuesta a la Agenda Corta que había propuesto el Magisterio.
La propuesta consistía en cinco puntos fundamentales: titularidad de los profesores, ingreso mínimo docente (IMD), bono de retiro para los profesores jubilados, agobio laboral docente y la deuda histórica. Esto fue aprobado por la directiva en la última sesión de la Asamblea Nacional, pero tras diversas presiones de la oposición, que tildó a la propuesta del gobierno como “más que insuficiente” y “una burla para los profesores de Chile”, decidió llevarse a Consulta Nacional, la que finalmente fue perdida por el oficialismo al interior del gremio.
Mario Aguilar, prosecretario del Colegio de Profesores –líder de Refundación que, junto a Fuerza Social y el Movimiento por la Unidad Docente, conforman la bancada disidente al interior del Colegio de Profesores–, asegura que el rechazo se debe a la existencia de una “letra chica”, al interior del documento, que comprometía al gremio con la reforma en su conjunto y “fundamentalmente porque nos pareció mezquino, ninguno de los puntos satisface en lo más mínimo lo que estamos pidiendo. Por ejemplo, la Deuda Histórica no la mencionan, simplemente la niegan”. Añade que “el gobierno es el principal derrotado con esta consulta, porque la expresión de descontento va más allá de la agenda corta en sí misma, el descontento es transversal a la forma en que se ha desarrollado el trabajo por la Reforma y a los Diálogos Ciudadanos impulsados por el Mineduc”, sentencia Aguilar.
A pesar de que los primeros cómputos daban por triunfante a la aprobación, a mediodía del jueves se comenzó a marcar una tendencia hacia el rechazo. “El resultado finalmente se revierte porque es el sentir del descontento de los profesores”, declara el prosecretario del gremio, quien además agrega que “en un principio el conteo estaba cargado, las primeras mesas y comunas que fueron escrutadas eran las más proclives al acuerdo. Por lo tanto, se aplazó a las que eran más cercanas al rechazo”.
La apuesta del oficialismo al interior del Colegio, liderada por Jaime Gajardo (PC), era la dar el visto bueno al protocolo, “la presidencia demostró su aprobación a la respuesta dada por el gobierno, no sólo dándole los votos de la mesa directiva, sino que, junto con la gente del mismo Ministerio, hicieron un llamado a aprobar. Por ejemplo, en Melipilla, la jefa provincial de Educación recorrió diferentes colegios haciendo una campaña para aprobar la consulta. Además se envió, desde el Mineduc, el documento del protocolo de acuerdo a todas la unidades escolares”, asegura Aguilar.
El representante aclara que el camino a seguir tras los resultados obtenidos es “exigirle al gobierno y presionar por integrar una nueva mesa de conversación para tratar los temas de la agenda corta”. Además, agrega que frente a una negativa del Ministerio no descarta realizar un llamado a paro nacional o movilización, para las próximas semanas.
La calle
A pesar de que en la evaluación que el movimiento social hizo de la marcha de ayer reinó la tensión –por un enfrentamiento entre los secundarios, que incluyó un intento de agresión al coordinador nacional de la Cones, Tomás Leighton, durante el desarrollo de la movilización–, los distintos actores apuestan por fortalecer sus lazos de cara a las movilizaciones que se avecinan.
Tomás Leighton dice que por parte de la Cones habrá colaboración con el gobierno, siempre y cuando se mantenga el objetivo de la reforma: “El modo de poder mejorar eso es con una colaboración, pero esa colaboración se va a dar en los términos del movimiento social. Nosotros entendemos que las mayorías deben expresarse y los acuerdos deben ser con los movimientos sociales y no con la derecha y los sectores conservadores”.
En la ACES aseguran que están dispuestos a sentarse a conversar, pero en una instancia que les dé garantías: “Manifestamos nuestra disposición a construir una nueva educación para Chile. Pero advertimos también que no nos prestaremos para simulacros, ni para pavimentar el camino para una reformita que deje felices a los que hoy defienden la injusticia del actual sistema”.
Mario Aguilar señala que su gremio, al igual que los universitarios, también evaluará su permanencia en el Plan de Participación del Mineduc, pero que la principal apuesta será fortalecer sus lazos con el movimiento social: “El gobierno tiene que decidir, o se alinea con los sectores conservadores –la Nueva Mayoría y la Derecha– o se compromete con el Movimiento Social y hace la reforma junto a los diferentes actores. Si no, no nos vamos a dar ni cuenta y van a terminar con las manos alzadas de espaldas al Movimiento Social”, asegura.
FUENTE: EL MOSTRADOR
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