Entrevista a la Presidenta del Colegio de Periodistas de Chile
Javiera Olivares: “Creo que la herencia de la dictadura desgraciadamente caló muy hondo “
Mujer. Comunista. Joven. Tres condiciones que, hace pocos años, eran impensables para un líder de una organización gremial tan importante como lo es el Colegio de Periodistas, se reúnen en la persona de Javiera Olivares y eso, obviamente, da cuenta de un proceso nacional que se direcciona hacia el derribamiento de mitos y prejuicios que parecían estar tatuados a fuego en nuestro imaginario colectivo y en nuestra institucionalidad.
Por eso era necesario ir a conversar con ella, para entender cómo se sitúa en este contexto de cambios, siendo un agente “histórico” activo que aspira a una participación efectiva dentro de las reformas que ha propuesto el gobierno, que aspira a convertir la institución “Colegio de Periodistas” como un agente articulatorio y un punto de encuentro para todo el sector de trabajadores de las comunicaciones y que aspira a dejar instaladoen las bases, un movimiento social y sindical que luche por la democracia, tanto de las condiciones laborales,como de los contenidos expuestos al debate público.
En una entrevista que diste a otro medio, señalaste que el enfoque de tu gestión iba a estar endar un cambio a la actual conducción de Colegio de Periodistas, basando tu proyecto en cuatro ejes principales: uno de ellos era impulsar una nueva Constitución para el derecho a la información. A tú juicio, en qué falla la constitución que tenemos en materia el derecho a la información y cómo puede ser perfectible?
Bueno, primero que nada, quisiera decir que la constitución falla completa. En realidad es una constitución que proviene de una etapa dictatorial que fue impuesta por un sector de la ciudadanía que quería implementar a fuerza el modelo neoliberal y dejar trabas para la constitución democrática, entonces, si tú me preguntas, en qué falla la constitución yo te diría que esta constitución no sirve, hay que cambiarla y ojalá demolerla lo antes posible vía una discusión ciudadana, que sea del pueblo y ojalá suceda a través de una asamblea constituyente. Eso, como generalidad. Y en el tema puntual del derecho a la información y a la libertad de expresión yo creo que, si bien, la constitución actual establece que se debe resguardar la libertad de expresión, tiene una concepción que finalmente está amparada en el marco general de la constitución, que es la defensa al derecho de la propiedad. Por lo tanto, eso tiende a permear el resto de las garantías que están aludidas y, en particular -en el ámbito de las comunicaciones- yo prefiero quedarme con el planteamiento desde el punto de vista del “derecho a”: el derecho a la comunicación universal me parece que es un concepto más amplio. Porque ese gran derecho, incorpora por una parte el derecho a la información (que está establecido en la declaración de derechos humanos) y por otro, a la libertad de expresión, pero entendida como libertad del pueblo, de la ciudadanía, y no de las empresas a poner medios de comunicación por el hecho de que tengan dinero. Agregaría que el programa del actual gobierno establece que la nueva constitución debería incorporar el derecho a la información, desde el punto de vista de la Convención Interamericana de Derechos Humanos, lo que me parece que sería un avance en entender este camino como un derecho de todos, que el Estado debe garantizar. Entonces, yo pediría esas dos cosas: primero, acabar con esta constitución antidemocrática y dictatorial. Y lo segundo, es incorporar desde el punto de vista del derecho, a la comunicación universal, estos dos factores que son la libertad de expresión y el derecho a la información.
¿Debe, el Estado, cumplir un rol informativo y educativo a la hora de la entrega de información “masiva”? ¿Por qué? y Cómo evalúas el cierre del diario La Nación y a su vez, la gestión de TVN como el “Canal Estatal”considerando que su oferta programática está mediada por el rating y que está financiado por publicidad y que, por lo mismo, el rol informativo está mediado por intereses comerciales de los auspiciadores?
