domingo, 9 de septiembre de 2012

Reportaje

Más allá de las presidenciales. Analistas hablan de una élite empresarial que no miraría con desagrado el retorno de una Bachelet "tradicional"

Por Luis Casanova R.
Mientras el oficialismo debate el cambio de estrategia para intentar revertir el favoritismo de Michelle Bachelet, la oposición vive su propio reordenamiento de fuerzas, donde se destaca el rol del PC y la posibilidad de ser parte de una fórmula parlamentaria única y la inclusión de reformas que vayan en sintonía con las demandas ciudadanas.


El contexto es el siguiente: guerra de declaraciones entre oficialistas y opositores por la encuesta Casen y las presiones que ejerció el gobierno ante la Cepal en lo relativo a los índices de pobreza; complejas negociaciones entre el gobierno y la Concertación para sacar adelante el proyecto de ley de reforma tributaria; y un clima político y social que comienza a polarizarse a medida que avanza la campaña municipal y se tantea el terreno para las presidenciales de 2013.

Además, en medio de estos y otros temas que han marcado la agenda de las últimas semanas, como por ejemplo, la orden judicial que frenó la construcción de la central energética Castilla, la ampliación de capital de Enersis (filial de Endesa) y los reparos que exteriorizó la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) en la operación, sumado a la tensa espera del fallo de la Corte de La Haya luego de la demanda marítima que interpuso Perú en contra de Chile, la sensación parece ser la misma: la próxima administración no la tendrá fácil aún si la principal favorita de las encuetas, la ex mandataria Michelle Bachelet, retorna a La Moneda.

Ante tal constatación de hechos, no es mentira que al interior de la derecha se respiran dos sentimientos: están los que miran el vaso medio lleno y que creen que es posible revertir el 50% que marcó en el sondeo del CEP la actual secretaria ejecutiva de la ONU-Mujer versus el 9% que registró el ministro de Obras Públicas, Laurence Golborne, y el 2% que acumuló Andrés Allamand, titular de Defensa.

La tesis la sostuvieron públicamente los timoneles de la UDI y RN, Patricio Melero (UDI) y Carlos Larraín (RN), quienes tiraron el mantel y le exigieron al Ejecutivo que se adelante la salida de tales personeros del gabinete (ver nota aparte), para así aprovechar el espacio que está generando el vacío de liderazgos que persiste en la centro-izquierda.

Sin embargo, los que ven el vaso medio vacío en la coalición ya dan por hecho que Bachelet será la ganadora de los comicios del año entrante. Es más, ya están tirando líneas y planificando el retorno al bando opositor después del temido "paréntesis" de 48 meses que alguna vez temió Pablo Longueira cuando éste era senador y las ejercía de duro crítico de Piñera y su gestión.

El discurso se maneja privadamente claro está, pero ha sido ítem obligado en diversas conversaciones y reuniones entre legisladores y referentes de todos los partidos del espectro político local, tanto en las mismas dependencias del Congreso Nacional como también en reservadas encuentros en restoranes y casas particulares.

"La de siempre"

No hay misterios al respecto. En RN y en la UDI se trabaja intensamente pensando en que la gran rival a vencer en las urnas será Michelle Bachelet. Lo único que esperan con ansias es la fecha de su arribo al país proveniente de Nueva York y, claro, tener la posibilidad de encararla políticamente en vivo y en directo.

Sin embargo, una segunda lectura dice relación con el perfil que adoptará la ex ministra de Salud y Defensa una vez que se ponga el traje de candidata, para muchos, el verdadero factor que debiese desnivelar la balanza en la próxima campaña presidencial más allá del aura que genera su imagen y el buen recuerdo que dejó su gobierno, elemento que la tiene catapultada en lo alto de las encuestas.

El análisis es crudo de parte de conocidos empresarios del sector, quienes adscriben a un tipo de derecha más bien pragmática que no se hace problemas ante el color ideológico del jefe de Estado de turno.

"Una cosa es que Bachelet llegue al gobierno y otra cosa es que llegando a La Moneda no se le demande lo que la Concertación ha hecho durante estos años como oposición, que es tratar de subirse al carro de los movimientos sociales. Y eso a los industriales no los va a poner muy contentos", señaló a Cambio21 un conocido académico e investigador.

La misma fuente explica que "si la Bachelet que viene trae Asamblea Constituyente y cuarta urna, no cabe duda que no van a esperarla de brazos cruzados. En cambio, si es la Bachelet que propone Camilo Escalona (presidente del Senado), es decir, la de siempre y la de la Concertación tradicional, ella será bienvenida por todos los grupos políticos. Gana sin ningún problema, incluso con el apoyo de las élites empresariales, de la centro-derecha, de todos".

"Lo que echan de menos -enfatiza- es que en su época no había grandes tensiones, la oposición no se llevaba tan mal con el gobierno y que con la excepción de la revolución pingüina, que duró relativamente poco, no habían manifestaciones estudiantiles. El problema es que hay un segundo sector de la Concertación que no quiere que aterrice esa Bachelet. Esperan otra Bachelet, ya ni siquiera más de izquierda, sino que una más bien fundacional y que aproveche los apoyos y liderazgos que posee. Sienten que han administrado el modelo, pero que no han hecho cambios y que hoy es tiempo de hacerlos".

