sábado, 30 de agosto de 2014



Etiquetado de alimentos: Lo dulce y amargo de la “Ley Súper 8”

30/08/2014 | Por Teresa Frías K.
El Ministerio de Salud presentó las modificaciones que se le hicieron al proyecto de la Ley de Etiquetado de Alimentos también conocida como "Ley Súper 8", la que espero ocho
años en el Congreso, y que pretende resguardar de una mala alimentación a la población
chilena etiquetando a los alimentos envasados que tenga altos índices de azúcares, sodio, sales, grasas y otros componentes poco saludables.
Según la última Encuesta Nacional de Salud, siete de cada 10 chilenos tiene sobrepeso u obesidad. En 2003 había 6.800.000 personas con exceso de peso. En 2010, 8.900.000. "Si continuamos con este incremento, prácticamente toda la población del país estará con obesidad o sobrepeso en 2040", advierte Fernando Vio, del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (Inta) de la U. de Chile. No se ha dimensionado la magnitud del problema, dice. "No está en las prioridades políticas, ni en la opinión pública, ni en los medios".

Chile está entre los primeros países en obesidad infantil en el mundo. Las tres primeras causas hospitalarias (más del 50%) en el país son por hipertensión arterial, diabetes y obesidad, las tres directamente relacionadas con la alimentación.

La problemática ha sido enfrentada con políticas públicas desde los 90, pero no han tenido continuidad. La primera fue Vida Chile o Consejo Nacional de Promoción de Salud (1998-2005), pero con la implementación del Plan Auge, perdió prioridad, sin que su consejo nacional volviese a ser citado. Luego se creó EGO-Chile que incluyó un plan en 1.000 EGO escuelas. En 2011 se lanzó el Programa Elige Vivir Sano, para alentar alimentación saludable y actividad física. El programa culminó con la Ley 20.670 que crea el Sistema Elige Vivir Sano en 2013.

Sin embargo, y tras ocho años de espera, la Ley de Etiquetado de Alimentos, conocida como "Ley Súper 8", espera acabar, o al menos frenar, la obesidad infantil en nuestro país. Por ello, el ministerio de Salud, elaboró una propuesta de reglamento de la Ley 20.606 sobre la composición nutricional y publicidad de los alimentos que fue sometido a consulta pública por un plazo de 60 días, la que estará disponible en el sitio web del ministerio (www.minsal.cl). Además se realizarán 37 diálogos ciudadanos en las seremis del país, en colegios, en los que podrá participar la comunidad escolar opinando sobre el reglamento que apunta a mejorar la alimentación.

El objetivo, además de proteger a los niños, es favorecer una elección en el marco de una información más clara al consumidor mediante un etiquetado que en pocos segundos pueda leer y hacer una buena selección de sus compras; disminuir el consumo de alimentos como exceso de nutrientes críticos (sodio, azúcares, grasas saturadas) y energía, además de mejorar la alimentación de la población y contribuir a disminuir la prevalencia de obesidad y de otras enfermedades no transmisibles en Chile.

El Subsecretario de Salud Pública, Jaime Burrows explicó respecto a las restricciones del reglamento que "nosotros tenemos de los más altos consumos de tabaco y también de las más altas prevalencias en cuanto a obesidad. Por lo tanto a problemas más graves las soluciones deben ser avanzadas".

Falta incentivo saludable

Una medida que si bien sería un gran paso para la obesidad infantil, tal como lo catalogan los expertos, aún falta mucho por avanzar. Para la doctora de la Facultad de Nutrición y Dietética de la Universidad de Chile, Cecilia Castillo, quien recalcó que "es una decisión que ha tardado mucho tiempo en definirse. Es una norma que sin duda tiene muchos aspectos positivos, más que los que se presentaron en los proyectos anteriores. Sin embargo, hay aspectos que debieran ser revisados, y detallados, porque si en un reglamento no queda estipulado lo que se quiere lograr, difícilmente se podrá fiscalizar y sancionar".

En ese punto agregó a Cambio21 que "falta identificar como se va a utilizar el logo que ellos plantean, en que parte de los alimentos más pequeños se va a poner. El tamaño que erigirá como medida para que todos los alimentos lo traigan. A ello se suma que queda en duda el tema de las audiencias, la publicidad en primera instancia estaba prohibida, y ahora se cambia la intención de la ley".

"De todas maneras es un avance. En virtud de lo que ha pasado en otros países con estas medidas y de lo que ha costado sacar esta normativa, uno no puede cantar victoria hasta que salga publicada, porque obviamente ahí se van a sentir todos los intereses e intenciones", expresó la especialista.

