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Proceso Constituyente: a cuatro meses de su implementación la decisión es total

05/05/2015 |

Por Felipe Reyes

Si todo terminara hoy, no se sabría realmente qué se haría. Por suerte quedan cuatro meses para poder encontrar una salida a uno de los grandes problemas que esta encarnando la presidencia de Michelle Bachelet y cómo implementar el denominado "proceso constituyente".

Desde un tiempo a esta parte la idea de Asamblea Constituyente divide al país: ilusiona a algunos y horroriza a otros. Cada cual con sus razones; cada grupo argumentando porque sí y porque no. Lo que sí es evidente, el gobierno y su reciente propuesta de "Proceso Constituyente" se convirtieron en el punto de partida de la anarquía para algunos y en la verdadera democracia para otros.

Asamblea Constituyente, Proceso Constituyente, Consultas Ciudadanas o hasta de Cabildos se ha ido discutiendo en la actualidad, todo sin tener mucha conciencia de a qué se refieren realmente quienes llaman a buscar soluciones o a dejar que las "instituciones funcionen". Lo que queda claro es que cualquiera que sea la solución final, el Parlamento en su mayoría no quiere perder primacía en la decisión.

El grueso de la clase política no tiene el menor interés en que la solución a los recientes problemas pasé por una consulta ciudadana, mucho menos en una toma de determinaciones provenientes de la ciudadanía. Así el tema de la modificación a la Constitución quedaría en el ámbito de lo privado al Parlamento. Cuenta con real apoyo la moción de una Asamblea Constituyente, qué visiones se apoderan de los protagonistas del dilema y cuál será en definitiva la decisión que se tomará de septiembre en adelante.

Para el senador del MAS, Alejandro Navarro, "la Presidenta debe llamar a plebiscito y la ciudadanía tomar nota ahora de quienes se niegan a dar su voto ya que el 2017 todos serán reformistas, todos estarán por el plebiscito y todos se vestirán con la moda de la nueva Constitución".

En palabras del senador por la Región del Biobío, "será el próximo Parlamento, elegido sin binominal ni donaciones secretas, el que logrará el quorum para romper con los candados de Guzmán y dar paso a una nueva Constitución donde la ciudadanía sea protagonista".

Finalizo sus dichos afirmando que "el Congreso no tiene la legitimidad ni los votos para una nueva Constitución" y que ve inviable que "la nueva Constitución sea fruto de un acuerdo con la UDI y RN a través del Congreso y no a través de la ciudadanía".

El temor es grande en algunos sectores, pues hablar siquiera de "Proceso Constituyente" es traer terrores del pasado al ordenado presente democrático, o como lo expresó el reelecto presidente de la SOFOFA, Hermann von Mühlenbrock, quien argumentó que "una nueva Carta Fundamental genera tal incertidumbre que podrían verse afectados los brotes verdes de la economía por echar unos palitos a la hoguera".

En el gobierno no pierden la esperanza y miran el futuro con optimismo ante la medida de una nueva Constitución. Álvaro Elizalde, ministro Secretario General de Gobierno, habla de "una nueva Constitución emanada del seno de la ciudadanía" y que será "una Constitución nacida en democracia".

El diputado UDI Felipe Ward dejó en claro la mentalidad gremialista, frente a lo expuesto por la Presidenta Bachelet, afirmando que "son ambiguos y que al interior de su conglomerado hay diferencias y algunos de sus integrantes no quieren una asamblea constituyente".

Completó su reflexión afirmando que "si la Presidenta quiere entregar nuestras facultades de poder modificar la Constitución a una asamblea constituyente nosotros no estaremos de acuerdo. Si se quiere modificar la Constitución estamos de acuerdo que se haga desde el Congreso".

Lo que suceda en el mes de septiembre es algo que aún ni siquiera puede imaginarse. El tiempo, con esos cuatro meses que restan, será el encargado de develar qué ruta tomará quizá la determinación más importante en los últimos 25 años de historia democrática. De seguro en lo sucesivo se presentarán situaciones tanto o más radicales como lo que estamos viviendo. La historia del Proceso Constituyente y la nueva Constitución aún no se comienza a escribir.

FUENTE: CAMBIO 21