Luego que Ezzati no le renovara "misión canónica" para hacer clases en la PUC
Profesor Jorge Costadoat: “No creo que en una universidad se pueda enseñar sin libertad”
El hecho de que fuera la máxima autoridad de la Iglesia Católica en Chile quien dispusiera la salida del académico y sacerdote jesuita, que es considerado “progresista”, desencadenó un verdadero terremoto al interior de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica. La decisión fue rechazada por quienes advierten que se está poniendo en jaque el principio de la libertad de enseñanza al interior de la institución educacional. Lo anterior, ad portas de la Reforma Universitaria.
Un caso que ha remecido el interior de la Universidad Católica es la no renovación de la “misión canónica” –un permiso para hacer clases de teología al interior de la Universidad Católica– al profesor y sacerdote jesuita Jorge Costadoat, quien dictaba el curso básico de Teología “cristología”, en la Facultad de esa rama. La decisión fue tomada por monseñor Ricardo Ezzati, e informada la semana pasada, con el argumento de que habría un “choque” entre la libertad de dictar cátedra del profesor y la que tiene la Facultad para decidir sus contenidos.
“Me duele esta decisión por mí y por la universidad. No creo que en una universidad se pueda enseñar sin libertad”, ha asegurado el profesor Costadoat este martes, en su blog. Allí aclara que “en esta decisión nada tiene que ver la dirección de la Facultad, que, por el contrario, pidió la renovación de mi misión canónica” y agrega que “él (Ezzati) estima que hay algunos alumnos que no estarían preparados para asistir a un curso de Trinidad y Cristología como el que yo imparto por una razón más bien pedagógica. No me hizo ningún reparo doctrinal. De haberlo habido, era ese el momento de plantearlo. Mons. Ezzati me recomienda desempeñarme como teólogo en algún lugar donde pueda hacerlo sin tensión”.
Aquellos “alumnos” a los que se hace referencia, son estudiantes y seminaristas “de más de 30 años”, explicó el profesor jesuita de la PUC, Marcelo Gidi, a CNN. Además, el sacerdote criticó los argumentos de Ezzati para desvincular al profesor. Para otros miembros de la UC, esta es una visión “infantilizante de los estudiantes”, en una facultad en la que conviven el “progresismo y el conservadurismo” de la PUC en su más alta expresión.
La decisión de Ezzati a primera vista parece no parece tener una base doctrinal, más allá de que muchos identifiquen a Costadoat con una visión crítica, evidenciada en sus columnas de opinión, en diversos medios, como El Mostrador. O por su cercanía a la “Teología de la Liberación”. El día martes 24, en medio del revuelo mediático que había generado su decisión, monseñor Ricardo Ezzati, envió una carta en la que expone: “La trayectoria académica del profesor J. Costadoat, reafirma afirmaciones poco prudentes, que desdibujan la enseñanza magistral de la Iglesia en diversos puntos centrales de la misma”, asegura la carta enviada por Ezzati al “Honorable Consejo Superior”.
“Es bastante claro que este no es un tema interno de la facultad, es bien paradójico que la identidad más conservadora en el lugar que menos se evidencia es en Teología”, esto debido a que dicha Facultad es calificada como una de las “más progres” y “horizontales” de la PUC y que ha tenido expresiones de apertura, con la elección de “decanos laicos en los últimos años, más aún con el influjo del nuevo Papa”.
En la misiva añade que “transcurrido el tiempo establecido he debido sopesar nuevamente la situación. Luego de evaluar que su actividad teológica no superaba las dificultades señaladas en el párrafo anterior, resolví no renovarle el mandato canónico para enseñar, bajo la certeza de que la docencia del profesor J. Costadoat, en el actual estado de cosas, dista –por lo ya dicho– de la enseñanza teológica que se espera de una universidad que tiene la característica, y la exigencia, de ser Católica y Pontificia”, estas condiciones, que fueron solicitadas al padre Costadoat en el pasado 2012, no se dieron a conocer hasta ayer.
“Ezzati me dio este permiso en el entendido que yo guardaría fidelidad al Magisterio. Esta exigencia, ni antes ni ahora, ha sido para mí un problema. Estoy absolutamente convencido de que la revelación de Dios, viva y multifacética en la tradición de la Iglesia, tiene una fuerza humanizante extraordinaria y, por ende, una enorme actualidad”, respondió Costadoat en su blog a lo dicho por el cardenal arzobispo de Santiago.
La carta de la máxima autoridad de la Iglesia prosigue: “Como lo he expresado, respeto que el profesor ejerza su libertad cómo teólogo e investigador, pero no sólo es mi derecho, sino también mi deber, en el ejercicio de la libertad que me corresponde como Gran Canciller –de acuerdo a los Estatutos–, tutelar que en la Pontificia Universidad Católica de Chile, y particularmente en su Facultad de Teología, y desde ella, se enseñe la auténtica doctrina de la Iglesia y que los alumnos que allí se forman lo perciban con total claridad y sin confusiones (cf.Estatudos, 20 a)”, finaliza el documento que, según trascendidos desde la PUC, “dejó atónitos a muchos de los miembros del Consejo”.