Además, la doctora planteó que "en el tema de la obesidad, lamentablemente la gente no es quien elige lo que le hace bien para mantenerse saludable, aunque debiera ser así, pero obviamente este es un problema complejo y sistémico, que tiene que ver no solo con educación nutricional, sino que tiene que ver con ofertas de comida, marketing, la necesidad de tranquilizarse comiendo, o sea, no solo tiene que ver con salud, sino con muchos otros puntos. La gente come no solo pensando en nutrirse, sino también es atraída por los alimentos"

Misma opinión tiene la especialista en diabetes e hipertensión, Maritza Rojas, quien plantea que "esto tiene que ver con algo mucho más allá de cómo se está mirando, es decir que es lo que quieres proyectar como país, que es lo que tu priorizas desde el punto valórico, que es lo que quieres lograr en la sociedad, entonces desde ahí empieza a desglosarse. Era obvio que cuando se llegara a un tope con las cifras de obesidad se iba a hacer algo al respecto. Falta incentivo y falta inculcar aun más. Al chileno le falta gastar más energías de lo que come, sin una instancia educativa asociada el objetivo quizás no se cumpla".

"Si no existe un trabajo interministerial, es muy difícil que este tema se solucione. La obesidad es un tema que nunca ha sido explicado por una sola variable, por ende esto claramente es una solución que si no se implementan con temas de fondo no tendrá el resultado que se quiere. Se sabe que la rotulación esta muy buena, pero si detrás no hay una educación da lo mismo el color que tenga, si el logo es grande o no, porque igual seguirá siendo rico para el que lo compre", explicó Rojas.

Castillo, agrega por su parte que "esta es una propuesta lanzada por la Organización Mundial de la Salud, la que incentiva a los gobiernos a incentivar a la gente y a generar políticas públicas para mejorar la forma de alimentarse. A nivel mundial se ha hecho lo mismo, el de contribuir para mejorar el problema de la obesidad".

La doctora de la U. de Chile, además hace hincapié en el programa "Elige Vivir Sano", y el negocio que manejaba con las grandes cadenas de comida, "era un programa que tenia financiamiento precisamente de las empresas que causaban el problema, entonces era raro que justamente estas financiaran el programa. Sin embargo, desde nuestro punto de vista, más que generar más programas, debe existir una política publica que permita enfrentar la obesidad en nuestro país, porque si solo se enfocan en la enfermedad, sin duda no se tendrá resultados positivos, hay que meter el dedo desde el comienzo, es decir en la prevención".

Por su parte, la directora del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), Verónica Cornejo, declaró que "todo está orientado principalmente a evitar en alguna medida que se desencadenen las patologías crónicas como la hipertensión, la obesidad, la diabetes e infartos en un futuro próximo. En estos momentos se hizo lo que se debería, pero si se ponen a ver lo que existe a nivel mundial, implementar estas políticas a la vez tan bruscas muchas veces no te van a llevar un cambio. Requieres de mucho tiempo, o sea, es bueno tenerla, pensando que la restricción de sodio que se pide no existe en ninguna parte, es algo muy extremo".

"Esta norma es estricta. El Ministerio de Salud aún tiene que llevarla a consulta pública y ver cómo es la adaptación, si existirá algún tipo de flexibilidad y en cuánto tiempo se llegará a los valores que dice, los que como dije, son muy estrictos. Esto está en discusión pero aún no es la ley definitiva, existe un grado de flexibilidad con el tiempo. El objetivo de esto es que en 30 años la población joven de ahora no tenga obesidad o hipertensión. En general que no sean personas enfermas", planteó la nutricionista.

Además, planteó que "hace falta un rol de la instituciones, como la nuestra, sobre la educación. Si tú entregas educación de alimentación sana y saludable, tú entregas el conocimiento de que el ejercicio físico es importante para mantener la salud adecuada. En este sentido instituciones como el Inta, el Minsal y el Ministerio de Deporte tienen que jugar un rol importante. También se debe poner en marcha el programa Elige Vivir Sano del Ministerio de Desarrollo Social. Tiene que ser una política pública intersectorial".


Las controversias de la ley

Aunque, esta moción ha sido catalogada una de las más polémicas debido a los dimes y diretes entre parlamentarios y los representantes de las empresas alimenticias. De hecho, una de los modificaciones a la versión anterior del reglamento y que despertó críticas en el sector empresarial, fue la prohibición de añadir información nutricional complementaria en el envase, ni las propiedades nutricionales.

A ello se suman las reiteradas denuncias tras el supuesto lobby que existió entre algunos legislativos y empresas. Frente a ello, el presidente de la comisión de Salud del Senado, Guido Girardi (PPD), quien recalcó a Cambio21 que "esta, es una ley que costó mucho sacar, porque existió un brutal lobby con las empresas de alimentos que venden comida con alto nivel de sal y de azúcar, los principales responsables de la obesidad infantil, y que no quieren permitir que exista el derecho a saber".

A ello agregó que "ahora las madres, cuando vayan al supermercado, gracias a las etiquetas de advertencia de exceso de sal, azúcar o grasa, podrán saber lo que compran para sus hijos".

El legislador recordó que el gobierno de Sebastián Piñera, "vetó esta ley y sólo después de que algunos parlamentarios criticamos e hicimos pública la situación aceptaron negociar. Pero terminaron elaborando, entre gallos y medianoche, un reglamento ridículo -seguramente con la aprobación de las grandes empresas- que permitía altos índices de sal, azúcar y grasa".