Bueno, si uno analiza el marco general y te pones a ver lo que pasa en las regiones y en el mundo, ves que las democracias y las nuevas constituciones garantistas, o incluso las democracias históricas de Europa, tienden a darle una relevancia al Estado como productor de contenidos informativos y culturales que es enorme. Y que si no lo tienen, se lo dan; que es lo que ha pasado en los países de América Latina en este último tiempo. Me parece que justamente, lo que se busca es preservar y cuidar el derecho a la comunicación universal por vías de revalorizar a este ente, que también es capaz de generar contenidos. Y que estos contenidos tengan una mirada de Estado ya que debiera ser garantista. Ojo, y cuando digo Estado no estoy hablando de una mirada de gobierno. Y cuando hablo de “garantista” hablo de garantizar derechos. En ese marco, a mí me parece que Chile debiese dejar la historia de “no política” en materia de comunicaciones que ha existido desde la dictadura y después en la transición pactada -hasta hoy día, diría yo- y comenzar a abrir las discusiones en este mismo sentido, en donde se retome el valor del Estado, se le de importancia y se produzca -si no existe- como es en el caso de los medios impresos y también en el caso de la radio. Ahora, tomando en cuenta este contexto general, y ese valor -que me parece importante de rescatar- en el caso de Chile, qué es lo que tenemos: tenemos un Diario La Nación extinto, vendido, privatizado, cuyo archivo histórico, de 1917, pertenece ahora a una universidad, con un edificio histórico -y que sirvió para proteger a perseguidos durante la dictadura militar- que tampoco pertenece hoy a este diario sino que, casi por azar y por suerte, se le asignó a otra entidad pública (pero obviamente no es lo mismo) y tenemos, por otro lado, una televisión nacional que si bien, su infraestructura es de propiedad pública, su parrilla programática -para mi gusto- dista mucho de serlo; o que todavía es deficiente para llegar a hacerlo. Entonces qué hemos dicho nosotros: que lo que debiese pasar con TVN, es que tuviese un financiamiento sistemático del Estado -Insisto: no del gobierno, sino que del Estado- y que implicara eso, efectivamente, cumplir con este rol de una televisora pública, que eso está definido a nivel internacional, tanto por la academia como por organismos internacionales y que establece su prioridad en informar, educar y entretener y, las tres cosas, desde el mismo punto de vista, visibilizando a todos los sectores de la sociedad civil que, lamentablemente, a todos los canales de carácter comercial y mercantil no les interesa visibilizar. Entonces obviamente hay que hacer cambios en este sentido. Y me parece importante destacar que después de mucho tiempo, este gobierno, al menos lo está considerando. Posiblemente no puedan resolver el problema pero hoy día al menos nos permite tener un “paragua” para insistir y exigir que esta discusión se abra, que el programa sea cumplido y que este financiamiento sistemático, que se establece en el programa de TVN, se cumpla. Por otro lado, la presidenta ha dicho en espacios públicos, que ella está de acuerdo con que existan medios de prensa escrita que sean públicos. Entonces ¿Qué es lo que nos corresponde hacer hoy día como colegio de periodistas? Y como movimiento social y sindical del mundo de las comunicaciones es, primero, vincularnos y fortalecernos justamente para salir a la calle, para conversar con el gobierno, para hablar con los parlamentarios e insistir en que esto es necesario hacerlo durante este gobierno y lo antes posible. Porque más allá de quitarnos esto (tanto a periodistas como a técnicos y a todos los trabajadores vinculados con las comunicaciones) una posibilidad de trabajo, le quita a toda la ciudadanía. Es vital que exista un lugar en donde todos los sectores más vulnerables puedan tener espacios efectivos en los que puedan ser representados y lo suficientemente visibilizados. Ahora, yo no quiero ser injusta y decir que TVN no haga nada en este sentido. Lo que sí estoy diciendo, es que no es suficiente; que falta mucho camino por recorrer y que el Estado debe ser revalorizado como un ente capaz de tener medios de comunicación y de cumplir con los roles educativos e informativos que debiera tener.
¿Cuál es el rol social de un periodista, si vamos más allá de lo obvio que es informar y de defender la libertad de expresión?
Yo creo que el rol primero del periodismo, y lo decimos también en nuestra declaración de ética de nuestro colegio, es luchar por la defensa y el cuidado de la democracia y los derechos humanos. Y dentro de eso por supuesto que uno vela en particular por uno de los derechos humanos más importantes, que es la libertad de expresión y de la información. Pero también nosotros estamos por el derecho a la vida, por el fortalecimiento de la democracia, por la equidad de género, por la no discriminación, por la paz social, por el diálogo ciudadano, por la garantía de los derechos del pueblo y estoy convencida de que ese debiera ser, también, el rol del periodismo.
