domingo, 1 de marzo de 2015

HOLGUÍN.—El trabajo con­­junto con la Unión de Jó­ve­nes Comunistas es una tarea priorizada en las condiciones actuales, confirmó Ra­fael San­­ties­te­ban Pozo, presidente de la Asociación Na­cio­nal de Agricultores Pe­que­ños (Anap).
Es una necesidad para continuar la incorporación de jóvenes a las cooperativas y otorgarles protagonismo con el fin de que adquieran sentido de pertenencia y perciban que su aporte influye en el incremento de la producción, explicó el también integrante del Con­sejo de Estado.
El dirigente señaló que para hablar de continuidad en la formación del relevo y de los jóvenes como elemento estratégico en el es­ce­nario actual y futuro, las Juntas Directivas de las cooperativas deben evaluar cuántos jóvenes son integrantes de ellas.
“También les estamos indicando a las direcciones de las cooperativas, que de manera coordinada con la UJC, realicen los análisis sobre  las potencialidades de los jóvenes que existen a su alrededor y apoyen la creación de comités de base.
Verán que dado ese paso, estarán en mejores condiciones de cumplir las tareas productivas y sociales”, dijo.
Al insistir en ese punto, señaló que no se trata ahora de hacer maratones, sino de ver las posibilidades reales de cada colectivo y actuar en correspondencia con ellas.
Rafael Santiesteban, quien presidió la asamblea de la Anap en el municipio de Hol­guín, junto a Luis Antonio Torres Iríbar, in­tegrante del Comité Central del Partido y pri­mer secretario de la organización en la provincia, reconoció que la organización que preside ha mejorado el funcionamiento interno, pero aún debe avanzar mucho más en ese aspecto.
Las estructuras de dirección, explicó, han definido me­­­­jor las funciones y atribuciones, al tiempo que perfeccionaron la planificación del trabajo, pero su deber es al­canzar más la base.
“Es preocupante que cuando usted llega a una cooperativa y habla con los productores y les pregunta si los visitan regularmente y cuáles son los problemas que les inquietan, se nota que no se hace esa labor de atención permanente y solo se espera al día de la asamblea.
“Funcionar no es solo reunirse, adoptar acuerdos y levantar actas. Se trata de atender a cada cual en las condiciones actuales, de manera diferenciada, en correspondencia con sus características. Es poder representar al cooperativista, al campesino; darles información y capacitarlos. Es exigir, fun­damentalmente en aquellos casos que asumen actitudes que no están en concordancia con las que promueve la cooperativa”, acentuó.
Otra vertiente importante del funcionamiento es la atención a los cooperativistas y los campesinos, así como a los familiares, lo cual es posible, puntualizó, mediante la recuperación de un modelo de gestión social y cultural que siga creando condiciones materiales y es­pirituales.
Una de las vías es el empleo de recursos materiales y financieros en función de los asociados en el entorno de las comunidades donde residen, lo cual se aprecia en la reparación de locales pertenecientes a las cooperativas, así como de instalaciones de uso so­cial, entre ellas bodegas, consultorios del mé­dico de la familia, farmacias y escuelas, tareas en las que la organización  debe marchar unida con las organizaciones de masas y factores sociales en general, dijo.

FUENTE: GRANMA

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