lunes, 23 de marzo de 2015

La cocina se quedó sin gas: en el Congreso advierten que se acabó el tiempo de los acuerdos entre cuatro paredes

23/03/2015 |
Por Nicolás Borcoski
Otro coletazo del caso Penta. Mientras la justicia avanza en la persecución de los responsables, en el Parlamento las cosas cambiaron radicalmente. Con un ojo ciudadano acusador en sus nucas, los parlamentarios se quedan sin lugar para llegar a pactos y acuerdos que minimicen el daño. "Los Carlos", finalmente, lograron transparencia.
La palabra "cocina" nunca volverá a tener un solo significado. Hoy todavía se refiere a las acciones de lobby y de pasillo que permiten que los proyectos de ley sean gestados y modificados fuera del Congreso. Eso fue lo que pasó en el caso de la Reforma Tributaria, cuando en medio de las discusiones, los senadores se reunieron en la casa de uno de ellos y conversaron -en la cocina se supone-para alcanzar un acuerdo paralelo.

Con el tsunami de críticas sobre el sector político producto del caso Penta, pareciera ser que esta realidad queda en el pasado, provocando una extinción de posibilidades de acuerdos o pactos políticos. La hora del "caiga quien caiga", llegó.

El horno no está para bollos o a la cocina se quedó sin gas, podrían definir la situación que significa la eliminación, a percepción de los propios parlamentarios, de alcanzar pactos para disminuir los daños  políticos o terminar en un "empate".

El vicepresidente del Senado, Alejandro Navarro (MAS), ya advertía sobre la falta de confianza en las instituciones y que no se soluciona con presiones a los organismos. Le dejó un recado a la UDI: "si quiere hacer un verdadero gesto a la ciudadanía, es necesario que todos los parlamentarios involucrados en el caso Penta se inhabiliten en la votación del nuevo marco regulatorio entre dinero y política y de todo proyecto de ley en que el grupo económico tenga intereses", cuestionó.

El eterno CQC

Desde la comisión de Constitución y justicia, su presidente Leonardo Soto (PS), desechó la posibilidad de acuerdos entre derecha e izquierda, advirtiendo que la verdadera solución, lo que quiere la gente, es que exista un "caiga quien caiga" y que los responsables "paguen".

"En esto no me pierdo, esto es caiga quien caiga. No hay espacio para una negociación por las manifestaciones que tiene la masividad del problema. Lo único que puede haber acá es escuchar a la ciudadanía, pública y transparentemente. Evidentemente tiene que haber un nuevo marco regulatorio de financiamiento de campañas y de delitos de corrupción, cohecho y tráfico de influencias, deben haber penas efectivas, donde se garantice en los casos más extremos y de reiteración de delito", expuso en entrevista con Cambio21.

Aún así, Soto dice que persisten las presiones en las instituciones, "con algunas personas interesadas en que algunas investigaciones judiciales o administrativas vayan en uno u otro sentido".

"No tengo certezas sobre si hay alguna presión indirecta o directa en Impuestos Internos. Los casos de Soquimich se van a saber íntegramente, es inevitable. Tiene que saberse y finalmente conoceremos su profundidad. Nunca creí que el SII fuera capaz de maquinar una maniobra que implique que estos antecedentes no se conozcan".

No es una cacería de brujas, pero tienen que pagar

El presidente de la bancada DC, diputado Iván flores, concuerda con Soto al descartar la posibilidad de acuerdos, manifestando que es imposible que se alcancen con un país "molesto, que fue sorprendido con una cadena de acontecimientos que al ciudadano común y corriente le da la impresión que no es una excepción, fortuito o una casualidad. El ciudadano está pensando que este es el modus operandi y piensa que así actuamos todos".

A parecer del legislador, los votantes están buscando otros resultados del caso, que hasta ahora afecta "transversalmente al Parlamento", partiendo con responsabilidades penales, aunque advierte que esto no es una "caza de brujas".

"No hay espacios para acuerdos. La ciudadanía no está esperando que los políticos lleguen a un acuerdo. Lo que esperan son dos cosas. La primera es que termine este escándalo, que coloca no solamente el ejercicio de la política, no en precario, sino que en el peor de los mundos. Lo segundo, por otro lado, los que cometieron delitos que paguen", agregó.

"Es lo que la ciudadanía espera, que la justicia sea pareja para todos. Porque hasta el que roba una gallina sufre el escarnio de su barrio, lo detienen, lo castigan", concluyó Flores.


FUENTE: CAMBIO 21

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