El periodismo tiene una misión puntual que es cubrir y entregar información; que se permita que la gente tenga acceso a ella y que a su vez, esa información le permita exigir otros derechos, es decir, que la información tenga una validez instrumental, pero además de eso, nuestro rol periodístico, creo yo -y como colegio- es defender el derecho a la democracia, el derecho a la vida y a los derechos humanos. O sea, estamos hablando de periodismo, pero también de mucho más que eso. Oye, y atendiendo, precisamente a lo que estamos hablando, ¿Qué pasa con Edwards entonces, que jugó un rol clave y cómplice en dictadura y que fue parte de una conspiración que ocultó las violaciones a los derechos humanos? Se lee en la prensa que se va a llevar al tribunal de ética del colegio, ¿Qué onda con eso, en qué va? Bueno, hay un abogado que está mandatado, incluso por el Consejo Nacional del Colegio de Periodistas de la directiva anterior, de estudiar específicamente una cantidad de argumentos y requerimientos que se han presentado a nuestro tribunal de ética, para que este tribunal estudie la responsabilidad de Edwards en las complicidades que se produjeron en materia de violaciones a los derechos humanos durante la dictadura militar. Él está trabajando, ya tiene su curso -y lo he dicho antes- esto no es una definición que me corresponda a mí ni a la directiva. Sí a nuestros tribunales de ética, pero obviamente, bajo la premisa que te decía antes. Nosotros vamos a insistir en que todos nuestros colegiados apunten hacia la democracia. Si se demuestra que alguno de nuestros colegiados no apunta a eso, a mí me parece que debe ser sancionado y que la sanción debiese llegar, eventualmente, a la expulsión. Para que eso ocurra el tribunal de ética tiene que estudiar y tiene que definir qué es lo que está pasando y tiene que comprobar que aquí hay un atentado -en el ejercicio periodístico- a la democracia. Así que hay que esperar eso.
Ahora, otra cuestión es mi opinión personal y mi mirada política respecto a la figura que ha tenido Agustín Edwards, la familia Edwards y el diario El Mercurio en la historia de Chile. Pero esta apreciación personal no tiene nada que ver con este comité ético que corre por otro carril. Lo que sí me parece importante y en donde yo, como presidenta, voy a insistir, es en que todos los colegiados y en general, ojalá todos los periodistas de Chile, si de mí depende, reciban el imperativo ético de aportar a la democracia y que de lo contrario, que sean sancionados. Supongo que esto no es exclusivo de Edwards y que también se ha extendido y se va a seguir extendiendo a otros agentes periodísticos que participaron de los procesos de silenciamiento de lo que estaba sucediendo en dictadura ¿no? Han habido ya otros procesos en donde han salido periodistas expulsados del colegio. Son varios los casos que están publicados en nuestra página web. Entre ellos se encuentra Claudio Sánchez, otra periodista que trabajaba en el diario La Segunda, que tenía que ver con el titular ”Exterminados como ratones”. También están los periodistas vinculados con el caso de Karin Eitel y hay varias otras investigaciones que se han producido en este sentido. Si es que existen más, hay que hacerlos llegar al tribunal de ética, puesto que esa es su función y para eso existe. Y esos son juicios de estudio para el ejercicio periodístico, finalmente. Y es importante señalar que no solamente los periodistas y los colegiados pueden señalar estos requerimientos de investigación al tribunal de ética sino también, cualquier persona puede requerir una investigación, como también aportar “evidencias” y esto tampoco es exclusivo para los colegiados, porque las sanciones pueden también ser para los no colegiados y, claro, ahí no hay un castigo directo, pero hay una sanción moral que, en la medida de que sea publicada por los medios de comunicación, genera también un cuestionamiento al ejercicio periodístico y a la ética profesional en cuestión.
¿Cómo ves el panorama de los periodistas en términos laborales y cómo afectó al rubro, el que la carrera fuera impartida por universidades privadas, generando así una sobrepoblación de profesionales y falta de ofertas laborales para satisfacer esta demanda?