Otro analista de un think tank ligado a la Alianza -que optó por el anonimato- asegura que una clara muestra del "statu quo" que se espera en la Alianza vino de parte del timonel de RN Carlos Larraín, el cual congeló las conversaciones con la DC de cara a la eliminación del sistema binominal, como asimismo de la reacción del senador Ignacio Walker, quien planteó avanzar en la asamblea constituyente.

"Eso fue un error garrafal de su parte. Si lo que quería era presionar, consiguió todo lo contrario. Él siempre ha tenido una postura muy antipopulismo y, ahora, al emplear ese término, por estos lados, es visto como que quiere la llegada de Hugo Chávez a Chile", sentenció.

Fórceps

Por su parte, en la vereda opositora, el efecto inmediato que desató el 50% de popularidad de Bachelet en la encuesta CEP fue el ordenamiento inicial de las piezas de las colectividades del arcoiris.

Sin embargo, el "verano de San Juan" sólo duró algunos días. De partida, se suspendió el cónclave programado para el 5 de octubre, lo que dio paso a que cada uno de las entidades se abocara a sus respectivos procesos internos.

Dejando de lado el Partido Radical, que está ordenado en torno a la figura de José Antonio Gómez como precandidato para las primarias, en la DC y en el PS comenzó el lobby tendiente a renovar las directivas de Ignacio Walker y Osvaldo Andrade.

Acá será factor clave el contrapeso que pretenden imponer las facciones que no pertenecen al núcleo bacheletista y que quieren evitar a toda costa que se "pase la aplanadora" en las futuras decisiones conjuntas que se vinculan al programa de gobierno y a la eventual composición de los cargos públicos.

Por otro lado, fue noticia en el PPD que su máximo dirigente, el senador Jaime Quintana, anunciara la "extinción" del "girardismo", tendencia que lidera en el partido el parlamentario Guido Girardi, lo que incluye la necesidad de tener un "nuevo partido para Bachelet" cuando la pediatra vuelva al país.

El asunto no es menor en las huestes, dado que en el establecimiento de la nueva agenda social y ciudadana que busca "girar hacia la izquierda", que tuvo como primera demostración la presentación del proyecto de ley de Asamblea Constituyente, el rol de Girardi parece ser fundamental, más aún ahora que el senador Escalona se declaró contrario a implementar una iniciativa de esta envergadura. En su opinión, no hay una crisis institucional que lo amerite. "No fumemos opio" y "no le pongamos un salvavidas de plomo" a Bachelet, disparó el dirigente.

Como si fuera poco, uno de los escuderos del ex timonel PS, Mahmud Aleuy, dijo en La Segunda que "es un debate artificial" izquierdizar a Bachelet y que es "una contradicción" que mientras no se defina la candidatura única de la ex mandataria "estemos discutiendo qué condiciones le vamos a poner".

Expectantes

Atento a la jugada está el Partido Comunista. Su presidente, el diputado Guillermo Teillier, sabe que el aporte de sus colores será clave si se quiere obtener un triunfo frente a la derecha el 2013. Así fue con Lagos padre en 2000 y con Bachelet seis años más tarde.

La diferencia es que ahora el PC cuenta con una bancada parlamentaria que le ha otorgado más poder e influencias políticas, cuenta con una plantilla de candidatos a alcalde que será apoyada por toda la oposición, gracias al pacto por omisión, y verá aumentado su número de votos en la elección de concejales, de acuerdo a todos los estudios realizados por centros de investigación y medios de comunicación.

Por esto y más, el congresista no duda en afirmar que así como fueron oposición a Bachelet en su gobierno, si no se logra una "convergencia" en torno a una plataforma programática que sume reformas tributaria, educacional, laboral y al sistema binominal, sumado al esfuerzo por plasmar una asamblea constituyente y cambios en la Constitución, "no la apoyaremos". O peor aún, ayudarán a mantener vivo el movimiento social en las calles si las demandas ciudadanas no se cumplen desde el poder ejecutivo.

No obstante, lejos de amenazar o polemizar, Teillier deja botando dos elementos que harían más fácil la comunión de ideas: uno, que para la campaña 2013 la oposición forme una sola lista parlamentaria (con ellos dentro) y, dos, que no es necesario que se nominen ministros con militancia comunista para sentirse parte de esta nueva coalición. "Sería suicida competir en fórmulas distintas", advierte.

Por lo menos, hay buenas relaciones con Ángela Jeria, madre de Bachelet, quien concurrió a la proclamación de Camilo Ballesteros, retador en Estación Central.

Para todo lo demás, habrá que esperar cómo queda la torta electoral la noche del domingo 28 de octubre. No hay nadie que no deje de frotarse las manos. Recién ahí comenzará a escribirse la verdadera historia. Ahora solamente estamos en el calentamiento previo.

REPORTAJE  PUBLICADO EN EDICIÓN DE PAPEL DE CAMBIO21


FUENTE:CAMBIO21

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