“SIN LIBERTAD DE ENSEÑANZA”
Son diversas las reacciones que se han desarrollado, tanto al interior como afuera de la Pontificia Universidad Católica, con esta decisión de una de sus máximas autoridades. Muchos reconocen el miedo que esto ha desatado dentro de la Facultad de Teología y para otros es la muestra misma de que en realidad “nada ha cambiado” y que se mantiene esta lógica de statu quo y mantención de la calma que ha sido un estigma en la universidad Pontificia.
Esto, sumado a la aproximación de la Reforma Educacional Universitaria, pone en jaque a una de las instituciones privadas más fuertes del sistema educativo chileno, ya que una de las principales críticas a la decisión de Ezzati es que trastrocaría el principio de “libertad de enseñanza de los académicos”, uno de los principales estandartes que ha levantado la educación privada en la discusión sobre educación y principio básico para el denominado “rol público” que debiesen tener las universidades para recibir financiamiento del Estado.
El Centro de Estudiantes de Teología aseguró, en un comunicado a la Comunidad UC, que los profesores “expresaron confusión, por la poca claridad de las razones que motivaron esta decisión. No se definió ningún tipo de acción o definición de parte de la planta docente frente a lo acontecido”, corroborando que los académicos y la dirección de la Facultad no sabían, como el mismo Costadoat dijo.
Ex vicepresidente de la FEUC 2011, Pedro Glatz, mantuvo una relación “cercana” con el padre Costadoat, compartió con él en el CDX y también a partir de la organización que nació del Movimiento Estudiantil, ya que el profesor de la Facultad de Teología fue parte de una “activación importante de los profesores, él solía participar de las asambleas y conversar con nosotros”, aseguró.
A Glatz le extraña la decisión de Ezzati y el argumento del “choque” entre la libertad del académico y el de la misma Facultad de Teología, para él, “es bastante claro que este no es un tema interno de la facultad, es bien paradójico que la identidad más conservadora en el lugar que menos se evidencia es en Teología”, esto debido a que dicha Facultad es calificada como una de las “más progres” y “horizontales” de la PUC y que ha tenido expresiones de apertura, con la elección de “decanos laicos en los últimos años, más aún con el influjo del nuevo Papa”, aseguró Glatz.
Para el ex vicepresidente de la Feuc, el problema está en “cómo se toman en la universidad. Hay un estatuto orgánico desde la dictadura y no se ha cambiado, el que tiene su correlato en cómo se organiza la universidad, por ello los despidos empiezan a ser conocidos una vez decididos”.
Para otro ex dirigente estudiantil este caso deja en evidencia que “la doctrina católica supera al rector Sánchez, Ezzati es una figura que se compra conflictos, por lo que tiene predominancia la voz de la Iglesia” y que, frente a la disputa que se da ahora con el proyecto de despenalización del aborto, la máxima autoridad de la Iglesia debe “reaccionar ante la diferencia” y es esa diferencia la que representa Costadoat.
Por otra parte, un grupo de diversos profesionales y académicos, ligados a diferentes universidades, como la Alberto Hurtado, han hecho circular una declaración en la que aseguran que “el procedimiento seguido por el Gran Canciller de la P. Universidad Católica de Chile es de la mayor gravedad. El año pasado, con ocasión de la discusión sobre la Reforma Educacional, él mismo defendió públicamente la libertad de enseñanza. Sin embargo, en este caso, careciendo de argumentos pedagógicos o teológicos contra la actividad académica desempeñada por el P. Costadoat, incumple su compromiso de respetar la libertad de cátedra del profesor”.
Agregan que “no es sostenible una libertad de enseñanza en la Universidad sin que exista libertad de cátedra. Esta medida pone en duda la misión propiamente universitaria de la P. Universidad Católica de Chile, y ofende el cultivo de la verdad. El Arzobispo pretende custodiarla mediante la coacción sobre la conciencia, en este caso de los académicos. El Papa pidió en el reciente Sínodo sobre la Familia, ‘hablar con libertad, escuchar con humildad’. El Arzobispo no permite que esto suceda en la Facultad de Teología”.
Por el momento, los miembros de la Facultad de Teología se encuentran reunidos en una asamblea extraordinaria, para discutir los pasos a seguir, en tanto que ni rectoría ni el Arzobispado han vuelto a referirse al tema, luego de que Ezzati aclarara que la decisión ya estaba tomada. El profesor Costadoat tiene activada una respuesta automática de su casilla electrónica, en la que asegura estar “en un momento de reflexión” por lo acontecido.
FUENTE: EL MOSTRADOR
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