Veo que es compleja en realidad la situación laboral de los periodistas en general. Hoy día existen más de 50 casas de estudio que imparten la carrera de periodismo; salen cerca de 1200 periodistas al año al mundo laboral y, obviamente, el nivel de participación en espacios del ejercicio periodístico mismo como medios de comunicación o empleos relacionados, no alcanza para ese nivel de egresados y titulados. Entonces se produce un alto nivel de desempleo; se genera mucho empleo que es precario y con esto hago referencia a las condiciones laborales y además, incluso se genera abuso de poder, como por ejemplo, que las empresas generan impedimentos para constituir sindicatos, realizan despidos masivos y lamentablemente el código laboral ampara a que sucedan estos abusos por razones privadas de la empresa. Entonces, nosotros hemos dicho que acá hay, básicamente, dos problemas: uno es el que tiene que ver con lo que significan hoy día, el sistema y el modelo educacional -en general- pero puntual a su vez, de las escuelas de periodismo, que han tendido a mercantilizar una carrera que resulta llamativa, porque en el mejor de los casos te permite viajar, estudiar múltiples cosas al mismo tiempo y que es atractiva, entonces pasa que los jóvenes la compran (porque pagan por la carrera) y generan una expectativa en torno a ella que después no se cumple. Entonces, creo que hoy es imperativo que se pueda analizar cuáles son las universidades que imparten la carrera y ver cuáles son realmente las que entregan una formación de calidad en términos periodísticos, pero que además, en el marco de la gran reforma educacional, obviamente se pueda orientar la educación no como un bien de consumo, sino como un derecho y eso implica que se transforme en algo que no se puede mercantilizar. Y el segundo problema que tenemos es la precarización laboral y ahí, como colegio, lo que hemos dicho es que hay que ponerle fin al actual código del trabajo, que es lo que pensamos como último objetivo político. Hoy, lo que se puede hacer es avanzar en más garantías y mejor trato hacia los trabajadores. Estamos convencidos de que la discusión sobre reformas laborales nos importa y que queremos participar, más allá de que seamos un colegio profesional, porque entendemos que también somos trabajadores. Tenemos que exigir todas estas garantías conculcadas. Los periodistas nos vemos muy afectados por el artículo 22 del código del trabajo, que te permite trabajar decenas de horas extras, sin ser catalogadas como tales y, por lo tanto, no son remuneradas con la justificación de que la noticia no tiene horarios. Entonces obviamente no nos parece urgente, queremos participar de esta discusión y lo vamos a hacer en la medida de avanzar en más garantías y con el objetivo último de cambiar el código laboral injusto y dictatorial.
Y bueno, también hay que regular la propiedad de los medios de comunicación para que no sea todo netamente mercantil porque también, muchas veces un periodista que no está lo suficientemente preparado, que no tiene para pagar su título -por ejemplo- y que tiene que ponerse a trabajar para pagar una deuda estratosférica que tiene con el crédito CORFO que le permitió estudiar y recibe muy poca paga, quizás no va a tener las herramientas ni la mejor estabilidad laboral para hacer bien su trabajo en términos profesionales y tampoco puede dejar de hacerlo, aunque le paguen mal, porque sabe que afuera hay veinte personas más que están dispuestas a hacer lo mismo, incluso a veces por menos sueldo. Entonces, hay un problema de modelo, de un sistema que no está funcionando y todo esto es un tema que hay que visibilizar; es un problema que es bien amplio, que hay que discutir y que no se resuelve únicamente con un bono en tal o cual empresa -lo que también es importante, pero no suficiente- y es éste el debate que nosotros queremos dar.
Chile está dando un debate ideológico en un montón de temas y nosotros, como Colegio de Periodistas, vamos a participar para aportar con todas estas miradas.
Otro de los ejes principales de tu proyecto es el de conformar una confederación de trabajadores de medios de comunicación. Podrías explicarnos en qué beneficia al rubro la existencia de esta confederación. Será sólo para periodistas o podrán participar de ella otro tipo de profesionales vinculados a los medios como, por ejemplo, camarógrafos, técnicos etc.
Mira, nosotros hemos señalado que el colegio de periodistas no basta únicamente como tal. Hay que fortalecerlo, descentralizarlo, hacerlo más participativo y esos son unos de nuestros principales compromisos. Pero junto con eso, sabemos que esto no da cuenta de todo el crisol de los trabajadores de las comunicaciones, del sector productivo de contenidos informativos y culturales. Y esta confederación incluye desde el perillero al asistente de cámara, al camarógrafo, a la unión de reporteros gráficos, periodistas, ojalá a editores y también a suplementeros y ojalá que todos se hicieran parte de esta gran confederación. Lo difícil es pensar en cómo nos articulamos, porque el nivel de precariedad que tenemos cada uno en nuestro respectivo sector no es fácil de llevar. Pero en el fondo, esa es la pega que hay que hacer. Vincular todas estas organizaciones que están dispersas o en condiciones de poca fuerza. Pero, al menos nosotros, que tenemos un espacio, que tenemos una oficina, que somos una organización que se encuentra de Arica a Punta Arenas, podemos lograr el ser un punto articulatorio para toda esta gente. Para poder denunciar la precariedad y para poder avanzar en materia de libertad de expresión.