"La industria de los alimentos están a un paso de convertirse en las nuevas tabacaleras -en muchos países azúcar y sal en exceso es considerado un veneno- si no cambian sus prácticas de fabricación y, por ejemplo, reemplazan la azúcar por stevia", afirmó Girardi y destacó que "afortunadamente, incluso antes de publicarse, esta norma ya ha tenido efectos positivos y algunas empresas han bajado los niveles de componentes dañinos".

El parlamentario anunció un nuevo proyecto de ley para exigir a los restaurantes que especifiquen en sus cartas los niveles de sal, azúcar y grasa que contienen sus platos, "y que obligue a poner agua en las mesas -algunos locales ya lo hacen- lo que podría evitar comprar bebidas altas en azúcar".

Quienes no están para nada contestos son los productores de alimentos. Rodrigo Álvarez, presidente de Alimentos y Bebidas de Chile A.G. y ex diputado UDI, señaló que la experiencia internacional en esta materia es muy importante y este reglamento no la reconoce.

En relación a la propuesta de reglamento de etiquetado de alimentos presentado, señaló que el primer objetivo de este reglamento debe ser "proporcionar a todos los chilenos una información completa y correcta sobre los alimentos que les permita libre y fundadamente elegir".

En ese sentido, el ministro de Energía manifestó inicialmente una visión crítica al actual texto, pues entrega información confusa para los consumidores y que no responde a la experiencia internacional en esta materia.

Según el ex presidente de la cámara señaló, este reglamento no permitiría al consumidor diferenciar entre productos. "Por ejemplo, una caluga o un dulce caen en la misma categoría que una galleta de agua, o un cereal que redujo en un 50% la cantidad de azúcar o sal, obtendrá la misma rotulación que en su estado original".

Asimismo, Álvarez aseguró que definir los límites cada 100 gramos de producto, como lo sugiere el reglamento, sería incorrecto ya que hay muchos productos que no se ingieren esas cantidades. "Al rotular alimentos por su contenido de componentes cada 100 gramos se está confundiendo al consumidor. Esto no es informar correctamente. Nadie come 100 gramos de mantequilla o 16 galletas de agua de una sola vez".

Según el gremio los límites propuestos por el Ministerio de Salud no tendrían relación con la experiencia internacional, al poner límites sumamente exigentes y que en el caso de muchas categorías de productos serían imposibles de alcanzar técnicamente.

Finalmente, el presidente de ABChile apuntó a ampliar la mirada del problema, señalando que la obesidad hay que enfrentarla desde una mirada multisectorial. "Hoy, a través de este reglamento se está tomando una parte del problema y no se está enfocando hacia la información y educación, que es lo que el consumidor requiere".

Actualmente, ABChile agrupa a 18 de las más grandes empresas del sector, las que representan una importante facturación total de la industria. Las compañías socias actualmente son Agrosuper, Andina, Arcor, Bimbo, Cambiaso, Carozzi, CIA Alimentos, Coca Cola, ECCUSA, Embonor, Ferrero, Iansa, Mars, Nestlé, Pepsico, PF, Unilever, Watt´s.


Para entender la propuesta:

La nueva Ley de Composición Nutricional de los Alimentos y su Publicidad (20.606), busca cambiar estas cifras, especialmente en las edades más tempranas. Uno de los principales objetivos del reglamento es estimular a la industria para que voluntariamente reduzca sus contenidos de nutrientes críticos en los alimentos. ¿Cuáles? Azúcar, grasas saturadas y sal.

Las colaciones y snacks que tantos gustan, pueden estar siendo en parte los responsables de nuestra alimentación poco equilibrada y por eso se decidió poner en la mira a cerca de 30 tipos de productos envasados muy comunes en nuestra dieta.

Por ejemplo, leches saborizadas, yogur endulzado, mantequilla o margarina, helados, masas horneadas, cereales, confites o dulces, refrescos en polvo, kétchup, mayonesa y bebidas gaseosas, entre otros. Para estos alimentos, sin distinción de marca, el Ministerio de Salud fijó ciertas reglas que pretenden cambiar el juego.

La propuesta de reglamento establece los límites en el contenido de energía, grasas saturadas, azúcares y sodio de los alimentos naturales. Los límites se expresan en 100 gramos o 100 ml, es decir, en la composición del alimento.

• Se establece la obligatoriedad del uso de un mensaje de advertencia en los alimentos que sobrepasen los límites establecidos: "Exceso de"...energía y azúcares, sodio, grasas saturadas.
• Prohibición de venta y publicidad de los alimentos "Exceso de..." en colegios.
• Prohibición de publicidad de los alimentos que superen los límites establecidos, cuando esté dirigida a niños menores de 14 años en cualquier medio de comunicación o canal de expresión.
• Plazos de implementación: 6 meses después de su publicación en el Diario Oficial.

En cuanto a la etiqueta del producto, los consumidores serán informados del exceso de grasas, azúcar, sodio y calorías a través de un sello similar al símbolo "Pare" de fondo negro y letras blancas.

El ícono debe ocupar un 10% de la cara del envase cuando se trate de un nutriente crítico o aumentar en caso de que sean dos o más.

Las empresas que ofrecen comida rápida elaborada también deberán informar composición de alimentos.

FUENTE: CAMBIO 21

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