Entiendo queel ministro Elizalde y la Presidenta Bachelet plantearon que se va a generar una mesa de trabajo por el debate de la libertad de expresión en Chile. ¿Si esto se lleva a cabo, cuál sería el escenario más auspicioso que se podría conseguir mediante esta mesa, cuál sería el mayor éxito que podrías llegar a concretar como presidenta, en el mejor de los casos?
Esta mesa de trabajo seguramente no va a llegar al tema de la reforma constitucional, pero va a hablar de las comunicaciones, y nosotros hemos dicho que creemos que, si esta nueva constitución logra garantizar el derecho a la comunicación universal, ¿Qué debiera implementarse para que se cumpla esa garantía? Una ley, ojalá orgánica-constitucional de hecho, que incorpore la garantía, expresamente, de que Chile va a tener y de que el Estado va a promover que existan tres tipos o sectores de medios: Los medios públicos, que debieran ser propiedad del Estado; los medios privados, que van a existir siempre, pero también los medios comunitarios, locales o regionales, que tienen que ver con las expresiones más propias de las bases. Hoy día hay señales de radio y también señales de televisoras populares, que son esfuerzos enormes y que muchas de ellas se encuentran, incluso, en la ilegalidad. Que son allanadas, que sus trabajadores son perseguidos,que sus equipos son expropiados, etc. Entonces nosotros creemos que tenemos que avanzar en este sentido con el Estado, intencionar para que existan estas discusiones con el mismo, para garantizar la existencia de este tercer sector también y que en otros lugares es muy valorado. El Estado debe garantizar y proteger la existencia de estos tres sectores porque, de lo contrario, se está quebrando o vulnerando la democracia. Ahora, para que esto se produzca y se promueva, esa mesa de trabajo tiene que apuntar hacia la equidad, por ejemplo, de la distribución del avisaje público, porque esa es una manera de fortalecer otros medios que no pertenezcan al duopolio. O sea, hoy las decenas de millones de avisaje público, se van en un 90% a los grandes medios masivos, llámense La Tercera y El Mercurio, por ejemplo, en el caso de la prensa escrita. Entonces eso no puede seguir así y esta mesa de trabajo debiese tocar ese tema. Un tercer punto que también debiese tocar esta mesa de trabajo es la propiedad de los medios de comunicación. La Nueva Mayoría propone en su programa que exista una ley que regule la concentración de la propiedad de los medios de comunicación y Chile tiene índices de concentración de propiedad de los medios que bordea el 90%. Casi la más alta de América Latina. Y esto se aplica no sólo a los medios de prensa escrita, sino también a la radio y a la televisión y de alguna forma, todos se tocan.
En este sentido, para mí, el gran logro como movimiento social sería que se haga entonces una ley orgánica-constitucional que garantiza y apunta a que el derecho a la comunicación universal se cumpla, que beneficie y sea para el pueblo.
Como militante del PC, cómo ves el hecho de que las mujeres estén en espacios “de poder” tan visibles e influyentes, como el caso de Bárbara Figueroa, Karol Cariola, Camila Vallejo, Andrea Gutiérrez y tú misma, considerando que, históricamente, las luchas de las mujeres fueron consideradas como preocupaciones que mermaban a la gran lucha que es la lucha de clases, y son hoy, justamente las mujeres, las que están visiblemente, dando la cara por el partido.
Bueno, me parece que es un muy buen escenario para Chile. Yo creo que estamos avanzando en equidad de género. Soy la primera mujer que está en este cargo en sus 58 años de historia, por lo tanto, no es poco y todos los que estamos detrás de este proyecto así lo hemos entendido; pero además, creo que esto da cuenta también de un nuevo tiempo, de un nuevo ciclo que tiene que ver con mujeres que son comunistas (y no comunistas, también) que son dirigentas sociales que se han forjado en el trabajo. Uno ha trabajado años en esto y eso ha permitido de alguna manera, una validación para poder dirigir, liderar, ser la cara visible de un espacio o de un proyecto en donde hay más comunistas y en Chile también hay más comunistas y eso es muy interesante, porque el país ha desechado prejuicios, ha dejado persecuciones políticas antiguas y hoy es capaz de confiar en alguien que ha demostrado trabajo, capacidad de liderazgo y de convicciones. Que además tiene un programa construído ampliamente y que da cuenta de peticiones, de deseos, etc. que muchos han manifestado. Y eso se produjo en la CUT, en la FECH y se sigue produciendo. Hay mujeres que también son de otras tendencias y que también son muy visibles desde otros puntos de la izquierda y en otros espacios. Yo creo que lo más interesante es eso. El partido comunista y muchas otras fuerzas entienden que el punto de inflexión que se marcó el 2011 no para, sino que obliga a continuarlo y a establecerlo con diferentes instancias; desde la movilización en la calle, desde la institucionalidad, desde las mesas de trabajo, desde el gremio, desde los sindicatos, etc. Y se está volviendo a depositar confianzas en aquellas instituciones que participaron de la transición consensuada y que no fueron precisamente las más justas, inclusivas ni coherentes, pero que tienen historia y una historia que, finalmente, es bonita. Javiera, en relación a este mismo tema, en un par de entrevistas que te han hecho, se te ha preguntado, de forma insistente, sobre el rol del PC dentro del colegio de Periodistas ya que eres militante y ahora la presidenta. Personalmente no veo conflicto de intereses y me parece más bien algo bien extraño, como si el hecho de ser judía, masona, negra, u homosexual, influyera en el rol de dirigente. ¿A qué crees que se debe esta pregunta? Yo creo que hay una estigmatización, una persecución política y clara, respecto del partido comunista en Chile ¿Todavía se siente, según tú? Yo creo que si. Creo que la herencia de la dictadura desgraciadamente caló muy hondo y como país -que fuimos conejillos de Indias en la implementación del modelo neoliberal en América Latina- obviamente eso también caló hondo. Entonces hablar de comunismo, hablar de equidad, de igualdad, da susto. Hablar de Estado, incluso, genera a veces escozor en ciertos sectores. ¡Exácto! Hablar de Estado como un ente capaz de otorgar recursos da susto en algunos sectores. Pero el 2006 con los pingüinos, el 2010 con la huelga de los subcontratistas del cobre y después el 2011 y de todo el proceso de acumulación de fuerzas de las organizaciones sociales y sindicales ha generado que los mitos vayan cayendo. Y yo creo que estamos en ese proceso ya que todavía hay estigmatización y discriminación, pero estamos derribando mitos. Hace 5 o 3 años atrás, que un comunista fuera presidente del Colegio de Periodistas era impensado. Que un comunista fuera presidente de la CUT se veía difícil. Que existieran diputados jóvenes, menores de 35 años, mujeres y comunistas era una cosa que rayaba en lo ridículo. Pero insisto en que estamos derribando mitos. Y no sólo los comunistas. Ya ves a Melissa Sepúlveda en la FECH que es una militante anarquista y feminista que hoy está en todo su derecho de liderar una organización y así lo está haciendo. Y una dirigenta como Naschla Aburman, de izquierda, en la Universidad Católica, también lo está haciendo. Entonces, estamos democratizando las instituciones y estamos en este proceso, por la vía de permitir que cualquiera, siendo negro, amarillo, judío, palestino, comunista o masón, pueda ser capaz de dirigir un espacio, siempre y cuando se haga a través de un programa amplio y que esté en concordancia con el respeto a los derechos humanos y a los que la propia organización proponga.
Ahora que acabas de asumir la presidencia y que tienes todo el punch, cómo te gustaría que se viera este periodo de dirigencia, en el futuro. ¿Cuál sería tu mayor éxito? Me gustaría que se viera como un aporte a la organización de los trabajadores de las comunicaciones y de todos aquellos que creen que es necesaria la existencia de garantías para el buen desarrollo de las comunicaciones en Chile. Si pudiese quedar instalado en las bases, un movimiento social y sindical que luche por la democracia tanto de las condiciones laborales, como de los contenidos expuestos al debate público, para mí ya sería un tremendo logro. Difícilmente esto se pueda conseguir en 2 años. Pero sí creo que se pueden sentar bases sólidas y ya estamos en eso. Ya estamos recibiendo parabienes del sindicato de suplementeros, de los trabajadores de las comunicaciones, dirigentes sociales de diferentes organizaciones, la agrupación de familiares de Detenidos Desaparecidos, también se han manifestado de manera muy positiva, entonces, si te fijas, hay un interés que se puede traducir más adelante en una realidad.
Angela Barraza Risso
El Ciudadano
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